CAPÍTULO 9= Globos.

Genna=

Podía escuchar a Logan gruñirme desde arriba, él está enojado y yo más. Quiero tirarle de las orejas y retarlo por lobo malo, él no debe tratarnos mal por ser diferentes. Lion siempre dice que lo diferente es bueno ¿Por qué Logan no lo entiende?

Bajó corriendo las escaleras y me dio el vestido feo y marrón que me compró.

-Vístete- se dio media vuelta para no verme sin ropa. Miré el vestido y lo dejé caer, Logan escuchó el ruido de los botones y gruñó. Le devolví el gruñido pero más fuerte y sin querer hacerlo me puse el feo vestido que tiene color marrón oloroso.

-Ya-dije y él se giró y se acercó. Tomó mi mano, la besó y me hizo sentar en el sillón, él se recargó en la mesa y me observó.

-Te queda lindo- «Me queda feo y grande» -Vamos a poner reglas ¿Sí?- Moví mi cabeza para decir que no y él puso su cara de chico malo y me gruñó.
-No se discute-dijo enojado y empezó a decime sus tontas reglas.

-Uno: NO CAMBIARÁS DE FORMA- guardé silencio y luego lo miré a los ojos para que se arrepintiera -Do...

-¡Logan no!-grité antes de que siguiera.

-¡Silencio!-dijo callándome.
-Dos: NO TE QUIERO CERCA DE NINGÚN OTRO LOBO QUE NO SEA YO o alguien de mi familia-siguió enojado y mi carita no me ayudó a obtener recreo.

-Tres: NO SALDRÁS DE ESTA CASA A MENOS QUE SEA CONMIGO. Cuatro: NO ABRAZARÁS, BESARÁS O TOMARÁS DE LA MANO A ALGUIEN QUE NO SEA YO-empezó a caminar de un lado a otro mientras pensaba. -Cinco: DONDE TE VUELVO A VER DESNUDA CON OTRO LOBO TE CASTIGARÉ Y MIRARÁS LA PARED POR UNA HORA...

-Me acababa de limpiar, Loan sólo me abrazaba para que yo no tuviera frío mientras me secaba...

-...No importa, no puedes andar desnuda ante los demas.- él me calló y yo a él también.

-Soy una rogue es normal-me quejé y cruce las piernas y los brazos.

-¡No eres una rogue! No hueles como ellos, tú eres una loba normal, eres mi loba normal-me dijo y negué.

-No soy normal, soy una vampira y una rogue Logan. Quiero irme, no te quiero-murmuré bajito para que no escuchara.

-¿Qué dijiste?- otra vez gruñó, no dejaba de hacerlo y sus palabras no se entendían.

-Na..nada-bajé los brazos y miré mis pies.

-Mira niña quieras o no, me obedecerás-dijo enojado.

-Ya no soy una niña, soy grande y no te obeledece- le dije y el rió y se acercó a abrazarme muy fuerte como si fuera un oso.

¿De qué se ríe?¿Está loco? A que su cabeza le hace cucú.

-Dios no puedo enojarme contigo, eres tan tierna-sus ojos cambiaron de color.

-¿De qué te ries?- él rió más y besó mi mejilla, me la limpié y le mostré mis dientes para que se aleje.

-Se dice obedeceré no obeledece- me limpié el beso que me dió en la mejilla y le pasé la mano por la cara para que él se ensuciara con su beso y no yo.

-Dijiste que no me volverías a besar- seguí ensuciándole la cara con su beso invisible.

-Sólo besé tu mejilla- subió su mano sobre la mía y metió sus dedos entre los míos.

-¡Tu mano es enorme Logan!-comenzó a reír y me hizo cosquillas.

Logan=

Genna y yo no parábamos de reír, su risa es muy contagiosa y linda. Me gusta verla así, sonriendo y divirtiéndose conmigo. Es una niña muy tierna aunque tiene un carácter horrible y es testaruda.

-¡Basta me me hago pipí!-comenzó a hacer como chanchito y paré. Retrocedió unos pasos del sillón y poco después dejó de reírse y recuperó la compostura.

-Ve al baño- le dije, ella volvió a reír, negó con la cabeza y capté el momento exacto en que sus ojos se volvían más rojos que dorados.

-¡Te la creíste, Logan!- salió corriendo por las escaleras y fuí tras ella. Nunca me había divertido tanto, ni siquiera cuando era un cachorro y jugaba con Alec a perseguir la pelota.

-¡Ya verás cuando te atrape Genna!- rió con fuerza y la ví entrar en su habitación. -¡Me comeré todos tus chocolates si te atrapo lobita!- le avisé y entré yo también a su habitación.

-¡Te atrapé!-ella saltó del susto y se giró muy despacito hacía mí mí.

-Hiciste trampa- se cruzó de brazos. Llevé mis manos a su pelo y lo quité de su cara para verle los ojos, aún estaban algo rojos pero al ver y conectarse con los míos se cambiaron a dorados con pequitas rojizas.

-Yo no hago trampa, ahora me comeré todos tus chocolates y no te dejaré nada- le saqué la lengua y salí de la habitación.

-¿Podemos jugar? Una vez más, sólo una- se paró frente a mí, juntó sus manitos frente a su pecho, hizo un lindo pucherito con su boquita y ladeó un poco la cabeza viéndose como un hermoso y salvaje angelito.

-Está...- corrió sin dejarme acabar la frase. Esperé unos segundos para darle distancia y que así el juego durar más y luego fui tras ella. La vi entrar al comedor por la cocina y yo entré por la sala asegurándome de que no me viera y atrapándola cuando menos se lo esperaba.

Una vez más gritó del susto y se giró para verme, su boca mostraba una enorme sonrisa, sus ojos estaban brillocitos y su cabello algo despeinado por el juego pero seguía viéndose bien.

-¿Cómo hiciste eso?¿Eres un brujo, no?-preguntó. La cargué en mis brazos y salí del comedor por el camino por el que vine. Ella miró todo asombrada. -Es como un pasillo secreto- dijo con emoción en la voz.

-¿No recorriste la casa?-la interrogué sólo un poquito, quería saber que cosas había tocado y visto, aún no me acostumbro a tenerla aquí y mis cosas siguen esparcidas por la casa de manera ordenada pero aún así ella no debería verlas.

-No- la casa es enorme, está muy bien decorada con tonos blancos y negros, por fuera se vé como una gran cabaña pero por dentro es acogedora y caliente. La casa da una sensación que relaja y atrae las emociones positivas aunque casi nunca hay de esas por aquí.

-Ven vamos-tomé su mano y empecé a mostrarle toda la parte de abajo de la casa.

-¿Qué es esto?- preguntó manoteando una caja de condones del mueble de mi habitación.

-Emm emm deja eso- se los quité.

En este tipo de casos mi conocimiento era nulo, sabía que los hijos debían utilizar protección pero no tenía idea de cuando era un buen momento para dar "La charla".

-¿Qué son?-volvió a preguntar y los miró con confusión y fascinación como si esto que tengo aquí entre mis manos fuera algo brillante y luminoso y no un tipo de anticonceptivo para no tener cachorros.

-Globos- respondí nervioso y esperando que no hiciera más preguntas acerca del tema.

-¿Puedo inflar uno?- se la veía muy ilusionada.

-No-

-¿Por qué estas rojo?-

-No lo estoy-

-Entonces... ¿Puedo inflar un globo?- no dejaba de insistir.

-¡Que no!- estaba colmando mi paciencia.

-¿Me vas a dejar inflar el globo sí o no?-

-No y no quiero que los toques- coloqué los condones en lo más alto del mueble así no llegaba y yo me quedaba seguro de que no se iba a llevar uno a la boca ni lo iba a tratar de inflar para tener su globo.

Genna=

-¡Deja de insistirle con los globos!-me gritó Tiara

Tiara ya déjame, sólo quiero un globo- le respondí sin gritarle. No me gusta cuando me se enoja y me grita, me hace marear.

-Lobita deja de saltar no los vas a alcanzar-dijo Logan sonriéndome y le sonreí yo también.

-¿Quieres apostar?- puse mi mejor sonrisa de niña mala. A él no le gustará y eso es divertido, muy divertido, además se pone muy rojo cuando se enoja.

-No vas a llegar, estás chiquita- le gruñí en respuesta.

Retrocedí unos pasos y empecé a correr, subí a la cama muy rápido y salté. Llegué hasta arriba del mueble y tome los globos.

-¡Noo!-gritó Logan intentando sacarme la caja y yo reí, se la mostré en mis manos cuando no llegó y lo saludé con la mano antes de darme la vuelta e irme.

-Casi casi.- empecé a correr. Subí las escaleras, llegué a mi habitación, entré y abrí la caja para inflar un globo antes de que él llegue y me los quité.

Abrí la cajita y los globos venían en sobre de plástico. Lo abrí con la boca ya que con las manos no pude y tomé uno.

-Estos no son globos normales, tienen forma rara ¡Logan huelen raro!- grité y justo llegó.

-¡Dame eso!-me quitó los globos y me gruñó muy fuerte -Si te digo que no, es no-dijo enojado -Tienes que aprender a escucharme y a obedecerme, soy tu mate pero también tu alfa y si yo digo algo tu agachas la cabeza y me obedeces- lo dijo muy enojado así que retrocedí.
-¡Entendiste!- volvió a alzar la voz.

-Sí, Logan-me miré los pies y lo ví salir. Miré mis mano que antes tenían los globos y sollocé. No entiendo porque me trata así yo sólo queria un globo y él siempre se enoja por todo conmigo.