Corrí a gran velocidad tras Lucas tratando de agarrarle ya fuera de la camisa o cualquier cosa. Mi rostro reflejaba la preocupación que sentía en él y aceleré el paso.

— ¡Lucas basta! —grité con la voz temblorosa. Logré cogerle de la camiseta y traté de frenarle.

—Suéltame Gia, ¡voy a matarlo! —bramó siguiendo adelante.

—Lucas no, ¡ni siquiera su beta se atreve a plantarle cara! Por favor —sollocé.

— ¡Te puso la mano encima, te quitó tu honra! ¿¡Y tú lo dejas estar así como así!? —frenó en seco y me encaró. Sus facciones eran duras y su mirada daba verdadero terror. Estaba enojado.

—Lucas por favor, te quiero y... y no quiero que te hagan daño. Por favor, te lo ruego —pedí con la voz rota y mirándole a los ojos. Se abrieron de par en par.

— ¿Dijiste... ''te quiero''...? —preguntó sorprendido. Miré al suelo sonrojada y asentí. Me tomó por el mentón y me hizo mirarle a los ojos—Te quiero Gia —murmuró acercándose a mí y besándome de forma lenta.

Me acurruqué en su pecho y suspiré aún entre lágrimas.

—Volvamos. Por favor, ¿sí? —susurré. Noté como asentía y comenzaba a caminar nuevamente hacia la manada, volvimos a su casa y, desgraciadamente, era día de caza y todos fueron menos yo ya que estaba ''demasiado débil'' según Lucas y no quería arriesgarse.

Pasó una semana y yo finalmente me había recuperado del todo. Cuando desperté Lucas depositaba besos suaves en mis clavículas y yo sonreí besándole. 

—Buenos días ángel —sonrió rozando su nariz con la mía.

—Buenos días —dije con voz ronca. Reí ligeramente y me tumbé encima suya con una mueca divertida en mi rostro.

—No me provoques Gi —advirtió con tono gracioso y llamándome por mi apodo.

— ¿O si no qué? —le miré con cara insinuante. 

Lucas hizo un rápido movimiento dejándome a mí debajo de él y me besó con deseo, después bajó sus besos a mi cuello y no pude evitar gemir levemente haciendo que Lucas bajara más sus besos hacia mi pecho, me miró y al ver mi rostro procedió a deshacerse de la fina tela que era la camisa del pijama. Sus besos se deslizaron desde el cuello hasta mi viente y sentí un cosquilleo por todo el cuerpo, eufórico. Todo el miedo desapareció en el momento en el que me besó. 

Llevé mis manos a su camiseta y se la quité torpemente haciéndole reír. Acaricié su torso a la vez que mi boca buscaba con desesperación la suya y, cuando la encontró, se negó a dejarla. Lucas se deshizo con facilidad de mi sujetador y yo aparté la mirada avergonzada, llevándola al otro extremo del cuarto.

—Gi —me llamó en un susurro agitado—Mírame a los ojos —pidió. Al ver que no le hacía caso volvió a repetirlo y, cuando por fin le miré, pude ver amor en sus ojos, pasión y cariño.

Todo mi miedo repentino volvió a desaparecer y, en un arrebato de valentía, le quité los boxers. Lucas me miró ente burlón, excitado y divertido y yo le miré de la misma manera solo que algo avergonzada. Quité mis bragas y dejé que Lucas tocara mi cuerpo como quisiera. Que hiciera conmigo lo que quisiera.

Cuando nuestros labios se separaron nos quedamos mirando a los ojos, Lucas tomó mi mano y entrelazó los dedos, dejándola al lado de mi cabeza a la vez que entraba en mí lentamente y los dos soltábamos un gemido.

Otro cosquilleo mil veces mejor me recorrió cuando a medida que Lucas aumentaba sus embestidas acercó su boca a mi cuello. Sabía lo que venía. Apoyó su boca en la zona y poco a poco clavó sus colmillos en ella logrando que mi loba enloqueciera. Un placer totalmente diferente a lo anteriormente sentido se apoderó de mi cuerpo y al parecer del de Lucas también ya que cuando despegó sus colmillos de mi cuello gimió, de cierto modo invitándome a dejarme llevar.

Y así lo hice. Esa mañana me sentí completa por primera vez, con Lucas conmigo y su marca en mí.

n/a: capítulo corto lo sé, perdón, de verdad. pero no tengo mucha inspiración:(