Violet
Pedido por: Andri_so_ca
Lee siempre había sido una persona independiente y apasionada, con una energía imparable que inspiraba a todos los que la rodeaban. Su relación con Vi era su refugio. Juntas, habían creado un vínculo sólido a lo largo de los años. Sin embargo, cuando Caitlyn, la amiga de la infancia de Lee, volvió a entrar en su vida, todo comenzó a complicarse.
Caitlyn había regresado a Piltover después de años viviendo en otra ciudad, y su llegada sacudió el mundo de Lee. Habían sido inseparables de niñas, y ahora, como adultas, parecían revivir esa conexión. Comenzaron a pasar horas juntas, poniéndose al día, recordando viejas travesuras y explorando nuevas aventuras en la ciudad.
Al principio, Vi no se preocupó. Caitlyn parecía amable y educada, y Vi confiaba en Lee. Pero a medida que pasaban las semanas, la presencia constante de Caitlyn empezó a molestarla. Vi llegaba a casa y encontraba mensajes de Lee diciendo que estaría fuera con Caitlyn, o que habían decidido tomar un café en el lugar que solía ser "el de ellas". Los planes de pareja comenzaron a posponerse, y Vi sintió que algo estaba cambiando.
Una noche, Vi se quedó sola en su apartamento, repasando mentalmente las últimas semanas. Se suponía que Lee y ella iban a cenar juntas, pero Lee había cancelado a última hora para ayudar a Caitlyn a reorganizar su biblioteca. Vi respiró hondo, tratando de racionalizar sus sentimientos, pero no pudo evitar que un destello de celos la atravesara.
Cuando Lee llegó a casa esa noche, encontró a Vi en el sofá, con los brazos cruzados y una expresión tensa.
—¿Todo bien? —preguntó Lee, dejando su chaqueta en el perchero, observando a su novia.
Vi asintió, pero no levantó la mirada.
—¿Te divertiste con Caitlyn? —preguntó con un tono que pretendía ser casual, pero que traicionó un tono de amargura.
Lee se detuvo, percibiendo la tensión en el aire.
—Sí, fue agradable. Estuvimos reorganizando sus libros. Tiene una colección impresionante, por cierto. La mayoría son antiguos.
Vi soltó una risa seca.
—Me alegra que estés disfrutando tanto con ella.
Lee frunció el ceño, confundida.
—¿Qué significa eso?
Vi se levantó del sofá y comenzó a caminar de un lado a otro.
—Significa que últimamente parece que Caitlyn es tu novia, no yo.
Lee se quedó boquiabierta.
—Eso no es cierto. Tú eres mi novia, Vi. Sabes que siempre serás mi prioridad.
—¿De verdad? —Vi la miró fijamente, sus ojos ardían de frustración—. Porque no lo parece. Pasas más tiempo con Caitlyn que conmigo. Cancelas nuestros planes para estar con ella. Y ahora... ahora siento que estoy compitiendo por tu atención.
Lee se acercó, tratando de tomar las manos de Vi, pero esta dio un paso atrás.
—No estoy eligiendo a Caitlyn por encima de ti, Vi. Ella es mi amiga, y no la veía desde hace años. Solo estamos recuperando el tiempo perdido.
—¿Y qué hay de nosotras? —preguntó Vi, su voz quebrándose—. ¿Quién está atenta?
El silencio que siguió fue pesado. Lee no supo qué responder.
Los días siguientes fueron incómodos. Aunque intentaron volver a la normalidad, el tema de Caitlyn colgaba sobre ellas como una nube oscura. Lee trató de equilibrar mejor su tiempo, pero cada vez que recibía un mensaje de Caitlyn, sentía la mirada de Vi clavada en ella, como si estuviera esperando una confirmación de sus peores temores.
Una tarde, Caitlyn invitó a Lee a un evento benéfico en la galería local. Era el tipo de cosas que solían disfrutar juntas de niñas: arte, música y un propósito altruista. Lee dudó al principio, consciente de cómo podría sentirse Vi, pero finalmente aceptó. No quería perder esa conexión especial con su vieja amiga.
Cuando Lee llegó a casa esa noche, Vi estaba despierta, aunque era tarde.
—¿Qué tal estuvo? —preguntó Vi, su tono neutro pero sus ojos fríos.
Lee suspiró, agotada.
—Fue bonito. Caitlyn estaba muy emocionada por el evento, y yo también.
Vi no respondió de inmediato. En lugar de eso, sacó un periódico donde se veían a ambas mujeres sonriendo a la cámara en aquel evento.
—Vi esto. Tú y Caitlyn. Parecían... cercanas.
Lee se sentó junto a ella.
—Vi, esto está yendo demasiado lejos. Caitlyn es mi amiga, nada más.
—Entonces, ¿por qué siento que la estás eligiendo a ella? —preguntó Vi, su voz baja pero cargada de emoción.
Lee finalmente se enfadó.
—¿Sabes qué? Esto no es justo. No puedes hacerme sentir culpable por tener una amistad cercana. Eres mi pareja, Vi, pero eso no significa que no pueda tener otras personas importantes en mi vida.
Vi se levantó bruscamente, cruzando los brazos.
—Claro, otras personas importantes. Pero, ¿qué pasa cuando empiezas a dejarme fuera? ¿Cuando ella sabe cosas de ti que yo no?
—¡Eso no está pasando! —exclamó Lee. Pero en el fondo, comenzó a preguntarse si había algo de verdad en las palabras de Vi.
El enfrentamiento marcó un punto de inflexión. Vi se volvió más distante, y Lee, agotada por las constantes discusiones, comenzó a evitar hablar de Caitlyn. Sin embargo, no dejó de verla. Caitlyn, ajena al drama, seguía buscando a Lee con la misma calidez y entusiasmo de siempre.
Una noche, Caitlyn invitó a Lee a cenar en su apartamento. Habían estado hablando de un nuevo proyecto que Caitlyn quería iniciar, y pensó que Lee podría ayudarla. La velada fue agradable, pero mientras hablaban y reían, Lee no pudo evitar pensar en Vi. Había algo inquietante en cómo la relación con su pareja parecía tambalearse, como si estuvieran perdiendo el lenguaje común que solía unirlas.
Lee había intentado ignorar las tensiones entre Vi y Caitlyn, pero cada día sentía más el peso de las miradas insistentes de su novia y las preguntas indirectas sobre dónde había estado o qué había hecho. Vi se estaba volviendo impredecible, y aunque Lee intentaba justificar su comportamiento como una reacción pasajera, en el fondo empezaba a inquietarse.
Una tarde, mientras estaba en un café con Caitlyn, sumidas en una conversación sobre un proyecto artístico que Caitlyn planeaba organizar, Lee sintió una sombra detrás de ella. Al girarse, se encontró con Vi, quien se quedó de pie mirándolas con una sonrisa fría y los ojos afilados.
—Hola —saludó Vi con una dulzura que parecía forzada mientras se acercaba a Lee y, sin previo aviso, rodeó su cintura con un brazo posesivo.
Lee se tensó, sorprendida por la repentina aparición de su novia. Caitlyn, siempre educada, sonrió de vuelta.
—Hola, Vi. No sabía que vendrías.
—Tampoco lo sabía —respondió Vi, mirando directamente a Caitlyn antes de girar la vista hacia Lee—. Pero ya sabes, no me gusta estar lejos de mi novia por mucho tiempo.
Lee apartó suavemente la mano de Vi de su cintura, tratando de calmar la creciente tensión.
—Vi, estábamos terminando de hablar sobre el evento de Caitlyn. No es necesario que te preocupes.
Vi soltó una carcajada seca.
—¿Preocuparme? ¿Por qué debería preocuparme? Solo es tu "amiga", ¿verdad?
Caitlyn levantó las cejas, notando la hostilidad en el tono de Vi.
—Bueno, no quiero interrumpir algo entre ustedes —dijo mientras comenzaba a recoger sus cosas.
—No interrumpes nada —respondió Lee rápidamente, lanzando una mirada suplicante a Vi para que se calmara.
Vi, sin embargo, no estaba dispuesta a ceder.
—Oh, no te preocupes, Caitlyn. Lee y yo hablamos todo el tiempo. Nos conocemos demasiado bien, ¿verdad, amor?
Lee sintió cómo la sangre se le subía a la cara. La situación estaba fuera de control.
—Vi, basta. Esto no es necesario.
Vi la miró fijamente, y por un momento, algo oscuro y retorcido pasó por sus ojos.
—¿Sabes qué no es necesario? Pasar tanto tiempo con una amiga cuando tienes una pareja.
Caitlyn se puso de pie, claramente incómoda.
—Creo que es mejor que me vaya. Hablamos luego, Lee.
Cuando Caitlyn se marchó, Vi no perdió tiempo en volverse hacia Lee.
—¿Qué demonios está pasando contigo?
Lee la miró incrédula.
—¿Qué me pasa a mí? ¿En serio, Vi? Esto es ridículo.
—No es ridículo querer proteger lo que es mío —dijo Vi, su tono más bajo pero con una intensidad que hizo que a Lee se le erizara la piel.
—¿Proteger? —Lee dejó escapar una risa amarga—. No soy algo que tengas que proteger o controlar. Soy tu novia, no tu propiedad.
Vi se acercó, sus ojos buscando los de Lee con una mezcla de rabia y vulnerabilidad.
—Pero actúas como si no lo fueras. Cada vez que te vas con Caitlyn, siento que me estás dejando fuera. Como si no importara.
—Vi, Caitlyn no es una amenaza. Es mi amiga, y nada más. No sé cuántas veces tengo que repetírtelo.
—No es ella lo que me molesta, Lee —Vi la miró fijamente—. Es cómo actúas cuando estás con ella. Como si yo no existiera.
Lee intentó calmarse, pero las palabras de Vi seguían avivando su frustración.
—Eso no es cierto. Siempre he intentado equilibrar las cosas.
—No lo suficiente —murmuró Vi, y aunque su tono era bajo, la acusación era clara.
Los días siguientes, Vi intensificó su comportamiento posesivo. Insistía en saber cada detalle de dónde iba Lee, con quién estaba y cuándo volvería. Las discusiones se hicieron más frecuentes, y aunque Lee intentaba mantenerse paciente, sentía que se estaba sofocando.
Un sábado, mientras Lee preparaba sus cosas para asistir a una exposición con Caitlyn, Vi bloqueó la puerta.
—No vas a ningún lado.
—Vi, por favor. Esto no puede seguir así.
—Claro que sí puede. ¿Qué necesitas tanto de Caitlyn que no puedas obtener de mí?
Lee apretó los puños, tratando de controlar su ira.
—Vi, esta es la última vez que te lo digo: Caitlyn es mi amiga. Si no puedes aceptarlo, tenemos un problema más grande del que crees.
Vi la miró, y su expresión cambió de ira a algo más calculador.
—Tal vez lo único que necesitamos es que estés conmigo. Solo conmigo.
Lee dio un paso atrás, sintiendo un escalofrío.
—Esto no es amor, Vi. Esto es control.
—No. Esto es cuidar lo que es mío —respondió Vi, y en ese momento, Lee se dio cuenta de algo. Los ojos brillantes en furia de Violet.
Vi se acercó y tomó de la cintura a Lee, la obligó a apoyarse sobre una pared y la miró por unos segundos —. Si hace falta amarrarte lo haré. De aquí no vas a salir.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro