Día veintiséis del reto #Flufftober

Tema: Perfume

Neiru x Ai

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Un día, las cuatro amigas decidieron reunirse y pasar algo de tiempo juntas. Habían transcurrido unos meses desde la última vez que tuvieron un rato libre.

Para tal ocasión, Ai decidió utilizar aquel perfume nuevo que había adquirido recientemente.

Luego de pasar todo aquel día entre ellas, visitando lugares, pasando el rato y hasta divertiéndose en un parque de diversiones, decidieron culminar la reunión visitando un antiguo lugar de juegos, dónde solían reunirse a conversar y entretenerse en otrora.

En todo momento, Rika y Momoe elogiaron su nueva fragancia, más Neiru (que es su novia, para variar), no dijo absolutamente nada acerca de éste.

Al finalizar la tarde y también la reunión, Neiru se ofreció a dejarlas a cada una en su respectivo hogar.

Una vez se despidieron de Momoe y Rika, dejándolas a ambas en la casa de la más alta, Neiru decidió acompañar a la peliazul hasta su respectivo hogar. En todo el camino de vuelta, Ai, quién siempre era bastante conversadora, no pronunció palabra alguna.

Cuando arribaron a su destino, la morena le dijo que tenían que hablar. Era más que obvio el por qué de sus ganas de conversar. Hasta para alguien tan "ligeramente" lenta como Ai éso podía notarse.

Su actitud hacia el aparente desinterés de su novia por su cambio se había visto a kilómetros... Y, ahora que lo pensaba, tal vez se había pasado un poquito con aquella infantil actitud.

¡Pero también había sido su culpa! Es decir, ella quería sorprenderla y Neiru parecía ser tan fría a veces.

Dejando la limusina estacionada afuera, Ai entró a su morada, seguida por Neiru.

Al cerrarse la puerta detrás de ellas, con un margen de unos pocos segundos de diferencia, Neiru se lanzó y la abrazó desde atrás.

Bastante sorprendida por aquella acción tan inusual por parte de la ojiverde, Ai iba a decir algo, pero su novia se le adelantó:

—Lo siento... —Murmuró Neiru contra ella. Podía sentir su respiración en su nuca.

—¿Eh?

—Que lo siento... Sé que lo hiciste para que me diera cuenta. Y aún así no reaccioné como esperabas. Creo que puedo hacer algo...—a A pesar de que se estaba disculpando, Ai pudo detectar algo raro en su forma de expresarse. Se trataba de algo que no pudo identificar.

Cuando sintió a Neiru olfateando su cuello con profunda insistencia, mientras el abrazo era afianzado por la morena, Ohto Ai supo de inmediato que sus pensamientos de hacía unas horas no eran más que jugarretas de su mente y de sus inseguridades.

A pesar de las horas, Neiru aún podía sentirlo. Estaba allí, el perfume de su novia. Era muy tenue, pero seguía allí.

Neiru aspiró con fuerza... Era algo bastante refrescante.

Obviamente, a Neiru le había encantado el nuevo perfume. Después de todo, Ai lo había comprado para ella.

—¿Por qué no me dijiste nada acerca de ésto en todo el día? —Inquirió Ai, dejándose hacer.

Neiru suspiró.

—Porque no me gusta decir esas cosas en público... Ya sabes, soy algo, eh, discreta...por así decirlo... —Ésto último lo dijo con cierto deje de amargura—. Disculpa si te incomodé o te molesté por no decirte nada acerca de esto en todo el día.

—Oh, no, Neiru... No hace falta que... —Jadeó antes de poder continuar, cortando su frase.

Sintió la mano de su novia colarse por debajo de su blusa y acariciar su liso abdomen.

—Me alegra escuchar eso... —El tono que empleó para decir ésto último le dió muy mala espina—. Porque quiere decir que te gustó...

Ahora podía sentir como su novia afianzaba el agarre en su cintura mientras su otra mano empezaba el ascenso por su abdomen, hasta encontrarse con el sujetador que llevaba en ese momento.

—¡E-espera, Neiru...! —Suspiró nuevamente al sentir cómo ella masajeaba uno de sus pechos por encima del sujetador—. ¡Neiru...!

—No pareces querer que me detenga... —Volvió a aspirar con fuerza en otra zona de su pálido cuello, consiguiendo provocarle alguna cosquillas—. Éso es bueno, porque yo tampoco quiero parar...

Fin