capitulo 16: ¿que hago?
"El cambio es aterrador al principio, caótico en el medio y hermoso al final."
–Robin Sharma
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—Jaqué mate.
Estabas con el núcleo o corazón de Yeva jugando al ajedrez en su casa, después de ver los recuerdos de V. Quien ahora está en la casa de Uzi quien hace lo mismo, revisando la memoria de no solo V por que también la de N.
Eras el rey blanco, detrás de tres peónes en la casilla 1C mientas Yeva tenía a una torre haciéndote jaque en 1E mientras en 6D otra más estaba haciéndote jaque mate, aun que había una reina a la otra punta del tablero que antes era un peon.
El núcleo de Yeva se quedó quieto unos instantes, con su único ojo en el centro del "rostro" clavado en el tablero. Su voz parecia como si te estuvira analisando.
—Te centras en terminar la partida rapdio pero mira en la situación que estas por querer hacerlo a tu manera. —Las luces alrededor del núcleo de Yeva parpadearon suavemente, como si estuviera repasando cada movimiento que habías hecho—. Avanzaste con tus peones, pero no los respaldaste. Moviste la reina ya en tercer movimiento y perdiendola en el siguiente.
Tomaste aire, observando las piezas en el tablero. Era cierto. Tu enfoque había sido apresurado, sin considerar las consecuencias de cada jugada.
—Creí que podía ganar rápido —murmuraste, mirando a la torre negra que aún te amenazaba en 1E.
—Ahí está el problema —respondió Yeva, con un tono que no era de crítica, sino de enseñanza como cuando habla un profesor—. No es la primera vez que haces esto, ¿verdad? Tratar de llegar al final sin pensar en el camino. Si hubieras movido el alfil que tienes en 3B, podrías haber evitado mi jaque en 1E.
Frunciste el ceño, mirando el tablero. Claro, el alfil estaba ahí todo este tiempo. Su movimiento podía bloquear la amenaza inmediata, pero no lo habías visto. O más bien, no te habías detenido lo suficiente para verlo.
Yeva, mientras tanto, movió ligeramente uno de sus patas que emergían de su base, como si estuviera pensando en voz alta.
—No es solo en el ajedrez, T/n. Te concentras demasiado en el final, en la idea de ganar o en lo que crees que quieres alcanzar, y no en cómo evitar que las cosas se vayan a la mierda a mitad de camino.
Miraste al núcleo con una mezcla de incomodidad y molestia. Sabías que no estaba hablando pero para ti no era momento pero sabías que workers como ella no te van a dejar irte tan fácil de esta conversación.
—¿A qué te refieres? —preguntaste, aunque ya empezabas a pensar la respuesta.
—A cómo eres ahora mismo. A lo que estás dejando que te controle. Piensas demasiado en lo que otros quieren, en lo que podría pasar. Te estás dejando llevar, T/n. Por una chica, por una chica que amas. Estás dejando que tus emociones te relenticen, y te estás olvidando de analizar las jugadas.
El núcleo se inclinó ligeramente hacia adelante, su ojo fijándose en ti con intensidad.
—No dejes que te hagan un jaque mate, T/n. Mira el tablero. Siempre hay una salida. A veces, no es la que querías, pero es suficiente para seguir jugando.
Respiraste hondo, tus ojos volviendo al tablero. Moviste lentamente el alfil en 3B hacia 1D, bloqueando la torre en 1E. No era una posición ideal, pero te mantenía en la partida.
Yeva observó tu rostro, cierra el unico ojo que tiene y respira. Tiembla un poco como si estuviera a punto de explotar.
—No se trata solo de un alfil en el tablero, T/n. Puedo ver que estás pensando en mil y un formas de evitar el jaque, en cómo salir de esta situación sin que te afecte demasiado. Quizás te preguntas cómo manipular todo a tu favor, ¿no? Pero eso no es lo que necesitas. —Su voz, que antes era calmada, ahora de una molestia e ironia. Parecía que estaba tan cansada de ver la misma historia una y otra vez. Como One Piece.
Yeva se movió un poco, para estar mas comoda. Ella sabía bien lo que pasaba en tu mente. Sabía que, más allá de cualquier movimiento ahora en el tablero, estabas pensando en Doll. Sabía que a pesar de todo lo que había pasado entre ustedes, a pesar de las cosas que te ah echo a ti y hasta que parece ser que te dejaste manipular, tú seguías con la idea de que tal vez podrías enamorarla de nuevo. Tal vez podrías hacer que cambiara, que volviera a ser lo que alguna vez fue.
Yeva dio un suspiro hondo, casi como si sintiera un peso sobre su pecho.
—Eres inteligente, T/n. Lo sabes. Lo que me molesta es que, con todo lo que has hecho, sigues metido en esa idea estúpida de que hay alguna forma de salvarla. Quizás quieres creer que puedes cambiar las cosas, que puedes volver a ganártela. Pero, ¿acaso no ves lo que está frente a ti? —Las patas delanteraa su núcleo se movieron ligeramente—. ¿No te das cuenta de lo que hace ella? No sé si lo hace porque realmente lo desea, o si hay algo más detrás de sus forma de actuar. Ella es mi hija, y aunque la haya criado, no tengo ni idea de por qué hace lo que hace.
Tu mirada se desvió por un momento, sin saber qué responder. Sabías que Yeva estaba hablando de ambos y en especial a ti. La frustración de no entender a Doll, de no poder cambiar las cosas, y bueno ese beso lindo te tenía loco.
—T/n —continuó Yeva, su voz más firme—, no necesitas seguir persiguiendo algo que tal vez nunca vuelva. Estás tan centrado en ella, en una cosa del pasado, que estás perdiendo lo que realmente importa. Mira el tablero, mira las piezas. Tienes más formas de evitar el jaque de lo que te imaginas. Pero no lo estás viendo porque tu mente está atrapada en ese pensamiento, en la esperanza de que quizás algo, algo pueda cambiar si sigues intentando. ¿Y qué si no cambia? ¿Qué vas a hacer cuando te des cuenta de que tu vida sigue, aunque no la tengas?
Era como si las palabras de Yeva fueran una verdad honesta y fuerte pero sabías que tenía razón. No podías dejar de pensar en ella, en Doll, aunque lo intentaras. Aun que si te das cuenta ¿te esta diciendo que eres simp en el lenguaje de una mamá?
Yeva continuó, casi como si lo estuviera haciendo por ti y no solo por ella misma.
—No me malinterpretes, T/n. No quiero que te olvides de ella, pero ya basta de pensar que eres el único que puede cambiar lo que no se puede cambiar. Eres más capaz que eso. Sé que puedes ser más que esto. Pero no lo verás hasta que dejes de esperar lo que nunca llegará. Mírame. Yo por tus decisiones ¡estoy viva denuevo! Pero no del todo.
Un silencio fuerte se quedo. El solo hecho de escuchar las palabras de Yeva te hizo mierda la mente. Dolía más de lo que pensabas, pero, en el fondo, sabías que no podía ser otra cosa que la verdad.
El silencio se prolongó entre los dos, y por un momento, te quedas mirando el tablero, como si el ajedrez fuera la única forma de evitar mirsr a Yeva. Pero finalmente, después de unos segundos, tu voz rompió el silencio, un tono suave y lleno de una tristeza nostalgica.
—Es extraño —dices sin apartar la mirada del tablero, como si las piezas fueran algo mas que esi—. A veces, creo que amarla... eso me hacía sentir bien. A pesar de todo lo que perdí, a pesar de todo lo que pase con ella, ella era algo que me mantenía en pie. Era como una... una razón para seguir... incluso cuando no tenía nada. Todo lo demás se hiba al carajo, pero había algo en mí que pensaba que, si la amaba lo suficiente, si la quería con todo mi ser, las piezas serian las mismas con las que siempre me acostumbre a jugar, todo volvería a su lugar.
Yeva no dijo nada al principio. observandote con una expresión que estaba entre la comprensión y la frustración. El silencio se mantuvo, y T/n continuó, sin mirarla directamente, como si sus palabras fueran un desahogo.
—Entonces, ocurrió. Una simple acción de Doll, algo... tan... que literalmente me partio en dos. El amor que tenía, la razón por la que luchaba, se derrumbó frente a mis ojos. No entendí por qué lo hizo, pero fue suficiente para destruir todo lo que había estado construyendo, mi vida futura, mis ganas y mi fuerza. Y ahora... no lo sé. Últimamente tengo algo de suerte. Si te digo lo que me paso no me lo creerías aun que de dinero.
Finalmente, Yeva habló, su voz más suave de lo que había sido antes, pero con una firmeza que dejaba claro que había una verdad profunda en sus palabras.
—Lo que intentas hacer no debe de ser por amor. El amor no debe ser una excusa para quedarte estancado en el pasado. No te recuperaste por completo porque no has dejado ir lo que te lastima. No has aprendido a sanar sin depender de los demás. Te aferras a ella como si fuera la única solución, como si lo único que te permitiera seguir adelante fuera el amor que alguna vez tuviste.
Yeva dio una pausa, como si sus palabras estuvieran pesando sobre ella también, como si ella misma tuviera problemas al decirlo. Pero aun así sigue.
—No te estoy diciendo que dejes de amarla, T/n. El amor es complicado, pero... tienes que entender que tu vida no puede depender de una sola persona. Tienes que aprender a ser entero de nuevo, por ti mismo. Solo cuando lo hagas, cuando dejes de usar el amor como una droga que usas a diario, verás que mejoras y quizás la vuelvas a usar pero con más control en ti mismo.
Permaneces un rato mirando, la mirada fija en el tablero de ajedrez, pero ahora tu mente no estaba completamente allí. Tu pensamiento giraba en torno a lo que Yeva había dicho, a lo que había perdido, y a lo que aún no había logrado recuperar. Quizás, en el fondo, entendía lo que Yeva te decía, pero no sabía cómo empezar a soltar lo que aún le dolía.
Finalmente, miras a Yeva, con tus ojos que se sacaron un peso de encima. Respiras y sonríes un poco.
—No sé si pueda dejar ir lo que siento por ella, Yeva. Y... tal vez ni siquiera sé si quiero hacerlo. Pero, lo que dices... tal vez tienes razón. Tal vez aún no estoy listo para sanarme por completo.
Yeva lo observó con ternura, esa la cual haces feliz a una madre con tus acciones. Su núcleo brilló levemente, como si comprendiera lo que él estaba atravesando.
—Lo entenderás, T/n. La sanación no tiene una fecha de vencimiento. Solo recuerda que el amor no puede ser tu único motivo para seguir adelante. No cuando puedes ser más que eso.
El tablero se encontraba en equilibrio perfecto. Habías logrado maniobrar cuidadosamente las piezas, evitando la derrota y obligando a Yeva a aceptar un empate. El núcleo de Yeva brillaba con un tenue resplandor, como si estuviera analizando cada detalle del juego y también de tus palabras.
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Yeva inclinó ligeramente su núcleo, como si estuviera evaluando el resultado. Finalmente, su voz rompió el silencio, calmada pero con cierto matiz de respeto.
—Un empate... aún no me lo creo que lograste salir de la situación de la B que te deje.
Sonreíste levemente, aunque el agotamiento mental del juego aún pesaba en ti. Miraste el tablero con una mezcla de orgullo y alivio.
—Sabes, Yeva, a veces me olvido de lo que realmente he logrado. Es fácil perder de vista las cosas buenas cuando todo parece irse al carajo... pero últimamente me he dado cuenta de que no todo ha sido un desastre.
Yeva se quedó en silencio, permitiéndote continuar. Era raro que alguien te escuchara con tanta atención. Era como si sus luces te invitaran a abrirte sin miedo.
—Tengo dos amigos honestos conmigo. Uno de ellos es Thad, un chico genial que me soporto mi personalidad aun que es un chico popular es muy buena onda con todos… quizás te miento, aveces miente por que se preocupa por mi. Y luego está V... te mató a ti, a mi mamá y a Nori. Creía que en realidad era una psicópata pero no, tiene su corazón en otro lugar.
Yeva se molesto. Pero que demasiado, pues uso el Absolutesolver pero se acordó de que no puede hacer daño. Suspira molesta mientras te mira con igualmente molestia.
—Lo siento. Nesecitaba respuestas de su cabeza y bueno, terminé entendiendo por qué, imaginate que tu amas a alguien y derrepente alguien más fuerte que tu te lo arribata y te transforma en la peor versión de ti mismo. Además... he sido lo suficientemente inteligente como para crear un arma desintegradora. Y no me refiero a cualquier cosa. Es algo que realmente funciona. Lo hice por necesidad, pero el hecho de que lograra construir algo así me hace pensar que tal vez soy más capaz de lo que a veces creo. La muerte llega tarde o temprano ¿no pensabas que llegaría tan rápido para ti?
—Si... pensaba tener una vida más larga en ese cuerpo pero... no, aun que mira eso. Lograste tener de amigo a un Murder drone y perdonarla por matar a tu mamá y a mi, eres muy maduro para tu edad.
Respiraste hondo, pensando en lo último que querías mencionar. Algo que todavía no habías compartido con nadie. Y te tomarían como loco.
—Y, bueno… últimamente he tenido algo de suerte en lo personal. Algo que, si te lo dijera, probablemente no me creerías. Pero ahí está, sucediendo. Es como si el universo, de alguna forma, estuviera equilibrando las cosas para mí. No sé cuánto tiempo durará, pero lo estoy disfrutando mientras puedo.
Yeva mantuvo su mirada fija en ti, sus luces parpadeando con algo que casi parecía… curiosidad.
—La suerte no siempre es algo que viene del universo, T/n. A veces, es el resultado de las decisiones que tomas. Quizás estés creando tus propias oportunidades sin siquiera darte cuenta.
Asentiste, permitiendo que sus palabras resonaran en ti antes de añadir lo último.
—Y… te reviví a ti, Yeva.
Esas palabras parecían pesar en el aire, pero Yeva no respondió inmediatamente. Su núcleo brilló con un tono más suave, casi maternal, mientras te observaba.
—Lo hiciste, T/n. Me diste una segunda oportunidad, incluso cuando no tenías la obligación de hacerlo. Eso no es solo inteligencia ni suerte. Es una elección. Y esa elección dice mucho de quién eres realmente.
El silencio volvió a llenar la casa por un momento, pero esta vez no era incómodo. Miraste el tablero una vez más, recordando cómo habías evitado el jaque mate y forzado el empate. Era simbólico, en cierto modo. Habías pasado por tanto, enfrentado tantas pérdidas, pero aún estabas en el juego.
Yeva habló de nuevo, con una voz más suave y tranquila que antes.
—T/n, quizás no siempre veas el valor de lo que haces, pero lo que acabas de decirme… sigues avanzando, incluso cuando el camino no es claro. Tal vez no siempre ganes, pero lo importante es que no te rindes.
Paso el rato, jugaste un poco más pero al final bostezas.
—Dios. Me tengo que ir a dormir. No sé cuánto tiempo pasó pero pasó.
Yeva estaba igual aun que estaba más despertada que tu, te paras del asiento y empiezas a caminar hasta la puerta. Todo en la casa de Yeva estaba como nuevo, el suelo estaba reluciente, la cocina estaba impecable con todos sus cubiertos limpios, no viste el baño pero si le habrá dado una lavada digna. Hasta que llegas a la puerta con un tapiz que decía "hogar" de un color rojo con letras amarillas.
—Ya empiezo a creer que toda su familia es comunista... aún que es mejor ser comunista por ti mismo que ser uno en un país comunista.
—Ya, ya, ya te oi muchas veces decirlo. Yo no soy, el fandom cree que soy comunista con un tatoo en el culo con el símbolo de la unión de las repúblicas socialistas comunistas.
—Eso es válido para mi. Gracias señora Yeva, me ayudo mucho.
La puerta se abre y miras al nucleo de Yeva detrás tuyo a la altura de tu pie donde ella escala rápidamente tu cuerpo hasta llegar hasta tu mejilla y darte un beso de despedida.
—De nada. Igual tu, te lo agradezco mucho.
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En la estación transtar…
Mikhaila y Olsen estaban mirando una pantalla con gráficas de ondas electromagnéticas, temperatura, energía eléctrica, energía nula entre muchas más en un solo panel visto por ambos quienes tenían una idea de cómo predecir con un poco de antelación tu llegada a la estación sin causar problemas a los demás. Pensaron que habría una alteración de algo para anticipar, pero parece ser que no.
—No. En ninguna de estas gráficas no hay nada anormal o llamativo en estas. Todo en orden.—dijo extrañaron Olsen mirando con detalle cada gráfica sin encontrar nada nuevo o interesante.
Mikhaila mira las gráficas, había fotos y videos de como habías llegado aquí pero nada. No hay luces parpadeando, no hay sonidos o ruidos específicos, no hay una señal visual. Nada.
—Quizás es como si hiciera respawn como en los juegos. Lo hace de la nada y sin previo aviso, donde solo el jugador sabe cuando hará respawn, pero en algunos juegos se puede saber cuando reaparece.—dice pensante como si ella misma dudará de su hipótesis mientras se agarra el mentón y mira al suelo como si se lo dijera a él.
—¿de dónde sacaste esa conclusión? ¿Dormiste bien?—dijo con rareza Olsen. Pues estuvo un día entero construyendo un worker drone funcional como dijiste tú. Junto a los demás.
—¿preguntaste algo a cerca de las muestras Tifón que tuvimos recientemente?—dijo con obviedad en su voz mientras veía a Olsen y luego a la pantalla.
—No. Pensé que era de otros Tifón además de T/n ¿por qué?—dice confundido.
—El cuándo se despierta se desvanece lentamente y deja tejido y órgano Tifón como cualquier otro, como dejando su loot cuando mueres en un juego survival o battle royal cuando mueres o abandonas partida en este último caso.
—luego mira otro lado— debe de haber un punto de respawn en algún lado. ¿Hay registros de sus apariciones en la nave?
—Ya que lo dices…—Olsen saca una tableta y mira unos registros. Y se queda en silencio hasta que vuelve a hablar—según los registros y reportes del personal, pues en donde más hubo avistamientos de él sería el pub principal. Seguido de, cafetería, almacén, botánica y zona de gravedad zero de la estación, el resto solo se tiene un registro antiguo o un avistamiento no confirmado.
—¿Dijiste que había fluctuaciones?
—¿Quieres saber cuanta es la diferencia?—dijo irónico.
—¿Ninguna o casi ninguna?
—Si y pensaba que era Morgan usando sus poderes Tifón en la zona de desarrollo de neuromods o un error leve, pero no sé si decirte que sí. La última vez fue pura suerte que adivinaramos donde aparecería cuando un maldito foco de luz recién puesto en zona de pruebas explotó.
—Sí… aún no me lo creó… avisa a Sarah y al personal de seguridad sobre las apariciones y a Morgan que estamos tratando de saber con exactitud cómo aparece, pero ahora parece que no encontramos ninguno.
—¿Crees que sea causado por el Absolutesolver que dijo T/n?
Mikhaila se queda en silencio. Dudando, mira la pantalla y luego a Olsen, y se lleva de nuevo la mano al mentón donde habla de nuevo.
—Si te soy sincera no tengo ni la más mínima idea. Será lo primero que hagamos cuando él vuelva, pero ahora solo concentramos en esto… porque si no papá de operadores estará muy enojado por no ayudarlo ahora. Me voy, yo que tú me fijo por si cambia algo.
Mikhaila camina y suena el suelo de mármol hasta que se escucha una puerta moverse. Hasta que los pasos de Mikhaila desaparecen y dejan a Olsen mirando la pantalla antes de solo suspirar en silencio para ver la tableta, pero un sonido le llama la atención.
Los gráficos de temperatura en la zona botánica bajaron en una zona pequeña, la energía bajó unos miserables watts casi imperceptibles. Mientras se veía como la radiación psíquica aumentó exponencialmente.
—Ya sabemos como vienes T/n.
Olsen toma un teléfono y marca rápidamente mientras ve la gráfica escuchando un BIP largo por 2 segundos hasta que la voz de Morgan Yu se escucha.
—Dr. Olsen, ¿qué ocurre?
Olsen mira la gráfica con una sonrisa satisfactoria y habla con emoción. Como si descubrió un tesoro o algo por el estilo.
—Morgan, dile a Sarah que vaya con personal de seguridad y ve tú a Botánica. En 5 minutos T/n llegará.
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Así que... aquí de nuevo. Me tarde pues, no miento. Procastinacion de la buena.
Pero bueno ¡gracias por leer!
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