Día diecinueve del reto #Flufftober

Tema: Compartir hobbies con tu pareja

Momoe x Rika

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Cuando Ai sugirió que ambas, Momoe y Rika, compartieran sus hobbies entre ellas, ésta última pensó que ése era uno de los mejores chistes que le habían contado en toda su vida.

Sólo debían turnarse para ello. Un día, ambas harían juntas los pasatiempos que le gustaban a Rika; y otro día llevarían a cabo los de Momoe.

Según Ohto, podían descubrir que tenían más cosas en común de las que ya conocían y que, en muchos casos, éste método tenía resultados increíbles.

Un ejemplo a tomar en cuenta era lo ocurrido con Neiru y Ai. Ellas descubrieron que amaban el jugo de naranja porque la peliazul pidió dos de éstas bebidas durante uno de sus turnos para compartir hobbies.

A causa de una simple orden hecha por Ai en la cafetería predilecta de la heterocromática, Neiru, sin saberlo, se haría tan adicta al jugo de naranja como lo era su novia.

Ambas concordaban en que era una bebida deliciosa y que, sobre todo, olía muy bien. El jugo de naranja embotellado poseía un aroma delicioso.

También, gracias a los pasatiempos de Neiru, Ai descubrió una especie de pasión oculta por la lectura de libros de romance y misterio que ella misma desconocía.

Todo gracias a la enorme cantidad de libros que la morena guardaba en su inseparable maleta y con los que, en palabras de la propia Neiru, ella solía "embriagarse".

Momoe aceptó la idea de Ai de inmediato. Pensaba que sería divertido. Rika sólo aceptó porque de verdad que su novia se veía muy interesada en la idea. Por nada más.

El primer turno, que fué decidido mediante sorteo, le tocó a Rika. Aún no se convencía del todo con respecto a semejante ocurrencia, pero lo intentaría.

Empezó por mostrarle a Momoe algunos de sus pasatiempos más importantes.

Primero, fueron al salón de belleza. Momoe era una chica que siempre andaba arreglada y le gustaba siempre lucir presentable, pero su forma de arreglarse era muy "sencilla" a los ojos de la ex Idol. Así que, ahora que podía, la obligaría a vestirse "correctamente".

Momoe no necesitaba gran cosa para verse hermosa, así que no había mucho que hacer. Rika pensó que, tal vezz lo de mostrar tu hobby a tú pareja, podría tener factores positivos.

Con su apariencia ligeramente cambiada, ligero cambio que casi provoca que Rika le salte encima debido a que se veía extremadamente linda y saciar las ganas que le despertó en esos momentos, ambas siguieron caminando hacia al concierto de una de las bandas favoritas de la rubia.

Exacto, iban hacia el segundo hobby más importante de la rubia.

Rika sabía muy bien que sus gustos musicales nunca fueron del agrado de su novia, por ende, se sintió increíblemente malvada cuando llegaron a las puertas del establecimiento y pudo ver cómo la pelirroja arrugaba la cara cuando tuvo a la vista el poster de la idol principal.

—Aún estamos a tiempo de regresar y dejar todo ésto de compartir hobbies —sugirió Rika, persuasiva—. Está visto que no tenemos los mismos gustos. Digo, estábamos bien pasando tiempo juntas y ya... No creo que...

—No te preocupes —interrumpió Momoe con una sonrisa plasmada en su rostro—. Vamos, el concierto va a empezar.

—Espera —la detuvo cuando se hallaba a pocos pasos de la entrada—, ¿estás segura de ésto? Quiero decir...

—¡Por supuesto que estoy segura! ¡Vamos! —Animó, sin dejar de sonreír—. No querrás perderte la primera canción de tu idol favorita...

Y, tomando la mano de su novia, Momoe prácticamente la arrastró hacia el interior del establecimiento.

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Muy para su pesar, en lugar de que Momoe se desanimara con éso de los pasatiempos en pareja, se hizo más entusiasta de la idea.

La pelirroja disfrutó cada cosa que hicieron el día anterior, inclusive, luego de que terminó uno de los conciertos, consiguió que la vocalista de la banda le firmara un autógrafo que, muy amablemente, le regaló a su novia.

Ésa chica era un problema serio.

Ahora, parada en un lugar previamente acordado, la ex Idol esperaba a que su novia pasara por ella y ambas se fueran juntas a lo que sea que Momoe fuera a hacer en su tiempo libre.

Sí, era el turno de Momoe para mostrarle a Rika algunos de sus hobbies.

—¡Hey, amor! —Escuchó como aquella voz tan familiar la llamaba desde atrás, haciéndola girar—. ¡Llegaste temprano!

La vista de aquella chica tan alta, esbelta y linda dando saltitos por la acera, con aquella ropa que le daba cierto aire masculino, era algo digno de admirar. Y Rika lo hacía cada vez que podía.

—¡Por supuesto! —Sonrió—. ¿No creerás que dejaré a mi linda novia plantada cuando ayer me acompañó a todas partes?

Sin avisar, Momoe casi se le tiró encima y la abrazó con cariño.

—Jeje, es parte de la aventura —se separó un poco de ella—. ¿Cómo estás? —Sin esperar respuesta, estampó un rápido beso en los labios de la más baja.

—Supongo que bien —respondió luego de aquel esporádico beso—.  Vamos, supongo que tienes cosas importantes que hacer...

—Sio, primero iremos a la biblioteca...

—¿Biblioteca? —Repitió la rubia de forma casi automática. Sin emociones.

«Y teníamos que empezar por uno de mis lugares "favoritos" en el mundo, ¿no?», pensó Rika, con hastío.

Momoe la miró con extrañesa, ladeando un poco la cabeza y emitiendo un ligero "¿Huh?" con la garganta.

—Eh, sí. La biblioteca —reafirmó Momoe con algo de duda.

—Oh... —Fue la única respuesta que emitió la más baja.

Había sentido la falta de emoción en la voz de Rika al corroborar el lugar a donde irían primero. ¿Será que era una mala idea?

—¿Algún problema? Si quieres, podemos ir a otro lugar...

—No, no. Para nada. ¿Cómo se te ocurre? —sacudió ambas manos—. Se supone que hoy nos toca hacer lo que te gusta, así que vamos...

—Espera... —la frenó—. Rika, sé que desde un principio estuviste en desacuerdo con ésto y que no te gusta ir a la biblioteca, nunca te ha gustado, a decir verdad. Por eso, creo que deberíamos...

—Momoe —esta vez fue el turno de la ojiazul para interrumpir—. ¿Acaso crees que no sé que odias al ochenta por ciento de mis cantantes favoritas? Y, sin embargo me acompañaste ayer sin chistar. Hasta me conseguiste un autógrafo de una de ellas... —bromeó—. En realidad, no sé cómo lo hiciste, yo nunca pude hacerlo.

Momoe sonrió mientras se rascaba la cabeza, clara muestra de que se estaba avergonzando ante las palabras de su novia.

—Pues, fué muy difícil. —murmuró la más alta.

—A éso es a lo que me refiero. Si tú pudiste hacerlo, si pudiste aguantar entonces, ¿por qué yo no? Somos una pareja, y ambas debemos trabajar para que ésto funcione, así nos toque hacer alguna que otra cosilla por la otra que esté fuera de nuestra zona de confort... —sonrió con sus ojos azulados clavados en los esmeralda de su pelirroja—. Además, ¿quién dice que no pueda haber algo que me guste en la biblioteca?

Se miraron por unos instantes, olvidando por completo que se encontraban a media calle y que el tiempo estaba pasando. Era increíble como, aunque se vieran todos los días, se les hacía imposible no quedarse embelesadas mientras observaban los ojos ajenos con fijeza.

—Está bien, Rika —tomándose de las manos comenzaron a caminar—. Me convenciste.

—Hum, ese es mi super poder. —Le guiñó un ojo y le sacó la lengua.

—Ya me lo estoy creyendo.

—Jeje.

—Por cierto...

—¿Qué pasa?

—Je, bueno, en realidad no sabía que Yusa fuera tan buena cantando —suspiró—. Creo que es la única Idol, de todas las que me mostraste ayer, que me llamó la atención.

—¿Huh? ¿En serio? —Preguntó la rubia con estrellas en los ojos—. ¿Verdad que canta hermoso y es muy linda?

—Por supuesto, precisamente por eso dije que me gusta.

—¡Wah, ella es una de las que más me gusta a mí también!

Siguieron conversando de forma amena, mientras se alejaban en dirección a la biblioteca...

Fin