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Capítulo 7 - Él

La semana pasó rápido. Entre el entrenamiento, descanso y alimentación, habían llegado hasta la última etapa. Como le habían nombrado Jimin y Jungkook. Suspiró apretando el gatillo por última vez y dando al centro de la cabeza de madera que se encontraba unida a todo el cuerpo. Mismo que al igual que se encontraba horadado por los disparos anteriores.

ㅡMuy bien. Creo que no ha pasado tanto tiempo como lo imaginé. Eres un excelente estudiante, ¿verdad, Kookie?ㅡ alabó Jimin, poniendo sus ojos en el muchacho a su lado de cabellera castaña y aplaudiendo emocionado.

ㅡMmmㅡ afirmó Jungkook con una sonrisaㅡ. ¿Qué tal si probamos algo más complicado, para ver si has aprendido lo suficiente?ㅡ preguntó, sosteniendo una M99 de entre todos los calibres, sobre la mesa de exhibición. La cargó con el peine y volvió su mirada al pelirrojo.

ㅡNo creo que sea buena idea hacerlo aquíㅡ advirtió Nam Joon del otro ladoㅡ. Si se encargan de destruir la habitación, el jefe nos regañará.

ㅡVamos, sólo será unos minutos. Quiero probar cuanto ha aprendido tu hermano, Hyeong.

Nam Joon apuntó sus ojos a su mayor, viendo en los contrarios el reflejo de afirmación, aunque sus labios no emitieron movimiento. Tae Hyung aferró su propia arma.

ㅡQue conste, que si pasa algo peor, ustedes dos serán los culpablesㅡ dijo esto el más alto, abriendo la puerta que conducía a los blancos.

Jimin se cruzó de brazos expectante. Jungkook atravesó el umbral y se posó a un extremo, quedando de cara al concreto. Tae Hyung hizo lo mismo, pero de frente al menor.

ㅡ¿Listo?ㅡ preguntó Jungkook con una sonrisa coqueta de lado.

Disfrutaría esto.

El pelirrojo lo miró de pies a cabeza, haló el cuerpo de la pistola con su mano izquierda, para cargar la bala y volvió a subir sus grandes ojos hasta él. Entre cerró los mismos y esperó.

Jungkook despejó su cara de burla y emitió una vuelta, elevando en el mismo espacio de milisegundos su pistola ya cargada. Tae Hyung abrió los ojos como platos y se agachó, haciendo un movimiento rotatorio en el suelo. El disparo había llegado a centímetros de él.

ㅡ¡Te metiste en la boca del lobo, Tae Hyung!ㅡ le gritó Jimin con una risita encantadora.

ㅡCreo que los dos están a nivelㅡ murmuró Nam Joonㅡ. Mi hermano ha aprendido mucho.

ㅡEstoy de acuerdo con eso.

Del otro lado, Jungkook recibió un disparo cerca de la pierna, haciendo que soltara un improperio y Tae Hyung mostrará una cuadrada y muy hermosa sonrisa, que ninguno de los allí presentes había visto antes. Jimin y Nam Joon estaban distraídos en aquella encantadora sonrisa que había soltado el mayor. El moreno recordaba la última vez que vio aquella deslumbrante expresión.

Este siempre poseía un aire de dulzura y alegría en el pasado. Muchas veces, cuando volvía de ver a su mejor amigo, podía contemplar esa impecable sonrisa y mirada de grandes ojos almendrados que se arrugaban en las esquinas, demostrando toda la felicidad que poco a poco había perdido con el paso de los años.

Esa sonrisa traviesa y para nada recatada, se encontraba allí frente a sus ojos por primera vez desde que se vieron.

El mayor enfrentaba a su contrario con valentía y astucia. Admitía estar divirtiéndose bastante, pues Jungkook era un oponente digno. Volvió a dispararle cerca.

ㅡ¡Oye! No tan cerca. ¿Pretendes matarme?ㅡ gritó Jungkook en el cuarto disparo.

ㅡTu me retasteㅡ rió, Tae Hyung con toda gracia, echándose el cabello hacía atrás y relamiéndose los labios. Sus carcajadas hacían eco en las paredes y se llevaba una mano al estómago para calmarse.

La mirada enfurruñada y áspera de la que Tae se estuvo riendo, empezó a suavizarse, cuando el mayor pelirrojo detuvo su risa. Llevaba aún la geométrica expresión en sus medianos y rojizos labios.

Los tres muchachos se colocaron frente a Tae Hyung, que respiró profundo luego de tomar aire. Su semblante risueño cambio repentinamente a uno más serio. No tenía intención de sentirse tan a gusto en aquel lugar. No pretendía hacer amistad con esos chicos, aunque admitiera que le caían sumamente bien; sin embargo, no debía. No podía confiar en nadie, sabiendo en el lugar que se encontraba y cómo funcionaba la sociedad en aquellos momentos.

No se detuvo a mirar a ninguno y salió con rapidez del cuarto de entrenamiento, escuchando el llamado de su hermano menor.

Él estaba allí, solo para una cosa y nada más. Trabajar y de paso tener las herramientas necesarias para encontrar a Jae Bum, antes de que el mismo lo hiciera.

Entró al baño de hombres y se colocó frente al lavabo.

"No puedes confiar en nadie, Tae Hyung. En la vida, hasta el aire que respiras, puede ser tu enemigo"

Ji Woo había sido muy directo en decirle aquellas palabras. Muchas veces fue testigo de cómo los mismos aliados del hombre buscaban su amistad, para luego irse al otro lado y repartir información.

A duras penas, aprendió del mayor a no encontrar soporte en nadie absolutamente y depender de si mismo.

Su padre y su madre eran el puro ejemplo de la desconfianza.

¿Quién pensaría que aquel hombre tan cariñoso en el pasado, terminaría siendo su peor pesadilla?

Suspiró, llevándose el agua del grifo a la cara.

Quizá podía depositar su confianza en su pequeño hermano. Él era la única persona que hasta esas alturas seguía a su lado. Soportando su actitud pedante y gruñona de todas las mañanas, cuando se levantaba de mal humor por la constante falta de sueño. Sus insultos a veces, pero también su lado protector a pesar de que era tan adulto como él.

Tenía que calmarse y no estar todo el tiempo a la defensiva, pero le era imposible hacerlo. El no conocía como era el mundo actualmente y no deseaba llevarse sorpresas en el proceso.

Se miró unos segundos, viendo las medias lunas que se estaban disipando bajo sus ojos. Sólo las pastillas para dormir empezaban a dar solución a su insomnio. Las odiaba, pero tenía que hacer algo para no seguir siendo atacado constantemente por los fantasmas del pasado.

Acomodó la camiseta y se movió para, ya más tranquilo, salir del baño. Cuando estuvo frente a la puerta, un cuerpo abrió con rapidez la misma, chocando con él y cayendo de inmediato ambos sobre el piso de madera. El golpe lo dejo tieso, sintiendo el peso del contrario sobre si y el ardor recorrerle la columna y la nuca.

Apretó los ojos, soltando un sonoro gruñido y luego los abrió despacio, encontrándose con una cabellera azabache bajo su mentón. Las manos estaban a sus costados y la cabeza junto al cuerpo se removía sobre él.

Soltó un improperio cuando el dolor en su espalda se intensificó. El rostro que poseía la cabellera oscura, se encaró a él, mientras intentaba apartarse. Lo observó detenidamente, encontrando una joven y afinada cara de bebé con labios finos, ojos chocolate y un mentón definido, sobre una piel reluciente.

De golpe, el chico se colocó de rodillas en medio de sus piernas, con las mejillas rojas de vergüenza y se inclinó repetidas veces pidiendo perdón.

Tae Hyung lo miró con más atención, percatándose del vestuario formal en él. Trató de levantarse él mismo y bufó molesto al sentir que no podía mover bien la espalda.

Lo que no había hecho Jungkoon lo hizo ese pequeño chico de ojos cafés.

Que fastidio.

ㅡLo siento muchoㅡ escuchó la voz aniñada del menor.

ㅡYa déjaloㅡ indicó sacudiendo su pantalón de tela.

ㅡPero...

Tae Hyung no quiso escuchar más, saliendo del espacio y volvió a los casilleros donde guardaban la ropa. Allí se sacó lo que llevaba puesto, ignorando que Jungkook se encontraba en el otro extremo, mirándolo con interés y confusión.

El muchacho estaba dispuesto a preguntar porque había cambiado tan drásticamente de un momento a otro, cuando se percató de su risa en medio de su enfrentamiento, pero ya venía pensando en ello desde que salieron de la sala de prácticas.

El pelirrojo nunca se había intentado acercar a ellos con otra intención que recibir los entrenamientos para realizar su trabajo. Él lo había percibido desde el primer momento en sus acciones desdeñosas. No sonreía y parecía no sentirse cómodo del todo en aquel lugar. Pero, olvidaba haber escuchado unas palabras con Nam respecto al comportamiento extraño de su hermano mayor.

Como todo era evidente en esos lares, ya le era bien sabido que estuvo en prisión por diez años. Que se encontraba en libertad condicional y que una de las razones de su encarcelamiento no era nada más y nada menos que el asesinato de su mejor amigo.

Pero eso no era lo que más le llamaba la atención en él mayor. Sino el cómo había sobrevivido a la cárcel siendo un menor de edad con tanta pedofilia de por medio.

Jungkook mismo había vivido una pesadilla durante tres años.

Sólo por eso entendía su condición y actitud ante los demás, pero también sentía un poco de recelo. Aunque, entendía que poco a poco conocería la verdadera cara de Kim Tae Hyung. La cara que escondía ese hombre de cabello de llamas de fuego y mirada congelada.

Descubriría si era de fiar o no. Ya tenía todo listo para empezar con la evaluación.

•••

Nam Joon no había recibido una palabra desde que salieron de la agencia. Su hermano se veía más serio que nunca. Su mirada estaba pérdida en el paisaje de edificios y establecimientos que hacía parte de Busan. Estaban por llegar al complejo donde se encontraba su departamento, así que, esperó que cambiara a la luz verde y dobló a la izquierda.

ㅡ¿Porqué estas tan callado?ㅡ cuestionó el de cabello melocotón, sin apartar la mirada del pavimento.

ㅡNo tengo ánimos para hablar, eso es todo.

Nam Joon asintió, recibiendo las respectivas palabras. ¿Era tal vez porque los chicos lo habían visto reír tan alegremente? ¿Era por eso que había reaccionado tan brusco? Guardó las preguntas en su cabeza, para no aumentar la tensión en su hermano por su habladora boca.

ㅡ¿Quieres cenar algo antes de que lleguemos? Cerca está el restaurante del Señor Choi. El prepara unas deliciosas brochetas de cordero que seguro te gustarán.

El mayor no hizo movimiento al instante. Luego de unos minutos voy al pelirrojo asentir. Los condujo al restaurante y bajaron del auto.

Cruzaron la ancha entrada, viendo a los demás clientes que comían y hablaban entre ellos. Empleados y jefes, se encontraban alrededor de algunas mesas, haciendo el ambiente más cargado de lo que se sentía con aquellas parrillas encendidas.

Nam Joon le dijo que tomará una mesa, pidió la comida y bebida, mientras Tae Hyung estaba un poco alerta por tanta gente a su alrededor. Su vista periférica se encargó de escudriñar cada espacio y entonces vio una cara conocida entre tantas personas.

El chico de cabello ébano que lo arrojó en el baño de la agencia, estaba allí riendo a todo pulmón junto a otros compañeros. Allí pudo observar a Jimin y Jungkook que bebían sus vasos de soju y comían de la carne sobre la mesa.

Lo que faltaba.

El pelirrojo se incorporó, al momento en que Nam Joon llegó a la mesa para ocupar un asiento.

ㅡSe me quitó el apetitoㅡ dijo con mala gana, dispuesto a salir del local. Se sentía cansado y enojado por ese estúpido niño. El dolor no se había aplazado ni un poco y sólo le daban más deseos de darle una paliza por insolente. Sin mencionar, la falta de sueño que tenía.

Nam Joon arrugó el entrecejo.

ㅡJoder, Tae Hyung me estás haciendo enojar. ¿Qué carajos te pasa?ㅡ casi gritó el menor, mirando a su mayor con ira.

ㅡDéjame en pazㅡ apretó este los dientes y se volvió, viendo entonces en la entrada de la puerta a una silueta. Los cabellos azul oscuro en las puntas del hombre, su mirada gatuna y de labios finos al junto de su piel pálida.

ㅡKim Tae Hyung. Que sorpresaㅡ ironizó el más bajo.

ㅡMin Yoon Gi.•

Bueno, he aquí un capítulo. Espero que les guste.

Hasta la próxima mis sarangs❤

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