네
El tiempo no se detiene, y eso es algo que a veces Siyeon llegaba a odiar.
"¿Cómo te fue con Bora?"
Gahyeon, oh, hermosa Gahyeon.
Siyeon ya no ve colores con ella.
Uno de sus más grandes miedos, se hizo realidad.
Era de noche, una de esas donde la menor subía a su habitación por el árbol junto a su ventana a escondidas de sus padres. Era la oportunidad perfecta para mirarla, para comprobar que seguía siendo ella.
Así que Siyeon miró a los ojos a Gahyeon, y lágrimas comenzaron a caer al darse cuenta de que todo seguía siendo gris.
"No veo colores, Gahyeon." dijo en un susurro.
"Tal vez sólo estás cansada, ¿no dijiste que fueron de compras con Bora?" la chica la abrazó poco a poco, temiendo que eso no fuera lo que la otra quería.
Pero para ser sinceros, Siyeon no tenía idea de lo que sentía ahora.
Esa misma tarde, luego de comer con Bora, fueron de compras a un centro comercial. Siyeon compró un beannie para Bora, y ella le compró un disco de su banda de rock favorita. No volvieron a mirarse a los ojos hasta la hora de despedirse.
"Lo lamento." dice Bora luego de ese choque de miradas accidental.
"No es tu culpa." Siyeon está más que avergonzada y triste.
"No sé sí yo sea tu alma gemela, Siyeon." comienza a hablar, rascándose la nuca. "Pero tú eres la mía, así que necesito que sigamos en contacto."
Después de darle su número, Siyeon volvió a casa donde luego contestó la llamada de Gahyeon, y le terminó contando de su día, exceptuando la parte en la que encontró a otra alma gemela.
"¿Tú ves los colores?" pregunta preocupada, está llorando en su hombro y no quiere salir de allí.
El silencio es corto, pero para ella tan largo como un par de eternidades.
"Sí." contesta finalmente, haciendo que Siyeon se sintiera culpable.
Ella ya no veía colores con Gahyeon.
Ella los veía con Bora.
Pero, estaba segura, no rompería el corazón de la menor.
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