Día 10: Amistad
Yi Fan tenía once años cuando sus padres se aburrieron de él, al parecer tener un niño aburrido les causaba depresión y preferían deshacerse de él metiéndolo en ese campamento recién inaugurado para niños problema.
El solo era un niño de sonrisa extraña, en la escuela le habían dicho que su sonrisa era espantosa y desde ahí había evitado sonreír pero al parecer nadie quería entender eso. Afortunadamente, no fue el único niño del que sus padres no se preocuparon, el pequeño Suho estaba casi en las mismas condiciones que él, con tan solo una mochilita de kumamon y algunos dulces habia sido dejado en la puerta de ese extraño campamento, todos parecían mayores a su alrededor, y tuvo miedo pero Suho tomó su mano y lo jaló hacia lo que parecía la sala de reuniones.
— Mi nombre es Kim Junmyeon— se presentó inflando sus cachetes— Pero puedes decirme Suho, tengo 10 años
Y aunque era un año menor, le agradó porque era callado y tranquilo, les asignaron la cabaña dragón y fue nombrado líder aunque habia chicos mucho mayores, y cuando estaban por irse rumbo a su cabaña un pequeño niño de cinco años corrió tras ellos jalando su pequeña colchita rosa y una enorme llama del mismo color, los observó y se lanzó a abrazarlos llenandolos de besitos.
— Me llamo Kim Seok Jin— dijo estirando su manito como todo un niño grande— Mis appas son Kim Heechul y Choi Siwon, ellos dijeron que podía ir con ustedes hyungs
Y aunque a Yi Fan le pareció algo tonto, acogió al nene porque era demasiado tierno como para enviarlo con otros, Suho lo abrazó y colgo en sus hombros mientras Yi Fan tomaba sus dos únicas pertenencias.
— Omma— chillo Jin saltando encima de las camas de todos— Omma Suho es hora de levantarse, arriba, arriba...
El pequeño campista se había ganado el corazón de Yi Fannie y Suho, había tratado de ganarse el corazón de los demás pero todos le detestaban, sobretodo porque era un niño algo afeminado, algo llorica y aunque Yi Fan siempre intentaba protegerlo siempre habia un momento en que el niño acababa llorando el nombre de Suho.
— Aún es temprano, Jinnie— le había contestado somnoliento— Sigue durmiendo bebé
— Ño— había gritado inflando sus cachetes— quiero pasear por el bosque
Y aunque los mayores quisieron que el niño volviese dormir, este no lo hizo hadta después de un largo paseo por el bosque, era casi imposible que el nene se perdiera después de tantos paseos por el lugar, incluso había dejado pequeñas marcas en los arboles por si se perdía y sus hyungs le habian dicho que si tenía miedo solo gritase, porque ellos irían en su búsqueda.
— Entonces, omma...— habia dicho una tarde con las mejillas sonrojadas— ¿A los chicos si nos puede gustar el rosa?
— ¿Por qué lo preguntas peque?
— Leeteuk dice que es muy afeminado— señalo inflando sus mejillas— Pero no se lo que signifique
— ¿Leeteuk dijo eso?— gruño Yi Fan sentando al niño en sus piernas— ¿Que más te dijo cariño?
— Dijo que los niños como yo siempre acaban desviados— respondió haciendo una mueca de tristeza— Pero hyung, le juro que yo ya no me desvió de la cabaña al bosque, casi ni me pierdo, hyung
Yi Fan suspiró, su pequeño Jin era aún muy inocente para comprender lo que le habían dicho, acarició sus bellos cabellos castaños y se quedó maravillado observando sus mejillas rosas, el haria lo que fuera por proteger a su nene, y estaba casi seguro de que su querido amigo Suho pensaba de la misma forma.
— No le hagas caso a Leeteuk hyung, bebé— dijo Suho sonriendo— Ya sabes que es algo fastidioso
— Pero es lindo— comentó inflando sus mejillos— El me da dulces a escondidas de sus amigos aunque siempre me aparta del bosque
— Solo no te le acerques mucho, bebé— le recomendó Yi Fan besando su frente— Solo quedate en la cabaña dragón
— ¿Podemos llamarla cabaña rosa?—
— Cabaña rosa será— le dijo Suho sonriendo— ¿Verdad, Fannie?
Y entre los dos mayores colorearon el lugar de rosa ante los ojitos enamorados de Jin, cuando el verano llegó a su fin, el pequeño Jin tenía dos mejores amigos sobreprotectores y una cabaña rosa a la que quería volver durante los años siguientes.
Ni siquiera que esos chicos malos mataran a su gatito le hizo querer olvidarse del lugar, el simplemente sentía que pertenecía ahí, se sentía como en casa.
— ¿Por que te gusta el rosa?—
— Es muy lindo—
— Jin es un niño extraño— dijeron sus compañeros de aula cuando regresó a la escuela— Le gusta el rosa
— El rosa es un color para chicas— susurro una niñita confundida— ¿No le gustan las niñas?
— ¿Jin te gustan las chicas?—
El pequeño solo tenía ocho años cuando lo empotraron contra los casilleros y le dieron su primera golpiza por ser afeminado, ahí no había ni un YiFan hyung ni una omma Suho que le defiendan, estaba el solo y aunque intentó acusarlos a nadie le importó que el niño fuese golpeado por elegir el rosa sobre el azul.
Pero Jin era valiente y no quería cambiar sus gustos por todo lo que los demás le dijeron, Heechul le cambió de escuela y aunque su sonrisa volvió poco a poco el daño ya estaba hecho.
El verano siguiente, Jin volvió con una sonrisa alegre y algunos curitas en el cuerpo, Yi Fan y Suho no sospecharon nada y nadie se preguntó en el pequeño niño que se escondía de vez en cuando en el bosque.
— ¿Yi Fan hyung está bien?— habia preguntado Jin sonriendo— ¿Volverá el año siguiente?
— Pequeño— dijo sonriendo— no creo que eso sea posible, cumpliré dieciocho
— Pero no será divertido sin usted, Fan hyung— sollozo el pequeño de diez años — No me deje
— Tendras a Suho, bebé— le dijo acariciando sus cabellos— Sabes que el te adoro pequeño
Jin quiso decir algo más pero negó, mordió sus labios y siguio llorando durante los días siguientes, Suho intentó alegrarlo pero Jin estaba sencillamente deprimido.
El verano acabó y volvieron a sus escuelas demasiado pronto, Jin había empezado a guardar demasiado silencio, solo iba del colegio a su casa donde cuidaba al hijo de sus vecinos, entonces pasó.
Un día llamaron a la casa de los Kim, Yoon Gi estaba ahí jugando con sus deditos y los peluches de su hyung, estaba esperando que este llegase para cantarle canciones o ver kumamon pero no pasó.
Jin no volvió, ni ese día, ni el siguiente...
El simplemente se hizo humo.
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