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Capítulo 14 - Confesión

ㅡNo hagas eso, Jimin. ¡Estas haciendo trampa con un comino!ㅡ gritó Nam Joon a un extremo del sofá, sosteniendo el control firmemente y deslizando la palanca de un lado a otro, mientras con el dedo índice accionaba la parte del acelerador.

ㅡNo estoy haciendo nada, Hyeong. ¿Oh, que es eso?

ㅡSi me atrapa la policía por tu culpa, juro que te golpearéㅡ apretó los dientes, con la vista fija en la pantalla.

ㅡ¿No te estarás tomando está partida muy en serio?ㅡ preguntó Tae Hyung con una sonrisa en los labios, viendo como su hermano abarcaba casi toda la superficie del sofá. Con los pies cruzados entre ellos y la espalda encordaba, moviendo las manos como un maniático.

ㅡDéjalo, Hyeong. Él siempre es así de agresivo en los juegosㅡ contestó Jimin con normalidad, aún viendo el televisor.

Descruzó las piernas, para levantarse y descansar un poco. Se le empezaban a acalambrar por el largo rato en esa misma posición. Miró a Dong Ji al lado de Nam Joon, que miraba fijo entretenido en el juego, parecía luego percatarse de que lo observaba pues apartó los ojos del aparato.

ㅡ¿Me ayudas a buscar unas bebidas?ㅡ preguntó el pelirrojo, adentrando sus manos en los bolsillos del pantalón. El menor asintió y se colocó rápidamente a su lado.

Tae Hyung se movió y se condujo a la cocina para entonces rebuscar entre el cajón que solía usar Nam Joon para guardar las botellas, pero allí no había nada.

ㅡNam, dijiste que habías invitado a los chicos a tomar, pero aquí no tenemos nada.

ㅡ¡Pues ve a comprar entonces!ㅡ gritó, aguantando una maldición por haber chocado con una valla de las direccionales.

El mayor se acercó a Dong Ji que lo miraba con interés y calma al mismo tiempo.

ㅡVuelvo en unos minutos. No tardoㅡ anunció, caminando hasta la puerta. Se colocó los zapatos y salió de la casa.

Suspiró cuando estuvo fuera, acariciándose el cabello. ¿Qué era lo que estaba sucediendo con él? No podía dejar de mirarlo. Ese muchacho estaba llevándolo al borde, mucho más que todas las cosas que tenía encima. Bajó en el ascensor y luego de salir a la entrada del edificio, escuchó unos pasos tras él.

ㅡ¡Espere, Hyeong!ㅡ llamó el chico y se quedó ante el con los labios entre abiertos capturando oxígeno.

Si él fuera el aire...

Se dio una bofetada interna y prestó atención al menor que ahora se reponía y acomodada su fleco.

ㅡ¿Qué pasa?

ㅡ¿Puedo ir con usted?

Tae Hyung apartó la mirada unos segundos, se planteó no distraerse con Dong Ji y hacer las cosas bien. Porque se estaba convirtiendo en un imbécil desde algunos días para acá con su presencia.

Le dio la espalda, invitándolo a seguirle el paso, hasta que ambos llegaron a la tienda de convivencia más cercana. Allí el mayor se acercó a los puestos de bebidas. Seleccionó algunas alcohólicas y unos refrescos, para luego dirigirse al cajero.

ㅡ¿Quieres algo en especial?ㅡ miró al chico que retorcía entre sus manos el borde de su camisa distraído, viendo por la puerta de cristal.

Este le enfocó y sacudió la cabeza.

ㅡEstoy bienㅡ dijo con un poco de timidez.

Tae entregó unos billetes al encargado y tomó la bolsa con el cambio de vuelta, dando las gracias inmediatamente. Hizo un ademán para que ambos caminaran de regreso.

El trayecto fue silencioso, pero acogedor. Como si el que ambos estuviesen al lado del otro les reconfortara. Entraron al ascensor. El menor se colocó a un lado e instintivamente se mordió el labio con nerviosismo. El pelirrojo podía ver un atisbo de ansiedad en sus movimientos. Tentado por sus propios deseos de estar más cerca, rozó su brazo con el hombro contrario y luego se viró un poco.

El chico alzó sus ojos a él con ese atrayente rubor que lo caracterizaba. Se acercó un poco más. Sin sentido ni dirección a lo próximo que quería hacer, pues ese bendito labio aún seguía apresado.

No pudo evitarlo.

No pudo detenerse.

Estaba cometiendo el peor error, porque no sabía si Dong Ji correspondería al hecho... No le importaba. Sus instintos estaban a la deriva. Sus emociones también.

Con un simple movimiento, todo se volvió nada. Se derrotó ante los pies del menor, en el preciso instantente en que sus labios se posaron en los contrarios en un casto y débil beso.

Beso que no fue suficiente para ambos.

Tae Hyung cerró los ojos y acunó la mejilla del menor con suavidad. Entreabrió sus medianos labios, para enrollar los pequeños que se acoplaban encantadoramente a los propios. Eran justo su medida. Los acaricio con pausa, deleitándose en la textura suave, en la humedad y en el sabor.

Respiro profundo sobre la boca contraria.

Los chasquidos eran el sonido perfecto que completaba la escena. Como una melodía entre tanto silencio, que aferraba más a los dos apretándolos en la burbuja que les rodeaba. Dong Ji elevó las manos a su cuello para aferrarlo más, dejando que el beso los inundara a ambos. Los hundiera en el profundo abismo.

Cálido y lento.

Todo se detuvo cuando faltó el aire.

El pitido del ascensor anunció la llegada al nivel correspondiente.

Tae Hyung abrió los ojos, viendo que la persona delante suyo respiraba agitada, de la misma manera que él por el repentino ataque.

Es tan adorable.

El chico enfocó al hombre perfecto que lo había besado, admirando su agradable expresión, a la vez que era asaltado por el miedo. Así como todo había sucedido de un momento a otro, el pelinegro se apartó de golpe, con cierto susto clavado en su hermosa cara.

Salió del ascensor a toda prisa, dejando a Tae Hyung completamente confundido en medio, pero que de inmediato reaccionó y fue tras el.

Cuando este se detuvo frente a la puerta de su departamento, no se dignó a darle una sola mirada.

ㅡDong Ji...ㅡ empezó a decir Tae Hyung, dubitativo.

ㅡDebemos entrar, Hyeongㅡ le cortó el pelinegro, que miraba ahora sus zapatos.

Las palabras le cayeron al mayor como un balde de agua fría. El chico ni siquiera se había dignado a mencionar lo que pasó.

ㅡDiscúlpame, no quise...ㅡ continuó, pero el chico no hizo movimiento y Tae Hyung entonces se decidió a no decir más y presionar los botones, para luego abrir la puerta.

Lo había asustado.

Entraron ambos y el pelinegro hizo como que no había pasado nada entre los dos. Caminó hasta el lugar donde había estado anteriormente, ignorando el hecho de que sus mejillas estaban rojas al igual que sus labios, deliciosamente hinchados por el largo beso.

El pelirrojo cerró la puerta.

ㅡ¿Porqué tardaste tanto?ㅡ cuestionó Nam Joon, soltando el control en manos de Dong Ji, que miraba el objeto con curiosidad.

ㅡHubo un inconvenienteㅡ respondió deslizándose de sus palabras.

Y vaya que lo tuvo. ¿Quien pensaría que ese chiquillo de cabello oscuro le correspondería? Pero era un bruto al apresurarse, al lanzarse sin tener conciencia de lo que hacía.

Lo dejó espantado.

Suspiró. Sacó mas botellas para colocarlas en la mesa y buscó algunos vasos. Los llevó frente a los demás y rellenó para luego extenderles la bebida. El último en recibir fue Dong Ji, este intentó esquivar el contacto con Tae Hyung, pero le fue inevitable.

Dieron todos un único trago a sua vasos.

ㅡVamos, Hyeong. Ahora te toca jugar con Dong Jiㅡ Nam Joon le colocó el control en una mano, indicándole luego a los dos chicos, cuáles eran los botones para cada acción.

ㅡ¿Qué les parece si jugamos a la de dos?ㅡ preguntó Jimin.

ㅡ¡Oh, si podemos jugar eso!ㅡ exclamó emocionado el moreno.

ㅡDos contra dos. Nam Y Dong contra Jimin y Tae. El que pierda dos veces tendrá que beberse la mitad del soju.

Los dos jóvenes decidieron por los demás, pues ni el pelirrojo ni el pelinegro se dignaron a decir una palabra.

Tae Hyung estaba muy preocupado en recriminarse por haber besado a Dong Ji. Por no controlarse y sobre todo, espantar al muchacho.

Empezó a convencerse de que era mejor así. El sentirse rechazado le haría entender que no estaba en condiciones para sentirse atraído por alguien. Su vida era bastante complicada y su pasado suficientemente oscuro. Era mucho mejor alejarse ahora, antes de que los sentimientos se mezclaran por sobre la simple atracción.

Pasaron la noche en ese proceso. Los dos, mayor y menor, no se dirigían la palabra y sólo se limitaban a jugar. Los otros dos seguían el juego y cada vez que Tae Hyung perdía o Dong Ji, les gritaban que tomarán hasta el fondo.

Ya Tae Hyung no podía soportar más el alcohol. Por lo que, con ese último vaso, intentó levantarse y mantenerse firme. Yendo luego al cuarto de baño para enjugar su cara y cepillarse los dientes. Su boca estaba amarga y estaba mareado. Había sido el quinto y no seria capaz de tomar más. No se encontraba estable.

Se sostuvo con fuerza del lavabo, apretando los nudillos. Suerte que comió antes de, porque si no estaría tendido en el suelo como un saco de papas sin poder moverse. Cuando se viró para salir, vio la silueta pequeña peor de borracha que él. Se sostenía la cabeza y la sacudiá de un lado a otro.

Tae Hyung no se encontraba del todo bien, pero Dong Ji mucho menos.

El pelinegro tenía los ojos cerrados, apoyado del umbral con la cabeza recostada hacía atrás. Su frente y cuello estaba perlado de sudor. Tae Hyung se acercó para ayudarlo, sosteniéndolo de la cintura. Impresionándose con la finura de esta y sintiéndolo delgado y diminuto bajo él.

¿Es que acaso no comía?

Lo observó apoyar uno de sus brazos en los suyos y entreabrir los ojos. Su vista parecía nublada por el alcohol.

ㅡHyeong...ㅡ lo llamó ㅡ Siento mucho calor, ayúdeme... Creo que no debí tomar tantoㅡ se quejo, pasando su lengua por los labios.

Tae Hyung ignoró su pronta calentura, llevando al chico despacio hasta el lavabo. Si él estaba menos acostumbrado a la bebida podía darle algo allí mismo. Necesitaba reposo.

Le pasó su grande mano por la cara y el cuello, refrescandolo. Este jadeo cuando sintió las manos pasarse delicadamente.

ㅡVamos, te recostaré.

El pelirrojo con pasos torpes empezó a caminar con un brazo de él rodeando su cuello. Llegaron a su dormitorio y lo dejó allí sobre la cama. Este, antes de que se incorporara, balbuceó algunas cosas. Al principio Tae Hyung pensaba ignorarlas, pero después de escuchar atentamente, conoció, era muy importante saber.

ㅡTae Hyung... Ese Hyeong me gusta mucho. Lo sabe, ¿verdad?

Esas palabras hicieron que toda señal de borrachera se le fuera del sistema. Entonces el chico también gustaba de él.

¡Oh, rayos! Eso hacía las cosas más difíciles.

Acarició la cabeza del niño con lentitud y escuchó otro balbuceo.

ㅡNo se lo diga, Hyeong. No le diga a nadie que lo he besado. Me gusta tanto, pero es imposible.

Fue un débil susurró, que escuchó a la perfección.

El pelinegro estaba negado a su propia atracción. Si supiera que se lo había confesado. Oh, cuanta ternura en un solo cuerpo. Ahora estaba haciendo un puchero que le hacía querer comérselo a besos.

Se acercó a su oído, y aunque sabía que el no recordaría nada por el exceso de alcohol en su organismo, tomó la iniciativa de decirlo.

ㅡTu también me gustas, Dong Ji.

Se apartó de él, dejándolo medio dormido y suspirante sobre el colchón. Cuando salía del dormitorio, entonces notó las dos fotografías sobre la comoda y las tomó entre sus dedos.

Debía enfocarse en reunir todas las pistas.



LOVE

Creo que este será uno de mis capítulos favoritos.

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