"el amor y el odio, ambas dos partes de la misma moneda, una te obliga a perseguir a alguien para estar con él, y la otra te obliga a perseguir a alguien para acabar con él, y en ambos casos cuando por fin matas a la persona, te sentirás vacío, al final lo divertido en la persecución"-The God.

Narra Nash:

La tensión en la habitación se corta con un cuchillo, realmente me estoy aburriendo, solo firme ese estúpido tratado, para poder terminar antes, pero, pero parece que la reina decidió tomarse su tiempo para firmar; al final nada de esto tendrá sentido, incluso trabajando juntos estos burócratas no serían capases de hacerle frente a la lanza.

*las luces de la habitación se apagan:

Interesante, al parecer, esa es la táctica que han decidido tomar, esperan que la oscuridad y los gritos de pánico, oculte su rastro, sería una táctica brillante, de no ser por el hecho de que yo estoy aquí, en esta oscuridad, soy capaz de verlos mejor, que con luz; ocho miembros llegando por la parte de arriba, seis ocultos tras los pedestales, y uno justo al lado de su majestad, es este momento podría ver un lindo espectáculo, si solo me quedo quieto.

Una imagen llama mi atención, The I, incluso en esta oscuridad es capaz de hacerle frente a los atacantes, estoy sorprendido, cualquiera pensaría que después de hacerla decir sus verdades en voz alta, estaría devastada. Bueno será mejor que me ponga a trabajar:

-Corazón, hazte cargo de los de arriba, mientras salvo a nuestra molestia real.

-entendido.

El asesino se acercaba a la reina lenta mente, grabe error, se nota que no es un asesino experimentado.

Tome el cuchillo del asesino, rompí su muñeca y antes de que gritase, rebane su cuello y cabeza, quizás me sobrepase, sería un problema que alguien reconociese mis distintivos rastros de destrucción:

-Corazón, no los rebanes, no queremos llamar atención no deseada.

- ¡¿entonces como los mato?!

- usa sus armas en su contra.

- la política te volvió aburrido.

-la política vuelve todo aburrido, ahora cállate y hazme caso.

Entre las pertenecías del asesino hay un arma de la república, esto puede ser útil, en la oscuridad dispare el arma, los demás asesinos no esperarían que alguien disparase un arma en la oscuridad, así que ni siquiera se molestaron en ponerse a cubiertos, dispare y ejecute a tres de los asesinos, Alicia y la gata, abatieron a dos de ellos, aún con vida, y corazón... bueno, espero que nadie mire hacia arriba.

*Manchester, grita al fondo de la habitación:

- ¡sigan el sonido de mi voz, aquí está la salida!

Como cucarachas todos los burócratas, salieron por la puerta con el rabo entre las patas, al final este ataque también fue decepcionante, estuve por irme, pero una hermosa visión me dejo paralizado.

La reina Madeleine, parada en el centro exacto de la habitación, mirando hacia el techo mientras sangre goteaba sobre su rostro, esa escena me dejo perplejo, contra todo lo que quería mi cuerpo, empecé a caminar hacia ella, al verla directamente en esta oscuridad, quede hipnotizado, con la sangre carmesí, cubriendo sus rojos y vírgenes labios.

Solo fue por un instante, pero conseguí recuperar el juicio:

-su majestad, por aquí este lugar no es seguro.

-Nash eres tú. Que está pasando y que es ese olor

-descuide, es mi deber protegerla, no piense en nada y sígame.

Que estuve a punto de hacer, si no hubiera parado, ¿hubiera besado a la reina?, pero aún más importante aún quiero hacerlo, algo malo pasa conmigo, mi mente está inundado de ideas que se contradicen:

-Protégela

-Mátala

Esta es una sensación molesta, pero la solución era fácil, si lo dejaba a la suerte, el destino elegiría por mí:

*solté la mano de la reina:

-Nash, donde estas, ¿no puedo verte?

-reina, no se mueva, yo me acercare a usted.

Era capaz de ver a la reina perfectamente, aunque todo el templo estuviera a oscuras, en una noche de luna nueva, les dio a los asesinos la oportunidad perfecta, para entrar y salir del templo sin ser detectados; en este momento su majestad esta parada, junto a una escalera, por la profundidad diría que caería unos 3 pisos en escalones de piedra, solo hace falta un pequeño empujón:

-Nash está ahí.

-si mi reina, estoy justo aquí.

Realmente, era divertido hacer esto, era como jugar a patear una piedra preciosa, un paso en falso no habría precio en la tierra que lo remplace, si la reina muere el virrey ascenderá al trono, y quizás él sepa manejar mejor este reino.

Para mi decepción, la reina dio los pasos en la dirección correcta, caminando directamente... hacia una ventana abierta:

-Nash, me estoy moviendo, habla y seguiré el sonido de tu voz.

-la oigo mi reina, siga derecho, la puedo escuchar.

Solo unos pocos pasos más, no sé qué me paso antes, pero, justo ahora lo que más quiero es verla caer al vacío, solo unos miserables pasos más:

ver a la reina caer fue, emocionante, por un instante, solo sabía que debía felicitarme a mí mismo por esto, pero entones vi sus ojos, ojos negros, que en secreto desean la muerte, esa era la misma mirada que tenía dentro del salón, mi cuerpo empezó a moverse solo, incluso la oscuridad me traicionaba, justo antes de perderla sostuve el brazo de la reina y la llevé contra mi pecho, su latido era nulo, incluso en el instante de su segura muerte ella permanecía en calma:

- ¿Nash?

-La encontré mi reina.

*el palacio es iluminado por la luz de un relámpago azul en el cielo:

-su, majestad aléjese de la ventana.

Reconozco claramente ese relámpago, The I por fin exploto, después de todo lo que ha pasado esta noche me sorprende que no pasase antes, pero eso no era lo que pasaba por mi mente, la reina, rodeo mi torso con sus brazos, mirando el relámpago azul:

-Nash, que es eso.

-su majestad será mejor que busquemos refugio.

*una voz se me acerca por detrás:

- ¿Nash?

*frente a nosotros estaba Corazón, bañada en sangre, y con una mirada que nunca antes había visto en ella:

- ¿Oye?, no sé lo que creas que estás viendo, pero te equivocas.

*puso una sonrisa, y dijo:

- no, te preocupes eres un hombre, y como todos tienen la necesidad de parecer grande frente a las mujeres. -Tengo dos opciones, decir la verdad, o....

- Entonces, estas en lo cierto, solo que eso es parte de nuestro trabajo.

Justo en este momento me siento como una escoria de hombre, pero al menos seré un hombre vivo, no puedo decir en voz alta que, trate de lanzar a la reina por una ventana.

*la reina me suelta y dice:

-general Ainsward, le pido por favor que le lleve a mi carruaje.

-sí, su majestad le encontrare un escolta. Oficial Corazón, revise el estado de los ... "otros invitados"

-si general, Ainsward.

Algo mágico acaba de pasar, creo que quiero matar a la reina, pero no de forma normal, quiero matarla de forma lenta y dolorosa, quiero extender la duración de esa mirada todo lo que pueda.