● Tres Veces ●
Treceavo día del reto #Flufftober
Tema: Hora del Baño
Momoe x Rika
Edad de las Protagonistas 20 años
✷✷✷
Lo último que habría pasado por su mente en ése momento era ver a su compañera de apartamento, Rika Kawai, ingresar al baño mientras ella, Momoe Sawaki, se encontraba en la bañera.
Nunca habría imaginado algo como aquello, así como tampoco el hecho de que estuviera completamente desnuda. Sí, Rika no llevaba nada encima que la cubriera, dejando toda su pálida, tersa y bien cuidada piel más que expuesta; además de otras cosas de las que Momoe no pudo quitar la vista con la facilidad que quería.
Tuvo que hacer un gran esfuerzo para que no se le cayera la mandíbula y evitar demostrar que, el deseo que había despertado en ése momento, era muchísimo más grande que ella.
Sólo en dos ocasiones Momoe había visto a su amiga de ésa forma.
La primera vez, ocurrió cuando entró a la habitación de la rubia con el fin buscar algo.
Rika acababa de salir del baño, se disponía a vestirse cuando Momoe ingresó y la encontró en ese estado. Siempre rememorando aquel acontecimiento, Momoe recuerda que, el sólo hecho de observarla, fué más que suficiente para hacerle olvidar aquello por lo que había entrado a esa habitación en primer lugar.
Tuvo que retirarse con el rostro completamente rojo y tapándose la nariz por si derramaba sangre o algo así.
Cabe destacar que Rika no dijo nada. Ni se quejó, ni gritó, ni hizo nada al respecto.
Simplemente dedicó una mirada divertida a su amiga, colocando una mano en su descubierta cintura. Por cierto, ésa pose, según los rápidos pensamientos de Sawaki en ése momento, fué ridículamente sensual.
La segunda vez no ocurrió por su culpa. Más bien, fué culpa de Neiru, indirectamente claro.
Un día, luego de agotadoras jornadas de estudio, todas pudieron tener una buena semana de descanso.
Gracias a que Neiru siempre pensaba en ellas, les preguntó si querrían asistir a unos balnearios que se encontraban fuera de la ciudad.
Los gastos serían pagos, así que ellas sólo tendrían que disfrutar, relajarse y divertirse. Al final, todas acabaron aceptando. Después de todo, no puedes asistir a un caro y exclusivo balneario todos los días, o algo así había dicho Rika.
Gracias a la influencia de Neiru, las cuatro pudieron gozar de una terma completa para ellas solas.
Fué en ése momento, cuando las cuatro chicas se despojaron de sus respectivas toallas para entrar al agua, que Momoe Sawaki pudo confirmar que había un infierno en la tierra... Y no en el sentido que muchos creen.
Porque, el ver su amiga rubia sin una sola prenda encima en aquella fuente termal, sonriendo con diversión y otro sentimiento que no pudo identificar mientras pasaba sus manos por todo su cuerpo, le provocó un intenso escalofrío que fué mucho más difícil de obviar que cualquier otra sensación anterior.
No poder hacer absolutamente nada, más que mirar con disimulo y fingir que no lo hacía, era algo que la tenía un poquitín descontrolada.
Todo ésto, aunado al hecho de que Neiru y Ai habían desaparecido hacía unos minutos (¿en qué momento?), dejándolas a solas, no ayudaba mucho a su autocontrol.
El que no haya hecho nada estúpido que pudiera acabar con su amistad y que la tomaran por una pervertida o algo así, fue un verdadero milagro.
Ni siquiera estaba segura de si Rika sentía lo mismo o solo estaba bromeando con ésa repentina actitud sugerente y juguetona que había adoptado.
En fin, según lo que recordaba, ésa fue la última vez que la vió desnuda. De éso habían transcurrido ya unos tres meses.
Ahora, apoyada en la puerta del baño, el cabello rubio atado en un moño alto, una sonrisa ladina plasmada en su rostro y mostrando sus atributos sin pena alguna, Rika Kawai formuló una pregunta que se escuchó fuerte y claro desde su posición.
—¿Puedo acompañarte?
Y Momoe, quién no le quitaba la vista de encima, como si estuviese presa de algún tipo de hipnosis y la miraba de arriba hacia abajo sin recato alguno, respondió con extraña simpleza:
—Claro.
En realidad, ni siquiera estaba pensando cuando formuló aquella respuesta. Podría decirse que respondió más por inercia que por otra cosa.
Y, mientras Rika se acercaba, con paso lento y moviéndose más de la cuenta, exagerando cada movimento de su esbelta y bien formada figura, Momoe sólo pudo pensar, sintiendo como su líbido crecía a medida que Rika acortaba la distancia entre ellas más y más, en que ella era condenadamente perfecta y sensual.
Tal vez, ése sería el baño más duradero que tendrían. Ella se encargaría de que fuera así.
Fin
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro