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🐺 Capítulo 8|Rogues

CAPÍTULO 8= Rogues.

Genna=

Anoche me divertí mucho con los hijos de Alec y la mami de Logan que me daba chicles y me contaba muchos chistes. Hoy Logan me dejó ir a la casa de Alec porque anoche me porté bien y utilicé el tenedor para comer.

Pero dijo algo sobre volver a su casa a las dos de la tarde y yo no quiero ir a ver a los hijos de Alec, así que cambié de forma y corrí hasta llegar a mi amado bosque esperando encontrarme a mis hermanos.

-¡He vuelto!- grité con todas mis fuerzas y los pájaros revolotearon, corrí hacia la laguna y escuché el corretear de algo detrás de mí.

-¡Al fin! te hemos estado buscando por todos lados-gritaron y busqué esa voz que me hablaba en mi cabeza pero que yo no tenía idea de dónde vino hasta que me giré y los vi. Sus caras hoy no son lindas y esos colmillos no deberían gruñirme así.

-Hola- dije tímidamente y me les acerqué despacito. Lamí las orejas de Lion y él me gruñó y me senté en mis dos patas traseras para verlo y esperar hasta que se la pase el humor de lobo feroz.

-¡¿Donde estabas?!-exigió saber y Loan empezó a olfatearme mientras giraba a mi alrededor.

-En ningún lado-dije alejándome de Loan para que no me huela pero lo hice tarde. Mi hermano es experto en olfatear y ahora cuando Lion se entere me van a retar. Mordí su oreja para jugar y él me empujó y miró a su hermano gemelo para decirle a quién huelo.

-Huele a un alfa- le contó. Lion no perdió el tiempo en gritos y me gruñó, Loan no me permitió retroceder y los miré a ambos con las orejas gachas y mi colita entre las patas.

-¡¿Que hacías con un alfa?!- me gritaron y Lion comenzó a lamerme para quitarme el aroma como papá solía hacer cuando aún estaba con nosotros.

-Na..na..na..da- dije tartamudeando y le devolví el lametazo para que me deje ir sin tener un castigo. La última vez que me porté mal ambos se negaron por una semana a jugar conmigo y tampoco me hablaban cuando yo les decía algo.

Lion se detuvo y volvió a gruñir como suele hacer Logan.

-No nos mientas, el aroma no se te va, los alfas son peligrosos cachorrita- volvió a lamerme las ojeras y el lomo tratando de limpiarme.

-No les miento, ustedes son mis hermanos ¿Cómo podría mentirles?- pegué mi osico a la cabeza de Loan para convencerlo y él suspiró.

-Lion déjala, ella no está mintiendo, ella no miente- le dijo Loan y Lion no le hizo caso y me cargó en su boca como cuando se enoja conmigo y decide llevarme a la cueva para que me quede allí, quieta y segura.

-Pero...- trató de hablar y Loan se apresuró a interrumpirlo.

-Olvida eso, luego le quitaremos ese feo olor. Sabes a que vinimos y ya debemos irnos- dijo Loan y Lion comenzó a caminar conmigo en su boca.

-¿A dónde vamos? La laguna es por allí- moví mi cabeza y señalé la dirección correcta para que diéramos la vuelta.

-Nos vamos al Sur, Genna, tenemos que viajar y no podemos dejarte sola, así que vienes con nosotros.

No podemos ir con ellos ¡Si Logan nos encuentra nos va a matar!- Tiara se puso alerta y yo seguí removiéndome para que a Lion se le complique llevarme y me suelte.

Ya lo se.- le dije a mi loba e ignoré todo lo siguiente que me dijo pues Lion me dejó caer y se agachó un poco.

Sube a mi lomo Genna- me ordenó Lion, cambié de forma a humana y así lo hice. Loan venía detras nuestro y me contaba cuentos mientras yo me abrazaba al pelaje de Lion para no tener frío.

Logan=

Le di media hora a mi lobita para que fuera a jugar a la casa de Alec con sus hijos mientras yo estaba en una reunión de la manada. Luego de lo que pasó la primera vez ya no confío en nadie más que en mi familia para dejar a Genna cuando yo no estoy y estoy en un estado que se podría considerar como amable. Hoy, por primera vez en siglos Scard no dijo nada y yo no me enojé demasiado, parecía el día perfecto, sólo falta llegar a casa y pasar tiempo con mi loba.

Marché por la manada mientras saludaba a todo aquél que pasaba junto a mí y me hacía una reverencia pero cuando llegué a varios metros de la casa el aroma de ella no estaba muy presente, entré corriendo y revisé todo pero mi lobita no había llegado. Comencé a olfatear y encontré su rastro de chocolate y nuez en el bosque.

Tengo un mal presentimiento-me dijo Tax y yo corrí hacia la entrada del bosque. No es bueno que un lobo tenga un mal presentimiento y mucho menos con nuestra mate.

Los miedos porque algo le pasara se estaban poco a poco haciendo presentes y se sentía horrible, era como pensar en tu propia muerte, te sientes vacío, triste y con ganas destruir todo.

Me desvié un poco del camino y fui hasta la casa de Alec que sólo queda a una calle de la mía para asegurarme y querer creer que el camino que tomó Genna por el bosque era algún tipo de raro atajo para llegar a la casa de Alec pero ya para cuando llegué a la puerta perdí las esperanzas de que mi lobita estuviera allí.

Su aroma no estaba en ningún lado, ella nunca había estado aquí. Di la vuelta, aullé para llamar a mis guardias y me adentré en el bosque sin detenerme a esperarlos y confiando en que sigan mi aroma.

No tardé demasiado en encontrar un rastro reciente de Genna, su aroma estaba en todas partes y tuve que fiarme de Tax y su instinto para guiarme.

A medida que corríamos el aroma de Genna se hacía más intenso, más rico y me descontrolaba poco a poco.

-No quiero que vuelvas a ir a alguna manada oíste- escuché una voz masculina y empecé a olfatear el lugar. El aroma a muerte era claro, estos no eran humanos excursionistas o lobos cualquiera, ellos son rogues.

-Te secas y nos vamos-escuché nuevamente esa voz y seguí acercándome a ellos, en silencio, con cautela y asegurándome de no pisar ninguna rama que pudiera alertar de mi presencia al enemigo.

Las voces se seguían oyendo, eran dos hombres pero no se escuchaba ninguna tonada que le perteneciera a mi loba. Mi cabeza ya estaba formulando posibilidades y me decía a mí mismo que ella no estaba con esos rogues, que talvez el rastro es viejo y quedó de todo el tiempo en que ella vivió aquí pero seamos sinceros nadie se creería eso y yo descarté toda posibilidad cuando la ví.

Uno de los lobos, el más grande, estaba sentado en el borde de la laguna como protegiendo y vigilando, el otro tenía lo que yo buscaba. Mi loba estaba envuelta en una toalla y el lobo la acunaba entre sus brazos mientras le hablaba y decía cosas que yo no podía escuchar

Mátalos-el gruñido salió de los dos y fue tan alto que ambos rogues se giraron y con ellos Genna que, al verme abrió mucho los ojos y se aferró al hombre que la tenía como si lo prefiriese a él antes que a mí.

El lobo más grande se interpuso en mi camino y su fuerza me sorprendió. Parecía un beta combinado con la fuerza de un alfa pero sin llegar a ser un pura sangre. Sus reflejos eran rápidos e interceptaba mis ataques y los esquivaba.

Escuché a Genna llorar y algo en mí se encendió, fue tan fuerte ese sentimiento de angustia por ayudarla que sin darme cuenta Tax tomó el control de mi cuerpo.

-¡Logan!- Genna gritaba y lloraba aumentando nuestro enojo. Volvimos a ser humano y golpeamos al lobo en el osico que se desestabilizó un poco pero que para cuando recobró el sentido Latte y yo habíamos vuelvo a nuestra forma lobuna y lo atacamos arrojándolo al fondo de la laguna.

Miré con odio al otro lobo que tenía escondida a Genna detrás suyo. Mi loba no dejaba de llorar y algo le dijo el maldito perro, ella se alteró y comenzó a negar con la cabeza.

-No-el miedo se notaba en los ojos se Genna y yo avancé, mis patas se hundían y dejaban una enorme huella en la tierra, el lobo retrocedía y se llevaba consigo a mi pequeña.

Les gruñí y avancé aún más. El lobo y Genna quedaron acorralados entre un árbol y yo.

-¡¡OBEDÉCEME!!-Le gritó el rogue y ella cambió de forma y se fue corriendo. Su llanto se escuchaba en mi cabeza y eso sólo me hacía enfurecer más. El hombre me miraba con odio al igual que yo a él pero él quería hablar, hacer un estúpido concurso de palabras y no una verdadera pelea en la que él y el otro van a terminar muertos.

-¿Que hacías con nuestra hermana?-sus palabras me tomaron por sorpresa y Tax me devolvió el control.

¿Hermana?- Tax estaba muy confundido y al igual yo pero no bajé la guardia, sean sus hermanos o no, ellos me la habían robado y nadie, repito, nadie le quita nada a Logan Strike y vive para festejarlo.

-Ella es mía- le gruñí y avancé. El lobo miraba en todas direcciones, parecía confundido y de en un avanzado razonamiento pareció atar los cabos sueltos.

-¡¡Fuiste tú!!- lo que haya deducido alertó a su lobo y cambió de forma volviéndose tan grande como el otro pero no era tan fuerte ni rápido y sus movimientos eran torpes, este tipo nunca había peleado y cuando cayó y le aplasté lentamente el cuello con mi pata Latte me detuvo.

Son sus hermanos-me confirmó mi lobo y entonces entendí porque mi loba lloraba. Me llevé una gran decepción y con ella vino la tristeza. Genna no lloraba por mi, lloraba por el otro.

Quiero que se larguen y no vuelvan- detrás de mí escuché las risas del que tiré a la laguna. Estaba débil pero su fuerza no mermaba, ahora sí que parecía un alfa.

No nos iremos, ella es nuestra hermanita y si no te importa vuelve cuando sea una adulta no una niña con un viejo verde persiguiéndola- si creyó que eso me iba a molestar no lo hizo, talvez tengo una apariencia joven con un atractivo increíble que deja a todas babeando pero no dejo de ser alguien grande con muchos años de vida.

No hay nada de nuestra ella es mía. No en importa si es su hermana o no, los lazos del alma son más fuerte que los de sangre o se van ahora o los mato-lo amenacé.

El rogue ayudó a su hermano y ambos comenzaron a correr creyéndome tan tonto como para no seguirlos y encontrar a mi loba.

En silencio y ocultando mi aroma fui detrás de ellos, ocultándome si se giraban y aumentando la velocidad si ellos lo hacían.

Llegué al punto dónde se detuvieron y me sorprendí cuando Genna los abrazó y ellos la llenaron de besó y lamidas.

-Te amo hermanita- le dijo el rogue y besó su frente con mucho cariño.

Aléjense de ella- ordené. Me estaba muriendo de celos y me acerqué. Genna se acercó despacio, con cuidado y me acarició el ozico -Hola lobita- saqué la lengua para lamerle la cara y ella la tomó y la apretó con su mano mirándome muy enojada.

-¡Son mis hermanos!- me zarandeó. Ambos lobos rieron detrás y gruñí. Más risas se escucharon y de reojo pude ver a mis estúpidos guardias los que llegan tarde, como siempre riéndose de mí.
-¡No vuelvas a lastimarlos!- volvió a gritarme y me soltó la lengua. Creí que la reprimenda había acabado pero no, ni siquiera estaba cerca de acabar. Ella me jaló de la oreja y me llevó con sus hermanos los cuales nos observaban con burla en especial a mí. -Pídeles perdón Logan- gruñí.

No- me solté de su mano y ella me picó el ojo.

-¡Pídeles perdón!- volvió a gritarme y le gruñí.

Largo de mis tierras- rugí. Ninguno de los dos hermanos se movieron -Los mataré frente a ella y no me importará- ambos miraron con tristeza a su hermana. La abrazaron, le besaron la frente y se largaron.
Genna empezó a correr tratando de seguirlos pero se perdió y fue ahí cuando la perseguí y salté sobre ella para lamerle la cara.

Estaba feliz y enojado.

-No puedes huir Genna- le gruñí y me jaló del pelaje
-¡Genna basta o te morderé!-
Ya me hizo ver débil frente a mis guardias, no puedo seguir perdiendo prestigio por sus caprichos.

-Logan- volví a ser humano y tapé su cuerpito.

-Te dije que no me gusta que los demás te vean desnuda ¿y que es lo que me encuentro? ¡A ti desnuda con dos lobos!-le grité completamente domado por los celos.

Ella empezó a llorar.

-¡¡Cállate!!-le grité enojado y traté con todas mis fuerzas de calmarme al darme cuenta de que sólo hablaba con una pequeña.
-Escucha lobita, eres mi pareja y aunque seas pequeña debes respetar eso. No puedes tirarme de las orejas porque yo no te hago eso, deja de creer que me mandas porque no lo haces y vamos a poner muchas reglas...

-Ellos son mis hermanos-me interrumpió y se secó las lágrimas de los ojos.

-No me importa, la sangre traiciona, el alma no.

-No te acerques- dijo con la voz temblorosa y siguió llorando.
Se hizo una pequeña lobita y la tomé con la boca para llevarla a casa.

Bájame!- ella no dejaba de gruñirme y yo seguí corriendo hasta que llegué a nuestra casa y la dejé en el sofá para que no tuviera frío en los pies cuando volviera a ser humana. Trabé la puerta para que no pueda escaparse de nuevo y subí arriba a vestirme mientras pensaba en las reglas que le pondría para que no volviéramos a pelearnos y conviviéramos en paz.

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