Capítulo 24 - Cita
Los días en la agencia pasaron lentamente en esa semana. Casualmente después del incidente en el edificio, Nam Joon puso suma atención en su hermano. Tanto así, que se planteó hablarle del tema, pues sospechaba que la causa de aquel ataque de pánico repentino había sido por una gran impresión, que obviamente, se debía a esos sujetos que se encontraron en el lugar.
Él mismo estaba empezando a realizar su propia investigación, como le prometió desde el inicio a su hermano. Por lo que necesitaba toda información posible por parte de este para descubrir cuál era la razón de su temor.
Esos días lo había intentado. Tratando de darle primero todo el tiempo que necesitaba y no cargándole con sus conversaciones insistentes.
Lo dejaba todo en manos de Dong Ji, que por suerte se dedicaba a preguntar por el cada tanto, auque ambos estaban relativamente alejados y no entendía el porqué si los notaba bastante melosos cuando se veían.
Esa mañana después de verlo listo acomodarse la chaqueta del traje, estaba preparado para iniciar el diálogo.
Se había conducido a la agencia en total silencio en el vehículo, pero la boca del moreno picaba de ansiedad por hablar. Por decirle algo siquiera. Sin más, se dispuso a contarle que estaba investigando a aquellas entidades. La tensión en el cuerpo de Tae Hyung fue tan poderosa que sus venas se marcaban en sus manos empuñadas y no apartaba la mirada de la ventana.
ㅡ ¿Me estas escuchando, Hyeong? ㅡ preguntó desviando un poco la mirada del frente. No comprendía la actitud del ahora rubio. Estaba como a la defensiva y notoriamente inquieto por algo que Nam Joon deseaba con toda la curiosidad del mundo, saber.
ㅡ Puedes investigar, pero ya estoy haciéndolo por mi propia cuenta ㅡ respondió con voz gruesa.
ㅡ No entiendo. Habíamos hablado de esto antes y me dijiste que recibirías mi ayuda. ¿Porqué ahora quieres seguir haciendo las cosas difíciles?
ㅡ Porque estos son mis problemas, no los tuyos. Ya no quiero involucrarte en algo de lo que puedas salir mal parado.
ㅡ No vale de nada que hagas eso. Si ya me di cuenta de todo. ㅡ Las palabras hicieron que el mayor presionara su cuerpo tan al borde que imaginaba, si fuera un cristal, se rompería.
ㅡ Que tontería estás diciendo ㅡ dijo Tae Hyung, tratando de autocontrolarse y haciendo una mueca.
Nam Joon solo quería sacarle la información, pero no deseaba que su mayor siguiera pasando por tantos golpes de conciencia y moral. Él sabía algunas cosas, aquel muchacho por el que fue culpado era hijo adoptivo de una señora, que sus padres biológicos habían muerto en manos de una banda y su hermano menor había muerto con ellos.
Jung Ho Seok
Ese era el nombre que le habían dado al ser adoptado. Pero este muchacho pertenecía a una familia importante.
Realmente la vida da muchos giros. Quizá este escapó de la muerte siendo adolescente, pero en su juventud había recibido su condena espiritual en manos del nombrado Im Jae Bum.
A ese tipo no lo conocía de nada, pero sabía que en alguna ocasión Ho Seok, al llevar a Tae Hyung a casa, lo mencionó. Quizá en forma de advertencia para que se alejara, pues su hermano pasaba mucho tiempo en la calle, entre bandalos, para poder llevar el dinero que cada día se necesitaba, al menos para comer.
Tae Hyung no recibió respuesta. Se quedaron ambos en silencio. Abrumados cada cual por sus propios pensamientos. ¿Qué sabia Nam Joon? ¿A caso descubrió la existencia de Seok Jin? ¿Se dio cuenta que realmente ese malnacido de su padre seguía vivo y por esa razón se sentía tan abatido?
Porque si, ese hombre al que tanto despreció por toda una vida era el que en esos momentos estaba en alguna parte de la ciudad. El mismo que apareció frente a sus ojos con los demás hombres hace unos días.
El que le atormentaba día y noche en su cabeza. Porque, ¿cómo se había librado de la muerte? ¿Cómo estaba allí y le había mirado con esos ojos turbios y odiosos?
El auto se aparcó, dándole la oportunidad de salir de allí y no sentirse claustrofóbico. Los ojos se le humedecieron, prontos a dejar caer el llanto. El no lo permitiría más. No derramaria más lágrimas por quien no las merecía.
Debía ser fuerte y librar esa batalla aunque terminara destruido.
Ahora no solo el deseo de vengar a Ho Seok se apoderaba de su mente, si no también la ansiedad de conocer como era que su padre estaba vivo y porque justo en esos momentos había aparecido.
Necesitaba plegarse de valor, porque más sufrimiento de el que ya tenía no podría recibir, ¿cierto?
Ahora más que nunca lo único que podía era sentir odio, rabia, resentimiento y dolor. Se escondió nuevamente en la típica cara dura de todos los días y buscó con la mirada la localización de aquel chico de cabellos azabache que se había escapado hace tiempo de sus brazos.
Solo hablaban un par de veces por teléfono y se veían en la agencia cuando les tocaba hacer turnos, pero honestamente le extrañaba. Su corazón estaba formando dependencia a su querer en tan poco tiempo y eso le asustaba en cierto modo, pero al mismo tiempo, lo rogaba.
Muchos lo pisotearon, lo aniquilaron con sus palabras y sus abusos físicos, le hicieron sentir todos aquellos desdichados sentimientos, pero él. Él le hacía sentir todo lo desconocido como algo bueno.
Dong Ji es especial.
Quedó a un lado de los tres menores que hablaban todo animados.
Jungkook bromeaba sobre lo gracioso que era ver a Dong Ji comer cuando estaba hambriento y Jimin solo reía de las palabras como un loco a punto de tirarse al suelo.
Cuando los ojos de Dong Ji se encontraron con Tae Hyung. El mayor le regaló una perfecta sonrisa de lado, cual el niño respondió con una desviación de sus oscuros y hermosos ojos, junto a la vergüenza plasmada en tonos carmín sobre las mejillas.
Adorable.
ㅡ ¿Porqué me ignoras? ㅡ susurró en su oído de repente el rubio, cuando estuvieron ya dentro del ascensor.
ㅡ Porque no quiero que se den cuenta de... ㅡ hizo una seña con el índice apuntandose a si mismo y luego al mayor. Tae Hyung soltó una sonrisa burlona.
ㅡ ¿Eso que significa? ㅡ encaró con una ceja enarcada.
El rubor en el rostro del muchacho empezaba a incrementar. Cosa que hizo efecto rebote en el corazón del más alto.
ㅡ Usted sabe de lo que hablo.
Lo recuerdo.
Pensó Tae. Habian hablado del tema con anterioridad. Su atracción hacia Dong Ji quizá no estaria bien visto delante de los ojos de los demás. Y que Dios lo perdonara o lo condenará al infierno, porque había caído a los encantos silenciosos de aquel chico sin esperarlo.
El no esperaba amar. Mucho menos con el pasado persiguiéndolo constantemente pero, ¿quien no se sentiría atraído por alguien como él? Era demasiado hermoso y tan etéreo que aunque le dijeran mil veces que le correspondía, sabia que sus sentimientos eran una increíble locura.
No se lo creía.
ㅡ ¿Qué te parece si salimos a comer algo luego de las misiones? ㅡ La proposición de Tae Hyung se dio de imprevisto. Era la oportunidad de estar a solas después de varios días.
ㅡ ¿Esta seguro? ㅡ susurró Dong Ji con la espera en sus ojos. ¿Realmente Kim Tae Hyung le estaba pidiendo tener una cita? Quería poder gritar y saltar de felicidad cuando escuchó esas palabras. La oportunidad que le dio no estaba siendo en vano. Aunque había rehuido de él por culpa de su imbecil amigo, se sentía contenta por aquella propuesta.
El rubio asintió.
ㅡ Entonces nos vemos a la salida. ㅡ respondió, dando por hecho el si con la actitud tan risueña en el muchacho.
Aquel día sería un día inolvidable.
•••
Dong Ji esperó hasta que el mayor llegara a ella. Se veía tan guapo con aquel traje. Perfectamente amoldado a su cuerpo y esa mirada de ojos expresivos intensos.
No podía creer que por primera vez saldría con un chico. Aunque el mayor error en todo aquello fuera el de personalidad.
¿Cómo podía demostrarle a Tae Hyung su verdadero yo cuando se cansara de estar en aquel papel? Sus sentimientos eran absolutamente reales, pero si se encontraba una simple brecha y la descubrían. Todo terminaría para siempre.
Perdería a Tae, su libertad, amigos y dignidad. Sobre todo, perdería su corazón y la creerían una farsante.
Quizá lo era un poco. Al haber obedecido en un principio los mandatos de su hermano cuando descubrió que ese compañero de trabajo que vio por primera vez era Kim Tae Hyung. Al inicio solo estaba allí para escapar. Porque en eso era que se basaba el resto de su vida desde que descubrió los planes de su hermano para con ella.
Todos aquellos años de inocencia, de entrenamiento riguroso y mala vida solo eran para mostrarle que quería hacer de ella como hicieron sus padres con él. Lamentaba mil veces ser parte de una familia tan desequilibrada y por esa razón, cuando tuvo la oportunidad de hacerlo, salió corriendo. Allí fue cuando descubrió que su mejor amigo estaba en Busan.
Decidió entonces encubrir su verdadera identidad, transformándose en una persona diferente. Donde la gente solo creía que era un joven común y corriente, pero que al parecer la pubertad nunca llegó a él, haciéndole ver como un debilucho que sabia mucho de armas y tenia voz melodiosa.
Nadie, además, se atrevería a preguntarle directamente si realmente era un chico. Porque hasta de los mismos idols se dudaba su identidad.
Sonrió para si, recordando las palabras de Jimin cuando la conoció.
"Eres tan lindo que me asusta. Pareces un animalito con el que quiero quedarme por el resto de mi vida"
Eso lo dijo apretando sus mejillas, cosa que Jungkook reprendió al rubio que parecía un mochi andante. Ella decía lo mismo sobre ese muchacho.
Era demasiado bello para ser real.
Al menos allí, a pesar de que no podía ser completamente quien quería ser. No era prisionera de una persona despiadada y fría como Jae Bum. Se sientia libre al menos un poco. Porque seguía siendo prisionera de las desgracias de su hermano, aunque no lo quisiera aceptar.
Cuanto le gustaría borrar su pasado, para no volver más a él cada que se le daba la gana de aparecer.
ㅡ ¿A dónde quieres ir?
"Eres mala para él aunque no quieras admitirlo. Cuando te canses de ser una mentirosa, entonces acudiras a mis peticiones."
Tal vez si era verdad que no tenía nada bueno que dar, pero por alguna razón el destino los puso en el mismo lugar. Tae Hyung y ella compartían el mismo camino, y aunque fuese una mentirosa, el mismo demonio en persona si era posible, ella quería estar en esto. Ella era la causante de esto. La que había dado el permiso al amor e incitó a ese hermoso chico a seguirle el paso.
A un exquisito amor que los derrumbaría a los dos.
ㅡ No lo sé, Hyeongㅡ dijo sin prestar mucha atención hacia donde se dirigía, pues su cabeza y corazón solo estaban revueltos en problemas. Atormentados por la hermosa vista de un hombre de ahora cabello rubio que caminaba a su lado.
Miró su esculpida cara, sus labios dulces y calientes que había besado, seguido de toda la extensión restante de su esquema. Mientras este proponía ir a un lugar que le había mencionado Jimin, que quedaba cerca de allí.
El embeleso de Dong Ji solo le invitaba a asentir como una boba y sonrojarse de vez en cuando por qué la gente se detenía a mirarlos. No sabia si alguien se podría fijar en que existía algo más que amistad allí o podía ser que el atractivo de su contrario llamaba demasiado la atención de las chicas.
Y si era la segunda, le hubiese encantado reclamarlo. Tomar su mano para decir a todos que era suyo.
Que estupido sonó eso, ¿verdad?
La pelinegra sacudió su cabeza mentalmente y siguió de la misma manera, hasta que dieron con el lugar al bajarse de un autobus.
Tae Hyung parecía ahora más contento y menos triste que la última vez que se vieron. Aunque su mirada era oscura y áspera, ya no se sentía la melancolía en el aire como en las veces pasadas.
El cariño funciona cuando se cree que todo está perdido.
El restaurante era pequeño y la decoración algo rústica. Las mesas de madera, las paredes con piezas en relieve y la calidez de las luces encendidas daban un ambiente diferente, como al estar dentro de una cabaña. Sonrio al comprobar lo limpio y bien ordenado del lugar. Todo se veía moderno y hogareño como solían gustarle las estancias.
Ambos caminaron hasta una mesa un poco retirada. Tomaron asiento y recibieron entonces a una de las camareras. Esta les sonrió con amabilidad y entregó el menú, avisandoles que volvería a recibir su pedido.
ㅡ ¿Siempre la gente lo mira así? ㅡ cuestionó Dong Ji con recelo.
ㅡ ¿Cómo? ㅡ el mayor alzo la mirada de su teléfono, en el que respondía un mensaje de Nam Joon.
Hermano:
No me esperes para la cena. He salido con Dong Ji.
Para Tae Tae:
Suerte en su primera cita. Diviértete. 7u7
ㅡ Como si es una celebridad. Es como si quisieran comérselo con los ojos. ㅡ indicó, mirando a la dirección en que algunos de los comensales los miraban de reojo. Tae Hyung frunció el ceño ante la extraña mezcla que envió Nam Joon de números y letras. Si para él eso significaba algo, no entendía en lo absoluto.
ㅡ Creo que es a ti a quien miran tanto ㅡ respondió guardando el aparato tecnológico.
ㅡ ¿A mi? ㅡ Tae Hyung asintió ㅡ No tengo nada para parecer celebridad ㅡ especificó, mirándose. Solo era una chica debilucha de complexión, con cara y cuerpo promedio ¿quién la vería como algo fuera de lo común?
ㅡ Si lo tienes ㅡ hizo una pausa acercándose un poco ㅡ. Por algo he caído a tus pies ㅡ murmuró para que solo ellos dos lo escucharan y esas palabras fueron suficientes para ablandar un poco más el corazón de Dong Ji. ¿De dónde venían esos cumplidos que le prometían tantas cosas que no sabia si pasarían alguna vez?
¿El amor se sentía tan bién?
¿Podía morir ahora y sentirse feliz de saber haber amado a alguien en la vida?
Si alguien le preguntaba que se sentía volar. No necesitaba decir nada más que; ya tenia las alas.
Jungkook tenia razón con esa canción de euphoria que le había enseñado.
Realmente no estaba pensando con la cabeza. Estaba enamorándose de ese hombre o tal vez ya lo estaba.
El carraspeó de alguien le sacó de su ensoñación, que iba más allá de solo mirar los ojos marrones del mayor frente a ella. La chica que los recibió antes, escuchaba con atención el pedido de Tae Hyung, esperando luego la respuesta de la pelinegra.
Los dos jóvenes comieron entre una conversación, esa vez, sobre gustos particulares. Tae Hyung solo respondía a las cosas que recordaba gustarle en su adolescencia, pues en la cárcel que gustos iba a desarrollar metido en la miseria de los reos. Y en esos días su gusto solo se resumía al nombre de la persona que tenía en frente. Como era evidente, no estaba en condición de contar nada sobre su pasado. Mucho menos con una relación tan reciente. El quería darle un poco más de tiempo a las cosas y tener la suficiente confianza para hablar de ello. Dong Ji, sin embargo; se limitaba a decir lo que le parecía conveniente.
Para ambos era importante en esos momentos ocultar las cosas que les parecían malas. Pero una relación no funcionaba de esa manera, porque las personas debían ser sinceros desde el inicio.
Aunque ambos estaban tratando de tapar el sol con un dedo y huir de la realidad entre el deseo, el cariño y los cumplidos. La verdad era que sus faltas harían crecer el dolor en aquella relación que aparentaba ser buena.
Sobre Dong Ji caería todo el peso. Porque aunque conocía un poco el pasado de Tae Hyung por medio de su hermano, no estaba completamente al tanto de todo lo sucedido en la prisión. Y a parte, estaba mintiendo y jugando con el corazón de un hombre que había guardado rencor y odio por mucho tiempo.
Ellos dos querían aprovechar el tiempo juntos, pero el tiempo estaba terminado.
"Lo desconocido es peligroso, más aún si juegas con ello."
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