CARICIAS QUE CURAN
Masaki recuerda que; cuando era un niño su madre lloraba algunas noches.
Esas noches le escuchaba a su padre tararearle una canción de cuna.
Y a pesar de que sus instintos le dijeran que se apresurarse a invadir el lecho y protegiera a su madre,el canto tranquilo de su padre le indicaba que el trabajo ya estaba hecho.
A veces su madre se perdía en su mirada y lloraba sin razón.
Y aunque en ocasiones temía incluso lastimarle, siempre le amo y le dio las mejores lecciones.
¿Porque?
No entendía que; a pesar de ver a sus padres amarse con locura, había ocasiones en las que parecía que les costaba respirar la vida.
Entonces un día encontro un libro.
El libro
La lectura le pareció fascinante, los dibujos, la redacción, cada descripción le mostraban cosas que jamas pensó; veria.
El dibujo de la casa de nacimiento de su madre. Sus abuelas a quienes no conocía, dibujos de el y sus hermanos, una de sus padres adoptivos y sus tíos, del profesor Kuroko y su esposo.
Y entonces llego a un peculiar apartado.
Era el puño y letra de su padre. Palabras que sabia nunca había escuchado en voz alta, palabras que le hicieron sonreír.
Pese a lo que se dijera del gran Akashi Seijuuro, sabia que su padre amaba a sus hijos.
Por años había escuchado sin entender las mil y un cosas que se decían de el.
Que si era un asesino. Que si era cruel con los cambia formas.
Alguien temido por su ferocidad al momento de proteger a su familia.
Un buen gobernante, poderoso y absoluto si; pero jamas un tirano.
Pero solo el sabia la verdad de las cosas cuando recordaba las palabras.
El amor es sabiduria y su medio es el dolor.
Quien ama sufre, eso es inevitable, pero ese dolor es un dolor diferente.
Un dolor que nos fortalece, un dolor que al final nos enseña a amar de verdad, nos abre los ojos.
Ámame sin miedo a sufrir Kouki, por que al final quien sale perdiendo es quien no sabe amar
Porque en este mundo me va a ser difícil encontrar a alguien como tu, que desea amar y ser amado de verdad
Mi otra mitad
Y al final... El amor que tu tomas, es igual al amor que tu haces.
—¡Masaki! ¿Que haces? Vamos que ya casi es hora—
El nombrado levanta la mirada de las palabras que acaricia con las yemas de sus dedos. Su mellizo le ha llamado y es de temer cuando le hacen esperar, en el umbral; el tercer hermano también espera,ambos sonriendo por lo que sucederá.
Cierra el libro dejándolo cuidadosamente en su lugar, prometiendose que lo protegerá para sus descendientes, para que vean y entiendan una lucha constante entre el bien y el mal.
Y como unas caricias de amor sanaron un alma rota, uniendo a una pareja aun mas que la misma eternidad.
—Puedo protegerte. Puedo amarte con todo mi corazón, mente y alma, puedo hacer tu vida tan completa que nunca tendrás que alejarte de mí. Puedo ser tuyo por siempre —
Seijuuro habla lleno de convicción, con valentía y fuego en sus ojos que promete constelaciones en lugar de una estrella.
—Puedes protegerme, amarme y ser mío por siempre. Seré lo mismo para ti. Por que te amo—
Kouki le da el poder, las palabras y promesas lo son todo para el. Se entrega a si mismo porque necesita sentir la protección que sabe su alfa muere por darle, a el y a sus hijos.
Las palabras de Seijuuro llenan de fuerza y valentía de su alma rota, le reparan y sanaron de a poco.
Constantemente.
Año tras año.
Sin falta.
Han pasado ya muchos años de aquella primera vez que en la que de manera fatídica se conocieron.
En la que unieron sus almas y vidas eternamente, para bien, para mal, por amor y lucha.
Se encuentran rodeados de amigos y seres queridos mientras renuevan sus votos.
Sonriendo a pesar que las lineas de los años ya se muestran en sus ojos.
El antes cabello rojo y castaño ya pintan de nieve sus hebras.
La vitalidad del lobo de Kouki ya no es la misma, ya no puede convertirse.
Y Seijuuro siente cada noche el latido de sus corazones mas lentos.
Ha legado ya muchas de sus tareas, ha luchado ya contra los celos hacia sus hijos y sus pretendientes, ha dejado caer sus lagrimas en la intimidad del hombro de su Kouki cuando ha entregado a su preciosa Shiori en matrimonio.
Se ha asustado cuando vislumbro a su primer nieto y el miedo le inundo de no estar mas ahí para protegerlo.
Si embargo Kouki le ha sabido mostrar que ya otras manos luchan sus batallas, que su ferocidad fue heredada en pos de la protección de su numeroso pueblo.
Masaki Akashi a demostrado ser un digno hijo suyo. Al igual que el resto de sus hijos.
Asi que en el ahora, mientras unen sus frentes y se sonríen.
Saben que ya pueden descansar y solo amarse.
Amarse eternamente entre caricias dulces, cálidas y llenas de esperanza.
De que tal vez, muy pronto...demasiado pronto...
Semanas después, en la víspera de su aniversario, el aroma de ambos invade el hogar una fresca mañana.
En la gran mansión que fundaron para su amada familia, en esa cualquiera mañana sus hijos y nietos despiertan con el confort del amor en el aire y; mientras se arrodillan uno a uno ante el lecho, derraman lagrimas silenciosos y a pesar de todo; felices, de ver a la pareja con una sonrisa en los labios, tomados de la mano unidos en un abrazo, descansado para siempre, en el latido de una noche estrellada sin fin.
Entonces en el bosque, en ese claro en que antaño se derramo sangre, un par de lobos aullara a la noche.
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