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LUNA NUEVA


Un nuevo capitulo de esta historia, espero y les siga gustando. Cualquier duda o sugerencia es siempre bienvenida. Esta canción me inspiro mucho para escribir este capitulo, lean y disfruten.

En el pasado todos eran iguales; humanos, pero por los caprichos de la naturaleza nacieron los donceles y de ahí los omegas. Los cambia-formas aprecian a los omegas por una simple razón. Los humanos no tanto.

Las leyendas.

La leyenda cuenta que un doncel cansado de ser usado le pidió a la luna un cambio. Al convertirse en lobo se volvió omega.

Desde entonces las comunidades de cambia-formas valoran a los omegas tanto como a las mujeres por ser capaces de dar vida y aunque con el paso de los tiempos y de la forma de pensar se les relego a seres a los que se les debía de proteger, la verdad es que son tan o más fuertes que un alfa. Es solo que ya lo han olvidado.

Feroces para proteger a sus hijos, a quienes aman.

El nacimiento de un omega es signo de bendición y abundancia para la familia bendecida.

Pero también hay malas semillas, que lucran con sus hijos para ver crecer su riqueza, que comprometen y casan por dinero.

De ahí las parejas destinadas.

Si una pareja destinada se encuentra, el destino hizo que existiera una cláusula para asegurar que esta quedara junta.

La mordida.

Un acto que es imposible de evitar cuando un par de destinados se descubren entre si.

No había manera de que no se llegarán a chocar en algún momento de su vida, a menos que esta haya muerto o qué; de alguna manera se odien a muerte.

A veces pasa.

Pero; si llegado un tiempo no se encontraban muchos decidían solo enamorarse aunque eso significara sufrir si en algún momento aparecía.



Hace muchos, muchos años existió una omega que sufrió mucho.

Siendo una niña fue abusada.

Siendo adolescente fue lastimada hasta quedar irreconocible.

Siendo adulta vio con horror como asesinaban a algunos de sus hijos.

Y en su vejes juro que ningún omega de su familia sufriría otra vez.

Antes de morir creo una pócima.

Esta pócima se la entregó a la única omega de su familia que quedaba con vida. Gano poder.

Fuerza y destrucción acalló en el poblado donde vivía.

Estaba eufórica.

Sus ojos en su forma de lobo cambiaron. Usualmente al mutar los ojos quedan iguales que su portador humano. Pero con esta pócima se volvían rojos. Carentes de humanidad. Con hambre de sangre y venganza.

Muchos alfas murieron en aquella revuelta y la familia involucrada en los asesinatos desapareció con su sed de venganza saciada.

La poción quedo en el olvido.

Más tuvo un pequeño precio que pagar.

El ADN de esa familia muto para siempre.

Cada bebe omega que nació con el paso de los años era un bebe omega violento.

Algo sin precedente.

La familia Hanamiya se vio manchada para siempre.

El actual descendiente de esa familia estuvo enamorado. Pero su actitud agria hizo que el alfa que en más de una ocasión le vio con amor desistiera con su corazón roto.

Una noche después de una espectacular discusión este omega hirió al hombre que amaba. El alfa al ir al hospital y con aun deseos de perdón cambio para siempre.

En una sala donde velaban por él, después de la cirugía de la rodilla herida fue que encontró a su pareja destinada.

El amor nació en un parpadeo.

Eran jóvenes, con un montón de promesas por delante.

Antes de dar un paso adelante en su relación Kiyoshi Teppei terminaría con esa relación toxica que tenía.

Lo hizo.

Pero aunque Makoto Hanamiya decía amarlo nunca lo demostró. Su ira creció al saber y ver que había sido el mismo quien empujo a su amado con el destino.

Claro que él no sabía que una maldición era arrastrada desde incluso antes de que naciera. Solo fue una cruel víctima de las decisiones de sus antepasados.

Makoto Hanamiya quería venganza y aunque pasaran muchos años y muriera en el intento este la obtendría.

El amanecer en Seirin es igual que en otros lugares, mas ese día cierto cambia-formas sentía que algo no andaría muy bien. Se levantó como cualquier otro día laboral sabiendo de antemano que llegaría una visita importante.

Después de revisar a su amada familia partió a sus deberes como alcalde. Sin embargo en la puerta de su hogar se detuvo, dando media vuelta se dirigió a su recámara.

—Junpei, Junpei despierta...—

Tenía un presentimiento, uno que le hacía recordar solo dolor.

—Que sucede Teppei— el recién despertado llevo su mano al reloj que se encontraba en su mesa de noche, frunciendo el ceño un poco molesto.

—Son las cinco de la mañana ¿Por qué vas tan temprano al trabajo? ¿Por qué vas al trabajo verdad?—desperezándose se sentó en la cama prestando más atención a lo que s ele decía. Su instinto salía a flote.

—Tenemos visitas importantes, debía haber llegado hace dos días pero ese no es el motivo por el que te despierto, escúchame bien; quiero que para la tarde estés listo, iremos a ver a Kouki, él es puntual con las llamadas y hace una semana que no lo hace, algo no anda bien e incluso tu estas inquieto—

La mirada de dolor que mostraba su rostro lo decía todo, no quería hostigar a su pequeño, al niño que amaba como propio. Había notado el desespero en sus llamadas anteriores asi que dejo de presionar.

—Lo sé, quería darle espacio pero... hay algo que me dice que.... Teppei; prométeme que estará bien—

—No puedo hacer eso, pero en su lugar hare que un guardia te lleve en caso de yo no poder, nuestro hijo ira también y te daré algunas armas... no me gusta que pelees pero con los ataques no tomare ningún riesgo—

—No me arrepiento de haber tomado clases de defensa personal, lo hice con los mejores ¡No soy ninguna dama en apuros! Y aun asi las mujeres son fuertes ¡Que sea omega no me hace débil!—

—Lo sé, lo sé; tranquilo veras que todo estará bien—


Sentado detrás de su escritorio no se sorprendió al escuchar dos pares de pasos acercarse a su puerta. Unos toques a ella y supo que la muy importante visita había llegado.

—Señor, el joven Akashi Seijuuro ha llegado—

—Hazlo pasar—

El olor de la sangre llego a sus fosas nasales en cuanto el pelirrojo entro en su despacho. Era muy débil. Pero estaba ahí.

Una sangre que le era vagamente familiar pero que ahora no llegaba a su mente. Había muchas cosas importantes que tratar asi que lo relegó para más tarde.

—Un placer volver a verle Kiyoshi Teppei, alcalde de Seirin—

—Deja las formalidades niño y vayamos a lo que realmente importa, te presento a mi segundo al mando Shun Izuki y al tercero Mitobe Ryonuske y el que está sentado junto a la ventana es Koganei Shinji encargado de comunicaciones—

Un asentimiento de cabeza fue todo lo que obtuvo del chico, se le veía irritado, como si ese fuera el último lugar en el que quisiera encontrarse. Después de unas cuantas formalidades, se sentaron alrededor de una mesa llena de documentos. Unos más aterrados que otros.

—Llegas tarde además...— espetó

—Tuve asuntos que atender—

—Sé muy bien que no solo viniste a entregarme la invitación del congreso, vienes a investigar a mis hijos—

—No me cabe la menor duda de que está bien informado, no por nada lleva ya varios años en el poder, más me sorprende que sea un omega su mano derecha—

—Son más fuerte de lo que aparentan muchacho, yo no les subestimo y déjame decirte que ninguno de mis dos hijos es culpable de lo que sea que se les acuse, Masaomi sabe muy bien que sin pruebas no se les puede investigar y que puedo levantar una denuncia ante el consejo superior si se sabe que has venido a eso—

La cara del chico decía que le importaba muy poco sus palabras, pero había algo más apremiante a tratar.

—Antes que nada y ya que estas aquí hay un Rougarou del que debes encargarte ¿A caso Masaomi cree que es alguno de mis hijos el culpable?—

—Lo piense o no, recibió llamados de que asi era— respondió

—Mira— levanto un folder lleno de papeles extendiéndoselos al pelirrojo —Todas y cada una de las muertes no coinciden, algo que los ciudadanos no saben ni sabrán es que al parecer son dos personas diferentes las que actúan, además de que no solo tienen marcas de lobo... las hay humanas, eso es lo más extraño—

—Ya veo... Los Rougarou y los humanos no pueden trabajar juntos—

—Juegan con sus presas como si quisieran decir algo—

—Aun asi por protocolo debo de verlos—

Esa mirada no le daba confianza, algo había en el que le hacía sentir y pensar que jugaba de alguna manera con sus palabras.

—Te dejare verles. Mi hijo el alfa se encuentra en casa. Se ha emparejado hace poco asi que ambos sabemos que es improbable que este sea el Rougarou que tanto nos acecha—

—Tiene razón. Aunque me cueste aceptarlo, un cambia-formas recién acoplado no puede ser tal bestia—

—Sin embargo para ver a mi hijo omega tendrás que esperar— el nerviosismo era palpable en su voz

—Espero que tenga una buena razón para ello—

—Hace algunos años, cuando era un niño específicamente asesinaron a su madre presumiblemente frente a el—

Su voz y su postura se volvieron amenazantes, sería difícil de explicar la situación. Y a Teppei le perturbaba el brillo ausente en la mirada bicolor. Como si en realidad estuviera rememorando algún acontecimiento excepcional.

— ¿Presumiblemente?— pregunto

—No tenemos los datos exactos ya que ellos no vivían cerca cuando el ataque sucedió y el niño no hablo por mucho tiempo, cuando lo hizo no recordaba nada del ataque pero sabía que su madre había muerto—

—Como dice Shun, los que estamos en esta sala somos los mismos que acudieron a la llamada de auxilio esa noche—

— ¿Cómo es que no saben si fue el mismo niño quien lo hizo?—

—...— en silencio no interpretado lleno el lugar de tensión, hasta que otra voz contestó

—Ryonuske dice que es porque es un omega—

— ¿Qué?—

—No prestes atención a ello. Mitobe no puede hablar—

—Esas no son todas las razones ¿Cierto?—

—Los rumores se esparcieron más rápido de lo que pude acallarlos y aun ahora se le teme como a un asesino, el no mato a su madre, además de que fue atacado tiempo después cuando tenía doce años... —

Koganei se veía apesumbrado, por más que intentaba no daba con la fuente que los esparcía. Y él mismo se sentía aun inútil porque pudo hacer nada en aquella ocasión.

—Debido a eso mi hijo decidió marcharse, está a dos días poco más de aquí, él vive en lo profundo del bosque—

La mirada del cazador se volvió sombría y el aroma de la sangre que antes había notado se volvió más intenso.

—Atacado dices...—dijo con fuerza

Fue una rapidez digna de su posición de autoridad como el más fuerte alfa y por lo tanto gobernante fue que poco pudo hacer el joven que ahora yacía debajo de el con expresión inescrutable.

— ¿Qué le has hecho a mi hijo maldito?— le gruñó el alfa en el rostro al pelirrojo

—Nada que él no haya querido— respondió con suficiencia

La sonrisa altanera del mocoso solo logro que el alfa enloqueciera, cambio con la intención de desgarrarlo pero pronto un aroma a flores silvestres lo tumbaron al suelo, su segundo al mando tenía el poder de domar a cualquier alfa en descontrol. Pero solo por poco tiempo, además de que lo cansaba y dejaba débil.

El cambio tan rápido de humano a animal y de animal a humano no le había hecho sudar ni un poco.

—Ruega por misericordia—

— ¡Kouki es mío!—

—Pero no puedes ¡Eres humano! No puedes ser su destinado— dijo algo entristecido

—Sangre mezclada Kiyoshi, es un cazador recuérdalo. Si bien no tiene el poder de cambiar, el pacto les dio dones superiores, puede ser posible—

Shun tenía razón pero eso no dejaba de preocuparle, su hijo estaba solo en medio del bosque y posiblemente marcado. Eso era lo que más le carcomía el alma.

—No sabes lo que has hecho Seijuuro, Kouki no es un omega como cualquier otro, debemos partir cuanto antes—

—Lo deje bien, está a salvo con órdenes de no salir bajo ninguna circunstancia—

— ¿Le ordenaste a mi hijo? ¡Eso está prohibido!—

—No me importa si asi se mantiene seguro ¿Qué es lo que no se?—

—El incidente del cual te hable. Kouki fue abusado y torturado ¡No tolera las ordenes como los demás! Además del maldito Rougarou suelto... no tenemos tiempo que perder—

La puerta se abrió de manera intempestiva dejándole ver a su hijo alfa arañado y lleno de sangre tambaleándose hasta caer a su lado.

—Se lo ha llevado, se ha llevado a mamá... di-dijo que si lo querías de vuelta... Kouki tendría que entregar la respuesta—

Su hijo ahora desmayado entre sus brazos había luchado, podía dar fe de ello.

Esa tarde la ira del alfa más fuerte de Seirin se escuchó en todo lugar.

Mientras que un humano con aura de alfa y un creciente sentimiento por un omega que acababa de conocer gritaba sin pudor que el mundo conocería su ruina si no le devolvían lo que por derecho era suyo.


No saben como me costo re-escribir algunas partes de esta historia, pero he aqui el resultado.

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