little, ¿epilogue?
Jennie en estos precisos momentos era una diminuta muchacha. Estaba sentada en un cojín color carmín mientras veía la novela de las tres y tenía una tacita pequeña con palomitas en ella. Lo triste era que se demoraba aproximadamente diez minutos en comerse tan solo una palomita.
──¿Cómo te has sentido, preciosa?
Lisa apareció con ropa deportiva y algo sudada. Jennie la miró con sus ojitos brillantes como si fuera un dulce bebé. Se levantó a tropezones y una vez parada estiró sus bracitos hacia su Alfa.
──¿Cómo te ha tratado esa pancita bonita?
Jennie ronroneó, estaba más mimosa de lo normal debido al embarazo y quería tan solo estar con su Alfa bonita. La azabache le frotó su pancita con uno de sus dedos de forma suave y delicada.
──¿F-Feromonas?
Susurró Jennie con dificultad, su lobita se las daba de travieso y tomaba en control a cualquier hora, en especial cuando comenzaban a dar la novela. Era su hora preferida.
Lalisa asintió ante la petición. Soltó sus feromonas con más fuerzas y las llevó a ambos hacia la habitación. Dejó a Jennie sobre la cama y se desvistió para irse a bañar. Obviamente no contó con que la Omega comenzara a frotar sus diminutas manitos en sus ojitos y se soltara en un llanto triste.
Se hizo una pequeña bolita con dificultad debido a la hinchazón en su pancita. Le ocurrían una serie de cosas que hacía que su estrés aumentara, la primera era que quería estar con su Alfa y ella estaba alejada, la segunda era que sus piecitos dolían mucho y estaban bastante hinchados, luego que se sentía muy torpe y mimada, quería mimos y amor pero a su boba Alfa tan solo parecía importarle darse una ducha.
──Oww, Nini. ¿Quieres que nos duchemos juntas o me quieres esperar en el baño?
Jennie extendió sus manitas y Lalisa la tomó guiándola a su pecho para que dejara de llorar. Entró al baño y acomodo unas cuantas toallas de algodón sobre el lava manos. Buscó unas cuantas de sus camisetas y las impregnó con su aroma para luego dejarla sobre las toallas. La pequeñita ronroneó cuando fue dejada en aquel diminuto nido cálido.
Poco a poco sus ojitos se fueron cerrando y cayó en un profundo sueño.
☁️
Jennie soltó un fuerte chillido cuando sintió mucho frío en su pancita. Abrió sus ojitos adormilados y miró toda la habitación, estaba solita. Su Alfa la había dejado.
¿Ya no la quería?
Ella le había propuesto tener cachorritos, ¿por qué ahora se iría?
La pelicastaña no tuvo tiempo de reaccionar cuando ya se encontraba llorando sin parar, tenía frío, su Lili no estaba con ella.
Su pancita estaba al descubierto y su mantita no estaba cerca. Soltó más chillidos y se intentó hacer bolita pero no pudo. Su pancita era demasiado grande como para que funcionara aquella pose. Suspiró totalmente aliviada cuando sintió una suave tela colocarse sobre suyo, seguía siendo pequeñita.
──¿Ya estás mejor, bebé? Traje fresas con chocolate.
La Omega se relamió los labios totalmente deseosos de comer aquel dulce. Olfateó sutilmente la tela sobre sí dándose cuenta que era una camiseta de la pelinegra, la cual estaba marcada con su aroma.
──¿Quieres té, jugo, algo?
Jennie negó y sonrió sintiéndose mimada. Sintió como la traviesa Alfa le acariciaba sus cabellos con la punta de su dedo.
──Andas muy amorosa hoy, ¿eh?
La mayor se aferró al dedo de Lisa para que no se alejara y le diera de su calor. Frotó su carita allí y ronroneó con más fuerzas al sentir el pronunciado aroma.
──¿W-Winnie?
Lisa parpadeó.
──¿Quieres ver Winnie Pooh?
Dedujo en segundos y la Omega asintió. Lalisa alejó y colocó la tele para ver las caricaturas. Jennie chilló emocionada cuando apareció Winnie con un tarrito de miel. De pronto, como si fuera magia sintió unos deseos enormes de comer un poco de miel, pero sabía que en casa no había.
──¿Alfa bonita?
Lalisa alzó una de sus cejas en su dirección.
──¿P-Puedes comprarme miel? Quiero ser como Winnie.
Pronunció y Lisa soltó una carcajada fuerte. Jennie se cohibió sin saber porque reía así.
──¿Gordita, lleno de miel y perezosa?
Jennie quiso llorar.
¿Por qué Lisa le decía cosas tan feas cuando sabía que tenía un cachorrito en su pancita?
A su cachorrito.
──¡E-Eres una Alfa muy fea, Lili!
La Omega chilló de dolor y se escondió entre la camiseta. Lo próximo que escuchó fueron una serie de maldiciones provenientes de la pelinegra.
──Lunas, mi amor.──la sacó con delicadeza y la acunó en sus cálidas manos.──Owww no llores, tesoro. Era broma, sé que tú pancita está hinchada porque tiene un cachorrito muy lindo, ¿sí? Y si quieres miel, pues te voy a comprar, amor. No hay problema. Vamos ahora mismo si quieres.
──¿P-Puedo ir?
Preguntó Jennie con la voz rota.
──¿E-En tu bolsillo, por favor?
Lisa entendió lo que sucedía.
Su bonita Omega no quería alejarse ni un poco de ella. Se sentía segura estando con ella y aquello no pudo enternecerla más.
──Claro que sí cariño, vamos.
hasta aquí llega la historia, ¡muchas gracias por todo el apoyo que le han dado!<3. los tkm, nos leemos en cualquiera de mis otras adaptaciones.
cuidense mucho y tomen awita.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro