○Recuerdos: 1○
Yoongi recordaba perfectamente el día en el que conoció a Jungkook. ¿Y cómo olvidarlo? Era un niño de lo más adorable y gracioso. Con tan sólo cuatro años, el pequeño Kook, no tenía ni idea de lo que se le venía encima. Sus papás habían decidido meterle en la prestigiosa academia de ballet, pues a pesar de la corta edad del pequeño, juraban que estaba lleno de talento, y había que explotarlo al máximo con el método correcto.
Yoongi tenía entonces 13 años, él ya era una especie de prodigio al piano, y se dedicaba horas y horas a jugar con el pequeño Kook, que en realidad no era más que un entrenamiento camuflado por la diversión. Yoongi tocaba cancioncillas al piano mientras Kookie, cómo él solía llamarle, hacía sus primeros pasos de ballet, enseñados por la madre del mayor.
Eran como hermanos. Yoongi cuidaba y protegía al pequeño como si su propia vida le fuese en ello, y Kook le recompensaba con sonrisas de conejito e inocentes besos en las mejillas.
Los años pasaban como el viento. Yoongi cada vez estaba menos tiempo en la academia porque debía pasarse horas y horas en su Conservatorio de música, o viajando por el país recibiendo masterclass de los mejores pianistas del mundo, pero siempre que podía, se escapaba a la academia para visitar a su hermanito, ya no tan pequeño.
Jungkook tenía 13 años cuando a Yoongi le dieron una beca para irse 2 años a Rusia a estudiar en una de las mejores escuelas del mundo.
Fue duro saber que aceptarla sería lo mejor para su carrera musical, pero Yoongi había vivido toda su vida entre bailarines, y sabía que no podría alejarse de ese mundo.
—No quiero que te vayas hyung...
Yoongi abrazaba a Jungkook, quien empapaba su espalda debido a las lágrimas que derramaba sin parar.
—No me voy para siempre, Kookie, son sólo dos años. Cuando vuelva seré el mejor pianista del mundo y tú el mejor bailarín del mundo, ¿de acuerdo?
Jungkook seguía sin poder parar de sollozar, aferrado a la espalda del mayor.
—Pero hyung...tengo miedo de que me olvides...Cuando regreses tendrás 24 años y seguro vendrás con una hermosa chica rusa, y ya no querrás acompañarme al piano jamás, sólo querrás estar con ella...
Yoongi separó a Jungkook de él para mirarle a los ojos.
—¿Pero qué tonterías estás diciendo Kookie? ¿Crees que después de tantos años podría olvidarte? Además, las chicas rusas no son de mi tipo, demasiado rubias y pálidas. -dijo riendo.
Jungkook se secó las lágrimas con la manga de su camisa.
—¿Me prometes que me recordarás?
Yoongi besó su frente.
—Todos y cada uno de los 730 días en los que estaré allí.
Jungkook sonrió y se abalanzó sobre Yoongi para abrazarle y besar su mejilla.
—Te quiero hyung...-susurró en su oído.
• • •
Faltaba apenas una semana para que Yoongi regresase por fin a Corea. Desde hacía algo menos de un año, le habían permitido tener un móvil propio a Jungkook y hablaban casi a diario.
—Estoy ansioso por poder abrazarte de nuevo hyung.
—Yo también, Kookie. Seguro que has crecido mucho, ¡probablemente ya seas más alto que yo!
Jungkook rió a través de la línea.
—Si mis recuerdos sobre tu figura no se han distorsionado con el paso del tiempo...sí, creo que ya te sobrepasé.
—¡Qué sinvergüeza! -dijo intentando sonar enfadado
—Debo ir a ensayar, hyung, nos vemos en unos días.
—Está bien, ve. Te quiero, Kook.
—Te quiero, hyung.
Yoongi colgó con una tonta sonrisa en la boca. Jungkook era la mitad de su alma, y por fin iban a unirse de nuevo.
Mentiría si dijese que su estancia en Rusia había sido agradable.
La competencia allí era de otro mundo aparte, Yoongi jamás había visto cosa parecida. Su profesor era muy duro con él y no había logrado hacer ni un sólo amigo. Nunca supo si por racismo o por envidia.
• • •
A pesar de que Yoongi sabía que nadie iría a recogerle en el aeropuerto de Incheon, no pudo evitar decepcionarse al no ver a nadie allí. Sus padres no podían pausar las clases de la academia, y obviamente Jungkook no podía saltárselas.
Durante el trayecto de vuelta en taxi, la respiración de Yoongi parecía haber perdido por completo el control del ritmo. Necesitaba ya tocar a su pequeño, le había echado demasiado de menos.
El vehículo se detuvo en la puerta de la enorme academia. Yoongi le tendió ansioso unos billetes al conductor, probablemente más de la cuenta, pero no tenía tiempo de esperar a que le devolviese el cambio. Prácticamente se tiró del coche y corrió al interior del edificio.
Fue directamente a la sala grande, dónde probablemente se encontraría ahora mismo el menor, ensayando.
Y ahí estaba.
Lo vió a través del cristal. Se había convertido en el dios en el que estaba destinado a convertirse.
Los músculos de sus fuertes piernas se marcaban a través de las mayas blancas, y sus pectorales se dejaban notar a través de la escotada camiseta de tirantes, que también dejaba ver sus tonificados brazos.
Jungkook giraba a una velocidad de vértigo sobre la punta de su pie derecho. Su movimiento era perfecto, realmente impecable.
Al menos hasta que entre giros y giros, pudo ver la figura de Yoongi parada a unos metros ante él, observándole maravillado. Jungkook perdió el equilibrio, sin llegar por supuesto a caer, eso no sería nada elegante de un bailarín como él. El menor se quedó en shock por un segundo, antes de sonreir con sus característicos dientes delanteros y lanzarse hacia Yoongi, abriendo la puerta de cristal de un gran empujón.
Saltó sobre el cuerpo del mayor, quien era ahora el más bajo de los dos, y rodeó su cintura con sus piernas como cuando era un niño.
Yoongi rió mientras pasaba su mano de arriba a abajo por la espalda del contrario.
—Vaya, pesas mucho más de lo que esperaba.
Jungkook se bajó al suelo y siguió abrazandole.
—Hyung, no puedo creer que al fin estés aquí, que esté tocándote...
Yoongi besó su mejilla con cariño y observó su rostro.
Su mandíbula de había ensanchado, siendo ahora más cuadrada y varonil. Sus ojos seguían teniendo ese brillo mágico y su sonrisa era incluso más hermosa.
Él, se había vuelto más hermoso.
Yoongi volvió a alejarse de él para contemplarle mejor, pero sin soltar una de sus manos.
—Mírate. Estás hecho todo un hombre ya.
Jungkook sonrió.
—He trabajado muy duro estos dos años, para ser el mejor bailarín y que el mejor pianista pueda acompañarme a dónde quiera que vaya.
—¿Yoongi? -una voz femenina sonó tras ellos. El nombrado se giró para ver a su madre.
—¡Mamá! -corrió hacia ella para abrazarla y levantarla en el aire. - Mamá os he echado tanto de menos...
Más tarde los cuatro se reunieron para una gran cena "familiar", pues Jungkook era tambien como un hijo para los Min.
Hablaron de todo, rieron y lloraron. Cuando la cena terminó, Jungkook tomó a Yoongi del brazo cuando éste se dirigía a su cuarto.
—Hyung...duerme conmigo esta noche.
Yoongi elevó las cejas, ni si quiera de niños habían dormido juntos.
—Kook no digas tonterías. Venga, ve a dormir, es tarde.
Jungkook tiró de su brazo, insistiendo.
—Por favor hyung, te he echado demasiado de menos, duerme conmigo esta noche, por favor, no quiero separarme de ti.
Yoongi rió.
—Kook, estoy aquí de nuevo, no voy a marchar...
—Hyung. -Kook lo miró directo a los ojos- Abrázame hasta que me duerma. Estoy cansado, será poco tiempo, ¿sí?
Yoongi suspiró derrotado.
—Está bien Kook, dormiré contigo un poco.
El menor sonrió, satisfecho con su victoria y arrastró al mayor hasta su cuarto.
Cuando Yoongi entró al dormitorio, no pudo evitar abrir su boca sorprendido. La pared estaba llena de recortes de periódicos y revistas sobre los conciertos y otros eventos que Yoongi había tenido en los últimos dos años.
—Kook, ¿por qué guardas todo esto? -preguntó con su cuello alzado.
—Por que lo amo y lo admiro, hyung. -Cuando Yoongi bajó su cuello para mirar el menor, se encontró con que éste se había desnudado hasta quedar tan sólo en bóxer.
—Kook, qué demonios...
Jungkook le calló con un inesperado beso al que Yoongi no supo reaccionar.
—Hyung, quiero darle todo lo que me pida. -dijo al separarse.
Yoongi parpadeó, sin creer aún lo que estaba ocurriendo.
—Kook, no...yo no voy a...
—¿No le gusto? ¿Me he vuelto feo para usted? -dijo con su labio inferior temblando.
Yoongi reaccionó y le tomó entre sus brazos con delicadeza.
—Nada de eso, Kook, estás...estás realmente hermoso. Pero lo que me pides no está bien, soy 9 años mayor que tú, además eres menor de edad y...y ambos somos hombres...
Jungkook se pegó al cuerpo del contrario.
—No me importa en absoluto su edad, hyung, nunca me ha importado, y pensaba que a usted tampoco...¿es porque no le atraen los hombres? -dijo entristecido.
Yoongi comenzaba a perder su cordura. Ante él tenía a un niño de 15 años semidesnudo, su casi hermano, declarándose. Su mente le decía que aquello era una total locura, pero sus ojos y sus impulsos tan sólo veían el increíble cuerpo que el menor había desarrollado y el hermoso rostro que poseía.
—Me atraen los hombres, Kook...pero tú...tú eres como mi hermano...
Jungkook comenzó a llorar, dejándosd caer en su cama y tapándose el rostro.
—Lo sabía, usted ya no me quiere...
Yoongi se arrodilló ante él.
—No no no, Kook por favor, mírame. Te amo, y eres hermoso. Si tuvieses mi edad, no dudaría en hacer lo que fuese contigo -Yoongi se sorprendía y asustaba al oir sus propias palabras- Pero esto que me pides...es una locura. ¿Sabes que es ilegal? ¿Quieres que tu hyung vaya a prisión nada más regresar a Corea?
Jungkook negó con su cabeza mientras se sorbía la nariz.
—P-pero sólo s-será ilegal si alguien nos descubre...Y y-yo no pienso contárselo a nadie...Hyung quiero besarle todos los días, por todos los que no pude cuando se fue.
Yoongi cerró sus ojos y atrajo al menor para abrazarle de nuevo. Al fin y al cabo, seguía siendo el pequeño que buscaba el amor de todos. Pero quizás, no fuese ya el pequeño inocente que Yoongi había conocido y dejado atrás el día de su partida. Jungkook dejó escapar un gemido cuando Yoogi lo abrazó, y cuando éste se separó, pudo observar el rojo rostro avergonzado de Jungkook, que cubría su erección con sus manos a través del bóxer.
Yoongi no podía creerlo. Realmente Kook era ya un adolescente con necesidades.
Yoongi no pudo evitar bajar su mirada a ese punto y morder sus labios.
—A la mierda la ley. -dijo antes de abalanzarse para besar con desespero al menor y tumbarlo sobre la cama.
■■
Hoooola! Realmente no esperaba hacer este recuerdo taaan largo, pero bueno, la inspiración me vino y...aah.
No se asusten, esto no acaba aquí, contaré más sobre estos recuerdos del Yoonkook, y lo que pasó tras esto último.
Déjenme sus comentarios para saber si les gusta o no!
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