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Capítulo 2: Aguas de Mar

La esbelta mujer aguardaba ansiosa en la entrada del hotel. Miraba su reloj cada treinta segundos esperando que siete jóvenes atravesaran el jardín delantero. El sol acariciaba su bronceada piel y los rizos abultados se movían aireados sobre los hombros. Lo llevaba largo, por debajo del pecho, casi ocultando el escote del vestido azul con estampado floral. La mirada dorada se paseaba inquieta sobre los huéspedes que volvían de dar un paseo por la playa. La perfecta dentadura oculta tras unos abultados labios carmesí se volvió protagonista cuando reconoció a aquellos chicos de los que tanto había oído hablar. Se aclaró la garganta y alisó su vestido, lista para entrar en el personaje y darles la bienvenida a los recién llegados.

- ¡Bienvenidos al complejo vacacional WHI! - Exclamó la joven. Espero a que el grupo posaran sus ojos en ella y continuó con el discurso que ya se sabía de memoria -Aquí contamos con instalaciones que pueden utilizar libremente; pileta climatizada, un gimnasio muy bien equipado y variedad en tratamientos que ofrece el Spa para hacer su estadía más placentera. -Les guiño un ojo pícaro. -Mi nombre es Antonia y soy su recepcionista, pídanme lo que quieran. Cualquier tipo de información o dudas, con gusto seré de ayuda. - Dio media vuelta, moviendo sus amplias caderas al compás de su caminar, causando efecto rebote en sus bucles. Ingreso al edificio, no sin antes hacer una seña con su dedo invitándolos a pasar. - ¡Síganme por favor! - Los chicos hicieron caso, deseosos de llegar a sus cuartos y descansar un poco.

El piso de madera oscura bajo una alfombra estampada y las paredes inmaculadas hacían ver el recibidor más amplio de lo que parecía. El mostrador de roble oscuro resaltaba ante tanta iluminación. A la izquierda los grandes ventanales de marco metálico permitían el ingreso de luz natural. Se podía apreciar la vegetación relajándose en los enormes sillones blanco tiza tomando un refresco sobre la mesa ratona adornada con un ramo de clivia. Por supuesto no faltaban esas plantas de interior que parecían salidas de los estampados de las camisas hawaianas.

-Finalmente comienzo a sentirme relajado. - Suspiro Jungkook dejándose caer en el sillón.

La mujer se ubicó tras el mostrador, sacó un enorme libro de debajo de este y luego de pasar las páginas una cuantas veces tomó tres juegos de llave con colgantes de madera que llevaban impreso el número de la habitación.

- ¡Aquí están sus llaves! - expreso haciéndolas sonar en su mano.

- ¿Llaves? ¿Qué hay de las tarjetas electrónicas? - preguntó el líder extrañado.

Antonio sonrió mostrando su perfecta dentadura, casi burlándose dijo:

-Oh cariño, no nos manejamos con electrónica. Aquí no hay tv, ni Internet; suerte buscando señal en sus teléfonos. Pero pueden usarlos libremente, ya saben, fotitos, videos y esas cosas.

La sonrisa de Antonia no se borró de su rostro, observo a los chicos petrificados frente a ella y se preguntó si había dicho algo malo.

- ¿Estamos desconectados del mundo? –Taehyung fue el primero en reaccionar, pero su voz sonaba temblorosa. -Esto es malo, ¿Ahora que vamos a hacer? – Cayó dramáticamente de rodillas al suelo, claramente en estado de shock. -Ya siento la abstinencia. - concluyó.

Namjoon fue el siguiente en reaccionar. En modo automático tomo las llaves y se giró rumbo a las habitaciones ignorando el dramatismo de su compañero.

- ¿Qué sabes de abstinencia? - Fue el pensamiento que se le escapó.

Jin se limitó a poner los ojos en blanco antes de seguir sus pasos. Los demás se miraron extrañados antes de continuar abandonando por completo a su amigo, no sin antes hacer una reverencia a la mujer.

-¿Eres actor?- preguntó Antonia cuando se quedaron solos.

Taehyung se repuso de inmediato mirando con ojos brillantes.

-Si ¿Qué te pareció?

Ella solo levantó el pulgar.

🌿🌿🌿

Las habitaciones fueron designadas mediante un improvisado sorteo.

A Jimin y Hoseok les tocó el mismo cuarto. Acostumbrados a compartir el espacio supieron organizarse rápido, así que no hubo variantes entre ambos en el proceso. Fueron los primeros en bajar, a diferencia de los demás, no se encontraban tan cansados, tenían energía de sobra y luego de conseguir unos refrescos, decidieron salir a explorar los alrededores.

La isla contaba con un sinfín de espacios que podían ser explorados por su cuenta o con un guía: algunos senderos extraños, escaladas altas, canales para recorrer en bote, saltos de cascada y cuevas profundas, sin mencionar las enormes playas. El mapa era pequeño, pero detallaba cada lugar habilitado para recorrer.

- ¿A dónde vamos primero? - preguntó el mayor, con la vista clavada en el mapa, pero no recibió respuesta.

Jimin sorbía de su refresco siguiendo muy de cerca los pasos de su compañero, pero como él mismo, también se encontraba estudiando, en su caso, un panfleto.

- ¿Jimin? - volvió a llamar.

El mencionado volvió su atención a Hoseok e intentó ocultar el panfleto, pero este se lo arrebató.

- El lago de los besos...- leyó. - Que extraño, no vi ninguno como este en la parva sobre el mostrador.

-¿Cómo no los viste? Estaban por todos lados. - Jimin estaba sonrojado hasta las orejas. En su mente se reprodujo un número considerable de fantasías que fueron interrumpidas por Hoseok, y por eso se sentía abochornado.

- ¿A quién piensas llevar a ese lugar? - se burló. –¿alguna chica linda llamó tu atención, Jiminie?

-No seas tonto, claro que no, acabamos de llegar.

- ¿Tal vez... a mí? - Hoseok fingió sorpresa tratando de retener una carcajada. –Lo siento Jiminie, no eres mi tipo.

-Deja de burlarte, vayamos a recorrer alguna playa. - dijo apresurado por olvidar el tema.

-Está bien. - respondió riéndose de su colorado amigo. -Las playas del este son la que se encuentran más cerca. Podemos ir a echar un vistazo- Dobló el mapa y lo guardó en el bolsillo de su bermuda - ¿Una carrera? - Jimin arrojó la lata en un cesto cercano y se echó a correr sin dar tiempo de reacción a su compañero que lo observó sorprendido por unos segundos antes de seguirle.

🌿🌿🌿

- ¡Gane! - Exclamó Hoseok elevando sus brazos en señal de triunfo, al mismo tiempo que disminuía la velocidad para finalmente detenerse a esperar a su compañero.
Jimin le seguía varios metros atrás sobando su frente, su expresión era de total disgusto y dolor.

-Si ese letrero no se hubiera atravesado en mi camino jamás me habrías alcanzado. - ahora se encontraba muy frustrado por su humillante derrota.

-Deja de quejarte y ve a compra algo de beber. - Hoseok se acercó y rodeó el hombro de su compañero para acelerar el paso.

- Estoy herido.

-No veo sangre, estás bien. - Su sonrisa triunfal no se le borraría en lo que quedaba del día. - Vamos a buscar a uno de esos vendedores ambulante.

Luego de conseguir unas bebidas ambos tomaron asiento bajo la sombre de una palmera junto a un pequeño puesto de golosinas.

El sol quemaba, pero a nadie le importaba; sentían placer al respirar las sales marinas en el aire. Disfrutaron del sonido de las feroces olas golpear contra las rocas, y observaron asombrados a los surfistas aprovechar la tenacidad de estas al montarlas; competían por controlar las más altas y no caer en el intento. A pesar de la hora la playa estaba bastante concurrida: había hombres y mujeres tomando sol, un grupo de jóvenes jugando al vóley, madres vigilando a sus niños jugar con el vaivén del agua y otros haciendo castillos de arena, también había muchas parejas paseando de la mano, disfrutando de un rico helado. Jimin sintió envidia de ellos.

🌿🌿🌿

Jungkook parpadeo un par de veces, hizo una mueca y luego negó. Taehyung jadeo, se arrancó la camisa y se sumergió nuevamente en la montaña de ropa que había sobre su cama. El menor se mordió los labios y sonrió, era la décima camisa que se probaba su Hyung y cada una le quedaba mejor que la anterior, pero era satisfactorio ver su torso desnudo, así que se daba el gusto de negar cada vez que le preguntaba si se veía bien. Para colmo, el chico se desvestía como lo haría el protagonista de una novela erótica sobreactuada, pero orgásmico, al fin y al cabo. Se acomodó en el sofá del cuarto mientras observaba como algunas prendan volaban de un lado a otro. Era como si un huracán hubiera pasado y no lo notó por estar perdido entre las líneas de la amplia espalda de su compañero.

-Ten, estas dejando un charco sobre la alfombra.

El más joven se sobresaltó, Yoongi le extendía un par de servilletas mientras se acomodaba en el otro extremo del sofá. Jungkook las tomó y no pudo evitar desviar la mirada y sentirse avergonzado, había olvidado por completo que él se encontraba allí.

- ¿Ya desempacaste? - Preguntó a falta de un mejor tema de conversación.

-No.... solo me cambié y escapé en cuanto pude.

En el sorteo a Jungkook le tocó compartir la habitación con Namjoon y Jin. Creyó que sería divertido, pero luego de la siesta una incómoda atmósfera se formó en el lugar. Jin arrojaba cosas y azotaba la puerta del baño cada vez que entraba y salía. Y el líder se movía nervioso por el cuarto mientras lanzaba miradas inquisidoras al mayor.

-Entiendo, últimamente actúan extraño esos dos. Jin murmura cosas cuando duerme, la mayoría son maldiciones a Namjoon.

El menor lanzó un jadeo y suspiro.

-Solo espero que no sea nada grave.

Yoongi estuvo de acuerdo.

- ¿Qué tal esta? - Taehyung llevaba una simple camisa blanca con palmeras estampadas.

-Me encanta. - exclamó.

Habría seguido deleitándose, pero Yoongi lo fulminó en cuanto estuvo a punto de negar por onceava vez.

🌿🌿🌿

Namjoon bajó las escaleras, desganado arrastró los pies hasta un cómodo sofá y se dejó caer. Estaba frustrado, mentalmente agotado; se preguntaba una y mil veces que había hecho mal. ¿Realmente había hecho algo malo? Debería saberlo si así fuera. Hurgó en su memoria algo, cualquier cosa que pudiera haber molestado a Jin, pero nada. No había razones que justificaran su comportamiento.

Cuando Jungkook abandonó la habitación aprovecho la oportunidad para hablar y tratar de entender sus motivos, pero cuando le preguntó, su respuesta fue: "¿Y ahora lo preguntas? Sabes muy bien lo que hiciste." Y salió blasfemando, sin darle tiempo a retenerlo.

- ¡Cariño!

Antonia se materializó a su lado con una bandeja y su característica sonrisa, sus mejillas llevaban la marca de ella. Se preguntó si alguien con esa marca tenia días malos. Entonces notó que había caminado hasta el living del hotel, en el tercer piso, y estuvo ignorado el hermoso azul del océano que se veía desde los enormes ventanales, sonrió de puro placer, todo era gigante y vertiginoso, casi irreal. Pensó en lo maravilloso que sería disfrutar de la vista entre risas y coqueteos con su amado Jin, pero nuevamente recordó la situación en la que se encontraban y su ánimo cayó.

- ¿Por qué la cara?

Antonia le ofreció el ultimo jugo de mago que quedaba sobre la bandeja y él lo acepto. Sin pensarlo mucho dejó salir un poco de aquello que lo aquejaba.

-Creo que hice algo malo. - habló sorbiendo del jugo mientras se echaba sobre el respaldar del sofá. -Pero no recuerdo que es.

- Si no lo recuerdas entonces no debe ser tan malo como crees. - dijo tomándose la libertad de acariciar los cabellos del chico. -Tal vez ni siquiera sea algo malo y solo se trata de un mal entendido.

Eso tenía un poco más de sentido.

- ¿Por qué no te relajas y sales a tomar fresco? Podrás arreglar las cosas con tu pareja luego. -agregó guiñando un ojo.

Extrañamente Namjoon nunca mencionó algo acerca de un problema de pareja, pero no le dio importancia. La idea de un mal entendido le quitaba de encima la sensación de culpabilidad, y le generaba curiosidad. Pero, por otro lado, bien sabía el líder, que su Jin no se dejaba llevar por malos entendidos. Suspiro cansino, su mente volvía al principio. La mujer llamó su atención nuevamente:

-Mira, no se me da muy bien eso de dar consejos, pero si quieres a alguien que te escuche, sabes dónde encontrarme. Nunca salgo de este viejo hotel.

Namjoon apoyó su mano sobre la de la mujer y le dio un leve apretón devolviéndole la sonrisa que ella no dejaba de mostrarle.

-Gracias Antonia.

-Oh, Hyung ¿Qué haces?

Esa era la voz de Jungkook bajando las escaleras junto a Taehyung; Yoongi iba tras ellos. Inmediatamente el líder soltó la mano de Antonia. Jin se encontraba recostado sobre el soporte de madera; parecía que llevaba un buen rato allí.

- ¿Saben algo del dúo dinámico? - preguntó el mayor volviendo la vista a los recién llegados. -No están en sus cuartos.

-Si buscan a sus compañeros, fueron a la playa del este. - comentó Antonia al ver a la muchachada reunirse en la escalera. – Bajaron minutos después de haber llegado y los vi dirigirse hacia allá.

Notó de inmediato una mirada desdeña del joven que había hecho la pregunta. Era una lástima que no ocultara su desagrado hacia la mujer. A ella le resultaba muy guapo.

-Bien, entonces vamos por ellos. - habló Namjoon.

Observó al mayor, quien lo miraba con el ceño fruncido, y se abstuvo de empujarlo en una esquina y devorarlo como le gustaba. Se puso de pie y marchó fuera del lugar, luego se las ingeniaría para estar a solas con Jin.

🌿🌿🌿

Jimin apoyó una lata de refresco en su frente. Antes de que pudiera darse cuenta la zona del golpe se había inflamado y la mujer del puesto de golosinas le recomendó no ponerse al sol; así que estaba allí, bajo la sombra de una palmera, observando como su compañero lo abandonaba y entablaba amistad con los surfistas de la playa. Resoplo molesto. Aun así, lo que más le dolía, además del golpe, era haber perdido la carrera hasta la playa.

- Con que aquí estabas. - El chico levantó la vista al reconocer la voz a su espalda, parecía desanimado, pero inconfundiblemente era Jin devorando un jugoso trozo de sandía mientras se acercaba y tomaba asiento a su lado. - ¿Qué te ocurrió? - preguntó al ver la frente enrojecida.

- No preguntes. – respondió, y se inclinó dándole un mordisco a la sandía de SeokJin.

Indignado, y llegando al borde del drama, el mayor comenzó con su monologo diario sacado de una novela tragicómica de bajo presupuesto. Jimin hizo un esfuerzo enorme por no echarse al suelo y reír. Era increíble como una pequeña tontería podía hacer que ambos olvidaran que hace minutos atrás estaban tan molestos y desganados.

- ¡Hyung! - exclamó Jimin emocionado mientras se limpiaba las lágrimas que querían salir. Min Yoongi llegó junto a ellos y tenía un enorme trozo de sandía en sus manos. Se la ofreció al menor que se señaló asombrado ante la ofrenda. - ¿Es para mí?

-Si no la quieres...

Jimin la tomó rozando a conciencia la mano del mayor; una sonrisa, mirada brillante y atenta, una lengua traviesa asomando y el corazón comenzó a martillar en su pecho queriendo escapar.

-Gracias. – susurro encantado y se llenó la boca de la dulce fruta.

Yoongi despeinó su cabello nervioso y trastabilló buscando un lugar tranquilo para sentarse. Comenzó a tocar donde su mano cosquilleaba queriendo sacar la incómoda sensación de ahí, miró de reojo a sus amigos; hablaban con total calma, ignorando el sismo de grado once que Jimin había provocado en él. Respiro profundo y sacudió su cabeza, no había querido aceptarlo, pero ahora sí que estaba loco. Supo reconocer el momento exacto en que perdió el control de sus sentimientos. Sabía que esa sonrisa lo desarmaría en alguna ocasión, hasta entonces, pensó que lo tenía bajo control, solo que no contaba con que Jimin hiciera trampa.

- ¡Quiero montar ese enorme plátano! - exclamó Jungkook, atrayendo las miradas de sus compañeros. Tironeaba del brazo del Taehyung quien enterraba los pies en la arena como único método de freno.

-Luego ¡Hay un puesto de helados por allá! - se quejaba intentando escapar del menor, pero la fuerza con la que lo sostenía se lo impedía.

- ¡Yo también quiero! - Jimin dejó a un lado la cáscara de lo que fue su sandía y se puso de pie rápidamente dirigiéndose a ellos.

Jungkook libero a Taehyung, reemplazándolo de inmediato en cuanto Jimin se acercó. Ambos se dirigieron a un pequeño grupo de personas que les extendieron chalecos salvavidas, y muy entusiasmados fueron los primeros en montar el inflable con forma de plátano que los llevaría a dar un paseo por las aguas que rodeaban la isla. Taehyung se sintió abandonado, ya no quería el helado; visualizo a Hoseok babeando por un surfista entre las olas y se dirigió a él interesado en averiguar lo cautivante de aquello.

Yoongi, por su parte, comenzaba a sentirse incomodo con las sensaciones que estaba experimentando, Jimin siempre había sido muy cariñosos con los miembros, también era muy protector, ahora mismo tenía a Jungkook muy bien aferrado a su cintura sobre ese ridículo inflable. Los miró con recelo, ambos parecían disfrutar mucho del paseo, y él se sentía estúpido por estar molesto.

- ¿Pensaste lo mismo que yo cuando dijo lo del plátano?

Yoongi miro a Namjoon, cubría su boca intentando ahogar una risa. Había olvidado por completo que estaba allí y solo sonrió en respuesta a la pregunta infantil.

Luego de unas vueltas, el inflaba volteo, las personas sobre él gritaron, cayeron al agua y el paseo concluyó.

- ¿Quieres intentarlo? Parece que tienen intenciones de dar otra vuelta- Dijo el líder con un gesto, señalando las personas en la orilla retirando sus chalecos salvavidas, Jungkook y Jimin, por su parte, se encontraban sobre el inflable nuevamente esperando la segunda vuelta.

La idea de montar esa cosa no le emocionaba, lástima que la información le llegó tarde porque de un momento a otro se encontraba con el chaleco puesto y aferrado a los hombros del menor del grupo. Sin embargo, valió la pena sentir los brazos de Jimin rodear fuertemente su cintura para no caer.

🌿🌿🌿

-Parece que quedamos solos. – dijo Namjoon, pero fue ignorado. - ¿Quieres acompañarme? La playa es extensa y quiero recorrerla.

-Ve solo, no necesitas niñera.

Jin era consciente de que estar molesto era agotador, no quería perdonar a Namjoon, tampoco darle tregua en ningún sentido, pero nada le impedía jugar un poco con su mente, al menos hasta que dejara de hacerse el estúpido y aceptara lo que había hecho, él no se tragaba la excusa de la amnesia.

Comenzó a chupar y lamer sus dedos manchados con el jugo de la fruta, hacia sonidos obscenos a oídos de su líder y la vista no era apta para menores. Convenientemente un grupo de jóvenes pasó por allí en traje de baño y Jin los observo lujurioso para agregarle salsa al asunto.

-Ven conmigo. - murmuró con voz ronca, pero nuevamente fue ignorado. -Bien, si no es por las buenas, entonces será por las malas. – tomó bruscamente su mano y lo arrastró, entre quejas e insultos, varios metros, donde la playa era casi desierta y solo se escuchaba el ruido de las olas romper en la costa.

-Ya me trajiste hasta aquí, ahora suéltame. - Intentó zafarse, pero Namjoon no tenía las mismas intenciones. Lo abrazó fuertemente por la cintura, pegando sus cuerpos de forma que ni una hoja de papel pudiera pasar entre ellos. –Pueden vernos. - dijo sin aliento mirando a las personas que se encontraban a lo lejos, pero el líder lo alzó hasta ocultarse tras media muralla de rocas que dividía la playa. Y ahora estaba atrapado, entre la espada y la pared, como quien no quiere la cosa.

-Te extraño. - susurró.

Seokjin podría estar molesto con Namjoon, pero nunca era lo suficientemente fuerte como para resistirse a la mirada de cachorrito herido que solía hacer como en ese momento.

-Suéltame. – logro murmurar, pero traicionado por su propio cuerpo se aferró más al contrario.

Los brazos fuertes y el cuerpo caliente, sumado a las semanas sin sexo, no lo dejaban racionar, el también extrañaba a Namjoon.

-Necesito saber que ocurre... ¿Qué fue lo que hice?

-Sabes bien lo que hiciste.

Pero, cegados por la libido, comenzaron a ignorar las palabras que murmuraban. Sus manos comenzaron a moverse desesperados por el cuerpo del otro a modo de consuelo. Ambos se negaban a caer primero en la trampa. Ninguno quería besar al otro y perder en ese juego que habían comenzado.

Una mano acariciaba el cuello de Jin, otra se aferraba a la cintura buscando más contacto. Namjoon disfrutaba de una mano traviesa que viajaba de su hombro a la espalda y apretaba el puño arrugando la camisa en el camino, otra buscaba calor en su pecho. Una nariz juguetona frotándose en la mejilla del otro y el aliento de frutas dulces del verano comenzaron a mezclarse.

Ambos pudieron haber perdido, o considerado un empate, pero un fuerte graznido acabó con la magia del momento. Recordaron que no estaban solos, algunas personas comenzaron a llegar a ese lugar que antes estaba vacío. Se separaron. Eran totalmente ignorados, como si no estuvieran allí, pero de todos modos se sentían incómodos y avergonzados.

-Este no es el lugar, hablemos luego. - dijo Jin peinando su cabello alborotado, dio media vuelta y se marchó en busca de sus compañeros.

-Ojalá te devore un tiburón. - Pensó Namjoon maldiciendo al ave que arruinó su momento con Jin.

Sin embargo, no había ningún ave en la playa ese día.

🌿🌿🌿

- ¡Quiero matarte! - susurró casi gritando.

Los enormes ojos grises de la chica estaban en llamas como el cabello de la muchacha que se encontraba bajo sus piernas. Su primera reacción fue echarse sobre ella y cubrirle la boca y nariz evitando que le entre aire a los pulmones. Ambas luchaban, una por callarla y la otra por un poco de oxígeno. Estaban ocultas tras una enorme roca disfrutando del espectáculo hasta que la pelirroja emitió un sonido extraño que salió de su garganta.

- ¿Vieron eso? Estaban así de cerca. - dijo otra joven junto a ellas juntando sus dedos en referencia. Estaba encantada y sus ojos brillaban como el mar, pero lo que más la caracterizaba era su cabello, tan largo y dorado como el sol. Y nadie borraría su sonrisa después de lo que acababa de ver.

- No, Aurora, no pudimos ver nada, porque no pasó nada. - La joven soltó a su amiga que comenzó a toser y a respirar desesperada. -Si Rosenda no se hubiera dejado dominar por sus emociones, esos dos ahora estarían... ¡Ah! - gritó frustrada, despeinaba su cabello y sollozaba.

-Perdóname Lis. - suplicó angustiada intentando abrazar a su amiga.

-No me toques. - le advirtió.

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Vean en multimedia, ahi suelo poner imagenes del lugar donde ocurre la mayoría del capítulo.

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