little, ¿blanket?
──¿Y tú te crees metralleta o qué?
Lalisa se sobresaltó al escuchar la pequeña vocecita cerca de su oído. Miró hacia el lado moviendo su cabeza con lentitud y vio que Jennie estaba sentada en su hombro, mirándola con reproche.
──¿P-Por qué lo dices?
Jennie suspiró.
──Llevas estornudando media hora, Lili.
──Tengo alergias.
Lloriqueó la pelinegra.
──¿Quieres que te traiga una pastilla para las alergias, Alfa bebé?
Su tono se volvió más suave, sabía que cuando su Alfa tenía alergias se volvía más sensible y tímida. Cada año su novia tenía estos episodios donde el polen de las flores le causaba alergia, toda una estación debía estar cuidándola y tratándola con mucho amor para que no se sintiera mal consigo misma.
──Sí, p-por favor.
Jennie bajó cuidadosamente y corrió hacia el baño donde tenía el botiquín. Estando allí se convirtió en su forma normal y pudo sentirse un poco más cómoda, por fin había pasado el efecto de sus nervios. Sacó las pastillas que utilizaba su Alfa para las alergias y se las llevó junto a un vaso de agua.
──Aquí tienes, Alfa bebé.
Las mejillas de Lalisa se conservaban en un precioso tono rosado, muestra evidente de su timidez.
──N-No me digas Alfa bebé.
Jennie sonrió y se sentó en el regazo de la más alta mientras ésta tragaba la pastilla.
──¿Quieres una sesión de mimos? ¿Que haga unos dulces? ¿Q-Quieres que llame a Chittip?
Lisa negó, enredó sus brazos en la cintura de Jennie y enterró su rostro sonrojado en el cuello de su Omega. La coreana acarició su cabellera azabache y mimó su espalda, dándole caricias reconfortantes.
──¿Me puedes hacer mimitos?
Jennie asintió con una sonrisa. Ella y Lalisa fueron a la habitación y se acostaron allí, la Omega arropó a la Alfa con unas mantitas suaves impregnadas con su aroma y colocó Lilo y Stitch.
──¿Quieres tener mi aroma para que tus alergias pasen, Alfa bebé?
Lalisa asintió.
La Omega se acostó y la Alfa se acurrucó en su pecho respirando de manera entrecortada. Jennie liberó fuertes olas de feromonas y la Alfa bebé suspiró calmándose un poquito. La pelicastaña sonrió cuando escuchó el pequeño ronroneo de la lobita de su novia, como ésta se hundía buscando su aroma con desesperación y como sus lobas jugaban entre sí con diversión.
No pudo evitar que una suave carcajada saliera de ella cuando la loba de Lalisa bajó sus orejitas y miró a la suya como si la estuviera regañando.
Lisa gimoteó.
──Dile a tu lobita que deje a la mía, es sensible.
Jennie soltó unas risitas.
──Solo están jugando, Lili.
Lisa bufó, se acurrucó más a Jennie y cerró sus ojitos en busca de dormir un poco, lo cual lo consiguió unos minutos después.
faltan tres capítulos para que se acabe este mini-fic:(
por cierto, ¿cómo se sienten con lisa solo?, yo la vdd no puedo de la emoción, aaaa
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro