Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11. Dos monstruos


No sabía exactamente a dónde íbamos, hasta que Steve giró a la derecha. Pensé que el plan era enfrentar a Nick Fury, quien seguramente estaba en la sala de controles, pero me equivoqué. Terminamos llegando al laboratorio donde Bruce y Tony estaban trabajando.

Por pura fortuna, justamente Fury estaba ahí, y además cuestionando a los científicos sobre su búsqueda del teseracto.

—Eso hacemos —confirmó Bruce—. Fijamos el parámetro y ya estamos buscando la señal. Cuando se registre, lo ubicaremos en un radio de media milla.

Steve y yo intercambiamos miradas. No faltaba mucho para que encontraran el teseracto, pero cuando así fuera, ¿en qué manos caería?

—Recuperarán su cubo sin líos... ni molestias —dijo Stark, despreocupado y sin despegar la mirada de la pantalla que tenía frente a él, hasta que un aviso en rojo apareció—. ¿Qué es "la Fase Dos"?

El latido de Fury volvió a acelerarse por un momento, pero no tuvo tiempo de abrir la boca y mentir, porque Steve puso el arma de HYDRA en una de las mesas del laboratorio, llamando la atención.

—La Fase Dos es SHIELD usando el cubo para fabricar armas —contestó Steve con tono acusador. Bruce y Tony nos miraron con sorpresa, pero Fury mantuvo una expresión serena—. Lo siento, ya no pude esperar a tu computadora.

—Rogers, reuní todo lo relacionado con el teseracto —comenzó, acercándose al arma con calma y énfasis—. No significa que...

—Disculpa, Nick —interrumpió Tony en voz alta, bajándose de la mesa en la que estaba sentado y girando la pantalla. Unos planos de las armas estaban expuestos claramente ahí—, ¿sobre qué mentías?

—Me equivoqué, director —dijo Steve, en el momento en que Natasha y Thor aparecieron por la entrada de la derecha—. El mundo no ha cambiado.

—¿Cuánto tiempo llevan planeando crear armas nucleares? —interrogué. Fury suspiró— Eso no estaba en el archivo del teseracto que nos enseñó —acusé con ironía.

—¿Usted sabía de esto? —interrogó Bruce, mirando a Natasha.

Recordé que Natasha fue quien reclutó a Banner, yendo hasta Calcuta para pedirle personalmente su ayuda para encontrar el cubo.

—Quizá lo más apropiado sea apartarse de este entorno, doctor —sugirió Romanoff, avanzando unos pasos con cautela. Estaba tratando de ser persuasiva, temerosa de que Bruce dejara salir a Hulk.

Bruce se rio con poco ánimo.

—Yo estaba en Calcuta, lo suficientemente apartado.

—Loki lo está manipulando —siguió la espía, acercándose cada vez más.

—¿Y qué se supone que usted hace?

—No vino porque lo seduje, ¿o sí, doctor?

—Y no me iré sólo porque de repente se puso nerviosa —determinó, comenzando a impacientarse. Apuntó con sus lentes a los planos expuestos en la pantalla, y miró al director—. Ahora díganos: ¿por qué SHIELD está usando el teseracto para crear armas de destrucción masiva?

Fury hizo lo único que nunca me hubiera imaginado. Levantó ambas manos y con los dedos índices señaló a Thor, quien estaba a su izquierda, y a mí, que seguía parada junto a Steve.

—Por culpa de ellos.

—¿Mía? —preguntamos Thor y yo al unísono, incrédulos.

—Hace once años, encontramos a una niña criada y alterada por científicos en un laboratorio, que no sólo era más fuerte que un ejército de hombres, sino que también era inmortal. Y el año pasado, la Tierra tuvo un visitante de otro mundo, cuya gran batalla dejó devastado a un pueblo pequeño. Descubrimos que no estamos solos en el universo y que sus armas superan a las nuestras por mucho.

Técnicamente, no era inmortal, pero yo no iba a decírselo, y la única otra persona que lo sabía era Bunny.

—Yo jamás he tenido la intención de lastimar a nadie —protesté ofendida—. No he hecho más que mantenerme apartada. Si no fuera por usted, estaría dando clases de Historia a niños de quince años en este momento.

—Pero no eres el único experimento —contestó con una ceja alzada, casi con tono obvio. Apreté los labios, irritada con ese término—. Muchos otros científicos allá afuera podrían estar creando soldados incluso más peligrosos que tú. Toma al doctor Banner de ejemplo.

—Mi pueblo sólo quiere la paz con su planeta —habló Thor, tan insultado como yo.

Fury se dio la vuelta para encararlo.

—No son el único pueblo que existe, ¿o sí? Y no son la única amenaza. El mundo está repleto de personas que nadie puede vencer, matar o controlar.

Sus palabras, aunque no nos señaló directamente, nos llegaron a todos. Se refería a Stark, Banner, Thor y a mí. Incontrolables y/o casi inmortales.

—¿Igual que como controlaron el cubo? —ironizó Steve.

—Su trabajo con el teseracto fue lo que atrajo aquí a Loki y a sus aliados —masculló Thor, avanzando hacia Fury con el semblante endurecido y los músculos tensos—. Están anunciando a todos los mundos que la Tierra está lista para una guerra más avanzada.

—¿Más avanzada? —preguntó Steve.

—Bien hecho, SHIELD —me burlé sin humor, cruzándome de brazos—. Trataron de jugar a ser Dios al trabajar con una fuerza alienígena y le declararon la guerra al espacio exterior.

—Nos forzaron a actuar —se defendió Fury—. Teníamos que proponer...

—Una disuasión nuclear —completó Tony, con el ceño fruncido y la ironía palpable en su tono—. Porque eso siempre ayuda a calmar cualquier conflicto.

—Recuérdame cómo te hiciste millonario, Stark.

—Si Stark fabricara armas todavía, sería parte importante...

—Oye, a ver, espera —Tony interrumpió a Steve con molestia—. ¿Por qué ahora esto es sobre mí?

—Oh, no actúes inocente, Stark —dije con los ojos en blanco—. No eres mejor que SHIELD. Crear y vender armas mancha tus manos de sangre tanto como dispararlas.

—Creí que los humanos eran más evolucionados —habló Thor, antes de que Tony pudiera responderme.

—Disculpa —dijo Fury con amargura, volteando a verlo—, ¿nosotros fuimos a tu mundo a estallar cosas?

—Tratan a sus defensores con desconfianza —acusó Thor.

—Tú no eres nuestro defensor —contradijo Nick.

—¿De verdad son tan ingenuos? —inquirió Natasha con recelo—SHIELD monitorea peligros potenciales.

—¿El Capitán América está vigilado? —cuestionó Bruce con el ceño fruncido.

—Todos lo estamos.

—Aguarden —interrumpí, cerrando los ojos por un segundo ante la sorpresa. La sangre hirvió bajo mi piel. Miré a Fury con la mandíbula apretada—. ¿Están diciendo que todo este tiempo he estado vigilada? No soy ningún maldito peligro potencial. ¡Soy maestra de secundaria!

—Esto no le incumbe, señorita Kershaw —respondió Fury con calma, alzando las manos en petición de paz—. ¿Por qué no se aparta un poco?

—Esperen, ¿el Capitán está en la lista de peligros potenciales? —preguntó Stark.

Desde ese momento, comencé a perder el hilo de la discusión. Todos empezaron a levantar la voz, insultarse y acusarse de diferentes cosas y por distintos motivos.

—Les dije que era...

—Seguridad nunca...

—Stark, te lo advierto: una broma más y...

Me moví de en medio cuando Steve y Tony comenzaron a discutir entre ellos. Retrocedí y me quedé cerca de la mesa en la que estaba el cetro de Loki, a un costado de Bruce. Stark se siguió burlando y Steve no dejó de irritarse fácilmente ante eso.

—¡Amenaza verbal! Ay, me siento amenazado...

—Muéstrame algo de respeto...

—¿Qué respeto?

Por otro lado, Fury y Thor continuaban discutiendo con Natasha y Banner.

—En este momento...

—De hecho, ya lo sé...

Un sonido agudo y hechizante cautivó mi atención, pero no pude determinar de dónde provenía y no pude concentrarme en él del todo, gracias a las voces furiosas en el laboratorio.

—Habla de control cuando sólo atrae el caos —insistió Thor.

—Es su modus operandi —explicó Bruce con desprecio—. A ver, ¿qué es esto? ¿Un equipo? No, no, no. Es una mezcla química que produce caos. Somos... —se quedó callado al no encontrar la palabra exacta.

—Una bomba de tiempo —completé con disgusto.

Bruce asintió y me señaló brevemente, de acuerdo conmigo. Fury no se mostró más calmado, sino más alerta, a punto del pánico.

—Ustedes dos tienen que apartarse.

No iba a negar que tenía razón. Este ambiente no tardaría en despertar el temperamento de X-23 y Hulk. Nadie quería eso, especialmente Bruce y yo. ¿Dos monstruos enojados en un mismo lugar? Pésima idea.

—¿Por qué no dejan que el hombre y la cachorra liberen tensión? —sugirió Stark despreocupado, apretando el hombro de Steve con compañerismo.

—Sabes bien por qué. ¡Cierra la boca! —exclamó Steve, apartando la mano de Tony de un tirón.

—Oblígame —lo retó con enfado.

—Sí, —contestó Steve con una sonrisa rápida y sarcástica. Lo rodeó, mirándolo de arriba abajo con hastío—, muy fuerte con esa armadura, pero sin ella dime qué eres.

—Un genio, multimillonario, playboy, filántropo.

Natasha arqueó una ceja y ladeó la cabeza en reconocimiento.

—Muchos que no tienen eso valen diez de ti —masculló Steve—. He visto los videos. Tú solamente peleas para ti mismo. No eres capaz de sacrificarte por otros, de acostarte sobre el alambre y dejar que otros pasen sobre ti.

—Yo cortaría ese alambre.

Steve sonrió y encarcó una ceja, volteando a vernos con falsa diversión, poco sorprendido de la respuesta recibida.

—Siempre con una salida —dijo entre dientes, antes de mirarlo a los ojos con desafío—. Quizá no seas una amenaza —concedió, referiéndose a cómo él sí estaba en la lista de amenazas y Stark no—, pero mejor deja de aparentar que eres un héroe.

—¿Un héroe? ¿Igual que tú? Eres un experimento de laboratorio, Rogers —menospreció—. Lo que te hace especial y fuerte vino de una botella.

Experimento. Mis nudillos dolieron por la fuerza usada al hacer puños mis manos. Claramente esa palabra no sólo eran un insulto para él, y ya la había escuchado demasiadas veces hoy. Experimento.

—Ponte tu traje. Veamos quién gana.

Thor comenzó a reírse, viéndolos como si fueran dos conejos a punto de pelearse.

—Ustedes son tan banales... y enanos.

—Sí, somos un gran equipo —dijo Bruce con falsa alegría.

—Agente Romanoff, escolte a la señorita Kershaw y al doctor Banner de vuelta a sus...

—¿A dónde? Rentaron el cuarto —exclamó Bruce, con un evidente timbre de enfado en su voz.

—La celda sólo era en caso de que...

—En caso de tener que matarme, pero es inútil. Lo sé, ya lo intenté.

Se me cortó la respiración por un segundo. Todo se tornó turbio y tenso, pero no por el enojo de cada uno. Bruce había confesado un intento de suicidio.

—Me deprimí —explicó, cruzándose de brazos—. Ya no quería sentir dolor, así que disparé una bala en mi boca y el otro sujeto la escupió —exclamó con enfado. Se movió unos pasos hacia atrás apenas sutilmente. Observé su mano buscar algo en la mesa de laboratorio que ambos teníamos atrás, hasta que dio con el cetro—. Seguí con mi vida, me concentré en ayudar a otras personas. Estaba bien, hasta que ustedes me metieron en este absurdo circo y pusieron a todos en riesgo... ¿Le digo mi secreto, agente Romanoff, lo que hago para conservar la calma?

Natasha y Fury bajaron las manos hacia sus piernas, ubicándolas en las armas que tenían a los costados. El claro sonido de cómo desenfundaron las pistolas me puso en alerta y me tensé. Esos ruidos en especial me ponían de nervios, casi eran como un detonador para desatar mi ira.

Tanto el director como la espía alternaron sus miradas entre Bruce y yo. No comprendí por qué, si yo no estaba tomando el cetro.

—Doctor Banner... regrese el cetro a la mesa —pidió Fury con cautela.

—Kala...

Mi nombre saliendo de su voz me hizo parpadear, despertando de un aturdimiento en el que no sabía que me encontraba. Observé sus ojos azules, cautelosos y preocupados, bajar de mi rostro a mis manos. Entonces lo comprendí.

Había sacado las garras en forma de autodefensa, alarmada por oírlos desenfundar sus armas, que sabía que implicaban una próxima pelea. Inhalé y exhalé, y mis garras regresaron al interior de mi cuerpo. Las heridas se curaron antes de que siquiera una gota de sangre se escapara, y un agudo pitido reinó sobre el silencio del momento.

—Ahí está —avisó Stark.

Bruce dejó el cetro con cuidado antes de encaminarse hacia el computador.

—Lo siento, señores. Creo que no habrá función después de todo.

—¿Localizaste el teseracto? —interrogó Thor.

—Puedo llegar antes que todos —se burló Stark, a punto de salir del laboratorio para ir por su traje de Iron Man.

—El teseracto pertenece a Asgard —declaró Thor—. No hay humano que lo domine.

—No irás solo —determinó Steve, deteniéndolo al tomarlo por el brazo.

—¿Tú lo vas a evitar? —desafió Tony sin inmutarse, quitando su mano con un empujón.

—Tengo que salir de aquí —bisbiseé, parpadeando nerviosamente.

El lugar volvía a llenarse de enojo y otra pelea estaba a punto de llevarse a cabo por el teseracto. Necesitaba alejarme de ese ambiente. No podía arriesgarme a perder el control.

—Ponte el traje y averígüalo.

—No me da miedo atacar a un viejo.

—Ponte el traje.

—No puede ser...

Entonces, el lugar se llenó de un imprevisto calor y mi visión se nubló por el humo y las llamas del fuego.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro