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🐺 Capítulo 49|Sola.

Loan estuvo al pendiente de mí toda la tarde de ayer hasta que su mate llegó y se lo llevó, Lion se fue furioso y hasta hoy no sabemos nada de él. Loan dice que ya se le va a pasar, pero lo que en verdad me da curiosidad es a donde se va Lion cuando se enoja.

La manada está cerrada ¿Entonces en dónde está?

La casa se encuentra en agonía sin personas, Logan no me a hablado, mis hermanos no están y los guardias, bueno ¿Qué decir sobre dos hombres muy altos y serios que siguen con sus ojos cada movimiento mío?

Es inquietante, reaccionan nada más para comer, beber agua o preguntarme como me encuentro y como está el bebé.

Es aburridisimo, son aburridisimos.

-¿Qué hacían antes de venir aquí?- pregunté acabando con este agotador silencio.

-Entrenar- respondió Ariel.

Luck seguía en silencio, sus ojos buscaban en los míos algo y su boca se abría y se cerraba como si no tuviera palabras para explicarlo.

-No tienes que hablarme si no quieres, Luck- tal vez le caigo mal.

-Luna, no recuerdo, no es como si no supiera lo que comí la noche anterior o el día que es hoy, sino como si mi vida acabara de empezar- explicó igual de confuso como me hizo sentir.

Intercambiamos miradas, sus labios cada tanto se movían parecía que hablaba muy bajo, tal vez con su lobo.

-Debo irme- se levantó y Ariel se paró en la puerta, la única salida.

-Teneos un deber- cruzó sus brazos sobre su pecho.

-Pero ella...me siento raro cerca de ella- lo oí susurrar.

-¿Llamamos a Logan?- Tiara se oía triste pero lo disimulaba, quería hacerme olvidar lo que acababa de escuchar.

-No, mejor voy a la habitación, estoy enojada con él- le dije y subí las escaleras olvidándome de los guardias.

Al llegar arriba el cansancio se apoderó de mi cuerpo en el mismo instante en que toqué la cama, el hambre y el dolor en la planta de mis pies lo acompañaron, así que ya sin ganas de bajar por comida para no incomodar a Luck me quité la ropa, me puse una simple camiseta y un shorts de tela y me metí a la cama.

Para mi mala suerte alguien no parecía querer dejarme dormir.

Un guardia asomó la cabeza, no pude ver cuál de los dos era por la oscuridad, pero dejó el teléfono sonando junto a la puerta y se retiró.

Bajé de la cama, de mal humor tomé el teléfono y sin mirar quien era atendí y fui la primera en hablar.

-Tengo sueño, estoy de mal humor, tengo hambre y me duelen los pies, así que dame una razón para no matarte- gruñí sonando tan amenazante como los gigantes peluches de osos pandas súper abrazables.

-Te amo y lo siento, pero son las dos de la tarde- era Logan y se estaba riendo.

Vi por la ventana.

Aquí es de noche, odio que se haya ido al otro lado del mundo.

-No importa tengo sueño, y aún no me diste razones para no matarte cuando vuelvas- le dije y nuevamente se rio removiendo algo el mí que hizo que el enojo disminuyera, un poco.

-Las enumeraré así elijes cuál prefieres- explicó antes de decirlas - Razón número uno: Te amo, te amo hasta el infinito y adoro hasta el más suave toque de tus manos- suspiré de satisfacción.

Me gusta oir algo así es como si Logan me hubiese dado justo lo que necesito.

-Razón número dos,
cachorrita- me preparé para oír una cosa linda y terminé oyendo una verdad. -Eres mi lobita y aunque yo te lo permitiera, no me harias daño.

Una lágrima se deslizó hasta mi nariz dónde la sequé y otras la siguieron.

-Por favor no llores, cariño- susurró y se apresuró a decir la razón número tres, la cuál me devolvió una sonrisa. -Te compré los chocolates, huelen muy parecido a ti, son una droga deliciosa cariño, estoy seguro de que no me dejarás ni uno.

Reí a carcajadas por eso y cuando le iba a decir que era suficiente él me dió una razón que causó que me desmoronara en tristeza.

-Y por último: Mi amor te recuerdo que mi hijo está en tu bonita pancita y que espero con ansias ir a verlos.

Sollocé sin querer ocultar mi llanto porque que él igual lo iba a saber, todo lo que siento yo, es todo lo que siente él.

-Tienes razón, lobo malo- paré para tomar aire y seguí hablando -No puedo matarte, no puedo vivir sin ti y quiero que vuelvas, por favor Logan. Antes dolió nuestra separación, pero estábamos en la misma casa y en el mismo bosque, ahora estás al otro lado del mundo y tengo miedo de no volver a verte.

Dejé el teléfono a un lado por unos segundos y abracé contra mi pecho a mis piernas, tomé el pesadito de trapo que escondí en el mueble cuando Logan comenzó a dormir conmigo y lo abracé recordando que antes este pequeño trapo era mi pijama de oso panda y que fue el último que tuve y perdí en mi primera vez.

Respiré hondo calmándome y tomé el teléfono.

-¿Genna?- preguntaba una y otra vez.

Mi voz se quebró.

-Estoy aquí- susurré.

-¿Sabes lo que hago para que no duele tanto?-me preguntó y sacudí la cabeza.

-¿Qué haces?- sequé las lágrimas con mi puño cerrado.

-Pienso en nuestro cachorro y en que si estoy triste mi conexión con él se verá afectada y entonces me entristeceré aún más, así que por eso trato de estar bien.- me contó.

-Logan no creo que eso funcione-le dije y le conté mis razones, mi miedo a la reacción de Lion, el temor de que mi hermano ya no me hable nunca o que se vaya.

-Calma, respira, cachorrita.- hice lo que me pidió -Escucha princesa- él nunca me llama así -Cuando llegue a casa yo mismo voy a hablar con tu hermano y le voy a pedir tu mano. Si me da su bendición o no me vale, tú pequeña vas a ser mi esposa-dijo muy seguro de sí mismo haciéndome reír.

-¿Quieres casarte conmigo?- pregunté sin creerlo.

-Lobita eso debo preguntartelo yo- se burló haciéndome reír un poco -Pero sí, ya es hora de que lo haga.

Aparté el teléfono de mi oreja y me cubrí con la mano libre la boca. Quería gritar pero no debía.

Logan me iba a escuchar, sería muy vergonzoso y los guardias al oírme gritar iban a subir corriendo a revisar y allí acabaría la llamada.

Sin querer puse el teléfono en altavoz y la voz de Logan se escuchó, él me seguía hablando y yo no había escuchado ni la mitad de lo que decía lo cual fue bueno ya que me hablaba de lo que no debía comer.

-...Nada de chocolates o algún dulce hasta que vuelva, amor. Los guardias ya lo saben y te los quitarán si te ven comerlos- gruñí molesta, su charla de lo que no podía comer me dio más hambre y tuve la intención de colgar y escabullirme en la cocina para comer, no lo hice.

-¿Cómo van las cosas por allí?- le pregunté.

No sé nada de la manada Half-moon, ni la ubicación exacta o quienes son los líderes, Logan no me había dicho nada, sólo que se llamaba Half-moon, que estaba en Estados Unidos y que debía irse.

-Hmm- dudó y se aclaró la garganta -Al principio difícil, tuve que amenazar a Jack con llevarme a su mujer e hijo. Eso funcionó y él comenzó a ceder, ahora está aprendiendo a ser un alfa y su nuevo beta es de mucha ayuda. Al parecer sus padres le enseñaron todo y yo me ahorro el trabajo de tener que enseñarle a dos cachorros en lugar de a
uno- explicó.

-¿Cachorros?- pregunté confundida.

¿Qué edad tendrán?

-No son exactamente cachorros, ambos ya maduraron y son adultos, pero el futuro alfa es rebelde, se parece a mí de joven- se rio.

Intenté imaginarme a Logan como un chico rebelde, odiando a su manada y sin querer aceptar responsabilidades.

No lo logré, el Logan que conozco va de reunión en reunión y le encanta dar órdenes.

-¿Y cuándo vuelves?-esto es por lo que me moría de ganas de saber desde el principio, aunque también me daba miedo que me diga que en unos meses.

Eso destruiría mi corazón.

-Genna estás triste de nuevo- murmuró -Sabes ¿Qué te parece si vuelvo mañana?

Mis ojos se pusieron dorados y brillaron en la oscuridad.

-¿De verdad?-pregunté con emoción, dolería infiernos si era una broma.

-De verdad, esta noche viajo y seguiré ayudando a Jack desde casa. Tax te extraña y yo también, además ya me tiene cansado con lo de que quiere que nuestro bebé tenga su cola y las orejas bonitas de Tiara- me explicó y mi loba comenzó a llorar.

-¡Son tan lindos! Tengamos otro cachorrito, uno luego de este ¿Te parece?- me preguntó Tiara y sacudiendo la cabeza negué.

No más cachorros por un tiempo.

Primero debemos superar la prueba número uno: Tener al bebé y luego ir viendo cómo Logan y yo, dos inexpertos en bebés, reaccionamos a las nuevas situaciones.

-Te quiero Logan-bostecé
-Aquí es de noche- le expliqué ya que él pensaba que estábamos en el mismo horario.

-Cierto, lo siento lobita, estaba tan emocionado por al fin tener un tiempo libre que no me detuve a revisar la hora de allí- se disculpó.

-Está bien, te amo y ten mucho cuidado, recuerda que la manada sigue cerrada.

-Lo sé, cariño. Tú también ten mucho cuidado y protege a nuestro cachorro que mañana cuando llegue volveré a hacerlo yo, te amo, descansa.

Y colgó.

-Luna- alguien dio suaves golpecitos a la puerta y me levanté a abrirla.

Era Luck.

-Gracias- le devolví el teléfono y él se me quedó viendo, serio.

-¿Podemos hablar?- me preguntó, miré mi habitación y me pregunté si sería correcto dejarlo entrar.

-Está bien, sígueme- salí por la ventana y trepé al techo para estar a la vista de todos y que luego no malpiensen.

-¡Luna bajese de ahí!¡¿Está loca o lamió un sapo venenoso?!- exclamó desde mi ventana, reí a carcajadas y esperé a que subiera.

Se tardó bastante.

-Usted está loca- bufó al verme muy cómoda y se sentó a mi lado pero no muy cerca.

-¿Cómo diferencias los aullidos?- tal vez ir directo al grano no sería lo mejor, él se siente incómodo, está muy tenso y eso hace que yo me sienta incómoda.

-Es...es fácil- se aclaró la garganta -Todo se trata del poder del lobo, si un alfa aulla todos lo sentimos, su poder es superior al de los demás y nos sacude más fuerte. En cambio si alguien como yo aullara la sacudida sería más tenue y la diferencia sería más grande- me explicó.

-Entonces si yo aullara ¿Cómo se oiría eso?- quise saber.

-Su poder es como el del alfa, pero no es igual, si usted aullara todos la reconoceríamos por su fuerte y a la vez suave aullido.

-¿Y si alguien tuviera el mismo poder?¿Se oiría igual?- esto me da tanta curiosidad, hay muchas cosas que no sé.

-No, cada quien tiene su propio llamado, el aullido suena diferente en todos aunque si alguno se pareciera la mejor forma de reconocer al dueño es oyendo la intensidad, el alcance y la forma en que te afecta.

Si te sacude con fuerza al punto de que debes agachar la cabeza, es alguien fuerte, tal vez por su edad o por su rango. Si es por la edad esa persona sonará potente pero no te causará mucho efecto, en cambio si es alguien joven y tiene un rango alto, su voz tal vez no sea potente no obstante su poder sí.

Lo explicó todo tan fácil que ya quiero comenzar a practicar.

-Gracias- le sonreí con sinceridad, tal vez yo le caigo mal pero él a mí no, parece un buen chico aunque es obvio que es mayor que yo.

-Luna- bajé la cabeza del cielo azul y me giré a ver a Luck, él me observaba -Voy a renunciar-habló -El alfa me ofreció un puesto, él quiere que sea su guardia personal- me explicó
-No soy el indicado, pero espero que no lo tome como una ofensa.

Bajé la mirada y asentí.

-Está bien, gracias por cuidarme estos días Luck, lo aprecio- le sonreí y creo que lo tomé por sorpresa cuando lo abracé.

Él se tensó y como si no hubiera dado un abrazo en años, me correspondió con desconfianza.

Me separé, le eché un último vistazo al cielo nocturno y él me ayudó a bajar aunque no se lo pedí, ni lo necesité.

-Me quedaré hasta que el alfa vuelva- susurró desde la puerta -Y Luna- me miró a mí y luego vio más a bajo -Descansen.

. . .

Me desperté muy animada esperando que Logan ya estuviera aquí, mi cama estaba vacía pero no descarté la idea de que él podía estar abajo, así que me duché, me arreglé e hice una mueca cuando bajé y no lo encontré.

Ambos guardias dormían, en silencio preparé el desayuno y aprovechando la situación comí dulces de la heladera.

-Luna- me paralicé -El alfa nos dejó intrucciones claras de que no la dejemos comer muchos dulces-bostezaron y gruñí.

Cerré la heladera, el aire que provocó la puerta atrajo el aroma de la sangre al final del cajón y entonces pasó.

Mi garganta comenzó a arder, mis ojos se volvieron rojos, mis garras transformaron mis manos y tuve que clavarlas en la puerta para controlarme.

Este no era el momento, ellos no tienen que saber lo que yo soy. Si bien huelo diferente eso se a solucionado con el aroma de Logan impregnado en mí y no se nota.

-¿Luna?- oí ambos sofas moverse.

-No se acerquen, estoy bien- escondí mis manos dentro de la heladera y rindiéndome al deseo bebi la sangre en la jarra, vacíe su contenido en casi nada y mis garras desaparecieron.

-Luna- Luck estaba detrás de mí -¿Usted es caníbal?-

Su pregunta me tomó por sorpresa, bebo sangre porque soy mitad vampiro y hasta ahora nunca se me hubiera ocurrido que ellos al ser lobos lo tomaran como canibalismo.

-No- sacudí la cabeza -Soy mitad vampira.

Ambos subieron las manos a sus cuello, protegiéndose.

-No voy a morderlos-susurré intentando que no me temieran.

Cuando era niña Lion y Loan me dejaban jugar en el bosque con las ardillas, muchas veces se iban por días a la ciudad, a trabajar, a comprar alimentos y los suministros necesarias para protegernos y siempre me decían lo mismo antes de irse: No muestres tus colmillos, no digas que eres. Todos piensan que los vamos a atacar, nadie se detiene a pensaré en que no somos malos.

Le eché un vistazo a ambos lobos, eran altos, serios, podrían dar miedo si se lo proponían, pero no eran malos y aún así me miraban aterrados y entonces recordé algo. Una ocasión en la que yo, una niña de once años le decía a Logan que no le iba a hacer daño a nadie:

-Soy mitad vampira y loba- las palabras se me habían escapado, la caricia de su mano a mi mejilla se tornó helado por el miedo y abrí los ojos viéndolo asustada
-No le haré daño a nadie- recuerdo que susurré bajando la mirada.

En ese momento quería a mis hermanos, ellos me hubieran dicho: No eres un monstruo, eres una hermosa princesa que tiene a su príncipe hermano y a su fiel guerrero para protegerla.

-Confío en ti y yo tampoco te haré nada- fueron las palabras de Logan, era el primero que me respondía de la misma forma, como si los demás también lo hubieran juzgado antes.

-¿Eso duele?- preguntó Luck trayendome a la realidad.

Me giré y él estaba detrás de mí.

-La mordida- aclaró tomándome por sorpresa, no creí que se acercaría tanto.

-No, es placentero- le respondí.

-¿Para usted o para la vic...donador?- trató de ocultar lo que iba a decir con otra palabra, no le salió.

-Para la jarra- dije bajando los ojos a mis pies -No bebo sangre de seres vivos

-Lo siento Luna.

El resto del día se pasó rápido, descubrí que Luck solo tiene dos años más que yo y qué es muy curioso. Me preguntó muchas cosas acerca de los vampiros y cada vez se le ocurrían más y más preguntas, por otro lado Ariel se mantenía callado y hablaba cuando era necesario, aunque me aseguró que no me temía y que el problema no era conmigo.

Al llegar la noche y no saber nada de Logan comencé a preocuparme, mis hermanos tampoco estaban y ambos guardias, en especial Ariel, no despegaban los ojos de mí.

-Luna- dí un respingo del susto, estaba tan concentrada acariciando mi vientre que no noté cuando Ariel se sentó junto a mí -Si tiene sed- se aclaró la garganta, no me veía a mí, veía mi vientre -Puede beber de mí, el cachorro debe tener mucha sed...- comenzó a decir y sacudí la cabeza.

-Estoy bien- sonreí, pero mi sonrisa desapareció cuando Tiara habló.

-No lo rechaces, necesitamos mucha sangre, Logan está comiendo carne y nosotras debemos beber sangre- dijo mi loba.

-Estoy a su servicio, Luna. Puede hacerlo, no queremos que su heredero muera de hambre- se levantó para alejarse.

-No quiero incomodarte- murmuré.

Él se giró y regresó a mi lado, se desabrochó un poco la camisa y asintió hacia mí.

-Adelante, Luna- ofreció.

-Logan te matará si vé las marcas en tu cuello- sería muy molesto para él que lo mordiera, incluso más si le pasaba la lengua para curarlo así que lo descarté
-¿Puedo usar tu muñeca?- le pregunté y asintió, se acomodó la camisa y estiró su brazo en mi dirección.

Pasé mis dedos por sobre sus venas sintiendo el flujo de sangre y su pulso y él comenzó a hablarme, tal vez para que yo no estuviera tan nerviosa o para que él no lo estuviera.

-Se que se pregunta porqué soy así, callado, serio, misterioso- cerró sus ojos -No es intencional, no puedo evitarlo- me explicó.

Quise preguntarle por qué, pero no me animé, aunque igual lo supe pues él procedió.

-El alfa conoce mi historia, me asignó a usted porque sabía que nadie más la protegería como
yo- se puso cómodo con su espalda contra el sillón. -Mi mate murió hace unos años- sentí el aire escaparse de mis pulmones -Llegué tarde a una cita, al conocerla no me atreví a marcarla, estaba asustado- gruñó -Su rango era superior al mío y ella sí me marcó, no le importó que no me atreviera a mirarla o que la hiciera caminar por delante de mí para no avergonzarla- sonrió con melancolía -Y esa tarde durante la cita sabía que ella me iba a proponer matrimonio, yo no me animaba así que ella tomó las riendas. Llegué treinta minutos tarde para darle tiempo de arrepentirse, sin embargo ella estaba allí cuando llegué, sonreía, me miraba, no se perdía nada.

Presionó su muñeca a mi boca, quería que lo mordiera.

-Yo...

-Adelante- alentó y con muchas dudas lo hice, sus ojos se abrieron grandes y al igual su boca, un gemido escapó de su garganta, el placer de mi mordida lo había tomado por sorpresa. -Ella murió esa misma tarde cuando atacaron la manada- jadeó -Yo no morí, deseé haberlo hecho pero no estaba unido a ella como debería, mi marca no estaba en su cuello y yo era suyo, pero ella no era mía.

Volvió a cerrar los ojos y sintiendo que mis sentidos se agudisaban me aparté, lamí su muñeca curándolo y me lo quedé viendo.

-Todos piensan que moriré en cualquier momento, que la luna sólo se está tardando en matarme y llevarme con mi amada- sonrió, parecía que él también lo esperaba -Pero nadie piensa que soy una lección andante, una forma de decirle al mundo "No seas imbécil, haz lo que debas hacer y no pienses en nadie más porque si no lo haces hoy, mañana ya no habrá tiempo". Debí casarme con ella, debí caminar a su lado, debí decirle cuánto la quería cuando pude- se levantó y se fue.

Me quedé viendo la puerta de la casa, Luck salió del baño venía caminando por el pasillo sonriendo.

-Luna ¿Tiene amigas?- preguntó más relajado ante mi presencia, iba a responderle que no, pero mi atención estaba en la puerta y en mi cabeza.

Lo que me dijo Ariel me dieron una razón para ser valiente y tomar una decisión, debía decirle a Lion del bebé, sólo así podría ser feliz y no cargar con el peso de la culpa o el miedo a que él me odiase.

Holaaa!!!

Él adelanto del próximo capítulo estará en mis historias de Instagram (mikaela.p93), entre las 17:00 y 17:30. (Hora de Argentina).

Saludos!!!

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