14
[...]
—No quiero irme, quiero hablar contigo.
Yoongi rodó los ojos.
—Jimin, tengo que volver al ensayo, necesitan que toque el piano.
—Pues entonces te esperaré aquí hasta que regreses.
Yoongi suspiró antes de salir por la puerta y decir para si mismo:
—¿Por qué tuve que encontrarlo?, demonios...por qué...
•••
Jimin esperó a Yoongi durante las dos horas que duraba el ensayo.
La habitación del mayor estaba casi vacía, no parecía que viviese allí o pasase mucho tiempo, todo estaba impoluto.
Se aburría demasiado esperándole en aquel cuarto blanco, de modo que decidió investigar que había en el pequeño cajón del que había sacado el kit de primeros auxilios.
Tiró de él para abrirlo con manos temblorosas, y tan sólo un álbum de fotos ocupaba espacio en él.
Jimin dudó si aquello no sería demasiado personal, pero siempre había sido un gato dispuesto a dejarse matar por la curiosidad.
Tomó el álbum entre sus brazos y se sentó en la cama para abrirlo.
En la primera hoja había muchas fotos de un niño muy pequeño ¿sería Yoongi? Su respuesta llegó al ver en la página siguiente a ese mismo niño, un poco más mayor, tocando un piano marrón.
Jimin sonrió sin darse cuenta y acarició aquella foto, como queriendo grabar con las yemas de sus dedos aquella imagen en el recuerdo.
Siguió ojeando aquellas fotos. Yoongi parecía muy feliz de pequeño.
Cuando llegó más o menos a la mitad de aquel álbum, dónde se veía que Yoongi era ya un preadolescente, una cara nueva surgió.
El parecido era más que razonable, sin duda alguna, aquel pequeñajo de unos cuatro o cinco años con medias blancas se trataba de Jungkook.
A partir de ahí, aparecía en todas las fotos, si no era de cerca, podía vérsele al fondo, bailando.
De pronto, en la última página del álbum, se había tapado todo con una hoja negra. Jimin la retiró del plástico con cuidado, y entonces lo vio.
Seguían siendo ellos, pero ahora se besaban y tenían otro brillo en sus miradas.
Cuando la puerta del cuarto se abrió, el pesado álbum cayó boca abajo de las manos de Jimin y cientos de fotos se desperdigaron por el suelo.
Yoongi abrió mucho los ojos ante tal escena.
—¿¡Qué mierda, Jimin!?
Yoongi se abalanzó sobre el suelo para empezar a recoger las fotos.
—Y-yo...lo siento...-dijo tartamudeando.
—Deja ahora las disculpas y ayúdame a recoger este desastre.
Jimin asintió y se arrodilló en el suelo, apilando fotos. Pero entonces, encontró una foto que no había visto antes, al ojear el álbum.
Era una foto suya, bailando. Era del día que Yoongi le encontró en aquella plaza casi abandonada. Había sido tomada desde una distancia considerable, pero aún así, se distinguía bien su cuerpo y su rostro.
Yoongi le arrebató la fotografía de las manos nada más darse cuenta.
—Fotografío a mucha gente, me gustan las cámaras. Lo consideré un momento bonito y lo capturé, ya está.
Dijo hablando rápido y con un tono frío.
—Está...está bien, no iba a preguntarte sobre ella...me gusta -Yoongi le miró a los ojos- Es bonita.
Yoongi bajó su mirada y siguió recogiendo fotos, con más calma ahora.
—Gracias. Puedo darte una copia si quieres. Y tengo más. -Jimin hizo un sonido interrogativo y Yoongi pareció sonrojarse- Tengo más fotos de ti, bailando. Sólo puse esa ahí porque es mi favorita.
—Me encantaría verlas. -susurró.
Yoongi guardó la última foto que quedaba en el suelo.
—Mañana traeré mi cámara de casa entonces.
—¿No puedo simplemente ir a tu casa? -preguntó sin ser realmente consciente de sus palabras.
Yoongi abrió ligeramente su boca, sorprendido.
—No. Tú debes permanecer aquí, son las reglas, además, mi casa es mi templo, sólo entro yo.
—¿Y no puedo convertirme a tu religión?
—Jimin -el mayor cerró los ojos mientras se pellizcaba el puente de la nariz- No sé a que estás jugando conmigo, pero no pienso caer.
—¿¡Por qué te cuesta tanto no ser un capullo!? -gritó Jimin, quien comenzaba a perder los nervios- Intento comprenderte Yoongi, intento ponerme en tu piel, pero me resulta imposible, ¡ni si quiera sé que mierda te ocurrió con Jungkook! Quiero hablar contigo sin tenerte miedo y contarte como me siento con todo esto, porque estoy solo aquí y tú eres mi único maldito amigo en este mundo ahora mismo, pero eres un amigo de mierda.
Yoongi se sentó con expresión cansada en el borde de la cama.
—Está bien, ¿quieres hablar? Te escucho, ¿quieres que te cuente por qué no confío en nadie, por qué soy como soy? Entonces escúchame tú primero, porque voy a contarte, que mierda me ocurrió con Jungkook.
◇◇◇
Capítulo cortito lo sé, pero a continuación viene el Recuerdo 4, y de hecho creo que será el último que haga, pues ahí ya se desvela todo.
Estará como siempre narrado en 3a persona para que pueda haber la máxima información posible (ya que Yoongi no puede saberlo todo), pero como Yoongi acaba de decirle a Jimin que le contará su historia, habrá una parte narrada en 1a persona, probablemente haré un pequeño resumen desde el punto de vista de Yoongi.
¿Listas para la destrucción del Yoonkook?
Allá vamoh
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