CAPÍTULO 6= Ex

Logan=

Corrí esos cien metros hasta la casa y entré justo a tiempo para escuchar y ver lo que Darla le estaba haciendo a mi loba.

-Vuelve a tirarme el esmalte y juro que te mataré mocosa, no me importa que el alfa esté a cargo de ti, no eres nada de él- escucharla decirle eso me hizo enojar y no sólo porque creí que al ser mi amiga trataría bien a mi loba sino porque también la estaba haciendo llorar. -¡¡No llores cállate!!- le gritó y avancé hasta ella cuando la vi tomar las servilletas con la intención de arrojarselas a mi loba.

Genna siguió llorando y Darla totalmente ajena a mí le volvió a gritar.

-¡¡Te dije que te calles!!-le gritó y le apreté con fuerza la mano cuando iba a arrojarle las servilletas.

-TÓCALE UN SOLO PELO Y TE MATO, NO TIENES IDEA LA ESTUPIDEZ QUE ACABAS DE COMETER- Dejó caer el rollo y me miró aterrada pero pronto su personalidad aduladora se hizo presente y trató de ablandarme con falsas lágrimas y tontas excusas.

-Logan..nos..nosotras solo jugábamos- me mintió en la cara. Le solté la muñeca y le dí la espalda.

-¡¡LARGO DE MI CASA!!- le grité. Ella cambió de forma y se fue enojada pero no tanto como yo. Si no fuera porque mi mate está en la casa ya le hubiera dado el castigo que se merece.

Es una traidora ¡Haz que la maten! Dañó y molestó a la luna. No puedes permitirlo Logan- me gruñó Tax pero en estos momentos solo quiero ir con mi lobita y abrazarla.

Necesito asegurarme de que está bien y que no tiene ni un rasguño. No podría perdonármelo si algo le pasara y fui un inconsciente al no darme cuenta de que con Darla ella corría peligro.

Darla y yo tenemos un largo historial de encuentros, ella fue mi primer mujer y fui estúpido al enrollarme con ella pero era joven e inmaduro.

El aroma de Genna está en mí, Darla seguro lo olfateó en el aire y ahora sabe que Genna es mi mate. Sólo espero que la voz no se siga corriendo. Si más ex se siguen apareciendo no sé que voy a hacer, no las puedo matar a todas solo porque tienen celos.

Logan sí se puede, todas ellas son y fueron un problema desde el principio ¿Recuerdas la tóxica? Aún le tengo miedo. Esa mujer soñaba, comía, pensaba, se bañaba y hacía todo pensando en nosotros. No la quiero devuelta. Por favor mátalas, hazlo por tu lobo ¿Siiiiii?-

No tienes que tener miedo, ella no volverá y no, lamentablemente no las puedo matar porque son lobas de mi manada y nosotros no matamos porque sí- le recordé.

Busqué a mi lobita por toda la planta de arriba de la casa y como no la encontré me metí en su habitación y busqué en el mueble.

-Lobita- la llamé y no obtuve respuesta. Si yo fuese ella me escondería en el ático pero allí tampoco estaba. Caminé hasta la puerta y cuando estaba por ir a buscarla al bosque la escuché estornudar bajo la cama.

Me arrodillé y asomé la cabeza. Allí estaba ella, llorando y cubriéndose la boquita para que no la encontrara.

-¿Estás bien lobita?- La saqué de debajo de la cama, le limpié la ropa y a mí las rodillas y le revisé todo su cuerpo asegurándome de que no tuviera nada. -¿Te duele algo?-Insistí. Ella se quedó mirando el piso y temblando bajo mis brazos -Lunita dime-

Ella cerró sus ojos y me abrazó, enterrando su carita en mi pecho y apretando mi camisa. Se subió a mis piernas y se aferró con fuerza a mi pecho para que no la soltara y la protegiera.

-La bruja quiso golpearme-dijo entre sollozos.

-Ya la eché, no dejaré que nadie te lastime cariño- le acaricié las mejillas sonrojadas y ella me miró a los ojos. La observé de la misma forma y mientras le secaba las lágrimas la veía a esas dos hermosas gemas doradas con salpicado rojo que tiene como ojos.

-¿Qué haces?- le pregunté cuando ella acercó su rostro al mío. Sus ojos se abrieron grandes y me olfateó, se acercó más y yo me quedé quieto tratando de descifrar que locura iba a hacer ahora.

Miró mis labios y tomándome por sorpresa los unió con los suyos. Cerré mis ojos disfrutando del suave contacto de sus labios y así estuvimos por unos segundos hasta que ella cortó el beso y yo me la quedé mirando con desconcierto.

-¿Por qué hiciste eso?- le pregunté. El beso me había dejado confundido y ella me miraba tímidamente.

-La bruja dijo que las personas se besan para reconocerse-me explicó y yo me apresuré a negar, esa respuesta es completamente equivocada. Somos lobos, en todo caso sería el aroma pero no un beso. Las personas saldrían huyendo si va por la vida compartiendo saliva.

-Eso no es así, ni se te ocurra besar a nadie Genna- no dijo nada -¿Por qué te dijo eso?-le pregunté. Tiene que haber una razón, Darla no diría tal estupidez por nada.

-Ella tenía una foto tuya y de ella besándose en el..¿Cómo se llamaba la cosa que brilla?-preguntó y juntó sus deditos para formar un rectángulo el cual me mostró.

-¿El celular?- le pregunté y ella asintió.

-Ella tenía una foto de ti y de ella besándose. Le pregunté que hacían, ya que tu habías hecho eso conmigo, pero en la nariz y en mis mejillas— guardé silencio,
-Te pusiste rojo- dijo de repente algo imposible.

Recuerdo perfectamente la última vez que me puse rojo y eso fue cuando era cachorro como Genna. La pervertida de mi compañera de la escuela me había besado.

¿Recuerdas el nombre? Dilo, la mujer está loca desde entonces- me habló Tax que desde nuestra pequeña discusión de hoy no me había vuelto a dirigir la palabra.

Mi lobo es muy testarudo y cuando se enoja es cuando nos parecemos más. Él no me habla y yo no le hablo a nadie.

-No quiero que vuelvas a hacerlo, eres muy pequeña para hacer eso-pasé por alto lo del rubor, eso es imposible en mí.

-Pero...- dejó las palabras al aire y picó con su dedo mi mejilla. -¿Si no lo hago como te reconoceré?- me preguntó inclinando su cabeza a un lado apoyándola en mi pecho para oír mi corazón el cual late acelerado por su cercanía.

-Puedes reconocerme con tus ojos cuando me veas, con tus orejas cuando me escuches o con tu naricita cuando me huelas-le pellizqué la nariz y ella asintió con una sonrisa.

-¿Y por qué tú sí puedes hacerlo?- buena pregunta.

Se supone que soy tu mate, tampoco debo hacerlo sin ti pero si veo a alguna...

¡Alguna nada! Le seremos fiel. Si las bolas se nos caen, mal por ti. Siempre podremos adoptar, mientras tanto deja que esos labios se te resequen porque ninguna otra boca volverá a tocarlos- declaró Tax hablando más de lo que me gustaría que hiciera.

-Porque yo soy grande y tú muy pero muy pequeña- le hice a un lado el pelo.

-No soy pequeña Logan- me miró desafiante. ¿Acaso esta niña no se cansa de mirarme así? Aquí viene otro berrinche, me la juego.

-Sí, lo eres- contraataque con un gruñido para hacerla callar pero es Genna, no engaño a nadie si digo que por una vez la dejó pasar.

-No lo soy-

-Sí-

-No-

-Sí-

-No-

-Sí-

-Sí-

-No- en cuanto lo dije me di cuenta de mi error.

-¡Ja'! Te gané-festejó haciendo un bailecito y ambos reímos.

-Eres tramposita-le volví a correr hacia atrás el cabello rebelde. -Hagamos una promesa Genna- me puse serio. Las bromas en algún momento debían acabar y ella aún debe entender que no puede besar.
-Ninguno de los dos besará a nadie más ¿vale?-le dije y ella asintió.

-Vale-dijo copiando lo que yo había dicho.

-Hoy vendrán mis padres, mi hermano Jeins , Alec que es el chico que vino ayer y su familia- le conté esperando ver una sonrisa en su rostro y la hubo pero no tenía nada que ver con mi familia sino más bien con la suya.

-¿Y yo puedo volver al bosque con mis hermanos?-me preguntó muy entusiasmada por regresar con esos lobos sin manada.

-No puedes, no lo permito ya que esta noche te quedarás conmigo y te presentaré a mí familia-le expliqué. Ella me dio la espalda y caminó lentamente hacia las escaleras. -También vendrán la hija y el hijo de Alec-

Traté de motivarla, tal vez tener a una amiga de su misma edad la ayude a adaptarse.

-¿Nathan?- preguntó sonriendo y la idea de la amiga se fue.

¿Por qué piensa en Nathan? ¿Qué tiene ese niño mocoso que seguro se come los mocos, que no tenga yo?

Cálmate Logan, es solo una niña. Luego puedes matar al niño pero ni Alec, ni ella deben saber que fuimos nosotros- el plan macabro de Tax ya había empezado a mostrarme imágenes de posibles escenarios en los que mato al niño en mi mente pero rechacé cada idea y miré con amargura a mi loba que seguía sonriendo y viéndome a la espera de una respuesta.

-Sí, Nathan vendrá- el mal humor es muy notable en mi voz y ella sonrió aún más.

Ella es mía, no tendría que fijarse en otro ¿Qué le pasa?

-¿Qué me voy a poner?-me preguntó.

Una túnica que te tape de pies a cabeza y sólo te deje a la vista la boca para que puedas comer.

-¿Qué dices si ahora vamos a comprarte algo?-le pregunté. Con Nathan o sin Nathan mi lobita debe dar una gran impresión, no por nada soy el alfa y eso conlleva riquezas y todo lo que el dinero pueda comprar.