El bajo de los altavoces reverberaba por el salón tenuemente iluminado, proyectando largas sombras que se movían al ritmo de la música mientras los asistentes se mecían al compás.

Powder estaba cerca del borde de la sala, sosteniendo un vaso medio vacío con algo afrutado y demasiado dulce, como el arándano. Había acompañado a sus amigos a esa curiosa fiesta, solo para tener un poco de diversión.

En este universo, Powder no era Jinx. No era la fuerza caótica y desquiciada en la que se había convertido en su propia línea temporal.

Aquí, seguía siendo la misma Powder que se aferraba a su familia improvisada y trataba desesperadamente de demostrar su valía.

— ¿Disfrutando de la fiesta? — Una voz cortó a través del bullicio, sobresaltándola. Powder se giró y se encontró cara a cara con una joven de cabello verde y suelto, apenas le llegan a los hombros. Había algo dolorosamente familiar en ella, aunque Powder no pudo ubicarlo de inmediato.

— Eh... sí — respondió Powder, agarrando su vaso con más fuerza —. Es... mucho.

La joven rió suavemente. — Suele serlo. Estas reuniones son idea de Vander, su forma de reunir  la comunidad o algo así. Soy Vinnie, la hija de Vander — Extendió una mano, y Powder la miró por un momento antes de estrecharla con vacilación.

— Oh — dijo Powder, su voz apenas un susurro —. No sabía que Vander tenía una hija.

Vinnie frunció ligeramente el ceño, como si la ignorancia de Powder la desconcertara. — ¿No eres de por aquí, verdad?

— No exactamente — admitió Powder, apartando la mirada —. Me... acabo de mudar.

Vinnie asintió, aunque su mirada seguía siendo perspicaz. — Bueno, bienvenida, supongo. Solo no dejes que te convenzan de participar en los concursos de fuerza. Se lo toman demasiado en serio. Y mucho menos en los de shots, le ponen extasis.

Powder forzó una risa, pero la tensión en sus hombros no disminuyó. No esperaba encontrarse con alguien como Vinnie, una versión de la familia de Vander que nunca había conocido. Y aunque Vinnie parecía lo suficientemente amable, había una reserva en su actitud que inquietaba a Powder.

La conversación se detuvo por un momento, y Vinnie inclinó la cabeza, estudiando a Powder con una intensidad curiosa. — Me recuerdas a alguien, — dijo finalmente —. Pero no logro ubicar a quién.

El corazón de Powder dio un vuelco. Se apresuró a buscar una respuesta, algo que no despertara sospechas. — Tal vez solo tengo un rostro común — dijo con una sonrisa débil.

— Puede ser — respondió Vinnie, aunque su tono sugería que no estaba del todo convencida —. Te ves algo muy joven, ¿trabajas?

— Hago cosas — respondió Powder rápidamente, agradecida por el cambio de tema —. Máquinas, aparatos, ese tipo de cosas.

— ¿En serio?— Los ojos de Vinnie se iluminaron con genuino interés —. He estado intentando arreglar un viejo motor hextech, pero es un verdadero dolor de cabeza. Pensarías que harían estas cosas más fáciles de entender.

— Podría echarle un vistazo — ofreció Powder antes de poder detenerse. Las palabras quedaron en el aire, y de inmediato se arrepintió. Involucrarse con Vinnie le parecía una mala idea, una complicación que no necesitaba.

[...]

Y cuando menos se lo esperaron, Vinnie estaba en la casa de Powder, con la puerta cerrada, la luz apagada solo dejando la luz del subterráneo entrar.

Powder soltó un suspiro, llevando sus labios a la piel de mi hombro y dejando picotazos húmedos, con eso, Powder se lamió los dedos y los deslizó en la ropa interior de Vinnie, obligando a Vinnie a sujetarse de los hombros desnudos de Powder.

Su mano se movió a un ritmo agonizantemente lento y saltó cuando deslizó dos dedos dentro de Vinnie, un lloriqueo silencioso salió de los labios de la mayor mientras agarraba la almohada debajo de ella y la apretó.

— ¿Te gusta eso? — susurró en el oído de Vinnie seductoramente, moviendo sus dedos más rápido y más profundo.

Vinnie apenas podía dejar salir un zumbido mientras el placer se volvió intenso, retorciéndose y soltando jadeos, los dedos de Powder moviéndose en formar de tijeras en el interior de Vinnie. La sensación de placer era mucho más fuerte que antes, los dedos de Powder se movían tan bien dentro y fuera, sus largas uñas rascadas contra las paredes dándole una pizca de dolor, pero se sentía tan bien.

Podía sentir a Powder sonreír mientras le mordía la piel con dureza, obligándola a dejar salir un gruñido bajo y golpear contra su mano, sus dedos aún más profundamente dentro de Vinnie.

Los dedos de los pies de Vinnie se curvaron cuando los dedos de la peli azul golpearon su punto G una y otra vez, Vinnie apreté con fuerza mientras el placer explotaba, haciéndola sentir pura felicidad durante un par de segundos. Respiro hondo, tratando de recomponerme.

Powder, al sentir como aquel líquido salía de la entrada de Vinnie, los saco y dejo una pequeña caricia en su clitoris hinchado, luego acercó sus dedos a la boca de la mayor mientras mordía su labio.

— Limpia bien mis dedos, bonita — ordenó Powder con una sonrisa traviesa mientras la veía con la cabeza ladeada.

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Es corto, lo sé, pero tengo unos examen finales, luego de eso cumpliere con mi tarea aquí