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Jimin repitió por décimo quinta vez el ejercicio de dibujo.
Daba igual cuanto lo intentase, al final el compás siempre se le movía y acababa arruinando toda la lámina.
Jimin era uno de esos alumnos a los que los profesores suelen llamar "un completo desastre".
Eran las 2 de la mañana, y sus ojos escocían tras tanto tiempo bajo la luz del flexo, concentrados en la dichosa lámina.
A él ni si quiera le gustaba dibujar, ¿por qué el profesor exigía que estuviese cada milímetro perfecto? Jamás iba a construir un puente, ni un edificio, ni nada parecido.
No, Jimin no valía para eso. Jimin era una de esas personas a los que los profesores, aparte de "completo desastre" solían llamar "inocente soñador".
Y es que la verdad era, que Jimin no valía para nada.
Le iba mal en dibujo, en matemáticas, en las lenguas, en ciencias...en cualquier carrera que "valiese la pena", las dotes que Jimin tenía, no servían.
Por eso, al salir del instituto, entre triste y enfadado por la presión a la que lo sometían con sus estudios, Jimin se iba a una plaza abandonada a bailar. Bailar le hacía sentir mejor, más libre, con menos presión, más alegre, pero sobre todo, le hacía sentir que valía para algo.
Antes, estaba en una academia de danza, pero sus padres, por influencia de los profesores del instituto, decidieron que debían sacarlo de allí, porque allí perdía el tiempo en algo que no servía absolutamente para nada. ¿Cómo iba a ganar dinero bailando? Lo que Jimin debía hacer era dejar de soñar, poner los pies en la tierra, centrarse en sus estudios de una vez por todas y pensar en que carrera "de verdad" o "de valor" quería hacer en el futuro.
Pero Jimin no podía pensar en nada que no fuese la danza. No entendía nada. De pequeño, en el colegio, los profesores siempre decían "escoged un trabajo que os guste y jamás tendréis que trabajar" , y al llegar al instituto, sólo te decían que aprendieses una carrera con la que ganases mucho dinero.
Jimin realmente no entendía nada.
¿No le habían dicho alguna vez tambien que el dinero no compra la felicidad?
Lo único que sabía con certeza era que jamás sería arquitecto. Malditos compases, reglas, tintas y demás instrumentos endemoniados.
Guardó por fin la decimoquinta lámina, con el rayajo del compás que se había movido incluído, ya estaba harto de repetirla, la entregaría así.
Él se denominaba a si mismo como una persona perfeccionista, pero de verdad, aquello sobrepasaba sus nervios.
Al día siguiente, por la mañana, les dieron los resultados de un examen que habían realizado la semana pasada.
Toda la clase había aprobado excepto él.
No podía sentirse más inservible en la vida. Todo le salía mal, y por si fuera poco, no tenía amigos y todos se reían de él.
La mañana no había hecho más que comenzar y ya quería salir huyendo de allí, escaparse a su plaza secreta y bailar por horas.
—Jimin, ¿cuando piensas aprobar un sólo examen en el curso, eh? - preguntó su profesor enfadado.
—Lo siento señor, de veras que me esfuerzo...
—Jimin, ¿crees que soy idiota? ¡Estas notas no son las de alguien que se esfuerza en absoluto! Dime, ¿que harás si no tienes estudios? ¿Bailar en la calle para comer? -dijo riendo sarcástico- Ponte las pilas o repetirás curso.
Jimin suspiró. Siempre le hacía lo mismo, y estaba convencido de que sabía de sobra que ya estaba repitiendo.
—No puedo repetir curso, señor, ya lo he hecho este año.
—Oh...sí, cierto, ya no puedes repetir más veces. Bueno, en ese caso lo mejor es que te vayas del instituto, ya tienes edad para trabajar. Con suerte te contratarán de camarero y así podrás compensar a tus padres todo el dinero que gastaron en esa estúpida academia de danza en la que perdiste tanto tiempo.
Aquello fue suficiente para Jimin. Se levantó de golpe y cogió el examen para arrugarlo en una bola y metérselo en aquella boca que sólo soltaba veneno antes de que le diese si quiera tiempo a reaccionar.
Jimin se dirigió furioso hacia la salida.
—¡¡PARK JIMIN ESTÁS EXPULSADO!! -gritó en advertencia.
—¡¡Pues ya era hora!! -respondió en el mismo volumen Jimin.
Salió corriendo de allí, y se dirigió a su querida plaza, el lugar que le veía día tras día desahogarse.
Al llegar, soltó su mochila y sacó un pequeño altavoz para poner la música. Escogió la canción más potente que se le ocurrió, necesitaba descargar adrenalina, aquel no era el momento idóneo para rememorar sus pasos de ballet.
Comenzó a bailar, sus movimientos eran fuertes, pero no perdían la característica elegancia que representaba a Jimin en el momento en el que se ponía a bailar.
Llevaba ya al menos una hora bailando cuando una voz le sobresaltó y le hizo tropezar con sus propios pies, afortunadamente sin hacerle caer.
—Wow. -Un chico mayor que él le observaba con expresión sorprendida.- ¿Dónde estudias?
Jimin frunció el ceño, pues no esperaba aquella pregunta.
—Ahm...en el Instituto Seung...¿puedo ayudarte en algo? -dijo algo confundido.
El extraño rió.
—No hombre, decía que en que academia estudias danza, eres muy bueno.
Algo se desmoronó en el interior de Jimin. Comenzó a recoger sus cosas mientras se secaba el sudor con la camiseta.
—Hace años que no estudio en ninguna academia de danza, pero estudiaba en la central de Seúl.
El extraño elevó las cejas.
—¿Y por qué mierda sigues perdiendo el tiempo en el Instituto Seung? -dijo medio riendo.
Jimin cada vez se sentía más enfadado con aquel chico.
—¿Quien eres?
Le tendió la mano con una sonrisa.
—Min Yoongi, a su servicio -hizo una pequeña reverencia- Soy el hijo de Min Hochan, director del ballet nacional de Corea del Sur. Yo soy un desastre bailando, pero sé reconocer el talento cuando lo veo. Mi padre me usa de cazatalentos, voy por ahí, buscando chicos como tú. Escuché la música de lejos y me sentí atraído.
—Ya...-Jimin no creía ni una solao palabra de aquel extraño, lo lás probable es que fuese algún idiota riéndose de él, además, ¿ballet? Él no estaba bailando ballet en ese momento, ¿tan inculta era la gente como para no saber diferenciar y hacer una buena mentira?- ¿Y a mi que me importa? Soy un bailarín moderno, ¿acaso no me has visto bailar?
Yoongi sonrió.
—Tu elegancia y sutileza te delatan. Sabría reconocer a un bailarín de ballet a kilómetros, como te repito, mi padre es el director del ballet nacional, me he criado entre teatros de todo el mundo, os conozco mejor que a mi mismo. Ahora vuelvo a preguntártelo: ¿Por qué mierda sigues perdiendo el tiempo en el Instituto Seung?
Jimin le miró a los ojos. Vaya, quizás el tipo decía la verdad.
—Tiene gracia, porque allí me dicen lo mismo sobre seguir bailando. Voy porque mis padres sueñan con que sea un médico o algo así, algo de valor.
Yoongi frunció su nariz en señal de desagrado.
—¿Algo de valor?
—Sí, pero de momento no he encontrado nada en lo que yo sirva.
Yoongi rió, primero fuerte, y luego bajando el tono a medida que veía que Jimin hablaba en serio.
—Vaya, pensé que bromeabas. ¿De verdad crees que no sirves para nada?
—No es una creencia, es una certeza. He suspendido todo y ya he repetido curso. Soy inservible para la sociedad.
Yoongi parecía estar oliendo algo pestilente.
—Que horror, han conseguido lavarte el cerebro. Chico, como te llames, claro que vales para algo, bailas genial, y la sociedad paga por ver a personas como tú, con profesiones a las que no todo el mundo puede dedicarse. Pagan por ver lo que ellos no pueden ser. Pagan por la envidia reprimdia que tienen en su interior. Nadie paga el trabajo de un arquitecto porque quiera, sino porque el arquitecto lo exije. Sin embargo, ese mismo arquitecto utilizará ese dinero que le han dado para , por ejemplo, ver un concierto, y pagará por el gusto de verlo, por el gusto de no estar recibiendo un servicio material, a diferencia de él. Paga por las sensaciones y emociones que recibirá. Sólo los trabajos artísticos son capaces de ello.
Cualquiera puede estudiar y ser un médico, un ingeniero, cualquier carrera de dinero. Tan sólo debes estudiar y lo conseguirás. Pero no todo el mundo puede ser un bailarín, un músico, un pintor...para ello necesitas algo especial, un don, talento, necesitas haber nacido así. No puedes estudiar cómo transmitir emociones al bailar, tocar un instrumento o mezclar colores. No, eso lo lleva la persona dentro, y no todos pueden. Tú puedes ser médico si así lo quieres, pero es bastante probable que un médico sea incapaz de bailar como tú incluso si lo quisiese. Así que, no sólo no creo que seas inservible para la sociedad, sino que además, te diré que la sociedad necesita a alguien como tú.
Aquella reflexión impactó por completo a Jimin. Jamás nadie le había hablado así.
—Yo...no sé que decir...lo siento.
—Podrías decir, por ejemplo, que estarías tan encantado como lo estaría yo si vinieses a la academia de mi padre y dejases ese inservible para gente como tú, instituto.
Jimin sonrió ampliamente.
—¿De nuevo quien eres?
—Min Yoongi, tu futuro amigo, espero.
Jimin se colgó su mochila en la espalda y le tendió la mano.
—Park Jimin, el nuevo alumno, espero.
Ambos jóvenes se miraron a los ojos sonrientes mientras estrechaban manos.
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Hola hola! Bueno, en principio esto iba a ser un oneshot de esos sad que tanto me gustan, e iba a ser jikook, pero al final la cosa ha ido variando mientras escribía, y va a ser un fanfic, no tengo muy claro de que extensión, y por primera vez, multiship!
Espero que os guste y me apoyéis! ❤
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