Capítulo 3 - Pesadilla
ㅡ¡No, por favor... ¡Déjame!ㅡgritó en medio del llanto que se acumulaba bajo sus cuencas. Un brazo lo afianzó del pecho, empotrándolo contra las baldosas del baño en donde se encontraban.
Estaba tan atemorizado por lo que pudieran hacer con él, que las piernas y el labio inferior empezaban a temblarle. Su cuello fue apretado por la mano grande del sujeto, amenazando con obstruirle la respiración.
ㅡTae, Tae, tae. No eres muy astuto al estar en un lugar apartado. ¿Acaso no pensaste que podría encontrarte? ¿O se te olvida que soy el que hace las reglas aquí?
El menor elevó una mano, rodeando la muñeca para apartarla con desespero. Sus ojos reflejaban su ruego y desconsuelo. No quería seguir siendo presa de ese bastardo frente a él, pero no tenía como defenderse en aquel lugar. Él era un simple debilucho.
ㅡPor favor...ㅡSus palabras fueron detenidas por el dedo que se apoyó entre sus medianos labios.
ㅡNo, muñeco. No me ruegues, porque sabes lo que va de todas manerasㅡ indicó, con una de las comisuras alzadas en señal de suficienciaㅡ. Déjate hacer. De todas maneras será a la buena o a la mala.
El mayor soltó el cuello del chico y lo sostuvo de la cabeza para hacerlo caer de rodillas ante sus pies. Tae Hyung empezó a sentir el nudo en su garganta con indicios de un posible llanto.
ㅡHee, podemos...
ㅡ¡Cállate!ㅡ propinó un golpe en su mejilla. Acción que volvió la cabeza del castaño, cual dejó salir un jadeo de dolor. El hombre estaba furioso. Volvió a dar otro golpe, escuchando tras él los pasos de los demás integrantes del complejo, que eran parte de su bando.
ㅡ¿Te estas divirtiendo sin nosotros con el novato de nuevo, Hee Chul?ㅡ un sonriente pelirrojo de ojos oscuros se quedó de pie a un lado del nombrado. Este se relamió los labios y observó al menor temblar en su posición, con la cabeza gacha y el labio partido.
ㅡ¿Qué quieres que haga? Me siento atraído por su miedo. Es demasiado débil y yo no puedo evitar sentirme bien con su vulnerabilidad.ㅡ sonrió con complacencia.
ㅡPero sabes que no es sólo lo que deseas. Esto va más allá, ¿no?
ㅡY que importa. Ji Woo no puede venir a impedírmelo, si eso es lo que quieres mencionar. Él está en mi territorioㅡ resopló con fastidio.
ㅡPues, entonces tendremos que hacer un acuerdoㅡescucho una voz desde la entrada. Un sujeto de cabello púrpura y caído sobre su frente, sostenía un cigarro entre sus dedos. Su cuerpo era corpulento y bastante firme. Con una piel pálida y enmarcada por un tatuaje de águila que se exponía en su hombro derecho.
Hee entornó los ojos y torció la boca en un gesto de disgusto.
ㅡ¿Qué haces aquí? Sabes que está prohibido para ti sobrepasar mis dominios.
ㅡYa sabes a lo que vengoㅡdio una calada al cigarrillo que hubo encendido con anterioridadㅡ. Antes de que digas nada, mi principal interés no es de tenerlo como pretendes tú. No tengo ese deseo y me las puedo apañar como pueda, siempre. Sin embargo, sabes que lo que estás haciendo tiene repercusiones y su ese muchacho llega a morir en tus manos, tendrás serios problemas.
ㅡJa, ¿en serio estas diciendo esto? ¿Cuál es tu jodido interés en meterte en lo que no te incumbe, Ji Woo?ㅡenarcó una ceja, viendo como las extremidades de Tae Hyung tiritaban por el miedo.
ㅡSolo te pido una tregua. Ya sabes que tendrás mucho de perder.
El hombre lo pensó bien. Sabia de que Ji Woo hablaba. Y aunque tuviese el deseo de llevar a cabo todo lo que recibió en petición por parte de su jefe, Tae Hyung era una de las dichas y tentaciones más grandes que tuvo jamás en la vida. No podía dejarlo a la deriva sin poder llevar a cabo lo que quería.
Nadie le impediría someter a semejante inocencia.
Volvió su cuerpo, para estar frente al castaño. El pelirrojo que aún permanecía allí de pie, ladeó la cabeza, en espera de su próximo movimiento. Su mirada turbia y cargada de sadismo recorría de arriba hasta abajo al adolescente, que se mantenía cabizbajo y con las lágrimas expuestas sobre sus mejillas.
El brillo de maldad se reflejó en los ojos del mayor y tomó los cabellos del castaño para ver terror absoluto reflejado en sus pupilas. Se acercó unos centímetros, justamente rosando su nariz con la de Tae Hyung.
ㅡIremos lento. Tenemos todo el tiempo del mundo.
•••
Abrió los ojos de golpe, tratando de respirar acompasadamente.
Su corazón latía como si hubiese corrido una maratón.
Se colocó de lado en la cama, con ayuda de su codo. Su mano reposaba abierta sobre su pecho. Lamió sus labios y tragó un poco de saliva, cerrando los ojos para reprimir el agudo dolor que iniciaba en su cavidad toráxica.
La pesadilla había sido tan vívida, que no podía evitar el desbordamiento de su cuerpo.
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que tuvo una de esas. Sus noches no eran para nada agradables. Era inevitable, por más que intentara alejar, los pensamientos del pasado atormentaban su cabeza de vez en vez.
Se sentó en la cama con suavidad y decidió levantarse. No sabía si Nam Joon estaba de vuelta de su andanza, pues quedó rendido sobre el agradable colchón en la habitación impuesta. Suspiró y se incorporó para ir al baño y refrescar su cara pegajosa por el sudor.
Abrió la puerta, encendió la luz y se sostuvo del lavabo, viendo en el reflejo a la persona que tenía tiempo no observaba. Su piel estaba bronceada por el sol de las tardes en el patio. Una pequeña cicatriz en su labio, cerca del lunar que tenía, hacía de evidencia. Sus ojos grandes estaban un poco opacos. Se veía demacrado y delgado con notorias marcas en su morena piel.
Y qué decir de su cabello. Largo y castaño oscuro, le caía sobre las mejillas. Rizado y alborotado. Admiraba no tener tantas marcas como creyó imaginar, porque los golpes que recibió fueron tan profundos, que se sentía completamente seguro que estaría marcado en todas partes, por el resto de su vida.
Pero, ¿quién se preocupa de los golpes externos, cuando las cicatrices más dolorosas están en el alma?
Era la viva imagen de un alma en pena.
Bajó la vista de su perfil y enroscando la llave, ahuecó las manos para llevar el agua a su cara y cuello. Repasó la piel sobre su frente, ojos y boca, mientras el descanso inundaba a su paso las partes que el líquido cristalino iba refrescando.
Volvió a ver a ese hombre. Aquel que ya no era más débil, como muchas veces lo nombró Hee Chul. Era más fuerte que nunca y se llevaría el mundo por delante si era posible.
Se relamió los labios nuevamente. Necesitaba un cambio. El había cambiado y ya no quería seguir siendo el reflejo de su pasado. Hablaría con Nam Joon y le pediría ayuda al respecto.
La puerta del baño se escuchó, dejando ver al moreno alto que se apartaba el cabello de la cara y dejaba salir un bostezo por su reciente despertar.
ㅡOh, lo sientoㅡ. Su semblante se transformó de preocupación a vergüenzaㅡ¿Has dormido bien?ㅡ. Tae Hyung asintió ㅡ. Anoche llegué, pero estabas ya acostado. Compré algunas cosas para ti. Las puse en el mueble de tu cuarto, si no las viste yaㅡ. El menor iba a cerrar, pero se detuvo al recordar algo ㅡ. Ah, y el desayuno está listo. Te espero para que hablemos de tu nuevo trabajoㅡ. Le sonrió con los labios juntos.
Tae Hyung recibió un apretón en su pecho. De verdad no se sentía merecedor de tal trato. Esperaba todo lo peor del mundo. No la actitud tan bondadosa y comprensiva de su hermano. Le hacía sentir extrañamente bien. Como si un pedazo de cielo estaba en la tierra, sólo para demostrarle que así como existían personas ingratas y despreciables, también nobles.
De verdad se sentía orgulloso de él.
Gracias a Dios no había tomado el depravado camino de su padre o el propio. Era un muchacho incomparable. Le quería enormemente y no lo podría negar jamás. Eso hacía ensanchar su pecho de sentimientos solemnes, que empezaban a armar las piezas de su quebrantado corazón.
Salió al dormitorio y vió sobre un pequeño escritorio: una toalla, cepillo de dientes y otras cosas de higiene personal. A un lado se encontraban unas camisetas un tanto holgadas, ropa interior y varios pantalones.
Sonrió, tomando las cosas en mano. Era totalmente contradictorio. Su madre lo había dejado a la deriva y su hermano lo acogía con tanto cariño que hacia engrandecer su afecto abiertamente.
Eso no tenía precio.
Le agradecería como no tenía idea por todo lo que estaba haciendo. Incluso, nada de lo que pudiese hacer pagaría la deuda que tenía con él. No sabía que sería de su vida sin su ayuda.
Retomó sus pasos al baño y se duchó. Lavó su cabello entre pensamientos de ida y vuelta con respecto al sueño que tuvo, cual lo tenía un tanto turbado. No le gustaba rememorar sus recuerdos, porque creía haberlos superado en el momento que Hee Chul murió. El malnacido había sido asesinado por uno de sus enemigos en uno de sus enfrentamientos y sus subordinados se dispersaron entre el clan de Bobby y otro nuevo que se formó con el paso del tiempo. Él se había quedado con Ji Woo, a pesar de sentir un terror a muerte por este, aprendió a sobrellevar su agrio temperamento y acostumbrado a sus mandatos.
Al menos nunca le hizo volver a vivir el infierno que con Hee Chul. Sin embargo, de todas maneras, estar en la cárcel lo era. Ser carnada de otros y la envidia de muchos, era su calvario día y noche. Cosa que no entendía del todo.
Él no se creía una persona atractiva. No creía llamar la atención de ninguna manera por parte de la gente, aunque otros creyeran lo contrario. Él solo era un hombre simple con un doloroso pasado por el que trataba de sobrevivir constantemente. No había más que decir de sí mismo.
Salió de la ducha y secó su cuerpo. Se vistió, yendo entonces a la cocina. Allí notó al moreno moverse con rapidez y colocar los platos sobre la pequeña mesa, donde se divisaban dos sillas.
Tomó asiento y esperó. Nam Joon se sentó y le indicó que fuera primero a comer. Tae Hyung no dudo en probar cada cosa de los platos, engullendo la comida son un marcado puchero y deleitado en los sabores.
ㅡHoy tengo que ir a la universidad. Así que, si quieres quedarte descansando por más tiempo, puedes hacerloㅡinició la conversación, Nam Joonㅡ. Por cierto, ya tienes el trabajo asegurado. Jimin ha sido muy amable en ayudarme con esoㅡcontinuó masticando.
ㅡY... ¿Qué pasa con los antecedentes?ㅡcuestionó Tae Hyung, un tanto inseguro.
ㅡEso no importa mucho. A Tae Yang le favorece tener personas que salieron de prisión. Conocen más sobre los posibles vándalos y también los movimientos que se hacen dentro entre los internos. Supongo que tú no eres la excepción, ¿verdad?
ㅡYo no quiero meterme en problemas, Nam Joon. Tengo cinco años de libertad condicional que cumplir y no me voy a arriesgar esoㅡcontestó Tae Hyung, seco.
ㅡNo vas a hacer nada ilegal, Hyeongㅡaseguró Nam Joonㅡ. Mira, es algo sencillo. El trabajo es simple. Sólo tienes que cuidar a alguien y listoㅡexplicó, tomando entre los palillos un poco de fideos.
ㅡ¿Quieres decir que seré una niñera? No estoy para juegos, Nam Joonㅡdijo con ironia, fingiendo estar disgustado con un resoplido, pero el brillo de diversión se escuchaba en su tono.
El moreno negó.
ㅡGuarda espaldasㅡsoltó como si nada, continuando con su almuerzo.
ㅡEso es peorㅡmurmuró, Tae Hyung. No se imaginaba todo lo que conllevaba ese trabajo. Es más, si demostraba que conocía cosas del interior de la cárcel. y muchos lo odiaban estando dentro, lo harían aún más fuera y no quería ser nuevamente blanco fácil, nunca más.
ㅡVamos, Hyeong. Es el único trabajo que te puedo conseguir donde no solicitan antecedentes. Estaré allí para ayudarte. Soy parte de tecnología en la agencia. Ademas, dan una muy buena paga.
Tae Hyung, dejó de ver a su hermano, cual calló abruptamente. El muchacho no había cambiando para nada en su forma de ser; insistente hasta los huesos.
Solo era más alto y robusto, pero seguía siendo el mismo niñito hablador y astuto con sus palabras de siempre.
ㅡLo pensaréㅡrespondió. Nam Joon sonrió, porque sabía que el castaño no tendría otra opción que aceptar el trabajo.
Estaba muy feliz por tener a su mayor con él después de tanto tiempo. Su corazón saltaba de la dicha y no podía evitar sentirse con las ganas de apretarse a él y revivir nuevamente esos viejos tiempos. Sin embargo, en el semblante de Tae Hyung, se notaba la huella de su pasado. De que ya no era el chico que una vez fué. A Nam Joon le importaba poco ese hecho, pues juraba darle todo el apoyo que necesitara, sin condición, hasta el final.
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Espero lo disfruten y hasta el próximo cap.
Los sarangeo. 😍
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