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Capítulo 30 - Kim

ㅡSe que nadie conocía a mi hermano tanto como yo lo llegue a ver. A pesar de que era más joven que él, recuerdo perfectamente como peleaba con papá para que se acabara todo lo que hacía. Hobie hacia cosas que nunca llegué a ver en una persona tan joven. Se encargaba de los negocios con papá hábilmente y creo que por esa razón muchos quisieron hacerle daño. Él actuaba con la mente fría como todo hombre de negocios, pero no quería seguir allí. Nuestro padre estaba demasiado sumido en su mundo olvidando que su familia era importante y todo se acabó.

Tae Hyung escuchaba con suma atención la historia que relataba el rubio más bajo. En su cabeza no cabía la idea de un Ho Seok así, pero de todas formas nunca se dedicó a hablar de su pasado y de su vida privada, y aunque quizás sabía que los agentes conocían sobre su pasado, no jugarían de una manera tan vil para con él.

Estaba a la defensiva y lo sabía. Con tantas cosas en su cabeza y lo que estaba pasando, no podía siquiera confiar en nadie.

Jimin se incorporó, ayudando luego al rubio más alto para que tomaran asiento sobre los muebles.

Yoon Gi solo se limitaba a escuchar y no intervenir en la conversación, porque sabía toda la historia detrás del descubrimiento de Jimin

ㅡSe que quizás no me creerás, porque conociste otra realidad en mi hermano. Pero es cierto. Nosotros fuimos atacados por uno de los socios de mi padre. Yo... yo fui secuestrado para usarme como intercambio, pero todo salió mal. Nuestros padres murieron y aunque Hobie trato de ayudarme no pude lograr escapar. Ellos iban a matarlo. Tuvo que huir y ahí fue cuando Hyeong me encontróㅡ Jimin condujo sus ojos hasta el pálido hombre que se sentó en un extremo de la mesa de café.

La historia era muy cautivadora y sorprendente a decir verdad, pero aún no podía asimilar nada. Su cabeza solo podía procesar consecutivamente los incidentes actuales. Jae Bum, su padre, Dong Ji y su pasado.

No entendia en lo absoluto.

Se levantó de golpe y caminó hasta llegar al pomo de la puerta de entrada. Necesitaba estar solo, aunque quizás no, porque seguiría siendo atormentado por sus divagues. Tal vez su salvación seria, llegaría a casa y dormir hasta sentir que su cuerpo no estaba sumido en la inseguridad o hasta que encontrara una cura, una solución a todo ese martirio.

Jimin trato de ir por él, pero Yoon Gi lo retuvo, haciendo una negación.

ㅡDéjalo.

El menor asintió de inmediato, aunque preocupado, decidió darle la razón. El no sabia lo que sucedía, pero Yoon Gi si y al parecer lo que le sucedía a Tae Hyung era profundo.

Aunque el pelinegro admitía que algo digno de admirar.

Una persona con tantas cosas encima terminaría de la peor manera posible. Lo subestimó desde el principio, cuando lo vio la primera vez en el patio de la cárcel.

Creyó que todo lo vivido con su pasado amigo lo terminaría quebrando al punto del suicidio. Aunque crei que el chico lo pensó en alguna ocasión, no sucedió por encima de todo su sufrimiento.

Kim Tae Hyung era la persona más valerosa que jamás conoció. De eso no había duda.

Tae Hyung estaba loco, enojado, triste. Se sentía impotente y con un dolor terrible en toda su existencia. Su vida estaba de patas para arriba, mas de lo que anteriormente y él lo único que pensaba era la mala suerte que tenía.

Parecía destinado a vivir constantemente malas experiencias.

Bufó molesto, entrando en el cuarto de baño para quitar la sangre que brotaba de sus heridas. Había descargado toda su frustración en una de las paredes que tuvo cerca en el departamento para después tomar una lata de cerveza que sobraba en la nevera y ahogarse en el alcohol como intentó hacer en casa de Yoon Gi.

Se rendía y se sabia perdido. La decepción, brotaba de sus ojos como caudales.

Por primera vez en la vida se dio una oportunidad para amar a alguien y ese alguien rompió su corazón en mil pedazos. No podía creer que algo semejante le sucedería. Se negó a creer en las personas a su alrededor y fue débil. Una de ellas, la que pensó que no sería de aquella manera fue la que destruyó todo en una milésima de segundo.

Im Dong Ji fue demasiado para él y ahora lo confirmaba todo en ella le había denotado peligro. El letrero de Dangerous en su boca, en su belleza, en cada parte que el se dedicó a admirar y desear lo hicieron caer en su abismo de veneno líquido.

No lograba convencerse de idea de una mentira doblemente intencionada. Porque la muy descarada le había mentido abiertamente sobre su genero y sus sentimientos.

El amor es como el infierno. ¿Porque las personas quieren amar si duele hasta dejarte sin aliento? Es como la persona de la muerte que te seduce hasta caer en sus garras, para tomarte en sus brazos y despedazar tu cuerpo hasta que no quedara de ti más que cenizas.

Se sentía como un muerto en vida.

¿Así era esto?

Sacó las manos de debajo del grifo y buscó en una de las gavetas bajo el lavamanos algo para detener el sangrado. Un poco de alcohol y unas gasas fueron suficientes para cubrirse. Tomó con esfuerzo la lata que dejó en la madera y la llevó a su boca para terminar de tomar el resto de líquido que quedaba.

La tiró al cesto de basura y salió de allí dispuesto a buscar otra cosa con la que dormir su mente para no seguir pensando. Quizás saldría a tomar algo en algún bar, aunque no era buena idea si quería tener un poco de auto control. Si se emborrachaba y armaba un escándalo no sería bueno para él en su condición social.

Se detuvo en seco cuando notó a su hermano en medio de la sala con brazos cruzados. Ya sabia que este iba a buscar explicaciones, pero le importaba un rábano que el otro se sintiera enojado por el supuesto engaño de no decirle sobre su padre. ¿Que quería que hiciera? El lo odiaba, ¿y pretendía que le hiciera un altar después de todo lo que vivió?

ㅡ¿Qué te paso en las manos?ㅡ cuestionó desviando sus ojos a los nudillos del mayor.

ㅡPracticaba un poco como debería partirle la cara a alguienㅡ respondió con los dientes apretados.

ㅡ¿Dónde esta nuestro padre?

ㅡPensé que ya lo habías investigado.

ㅡComo podría saberlo, si nadie me explica que es lo que sucedeㅡ expresa el menor con cara de pena.

ㅡEstamos en la misma incógnitaㅡ responde el rubio con calma y se suelta sobre el sofá. Dormir le ayudará un poco a salir de su conciencia ㅡ, pero no te preocupes. Pronto lo descubrirás. Ya debe estar a punto de aparecer.

ㅡ¿Qué harás?

ㅡNo lo sé.

Era cierto. No sabia si terminaría matándolo, matándose o se debilitaría allí mismo en su persona, como la vez anterior.

Nam Joon se limitó a observar el semblante de su hermano. Este se quedó dormido en medio de la conversación. Parecía estar realmente mal y no era para menos después de saber que su progenitor estaba con vida.

Por causa de Seok Jin era que su familia estaba atravesando una vida tan dura, principalmente el mayor de sus hermanos. Sabia que Tae Hyung sostenía razones de sobra para despreciar a su padre y era una sorpresa que este estuviese vivo.

Dejó al mayor, saliendo de la casa para comprar algunos suministros que faltaban en la despensa y así despejar la mente.

Cuando llegó al primer piso notó un vehículo aparcado delante suyo, el color negro en el lo hacia ver elegante y parecía ser de una marca bastante lujosa. La puerta se abrió, dejando ver al hombre que lo ocupaba.

Él.

Su padre estaba ahí.

Sus ojos oscuros lo miraron con un sentimiento que no lograba definir, para luego sonreírle. Caminó rápido hasta él y le abrazó con un fuerte apretón.

ㅡNam Joon, que feliz estoy de verteㅡ la alegría en sus palabras parecía genuina, pero el no sabia que hacer. Hace años perdió la creencia de la existencia de su padre. Después de que habían recibido la noticia de su muerte, se había resignado y sentido aliviado de que ya no sufrirían por su causa. Pero ahora no sabia que esperar.

Se le veía diferente.

¿Era realmente su padre aquel hombre frente a él? ¿Porqué volvía a sus vidas si lo creían ya muerto? ¿Cuál era la necesidad de revivir el pasado en las personas a las que hizo tanto daño.

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