CAPÍTULO 5= Reunión.

Genna=

Me desperté cuando la luz del sol me empezó a dar en la cara, las telas estaban movidas y el solcito entraba en todas direcciones. Anoche me dormí en la alfombra y hoy, como la noche anterior, me desperté en la cama. Me acurruqué y apoyé la cabeza en la suave almohada.

Mi panza rugió, tenía mucha hambre y Tiara gruñía dentro de mi cabeza.

Tenemos mucha hambre, baja pero no comas rápido, no le gustará- salí de la cama haciéndole caso a mi loba. Me vestí de blanco y bajé corriendo las escaleras siguiendo el aroma a comida que había quedado desde anoche.

Olfateé todo el lugar y me subí en una silla para buscar comida en los muebles ya que mi nariz no percibió nada rico que supiera a sangre o a carne.

-¿Qué haces?- Salté del susto,
la silla se movió haciéndome perder el equilibrio y cerré mis ojos para no ver mi propia caída pero esta nunca llegó. Abrí primero un ojo y me di cuenta que estaba en los brazos de Logan porque él me había atrapado y salvado de golpearme. -¿Estás bien lobita?

-Sí- dije para que me bajara pero él se me quedó mirando a los ojos ¿Por qué siempre hace eso? Me hace arder las mejillas y más cuando sus ojos se ponen dorados y brillocitos.

-Lobita- su voz sonó más gruesa y rasposa, se acercó a mi cuello y temblé del miedo pero no me hizo nada, me quitó una pelusa del cabello y besó mi mejilla. Me dejó en el piso y quitó la silla del medio.

-¿Que era lo que querías del mueble?-me preguntó. Señalé los paquetes y él metió su mano y comenzó a buscar algo.

-Comida, tengo hambre- Le dije y él sacó un paquete y me lo dio a mí.

-¿Qué es?- le pregunté. Olía raro y muy dulce.

-¿De verdad? ¿Nunca comiste galletitas?- preguntó desconcertado. Moví mi cabeza hacia ambos lados y luego recordé que ya había escuchado hablar de esas cosas.

-Escuché a los humanos hablar de ellas pero no sabía lo que eran Logan- él me abrió el paquete y me dio una en la boca. La mordí y sonreí -Son riquísimas- mi boca estaba llena pero aún así me metí otra galletita y me las comí casi a todas.

-¿Me das una?-

Le gruñí y le di la espalda. Que se consiga las suyas, no tuvo que habérmelas regalado si pensaba comer.

-Son mías-seguí comiendo y me metí otra a la boca.

-Oye, lo tuyo es mío también. Respeta nuestra unión- se quejó robándome una galletita y le saqué la lengua, él rio y me besó la frente. -Genna- Lo miré -Debo irme a una reunión, necesito que te quedes aquí y que no hagas nada ¿sí?-sus ojitos brillaron y los míos también pero por diferentes razones.

¡Por fin me iba a ir!

-No, quiero volver al bosque- comenzó a gruñir.

-Lobita no entiendes, tú eres mía, no puedo dejarte ir- le sonreí y le di otra galletita.

-Sí puedes, solo debes cerrar los ojos mientras yo me escapo-señalé la puerta.

-Ojalá fuera tan fácil- murmuró bajito.

-Quiero ir a ver a mis hermanos, Lion y Loan deben estarme buscando- gruñó, tomó mi mano y me llevó al sillón.

-¿Tienes hermanos?- me preguntó otra vez con esa cejas muy levantadas y los ojos enojados.

-Los aullidos de anoche eran de ellos- me comí la última galletita y le di el paquete para que lo tire por ahí.

Logan=

Sus hermanos son Rogues- Tax estaba al tanto de todo y no me había dicho nada, maldito lobo.

-¿Eres una rogue?- le pregunté a mi loba y ella me gruñó y me puso mala cara.

-¡¡No me llames así, odio que nos llamen así!!- gritó alterada.
No me importó su berrinche. Luego le enseñaré a no gritarme mientras tanto la tomé de la cintura y le olfateé el cuello. No había aroma a rogue en ella, solo chocolate y nueces deliciosas.

-¡¡Suéltame!!-gritó. -¡Te voy acusar!- la dejé ir y ella se pasó la mano por el cuello como si la hubiese ensuciado y se quisiera quitar la mugre.

-Solo te estaba oliendo- me defendí.

-¡Quiero ir con mis
hermanos!- habló firmemente y yo moví la cabeza rechazando su pedido.

-Genna, no- no lo consideraré, ni aunque me ponga carita linda la dejaré ir a ese lugar. Aquí tiene una vida, allí terminará muerta.

-¡Déjame ir!-gruñó. Dio unos saltos y golpeó sus puños contra el sillón.

-Dijiste que vivías sola- le recordé algo enojado. Su berrinche ya me estaba cansando y mi paciencia estaba llegando al límite.

-Ellos a veces me visitan- caminó de aquí para allá, dio cinco pasos hacia mí, giró y regresó los cinco pasos y así sucesivamente.

-Debiste decírmelo cuando te traje, hubiera querido conocer a esos rogues, Genna. Por tu culpa ahora van a creer que te secuestré o que soy un loco depravado, ladrón de...

Vi las lágrimas deslizarse por sus mejillas y guardé silencio.

-Solo porque pertenezcas a una manada y yo no, no significa que puedes tratarme mal, ser rogue no es malo-no soporté su llanto y la acuné en mis brazos.

-Lo siento- besé su frente y la abracé muy fuerte -De verdad lobita, no fue mi intención pero los rogues son conocidos por ser malos- guardé silencio dándome cuenta de que sigo metiendo la pata. -No quiero que me dejes- finalicé mi declaración y le acaricié el cabello.

-¿Por qué te importo tanto?-preguntó en medio del llanto.

-Genna ya te lo dije. Eres mi pareja y te amo lobita, por eso y porque somos destinos. Tu alma nació para estar con la mía.- le sequé esos enormes lagrimones y le susurré lindas cosas al oído hasta que dejó de llorar pero no dejó de pensar en escaparse así que no me quedó de otra que dejarla con una niñera.

. . .

Me fui a la reunión sin muchos ánimos porque tuve que dejar a mi mate con una vieja amiga. Me siento mal por dejarla con ella pues quiero confiar en que mi lobita no irá pero no puedo y por eso Darla, como buena amiga que es, se ofreció primera que todas a cuidarla .

¿AMIGA? ¿ESTÁS DE BROMA? ¡Mejor dicho vieja amante y no la quiero cerca de mi loba!- dijo Tax como siempre en desacuerdo conmigo.

Cállate, eso es pasado y quedó en el olvido- le aclaré.

Donde esa zorra llega a lastimar a mi princesa te mato-me dijo mi lobo el cual vive dentro de mí, por lo que si yo muero él también lo hará, así que no hay nada de que preocuparse.

Me senté en la cabecera de la enorme mesa de madera que utilizamos para las reuniones y observé a cada uno de los integrantes. Entre ellos estaba mi beta y mi hermano.

-Logan, se está corriendo un rumor por el resto de las manadas-me informó Jeins, mi hermano menor.

-Es verdad alfa, dicen que usted ya encontró a su mate- unos de los muchos hombres del consejo me habló y asentí comprendiendo la situación.

Ya es momento. No era mi intención ocultarla, simplemente no dije nada pero ya no puedo callar más, hay rumores y eso no es bueno. Al yo ser un alfa y no anunciar a mi luna las personas de mi manada y de las otras vecinas, creerán que la escondo y más rumores se crearán.

-Es cierto,mi mate está viviendo conmigo- anuncié y todos sonrieron.

-Hermano- miré a Jeins que estaba sentado al otro lado junto a Alec. -¿Cuándo la presentarás ante la manada? Mamá y papá querrán conocerla- me sonrió Jeins pero no le devolví la sonrisa y me mantuve lo más serio posible.

Mamá y papá me matarán cuando se enteren de que Genna es apenas una niña.

-Cuando ella tenga la edad apropiada, ahora es una niña y no está lista para estas cosas- ellos comenzaron a mirarse y Jeins quedó en silencio por un rato.

-Pero señor las manadas están en guerra y necesitamos herederos ¿No podría ir con otra loba?- dijo Scard. El hombre que siempre me jode las reuniones y me arruina la vida al acusarme con mi padre.

Alec y Jeins lo miraron mal, al igual que yo.

-No, utiliza ese pequeño cerebro y no digas barbaridades- le gruñí y apreté con fuerza la mesa para sujetarme y no cambiar de forma y matarlo en este mismo instante.

-Pero señor...-comenzó otro.

- Pero nada, yo soy el alfa y yo soy el que elige que hacer con mi destino, no ustedes- les gruñí apunto de estallar y ellos agacharon las cabezas.

-Si mi alfa- dijeron todos al mismo tiempo.

-¿Para esto solo era la
reunión?-pregunté enojado y negaron temiendo a hablar pero tarde o temprano lo iban a tener que hacer así que un valiente lo hizo.

-Señor la manada de su hermana está en peligro y a solicitado nuestra ayuda- me informaron y me tensé de inmediato.

Estas cosas no se me deben informar, simplemente deben enviar ayuda ¡Joder, es mi hermana!

-Jeins, Alec, encárguense de darle a Alma todo lo que necesite y manténganla a salvo, nada le puede pasar- les aclaré.

-Si hermano-dijeron los dos con una sonrisa en sus rostros.

Jeins es mi hermano de sangre y Alec no pero lo quiero como si fuera uno, además de que nos criamos juntos y nuestras madres eran amigas.

-Si eso es todo,ya terminamos- me levanté y todos lo hicieron también.

-Señor una cosa más- dijo Scard y lo miré mal. Este tipo ya me está sacando de quicio y apenas es medio día.

-Su ex la señorita Darla solicitó verlo ayer, ella dijo que era una urgencia- dijo y me le reí en la cara.

Tan urgente no debe ser, Darla está cuidando de mi loba en este momento.

-Cuando la veas dile que no iré y que te deje de usar de mula. Ella nunca te dejará meterte entre sus piernas, ríndete- le dije "Amablemente" y salí de allí.

-¿Cuando me presentarás a mi cuñada?-preguntó Jeins viniendo detrás de mí junto a Alec.

-Esta noche, dile a mamá y a papá que vengan a comer. Alec tu también ven y trae a la familia- ambos asintieron y se fueron por sus caminos, yo seguí el mío hasta mi casa y escuché gritos cuando estaba a casi una cuadra de distancia provenientes de Genna.