Capitulo XVI
"en mi cuerpo tengo registrados todos los nacimientos humanos sus muertes durante los últimos dos mil años, y me he preguntado, ¿aún hay cosas capases de matarme?, he hecho investigaciones y simulaciones, y solo existe una cosa en este mundo capas de herirme, y ya no existe. -The God
Narra Corazón:
Que estado tan deplorable, realmente me gusta este cuerpo, ahora solo se está desangrando, hace mucho que no sentía tanto dolor, estar en ese pozo, solo me volvió holgazana, ahora había sido completamente superada, la rabia me inunda, pero no conseguiré nada con eso, debo calmar mi pulso, para evitar que se derrame más sangre:
-1.2.3.4.... inhalo
-5.6.7.8.... exhalo
-1.2...3....4...
Creo que, el daño que me genero Jadderwoky es muy Grande, todo se pone frio, y mi visión se nubla, había olvidado que aún existen cosas capases de matarme; realmente soy una estúpida, "me caen bien los humanos", esa frase me condeno, si no muero ahora, Jadderwoky de seguro me matara, en cualquier caso, estoy muerta de todas formas, al menos así moriré sin más dolor.
*hace, 1300 años, reino rojo.
Mi primer recuerdo, es el de emerger de la tierra, mi cuerpo se sentía extraño, la luz era incandescente, trate de regresar bajo tierra, pero ellos aparecieron, soldados de armadura roja me arrastraron, hacia la superficie; la luz del sol quemaba mi piel, el suelo de la superficie estaba demasiado, caliente, alguien se me acerco y dijo:
-levántate.
Mi cuerpo, se movía solo, trate de resistir, pero era inútil. Poco a poco mis ojos empezaron a ver a la persona que me hablaba:
-dime, cuál es tu nombre.
¿Nombre?, que es un Nombre, no sabía lo que me preguntaba, ni tampoco sabía el idioma en el que me hablaba:
-The XV
¿The XV? Ese es mi nombre, pero porque lo dije, sin ni siquiera saberlo, quien era este hombre, trate de alejarme de, el pero cada musculo de mi cuerpo, me traicionaba, trate de hablar, pero no conocía ninguna palabra, solamente "The XV"
Pasaron los días y empecé a conocer mejor a ese extraño hombre, su nombre era Magnus Crimmson, él era el soberano de estas tierras, dijo que yo era un regalo de los dioses, nacida para enfrentar la horda de demonios.
Dioses, demonios, no entendía bien lo que me pedía este hombre, pero al principio sentía que cada una de sus palabras era un hecho absurdo tras otro, pero a pesar de eso el constantemente trataba de preguntarle o cuestionarle, el me callaba, una y otra vez, hasta que por fin lo entendí.
Una tarde de invierno, ese hombre me pidió que corriera, hasta el otro lado de su territorio, no me dio caballos, ni ningún tipo de provisión, él me dijo corre y corrí, más rápido de lo que creí que sería capaz de correr; el dolor en mi cuerpo me suplicaba que parase, pero no podía dejar de correr, corrí durante un día y una noche enteras sin descanso, hasta que por fin los vi.
Frente a mí, al caer la noche, había una ciudad siendo atacada, por lo que parecían insectos gigantes, aun desde lejos, el aroma a sangre, me inundaba, solo sentía miedo, quería correr de vuelta, pero cada pensamiento, que contradijese la orden del rey, me generaba un horrible dolor, no podía correr, ni esconderme.
*Una vos empieza a retumbar en mi cabeza:
-que estas esperando The XV, ve y extermina a los demonios.
-p-pero... yo.
-no me contradigas, ahora obedece la orden de tu amo, y acaba con los demonios.
Una vez más mi cuerpo empezó a moverse por su cuenta, trataba de resistir, pero corría hacia los demonios, cada vez con más rapidez, hasta que me notaron, un enjambre e ellos empezó a venir hacia mi dirección, mi cuerpo temblaba, y la voz me seguía gritando:
-deja de resistirte, así solo lograras lastimarte.
En enjambre me rodeo, puede sentir como los insectos cortaban, mordían y perforaban mi cuerpo, mi vista se oscureció por un segundo, pero cuando recupere el sentido, era to la que cortaba, mis brazos se habían convertido en garras como las de los demonios, y el dolor de ser apuñaladas docenas de veces recorría mi cuerpo.
Los insectos se acercaban y yo una y otra vez seguía cortándolos, cambiando cada vez más, primero fueron sus garras, después sus alas, y patas, antes de darme cuenta ya era igual a ellos, mientras más atacaban me hacía más rápida, más fuerte, en cierto punto deje de resistirme, ahora era yo quien tenía el control sobre mi cuerpo.
Los insectos retrocedían y yo los perseguía matándolos una y otra vez, cuando llego el alba, ya no quedaban más demonios, por unos minutos la sensación de adrenalina, en mí, acallaba los gritos de dolor de cada parte de mi cuerpo, y después llego el agotamiento, mi cuerpo cayo paralizado al suelo, y el dolor que sentía solo se multiplico, ni siguiera tenia las fuerzas para gritar por ayuda.
*la voz regresa:
-The XV, regresa a la capital de inmediato.
-no.... puedo moverme, no puedo volver a la capital.
-no puedes mentirme, que hay de los demonios que devoraste.
- ¿Devorar?
- eres una estúpida, debes devorar la carne de los demonios... para sanar tus heridas.
Después de esa noche, la carne de los demonios estaba podrida, y llena de fango, pero no podía desobedecer a la voz, me arrastré hacia los demonios muertos, y los empecé a devorar, el primero fue asqueroso su carne y sangre eran increíblemente acidas, quería parar, pero notaba que cada bocado me ayudaba a recuperar un poco as de mi fuerza.
Cuando devoré a el primero, mi cuerpo ya era capaz de ponerse en pie de nuevo, pero la voz en mi mente no paraba:
-debes devorarlos a todos.
-Pe...
-no me cuestiones, cada una de sus muertes es fuerza para ti, ahora debes devorarlos a cada uno. No te atrevas a regresar hasta hacerlo.
Según las instrucciones de la voz, busque y devore a cada uno de los demonios muertos, busque bajo cada piedra en cada casa, y en los lugares más desagradables, hasta que consumí el ultimo bocado.
El sabor el aroma, y la sensación en mi boca, eran simplemente intolerables, quería vomitar, pero la idea contradecía las ordenes de la voz, ahora debía regresar a la capital.
La primera vez que ejecute el recorrido desde la capital me tomo un día entero, ahora era capaz de hacerlo en cuestión de minutos, gracias a las alas de los demonios.
Cuando llegue ante el rey, esperaba alguna clase de felicitación, pero en cambio, el solo me golpeó y me insulto:
-eres una inútil, los hollows de la república y la nación hubieran podido con esa amenaza en pocas horas, tienes idea de lo que perdí para poder traerte hasta aquí.
*El rey desconcertado me llevo hasta un balcón en el castillo de la capital.
En el balcón era capaz de ver toda la ciudad, y también pude ver como una pila de flores se levantaban frete al palacio:
-puedes ver esas flores.
-. . . . .
- ¡responde!
-...si
-hay un total de 36.211,346, flores en esa pila, ¿sabes cómo se esa cantidad?
-...no
-porque es la cantidad exacta de los ciudadanos de mi reino, que fueron sacrificados a los dioses, para que ellos, nos trajeran a ti... una completa decepción.
-lo siento.
- ¿lo siento?, no te disculpes conmigo, discúlpate con ellos.
- lo siento.
-no te atrevas a burlarte de tu amo, tu...
El rey se calmó, pero en sus ojos solo había malicia:
-Tal vez haya exagerado, puede que seas débil porque no eres lo suficiente mente cruel.
-Cruel...?
-te tengo, un encargo; en las fronteras con la república, existe una base, de insurgentes, quiero que vayas hasta allí, y los mates.
-pero...son humanos.
-son traidores, en este momento ya no se les considerara humanos a los ojos de la corona; quiero que vayas hasta haya, los mates, los comas.
no pude desobedecer al rey, cumpliendo sus órdenes, volé y exterminé a los insurgentes, devorándolos en el acto, pero eso solo fue el principio, el rey insistía que las vidas humanas también me harían más fuerte, así que mientras no cazaba a los demonios, cazaba a los insurgentes escondidos en la capital, en ocasiones incluso me metía directamente en sus casas y los devoraba frente a sus familias.
Ese hombre, me obligo a seguir la misma rutina cada noche por 13 años, hasta el día que la conocí.
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