🐺Capítulo 24| Osito bebé.
CAPÍTULO 24= Osito bebé.
Evelin:
Sentí fresquito, fue extraño porque juraría que no estaba despierta hace un momento, pero lo volví a sentir, aunque no estaba segura de en qué parte de mi cuerpo.
—Encontré tu vlog, Firu...
¿Joaco? ¿Era él? ¿De verdad lo estaba oyendo? ¿Por qué su voz seguía siendo extraña? Aunque no dejaba de ser agradable. Como una canción de cuna.
—Lees muchos comics— oí su risa, el sonido me llenó de emoción ¡Puedo oírlo! —Aunque son muy cochinos, pero deben fascinarte porque hiciste muchos videos reseñándolos.
¿Él vio mis videos? Pero ¿Cómo? Ni siquiera mis padres sabían del vlog y ellos se encargaban de controlar cada aspecto de mi vida para evitar que afecte su imagen.
—Me sentí aliviado de oír tu voz, tenía miedo de...
Oí un sollozo.
¿Por qué llora?
—Lo siento, sé que no debería llorar frente a ti, no sé cuando vas a abrir los ojos o si me estás oyendo y si me ves llorar o me oyes...podría hacerte peor...
Otro sollozo, uno que sentí en mis entrañas.
—...Estoy intentando ser fuerte, Firu, lo juro.
Joaco...
—El vlog, sí...el...el vlog. — otro sollozo. —Mis hermanas lo encontraron para mí, di...dijeron que tenías una bonitas trenzas en tu cabello y que usabas vestido, no lo creí porque mi Firu sarcástica y enojona es demasiado cool para usar trencitas, pero no mentían— otro sollozo —Y me hizo feliz, sonreías mientras contabas de qué trataba el último comic cochino que leíste...pero también me entristeció. Yo no llegué a conocer ese lado tuyo, Firu...carajo, dije que no iba a llorar.
Otro sollozo.
—Ignora eso último que dije, no estoy llo...haciendo eso. No te hacen bien las emociones tristes, así que solo te enviaré cosas bonitas. Emociones muy, muy bonitas.
Juraría que podía sentirlas. De repente me sentía feliz. Viva, cuidada...amada.
—Firu ¿Lees tantos comics cochinos porque necesitas mucho apareamiento?
¿Qué?
—Juro que cuando despiertes y te recuperes te aparearé tanto que ya no necesitarás estimularte con comics cochinos.
—¡No digas tonterías! ¡Y no son comics, son Manhwas!
—Firu...tú... ¡Hablaste! — ¿Qué? —Estoy seguro de que te oí sermonearme ¿Puedes repetirlo así sé por qué estoy siendo sermoneado?
—Yo no te sermoneé, solo te aclaré lo obvio, Copo de azúcar. Comic y Manhwa no es lo mismo.
—¡Firu!— gritó y luego sollozó. —Creí que ya no te oiría. Te amo, te amo mucho, por favor sigue hablando, no te calles, aunque sea para sermonearme, háblame, por favor, te necesito.
Lloró y eso me destruyó.
¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué no despierto? ¿Cómo es que soy capaz de hablarle si no siento que haya movido la boca? ¿Tengo la fuerza siquiera para poder moverme?
Me siento tan débil.
—No, no te calles ¡Por favor, Firu! ¡Ha pasado un mes! ¡Ya no soporto verte así!
Eso dolió, dolió como nunca nada había dolido, ni siquiera el dolor que sentí en el bosque se comparó a esto. Joaco estaba sufriendo y era todo mi culpa.
—No llores— le pedí. —Estoy bien. — le aseguré, sin embargo él no respondió, oí sus sollozos, pero no había señal de que me hubiera oído y su llanto solo aumentó. —Joaco, ya no llores, estoy bien.
No respondió.
¿Y si creía que ya no le estaba hablando?
—Copo de azúcar— lo llamé. —¿Estás ahí?
-S...í.
Me oye. Ni siquiera sé cómo, pero no me importa.
—¿Estás llorando en silencio?
—¿Cómo sabes eso, Firu?
—Ay.
—Lo siento, los doctores dijeron que podrías escucharme y que era mejor que no llorara cerca de ti, pero no puedo evitarlo, lo siento, te fallé una vez más, debería ser fuerte...
—Shh, no me fallaste.
—Sí, lo hice. Por mi culpa tienes los huesos rotos y chuecos.
¿Que tengo qué?
El recuerdo de cuando abrí los ojos y vi mis manos apareció ante mi ojos. Mis dedos estaban chuecos y en posiciones extrañas, pero en ese entonces no le presté atención pues Joaco estaba al otro lado de su dormitorio peleando con sus padres.
—Lo siento, Firu.
No sabía que hacer. Quería abrir los ojos, verlo, muego darle un abrazo y decirle que no es su culpa, pero me daba miedo. Ya no sé si quiero abrir los ojos ¿Y si lo que dice es verdad y mis huesos están rotos y chuecos? ¿Y si no es solo en mis manos? ¿Y si ya nunca podré moverme?
—Siento tu tristeza, Firu, sé...sé que no me quieres y que probablemente mis posibilidades de enamorarte se perdieron por completo luego de esto, pero si sirve de consuelo voy a cuidarte con mi vida. Jamás te abandonaré y te amo, creo que ya lo dije, pero también voy a amarte.
Joaco...
—Solo emociones bonitas, ahí van...
. . .
—Joaco ¿Puedo pasar?
Sentí una presencia, era fuerte, aunque no sabía de quien se trataba.
—Solo si no vas a intentar convencerme de que abandone a mi hembra, de lo contrario es mejor que regreses a tu casa abuela.
Abuela.
¿La abuela de Joaco está aquí?
No, no, no.
Ella es peligrosa. El poder que destila es aterrador.
¡Corre!
—No vine a eso, Osito bebé, traje algo que podría interesarte.
La presencia se hizo más fuerte, más intensa, casi podía sentir como ocupaba el lugar donde nos encontrábamos.
Se estaba acercando.
¡No! ¡Joaco corre!
No sabía si podía oírme, pero seguí intentándolo.
¡Tienes que huír! ¡Ella es peligrosa! ¡Vete ahora!
¿Por qué ya no me oía?
—¿Un libro? Abuela, no tengo tiempo para leer, en diez minutos es hora de que bañe a mi compañera.
¿Bañar? ¿No habla de mí, verdad?
—Pero esto te interesará y a ella también.
¡Claro que no! ¡Nada de ese monstruo peligroso podría interesarme!
—¿Eso es un árbol genealógico? — preguntó Joaco y quise matarlo porque no estaba corriendo.
¿Por qué su instinto de supervivencia es tan bajo? ¡Hasta yo sé que ella es peligrosa!
¡Corre de una vez, Copo de azúcar!
—Sí, tu abuelo y yo lo buscamos luego de que vimos a tu compañera, ella se parece mucho a una amiga de él— oí un gruñido de ella y lloré.
¿Eso es todo? ¿Así se va a morir él? Un gruñido y ni siquiera corre.
¡No quiero que muera!
¡Joaco! ¡Corre, por favor! ¡Te acaba de gruñir! ¡Vete de aquí!
—¿Se parece mucho a una amiga de él? — repitió Joaco y yo lloré.
¿Por qué no oyó el gruñido? ¿Ella no le está mostrando los dientes? ¿O lo tiene atrapado de alguna forma?
—Sí, resulta que hace muchas décadas se hizo un viaje al mundo humano y un cachorro se perdió.
—Ya oí esa historia un montón de veces, abuela ¿Eso que tiene que ver con mi Firu?
—Tiene mucho que ver, tu compañera se parece...bueno, es casi igual a la mamá de ese cachorro perdido.
—¿Crees que Firu es también hija de esa loba?
—Mejor aún, creo que esa loba es la abuela de tu compañera y que ese cachorro perdido es el papá, mira.
—Es...es igual a ella.
—¡Lo sé! Logan dice que nunca se encontró al cachorro, pero ¿Qué tal si el cachorro no quiso que lo encontraran? ¿Y si encontró el amor en una humana? Sabes como son nuestras leyes, ningún humano debe descubrir lo que somos y tal vez tu compañera es el fruto de ese amor.
¿Está mintiendo, verdad?
¿Es su forma de entretener a Joaco antes de comérselo?
—Entonces... ¿Firu no es huérfana?
—Hmm...eso no lo sabemos. No hemos encontrado a sus padres y cuando le preguntamos a tu madre dijo que la llamaste Firulais porque es huérfana, lo que implicaría que sus padres no estuvieron con ella, pero tu abuelo se contactó con la abuela de tu compañera y dijo que le gustaría conocerla.
Tiene que ser mentira, ellos...ellos no pueden saber nada sobre mí. Mis padres adoptivos dijeron que mi expediente se perdió.
—Firu, no puede viajar abuela.
Sentí una vez más la tristeza de Joaco.
¿Lo había comenzado a mordisquear?
—Irán cuando se recupere, sé que lo harán y si no haré que esa mujer venga aquí, aunque no me gustará, pero lo haré.
Otro gruñido.
Ay, no ¡Se va a masticar a Joaco!
—¿Esa mujer era novia del abuelo?
—No hagas que me arrepienta de traerla, Osito bebé.
Joaco se rió, su carcajada llenó el espacio en donde nos encontrábamos y también llenó mi corazón.
Lástima que ella se lo va a comer pronto.
—¿Podemos esperar un poco? Firu tiene medicamentos nuevos y no ha reaccionado bien...
—Por supuesto, la traeré cuando tu lo digas, no tiene que ser ahora, puede venir cuando tu compañera esté correteando de acá para allá enseñando su cola y orejas nuevas.
Más emociones felices llegaron a mí.
—¿De verdad crees que ella volverá a caminar? ¿O a estar despierta?
—¡Claro que lo creo! Solo hay que darle su tiempo.
Joaco sollozó.
—Gracias, abuela.
—Osito, no llores, ven. Abrazo de osa panda a Osito bebé.
Tal vez no es tan peligrosa...
—¿Por qué el abuelo no vino contigo a decirme todo esto?
Ese señor... él es peligroso.
—Aún se siente mal por haberte lastimado, si hubiera sabido que ella estaba viva nunca te la habría quitado, Osito.
—¿Por qué no me escuchó?
—Él... sabes como se pone de sobreprotector con su familia, creyó que te estaba ayudando. Pero vendrá a verte si lo permites, quiere disculparse contigo y con tu compañera.
¡No! ¡Ya es peligroso con ella aquí! ¡No quiero al otro peligro cerca!
—No creo que Firu nos oiga, pasaron tres días desde la última vez que hablamos.
¿Tres días? No se siente así, para mí fueron unos minutos.
—Ella nos está oyendo ahora.
—¿Qué? ¿Cómo sabes eso? Yo no puedo sentirla.
¿Es posible que su poder le den la habilidad de leer mentes? Mierda, esta mujer es cada vez más peligrosa.
¡Joaco, corre!
—Su corazón se ha agitado varias veces desde que llegué, creo que me tiene miedo, pero yo no le haría daño ni a una mosca...bueno, si la mosca me molesta cuando veo mis películas sí, pero si no, no.
—Firu ¿Puedes oírme?
Sí.
—¿Lo sentiste? Su corazón se aceleró— explicó la abuela de Joaco y por una vez me alegré de que estuviera cerca, aunque sigue siendo peligrosa.
—Yo no siento nada.
—Es porque no estás prestando atención, Osito bebé. Escuchala, ella está despierta.
—Firu...
¿Sí?
—¡Ahí está de nuevo! Es como un saltito que da su corazón.
—Firu ¿Puedes oírme?
Sí puedo.
—Ahí va otro más. Háblale.
—Firu, ya me vi todos tus vlog y me hiciste reír mucho, me gusta ese lado de ti.
¿De verdad? A todos siempre les parecí extraña.
—Su corazón se está acelerando, creo que le gustó eso que le dijiste. Sigue.
—También te hice un peinado. No puedes verlo, pero por fin dominé tus rizos y estás muy hermosa, la mayoría de las veces tengo que evitar mirarte o entonces me olvido de lo que estoy haciendo.
¿En serio? Eso es tierno.
—Eso también le gustó, continúa.
—Y te pedí ropa por internet, no sé como voy a hacer para que el repartidor me encuentre sin perderse en el bosque u evitar que un oso u otro animal se lo coma en el camino, pero era la única opción. Ninguna tienda en la manada tenía tu talla y no lo entiendo, tienes un culo hermoso y redondeado y unos pechos muy buenos para amamantar y eso le dije a las vendedoras, todas me gruñeron pero ¿Sabes qué? Ellas no tienen tus grandes caderas ni tu piel esponjocita. Ellas se lo pierden.
Hmm ¿Gracias?
—Osito bebé, no deberías decir eso frente a mí, recuerda que para mí sigues siendo un bebé.
—Oh, sí, cierto, lo siento abuela ¿Puedo seguir?
—Por supuesto, me gusta como su corazón hace fluir la sangre, es como un río de deliciosa...
—Eh, abuela ¿No estás pensando en comerte a mi Firu, verdad?
¡Lo sabía! ¡Es peligrosa y canibal! ¡Joaco corre!
—Ay, no.
—¿Ay no qué, Abuela?
—Creo que la asusté, su corazón se está acelerando nucho y no creo que sea bueno, mejor me voy, lo siento.
—Firu, respira, no estás en peligro ¿No la oíste? Ella se fue, ahora solo somos tú y yo.
¿Y si vuelve más tarde e intenta comerme cuando Joaco esté dormido?
—Firu, estás a salvo.
A salvo. Podía recordar eso.
—...Y es hora de tu baño, el agua tibia siempre me calma, tal vez haga lo mismo contigo...solo no te enojes. No te baño porque quiera verte desnuda, espero que no lo veas así, solo trato de cuidarte, aún así, lo siento, sé que no debería pasar la esponja por tu piel sin tu permiso. Ojalá algún día me perdones y hasta entonces puedes sermonearme, estaré feliz de oír tu voz una vez más en mi cabeza, incluso fingiré que no lo estoy solo para que creas que tu sermón sí causó un gran efecto.
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