
I've got sweet taste for men who are older
[ Mención de armas, violencia, uso de malas palabras.]
Harry estaba extremadamente nervioso, ansiaba con todo su ser encontrarse con él ojiazul.
Ni siquiera tenía ganas de salir esa noche, se quería quedar en su casa y ver el diario de una pasión hasta que sus ojos salgan de su cara de tanto llorar. Pero cuando sus amigos llegaron como estampida a su departamento sin aviso, rogándole que por favor salgan al club, no se pudo negar al recordar quien se encontraría allí.
Así que ahí se encontraba, en la fila para entrar al club de el hombre dueño de todos sus sueños, desde los más eróticos hasta los más hermosos.
The wall era uno de los clubs más famosos de Inglaterra, se había abierto hace 4 años, si no mal recordaba. Pero nunca, en los 2 años que llevo asistiendo a ese club los fines de semana logro ver al castaño, lo cual le pareció raro. Hubiese deseado haberlo conocido antes, pero no entiende bien por qué.
La cola para entrar al club era exageradamente larga. Ahora que era verano y la gente salía sin responsabilidad alguna, el club estaba más abarrotado que nunca. Tanto, que no creía que iba lograr entrar exitosamente. Seguramente se llenaría antes de que lleguen a la mitad de la cola.
Se gira solo un poco para ver a su grupo de amigos y amigas, quienes estaban distraídos hablando entre ellos mientras Harry estaba casi afuera de la fila observando cuanto faltaba para su turno.
-Chicos, no creo que lleguemos a entrar.- una de sus amigas, Hailey, alza su ceja y sale un poco de la fila para ver cuento faltaba para su turno. La fila parecía ser infinita.
-Mierda, Harry, es cierto.- dice con frustración.
-¿Por que mierda está tan lleno? Como si fuera que está esperando Adam Driver en la entrada.- se queja otra de sus amigas, Florence, haciendo reír a todo su grupo.
-Creo que mejor nos vamos, de todas man...- antes de que pudiera terminar de hablar, un carraspeo a sus espaldas lo interrumpe.
-¿Se van tan pronto?- Harry reconoció esa voz de inmediato. Aún de espaldas a él, sonrió emocionado, y luego se dio la vuelta para encararlo.
-Louis Tomlinson. No esperaba verte hoy.- dice con descaro, intentando disimular que el era la única razón por la que salió esa noche en primer lugar.
-El mundo es un pañuelo, cariño. Tampoco es como si yo fuera el dueño del lugar.- dice sarcásticamente, encogiendo sus hombros y sonriéndole con malicia.
Harry simplemente rueda los ojos sonrientemente hasta que su amiga, Florence, le susurra por detrás.
-¿Conoces al puto dueño de este lugar? Pídele que nos deje entrar.-
Harry la empuja lejos de él, volviendo a rodar los ojos.
-Flo, eso es de mala e...- pero una vez más, no pudo terminar de hablar.
-Déjenme invitarlos adentro. Esta fila parece frustrante. Les daré pases VIP.-
Harry se iba negar, sentía que era demasiado. Pero supo que ya era muy tarde cuando sus amigos empezaron a gritar y a saltar en sus lugares, celebrando. Todos fueron hacia Louis y su grupo de amigos, que se habían quedado callados todo ese tiempo.
Escuchaba "eres un genio, amigo" "muchas gracias" y "nos arreglaste la noche" enredados entre el barullo de la fila.
-¿Nos acompañas, Harry?- Le pregunta Louis, poniendo su brazo en forma de gancho para que Harry pueda colgarse de él. Harry simplemente sonríe, rindiéndose al fin y entrelazando su brazo con el de Louis.
Entraron todos con Louis, quien tenia permitido entrar apenas al ser visto.
Al entrar, todos el grupo se dispersó. Hailey, Sabrina, Alexa y Taylor fueron directamente a la barra para tomar unos tragos.
Niall, Florence y Troye fueron a la pista de baile corriendo y desaparecieron entre las demás personas.
Sin embargo, Harry se quedó pegado a Louis (lo cual ya era poco usual en él) y no lo soltó hasta llegar al cuarto VIP , exclusivo del dueño del lugar, donde se sentó en el sofá de este mirando a su alrededor; había un aire acondicionado que enfriaba la habitación, una mesa con frutas, snacks y bebidas. Había una televisión inteligente colgada en frente de un sofá mas pequeño que el sofá donde se encontraba sentado, donde podía ver todo el club, debido a que había un ventanal gigante, que, por supuesto, estaba blindado para que no se pueda ver nada desde afuera de este, acompañado de unas cortinas blancas de seda.
-Es hermoso, Louis.- dijo una vez inspeccionó todo el lugar, girándo para verlo con los ojos brillantes.
-Lo hice especialmente para que yo pueda pasar más tiempo aquí supervisando el lugar. Me gusta tener el control, si sabes a lo que me refiero.- le dice, guiñándole un ojo y sentándose a su lado.
Harry simplemente se sonroja y asiente levemente. Seguía sintiéndose extraño. Se sentía diferente con Louis.
Si él fuera como cualquiera de sus presas normales, ya estaría encima de él saltando en su regazo una y otra vez, y luego de acabar, se iría de inmediato. Pero por alguna razón, intentaba alargar su tiempo con él lo más que podía, se ponía nervioso ante su voz, su mirada y su tacto, y no sabía ni siquiera como insinuársele, al estar tan nervioso siempre.
No supo en qué momento se acercaron tanto, y tampoco supo en que momento Louis posó su mano en su muslo desnudo, alzando un poco la falda de su vestido.
Pero antes de que pudiera besarlo, él mismo interrumpió el momento a pesar de desearlo tanto.
Quería ser diferente con él. Quería pasar tiempo con él.
Quería ser genuino con él.
Y por supuesto, era peligroso. Probablemente Louis lo quería solamente para follarlo una o dos noches. Al final del día, el podía tener a todas las mujeres y a todos los hombres que él quisiera.
Pero no le importaba, por primera vez no le importaba que le rompieran el corazón mientras pudiera pasar tiempo con él.
-¿Quieres ver una película? Supongo que esa tele funciona.- contrario a lo que se esperaba, Louis sonrió y apretó más la mano en su muslo.
-Si cariño, funciona. Elige lo que quieras, yo voy a pedir algo para comer. ¿Deseas algo?- pregunta levantándose y dejando vacío el lugar al lado de Harry.
-Palomitas estarían bien ¿No lo crees?-
-Perfecto, cielo.-
Louis se aleja un poco para agarrar su celular, mientras Harry elige la película.
Al final elige una de sus películas de Disney favoritas: Pocahontas. Amaba esa película desde pequeño, sus canciones lo hacían llorar hasta el día de hoy y Pocahontas era su princesa favorita, luego de Aurora.
Louis apaga la luz y se sienta al lado de Harry, pasando su brazo por encima de sus hombros y acercándolo mas a él.
Harry, con más confianza esta vez, recuesta su cabeza en el pecho del ojiazul y dobla sus piernas sobre el sofá.
-¿Que elegiste, lindo?- pregunta una vez acomodados y con la película empezando.
-Pocahontas, una de mis princesas favoritas. ¿Viste la película?-
-Jamás, ni siquiera con mis hermanas. Y eso que creí que vi todas las películas de Disney.-
-Pocahontas es un clásico, pero está muy infravalorado.- le responde sin dejar de ver la pantalla. De repente, procesa que Louis le dijo que tenía hermanas, y no sabe por qué, pero su corazón se aceleró al pensar en el con niños y bebés. Negó su cabeza, sonrojado.
-¿Cuantas hermanas tienes?- Louis pensó un poco, y cuando respondió, supo que las estaba contando mentalmente. Eso le hizo sonreír.
-Tengo seis hermanas y un hermano. En realidad, me gusta contar a mis hermanas como cinco porque una es mi media hermana de parte de mi padre biológico y no hablo con ella jamás. Pero bueno, mis cinco hermanas son Lottie, Fizzy, las gemelas Phoebe y Daisy, y luego Doris, quien tiene de mellizo a mi hermano, Ernest.- suspiró luego de nombrar a todos sus hermanos y sonrió tiernamente al recordarlos.
-Wow, son una gran familia.- dijo un tanto sorprendido pero sin quitar el brillo en sus ojos, se sentía lleno de una manera tan especial y tan rara.
-Si... y no son solo mis hermanos. Tengo muchos tíos y tías y por ende mucho primos también. Algún día te los presentaré.- no se dio cuenta de lo que decía hasta que vio al rizado sonrojarse y sonreír, mirando hacia abajo tímidamente.
El rizado observó la pantalla y vio el título de la película. Ya estaba empezando la buena parte.
-¡Oh, mira! Ya empieza.- se acurruca más en su pecho y el mayor lo aprieta más con sus brazos.
Era irónico, como se sentían tan domésticos y afuera había gente tomando, probablemente follando y drogándose también.
Pero nada de eso importaba, no cuando Louis podía oler el cabello del rizado, el olor a vainilla y flores inundando toda su alma.
No importaba porque podía sentir su calidez entre sus brazos.
Podía escuchar los tranquilos latidos de su corazón y podía sentir su respiración chocar contra su pecho.
Podía sentir a Harry y Harry lo podía sentir a él, y por un instante, sintieron que estaban en su hogar.
La película transcurrió con normalidad, hasta que empezó a sonar una de las canciones favoritas de Harry en la película: Abre el corazón.
Empezó a acompañar las letras a medida que empezaban a sonar, se las sabía de memoria.
Cui, cui natura
Y lo entenderás
Abre el corazón
Y lo entenderás
Sin darse cuenta, empezó a acariciar la mano de Louis con sus dedos lentamente y con cuidado, enredado sus dedos justos de vez en cuando.
Déjate llevar, como la arena por el mar...
Y le parecía una broma, lo cursi que era la situación. Harry cantando una canción sobre hacer lo que te guíe tu corazón, e, irónicamente, eso estaba haciendo.
Por más que quisiera evitarlo, quería besarlo apropiadamente, quería que se sienta como un primer beso.
Y poco a poco, se fueron acercando con la melodía instrumental de fondo.
Y sus labios chocaron.
Louis sujetó la cintura de Harry con delicadeza y Harry envolvió sus brazos al rededor de su nuca, acariciando los pelos de esta.
Abre el corazón
Y lo entenderás
(Y lo entenderás)
Las últimas letras sonaron como un susurro lejano antes de que vuelva al diálogo de la película, pero para ellos eso ya les era ajeno. Estaban en su propio mundo, en su propia burbuja y no creían poder salir de ella.
Y ahí fue cuando lo entendió, hizo lo que su corazón quería y lo entendió. Besarlo era como el aire fresco de la mañana. Era como meter tus pies en el arroyo fresco en una tarde caliente de verano. Era como hablarle a la Luna en las noches más oscuras buscando algún consuelo. Louis era una respuesta con demasiados interrogatorios.
Tanto misterio y tanta duda lo rodeaba al apenas conocerlo, (por no decir nada) pero su corazón estaba gritando por él, por primera vez su corazón estaba siendo caprichoso. Y esperaba que esté no se equivoque.
Luego de su pequeña sesión de besos, continuaron la película entre risas y sonrojos, acurrucados y comiendo palomitas.
Sin embargo, todo era demasiado bueno como para que dure mucho tiempo.
A pesar de no estar conscientes del exterior gracias a sus cortinas cerradas y el alto volumen de la televisión, pudieron escuchar disparaos y gritos abajo, en la fiesta.
Harry siente como Louis se tensa bajo de él y suspira.
-Mierda- susurra suspirando, alejando un poco a Harry para poder levantarse.
-Ven, cielo. Parece qué hay un alboroto allí abajo.- agarra la mano de Harry y gira de él, pero id te como este se queda quiere en su lugar, y al darse la vuelta para verlo, puede notar el pánico en sus ojos.
-Lou... esos son... ¿disparos?- Louis suspira y se acerca más a Harry, acunando sus mejillas en sus manos.
-Escúchame, cielo. Si, son disparos. Pero no tienes nada que temer. Mientras yo esté contigo, nadie ni nada nunca jamás te va a lastimar. Nunca.- dice con determinación, acariciando sus mejillas humedecidas por las lágrimas productos del pánico.
Harry asiente, pero sigue soltando lágrimas en descontrol .
-Mis amigos, Lou. No quiero que les pase nada.-
-Tranquilo, mi cielo. Te prometo que los mantendré a salvo a todos, pero debes de obedecerme para que todo salga bien ¿si?- Harry asiente y de inmediato Louis lo arrastra con él hacia la salida del cuarto, y al abrir la puerta, el escándalo de abajo se puede oír con más claridad.
Louis, de alguna manera que Harry ignora en ese momento, porta un arma de fuego en su mano libre.
-Quédate aquí.- le dice, dejándolo en medio de las escaleras, bajando para analizar lo que estaba pasando abajo.
Luego de unos minutos, Harry ya había empezado a llorar de nuevo, con miedo de que algo le haya pasado a Louis. Estaba dispuesto a bajar y enfrentarse a quien sea para saber si él estaba bien.
Pero Justo cuando lo iba a hacer, Louis vuelve con él y le agarra de las manos, besando sus nudillos.
-Escúchame amor, esto es lo que vas a hacer. Ya llame a mi guardia de confianza, es sin amigo mío, se llama Zayn. Te acompañare a la salida trasera y tu te subirás a la furgoneta con con él. Yo estaré en contacto con él, así que, le avisaré que cuando pueden partir para escapar. Ahora, en cuanto a tus amigos, necesito que me des todos sus nombres y yo los llevaré a todos a la furgoneta antes de que vayan. Pero debes ser silenciosos y debemos ser rápidos ¿Entendiste, Harry?- el susodicho asiente una y otra vez, aún con lágrimas ácidas cayendo por sus mejillas.
Fue un trayecto estresante, donde Louis no soltó a Harry ni por un segundo. Pero finalmente, Louis subió a Harry en la furgoneta con Zayn y le dijo que se quede ahí mismo, antes para luego ir hasta la puerta y desaparecer entre las luces y los gritos.
Hailey Rhode, Sabrina Carpenter, Troye Sivan, Niall Horan, Taylor Russel, Alexa Demie y Florence Pugh.
Esas eran las únicas personas que importaban en este momento.
Agradecía ser un hombre observador, porque en ese momento, podía recordar vagamente las facciones de cada uno.
Visualizo a dos chicas agarradas de la mano, escondidas detrás de la barra.
Creía que eran Hailey y Sabrina.
Se acercó a ellas despacio y cauteloso, susurrando sus nombres.
Ambos lo miraron y suspiraron, claramente aliviadas.
Detrás de ellas, estaba los que parecían ser Troye, Niall y Alexa.
-Escúchenme bien todos, van a ir uno por uno a donde yo les indique, van a esperar en la puerta, y, una vez estemos todos ahí, los llevaré afuera ¿Entendido?-
Todos asintieron.
Hailey estaba llorando y Sabrina la abrazaba. Niall están mordiéndose las uñas y Troye parecía estar demasiado ido como para demostrar lo que sentía en ese momento. Alexa simplemente miraba a su alrededor, precia buscar a alguien.
-Pero faltan Taylor y Florence.- espeta ella, preocupada más que aliviada.
-Tranquila yo me aseguraré de que todos salgan de aquí.- al ver a la chica asentir, recuerda que están perdiendo demasiado tiempo. Antes de conocer a Harry y sentir preocupación por él y otras personas, le era demasiado fácil manejar esta clase de situaciones.
No le importaba realmente sacar a nadie cuidadosamente, simplemente soltaba tres disparos en el aire, hacía que todos huyan y luego él se encaramaba de los bastardos que jodian su noche.
Pero ahora, con el corazón involucrado en su trabajo, le era todo más difícil.
¿Sacar a los amigos de un chico que vio dos veces en su vida y preocuparse por su bienestar? Si le hubiesen dicho eso hace 2 meses atrás se partiría en dos de tanto reír. Pero ahora, todo era muy real, todo era demasiado para él y para su corazón.
Y se dio cuenta de lo mucho que le imputaba ahora.
-Hailey, vas tu primero.- dijo señalando el camino que debía seguir.
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