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🐺 Capítulo 47|Cachorrito

CAPÍTULO 47=Cachorrito.

Genna:

Logan estaba delante de mí, su mirada de oro se encontraba clavada en mis ojos, sus manos temblaban sobre mis mejillas y sus labios sangraban gotitas como si alguien lo hubiera mordido justo en la boca.

-No te enfades- me susurró bajando con cuidado sus manos de mis mejillas. -No lo planeé, sólo intento cuidarlos.

Habló en plural, pero eso no fue lo único que alertó mis sentidos, no. Había un extraño aroma en el aire, como chocolate puro y muy rico.

Comencé a buscar con la mirada, entre el bosque y los árboles que nos rodeaban. Era de noche y no estábamos solos.

Logan lo sabía y ahora yo también.

Un chillido se oyó detrás de los arbustos, mi corazón se aceleró como si me suplicará ir tras ese ruido.

-Genna no- Logan se interpuso cuando avancé dos pasos hacia los arbustos.

¿Por qué? Quise preguntar pero un aullido que viajó con el viento desde el lado contrario a nosotros me alertó aún más.

El chillido detrás de los arbustos volvió a escucharse y con desespero traté de acercarme.

-Detente- Logan me gruñó alertándome de que no me acerque, no le hice caso y me apresuré a llegar evitando a mi mate. -¡Genna!- gritó y entonces vi de quien provenían los chillidos.

En una canasta muy chiquita había un cachorro chillando, llamando a su madre.

-Genna-

Hice como que no lo oí y me agaché alzando al pequeño cachorro en sus brazos.

-¿De quién es?- le pregunté, el cachorro se sentía muy liviano y cálido entre mis brazos, no lo quería soltar nunca.

Logan me observó con preocupación y estiró su mano hacia el pequeño y dulce cachorro, le acarició la barriga y este le mordió los dedos jugando.

Otro aullido se escuchó a lo lejos.

-¿Logan?-pregunté asustada y cuando él cambió de forma me di cuenta de algo.

El pelaje del cachorro era hermoso como si el oscuro y negro pelaje de Logan hubiera sido combinado en iguales proporciones con el color blanco del mío y este gris del cachorro hubiera sido el resultado, también sus ojos eran oscuros e idénticos a los de Logan.

-¿De quién es?- insistí queriendo que confirmar mis sospechas o las negara.

Él no dijo nada pero gruñó delante de nosotros a la oscuridad del bosque cuando todo un ejército de lobos enormes y fuertes salió de la oscuridad y nos acorralaron.

-Genna protege al cachorro- me ordenó -Yo los protegeré a los dos

Un lobo saltó sobre mi mate y Logan lo mató con rapidez.

Los demás comenzaron a atacarlo turnándose como si lo disfrutaran y quise cambiar de forma, era mi deber ayudarlo pero no podía porque si lo cambiaba de forma el cachorro que gruñía en mis brazos se me iba a caer

-Protégelo- Logan repetía una y otra vez esas palabras en mi cabeza -Protégelo- dijo una última vez cuando el bosque a nuestro alrededor comenzó a desvanecerse...

-¡Genna!

-¡Logan!

Nos despertamos gritando muy asustados. La luz de mí habitación estaba apagada aunque eso no hizo problema ya que mi ojos se adaptaron fácilmente a la oscuridad y al girarme a buscar a mi mate él había hecho lo mismo y ahora me abrazaba.

-Genna- inspiró mi aroma y suspiró relajándose -Te amo, los amo.

-Y yo a ti también...

Me quedé helada al escuchar su forma tan relajada de hablar en plural, como si el sueño hubiera sido real.

-¿Fue un sueño?- pregunté preocupada por el cachorro, pero él creyó que yo estaba asustada por lo del ataque y no era así, estábamos aquí, nadie nos atacaba pero ¿Un bebé?¿Podría ser que Logan me haya engañado y por eso no me quería decir en sus sueños de quién era ese cachorro?

-Fue un sueño, ustedes están bien- me prometió y comencé a alejarme con demasiado miedo, Logan no sería capaz de engañarme, no quiero creerlo.

-Tenemos que hablar.

Le dije y seguí alejándome a la pinta de la cama.

-Está bien, cariño...¡Genna cuidado!- me apretó las muñecas y me subió a la cama cuando estuve a punto de caerme. -Cuidado cachorrita, debes tener mucho cuidado ahora.

-Sólo iba a tocar el suelo- reí queriendo calmar su miedo a perderme pero él no en hizo caso y respiró más agitado sobre mi hombro aferrándose a mí sin querer soltarme nunca.

-Te embaracé.

El susurró sonó como un grito para mí, me sentí aterrada de inmediato y lo primero que pasó por mi cabeza y que hice fue salir
de la cama, vestirme a las apuradas y correr hacia la puerta.

Logan me abrazó por la cintura para que no me fuera cuando atravesé el marco.

-Amor- afirmó sus brazos alrededor de mi cintura. Me sentí en una jaula.

-Dijiste que usaste los globos- me aferré a la pared. Si la soltaba, lo que dijo se haría realidad y es muy temprano para asimilarlo, así que clavé mis garras en el muro y le impedí tener acceso total a mi cintura.

-Los utilicé menos la otra noche cuando me echaste- recargó su cabeza sobre mi hombro -Traté de darte una pastilla para que...

-No hables- me giré y le cubrí la boca -No hables- repetí apunto de llorar -No lo hagas- bajé mi mano libre a mi vientre y cerré mis ojos.

Otra vez sentí el peso de las dos almas y una corriente llena de vida en mí, en ese momento entendí que definitivamente no estaba sola.

Había otra alma conmigo, otra cosita ocupando mi cuerpo, respirando el mismo aire, alimentándose de la misma comida...

Logan cubrió mi mano sobre mi vientre con la suya, me abrazó y mi mano que tapaba su boca cayó a un lado de mi cuerpo.

-Somos tres ahora- susurró en mi oído dándome besos que fueron dulces, ricos con las cosquillas de su lengua a mi pulso y me hicieron relajar un poquito-Pero sólo si tú quieres, cachorrita.

Cerré mis ojos conteniendo en vano las lágrimas que de todas formas mojaron mis mejillas y respiré tan calmada como pude.

-¿Para qué es la semana de celo?- me lo debía, ahora iba a tener que decírmelo todo.

-Para aparearnos y reproducirnos- explicó frotando sus manos en mis brazos dándome calor.

-¿Por qué me lo ocultaste?- no estaba enojada, sólo algo asustada.

-Tenía miedo de que si te decía te asustarías- respondió. Acomodé mi cabeza en su pecho y cerré los ojos.

-¿Por qué no tuviste hijos antes de mí?- quería saberlo todo.

-Las otras no eran las correctas, tú sí lo eres. Tú eres mi llama y yo soy el aire que hace crecer tu calor o estamos juntos o no estamos con nadie.

Ronroneé.

Por esas cortas palabras y muchas otras cosas lo amaba, pero si quería hablar con tranquilidad necesitaba decirme más cosas de ese tipo.

-Se necesita más que una llama y aire para mantener el fuego encendido, Logan- susurré para ver qué me decía a continuación, siempre parece tener respuestas a todo y ahora las quiero a todas.

-Los pijamas de osos panda, las pequeñas cosas como las sonrisas, los besos, la miradas de cariño, dulzura y deseo, todo eso y más se han convertido en nuestra leña, cada una a mantenido encendida la llama, Genna.

Me alzó la barbilla y se inclinó a besar mis lágrimas.

-¿Por qué te amo tanto, Logan?

Mi voz tembló al tratar de reprimir un sollozo.

-¿Por qué te amo de la misma forma, Genna?- preguntó y con cuidado me levantó en sus brazos -Te juro Genna que no te faltará nada, seré un buen esposo, un buen padre, seré todo lo que necesites, te daré todo lo que necesites.

Me llevó a la cama y me dejó sentada mientras recogía ropa de mi armario.

Tomé su mano cuando pasó por delante de mí y llorando lo besé en la mejilla.

-Te amo Logan- confesé tan alto como pude, el nudo apenas me permitía hablar.

-Ay cachorrita- arrojó la ropa sobre la cama y me abrazó, lo necesitaba tanto como yo. -Sé que es difícil, sé que no estás lista y por eso tú seguirás siendo nuestro timón. Elige que hacer, no me enojaré, estaré a tu lado decidas lo que decidas.

Me dijo y sentí como se despedía de la segunda alma, me acariciaba con dulzura la panza y de sus ojos caían lágrimas de sangre. Su alma estaba llorando.

-Logan- le alcé la mirada -No le voy a hacer daño, te quiero a tí y a él...o ella.

Reí sin saber cómo referirme a el cachorro.

-¿Estás riendo?- preguntó confundido, quitó el cabello de mi cara y lo peinó hacia atrás
-Estás sonriendo-repitió feliz.

-Estoy sonriendo- reí -Pero tú le dirás a Lion.

Soltó una carcajada y me alzó en sus brazos y empezó a girar conmigo.

-Eres la mejor- me besó y volvió a marearme, digo a girarme.

-¡Mi cabeza!- grité asustada y me bajó antes de que tocara con los pelos el techo -¿Por qué quieres matarme? Te dije que los quiero, lobo malo.

Reí con nerviosismo y él se disculpó y me abrazó sin sacarme del piso.

-Te amo lobita, te amo cachorrita, te amo Genna wolfblood de Strike y a ti también pequeño alfa.

Sonreí tratando de secar mis lágrimas e inconscientemente llevé mis ojos a mi mano, el anillo de luna seguía en mi dedo anular pero su mano no llevaba anillo alguno.

Me separé, él protestó sacándome otra sonrisa y me encerré en el baño, busqué entre mis pertenencias privadas el anillo el cual escondí allí para que Lion no lo encontrara y me lo quitara y salí con el anillo dentro de mi puño cerrado.

-Yo le diré a tus hermanos mientras tú corres lejos del sermón a la casa de Alec.

-O podrías decirles que te elegí y que ya estoy lista para ser tu luna- le puse el anillo en la mano.

-Genna- lamió mi mejilla provocándome cosquillas -¿Quieres casar...

Su celular sonó y lo que iba a decir quedó en nada, gruñó molesto y tomó el aparatito.

-¡Carajo!- rugió y me llevó fuera de la habitación, me cargó en su hombro sin darme tiempo a decir nada y bajó conmigo las escaleras, atravesamos la manada descalzos, en shorts y remeras de dormir y para colmo me llevó al centro de la manada al edificio de reuniones.

-Logan ¿Me vas a decir que pasa o...

-Tengo que viajar- gruñó de mal humor y al avanzar por los pasillos vimos a Alec, Jeins, Laya, los padres de Logan y otras personas en pijamas y recién despiertos esperando nuestra llegada.

-Hola- saludé desde arriba sin saber que decir sobre porqué Logan me cargaba y no me dejaba caminar como persona normal.

Alec rio, Jeins contuvo la carcajada y Laya me guiñó el ojo mientras que el padre de Logan le gruñía y su madre estaba lo bastante dormida como para solo alzar su mano y entrar en la sala junto a nosotros.

Logan me sentó en una de las dos puntas de la mesa y vio hacia el otro lado, la silla que según entiendo le corresponde a él. Gruñó y me alzó, se sentó él en mi silla y me ubicó sobre sus piernas.

-Ahora sí- me sonrió a mí y miró con seriedad a los demás
-Tomen asiento y hablen- ordenó.

Los padres de Logan fueron los primeros en tomar asiento y todos los demás lo siguieron pero algunas personas quedaron paradas puesto que la única silla libre era la de Logan y nadie que no sea él tenía derecho a sentarse allí.

-Ten- Alec empujó un teléfono por la mesa y este se deslizó hasta llegar frente a nosotros, Logan lo tomó y leyó el mensaje.

"Alfa Strike, se necesita con urgencia su presencia en la manada Half Moon. Nos encontramos en peligro, el alfa murió, el heredero se niega a aceptar su puesto y los rogues merodean"

La noticia provocó escalofríos por todo mi cuerpo.

-Déjame ir a mí- dijo Jeins.

-No, tú te quedas- se opuso Alec -Logan déjame ir a mí, si yo voy y me pasa algo Nathan me reemplazará y será tu nuevo beta, la manada no sufrirá cambios.

Jeins volvió a hablar:

-Hermano yo soy sólo un príncipe más, si tú o Alec van, la manada perderá. No puedes poner a un cachorro como beta, tampoco podemos perderte, así que piensa. Sabes que soy tu mejor opción- le dijo.

Alec volvió a gruñir, se estaban protegiendo entre ellos.

-Ninguno de los dos irá- les avisó Logan y antes de que protestarán levantó su mano haciéndolos guardar silencio.
-El mensaje decía alfa Strike, soy yo así que yo voy, largo todo el mundo.

Bajé mis manos a mi panza y comencé a llevar en silencio.

-Lobita no estés triste, esto sucede todo el tiempo- trató de hacerme creer -Iré, pondré orden en la manada aliada y volveré justo a tiempo para complacer tus antojos- me prometió.

-¿Pero y si no vuelves?- sentí un rasguño en el pecho, mi corazón sufría.

-Claro que volveré, soy tu mate y siempre voy a estar a tu lado mi amor.

Sacudí la cabeza, ir es lo de menos por ahora, salir es lo peligroso, la manada está cerrada por algo.

-Logan esto debe ser una trampa, cerraste la manada porque nos pueden atacar los lobos salvajes, ellos quieren venganza. Por favor, amor, quédate.

Tenía que escucharme, este no es momento para que sea cabezota.

-No me sucederá nada, lobita. Llevaré guardias conmigo y dejaré guardias contigo, recuerda que si tú estás a salvo yo también lo estoy.

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