🐺 Capítulo 45|Pesado.
CAPÍTULO 45=Pesado.
Genna:
Esta es la noche más calurosa de todas, mi cuerpo está tan sudado que tranquilamente cualquiera podría pensar que me di un chapuzón en la laguna.
El aire acondicionado está apagado, las ventanas están cerradas y Logan puso muchas mantas en la cama ¡Me estoy muriendo!
—Logan— lo sacudí por el hombro —Logan—piqué su mejilla —Lobo malo, despierta— le pedí y abrió los ojos haciéndome reír ya que reconoció su apodo y no su nombre.
Miró hacia todos lados, luego me vio a mí, se giró y me pasó la pierna por la cintura.
—Genna, duerme—murmuró volviéndose a dormir provocándome más calor con el peso de su cuerpo.
—Logan— traté de salirme de debajo suyo y gruñó.
—Genna... resfriará, no lo permitiré— murmuraba y dormido me acariciaba la panza.
—Logan— lo intenté una vez más pero como no me respondió y la habitación cada vez se parecía a u sauna me lo quité de encima y me bajé de la cama.
—Genna— con los ojos cerrados comenzó a buscarme en la cama y al cabo de unos segundos, cuando no me encontró, abrió los ojos y miró hacia todos lados.
Encendí la luz sin prestarle atención y empecé a quitar todas las frazadas, mantas y lo que sea que haya puesto para que yo no tenga frío en una de las noches más calurosas.
—¿Qué haces?—preguntó y se levantó tratando de impedir que yo siguiera quitando las mantas.
Me detuve cuando me tomó de la barbilla y suspiré alzando el rostro y llevando mis manos a sus antebrazos.
—Logan hace calor, yo sé que estás con los sintomas de la semana de celo, pero no puedes ser tan sobreprotector. Durante el día me hiciste andar de aquí para allá con una chaqueta de invierno y ahora me abrigas como si viviéramos en el polo norte. No puedo dormir así y necesito que me dejes ir al baño sola o bajar las escaleras por mi cuenta...
—Ya abrazame y vuelve a la cama—sonrió.
Wow, wow ¿De qué me perdí? creí que iba a protestar.
Me paré de puntitas y sobre su hombro ví mi reloj rosa que Lion colgó en la pared.
Seguí el movimiento de las agujas y me sorprendí al saber que la hora es 2:30 AM. El tiempo había pasado volando y yo que creía que apenas eran las doce.
—¡Ya estamos en el último día de esta semana!—chilló Tiara, jamás la había oído tan feliz. —Por eso no se enojó, su etapa sobreprotectora ya pasó y...oh oh
No me gusta ese oh oh.
—¿De qué se trata esta última fase?¿Qué significa ese oh oh?— le pregunté algo inquieta porque Logan en vez de dejarme volver a la cama me atrapó entre sus brazos y bajó sus manos por mis brazos acariciándome.
—No hay una nueva fase—me respondió, pero algo en su voz no me convenció.
—Estás desnuda— ronroneó el lobo malo en mi oído —Muy desnuda— confirmó bajando sus manos a mi entrepierna y rozando mis muslos.
—Logan— comencé a decir algo nerviosa. Nada más lo hemos hecho una vez, en el bosque bajo el eclipse y me dolió cuando entró, luego el dolor pasó y se sintió maravilloso pero no sé si quiero sentir de nuevo ese dolor como si me estuvieran rompiendo.
—Dime que no y seguiré esperando— lamió mi mandíbula, parecía haber leído mis pensamientos.
—¿Me va a doler?— le pregunté y el alivio que sentí cuando sacudió la cabeza fue enorme, aún más que cuando lo pude despertar hace unos minutos.
—No, no te haría daño— alzó mi barbilla y se inclinó acercando mi boca a su cuello —Muérdeme— pidió con deseo.
—Te lo dije, no hay fase, es como el día uno. Ellos sólo quieren una cosa— se burló Tiara y Logan me tomó por sorpresa al presionar su cuello en mi boca obligándome a morderlo.
Está vez no tuve cuidado, no quería lastimarlo, pero es que no me dejó ver hacia dónde mordía y pronto ssu sangre comenzó a deslizarse por mi garganta, gemí pidiendo más y me paré de puntitas de pies para llegar más e intensificar el placer de la mordida.
Comencé a sentirme mareada y extasiada al mismo tiempo y cuando Logan se separó para abrazarme y acarició mi vientre, este estaba cubierto por la sangre que se había deslizado por mi boca hasta llegar a mi ombligo.
—Te amo lobita— me alzó en sus brazos —Pero sin intenciones de que suene machista eres mi mujer y me debes que
complacer— me llevó a la cama y comenzó a besarme y a hacerme cosquillas para que yo me relajara...
. . .
3:45 AM.
—¿Lobita?— Logan se giró a verme, hace tan solo quince minutos se quedó dormido abrazándome y susurrando cosas lindas en mi oído.
—¿Qué?— traté de acomodarme hacia el otro lado mirando a la puerta de mi habitación pero aún se sentía horrible e incómodo.
—¿No puedes dormir?— me quitó el pelo de la cara y lo acomodó sobre la almohada.
—No, me siento incómoda.— quité las sábanas y me metí al baño. También sentía como un peso extra encima, como si tuviera dos almas en vez de una.
Abrí el agua de la ducha y me colé dentro, la sangre de mi vientre seguía tibia y me costó bastante quitarla de mi cuerpo, parecía pegada a mi estómago.
Al salir me encontré a Logan caminando de aquí para allá cambiando las sábanas y hablando en voz alta con su lobo.
—No creo que esté cómoda, dame más opciones— dijo al ponerle fundas nuevas a mis almohadas y sin notarme. —No la llevaré a mi habitación, ya hablamos de esto. Antes tengo que cambiar todo, cientas de lobas pasaron por mi cama, sería injusto que— se giró y me vio
—Genna.— abrió mucho los ojos y la almohada se le cayó.
—Fuera— apreté la toalla a mi pecho y le señalé la puerta.
—Cachorrita...
—No, afuera— le gruñí apretando los dientes para no enseñarle mis colmillos.
—Genna no es lo que crees, estaba hablando con Tax de
—Sé de lo que estaban hablando y lárgate.
No eh dormido en toda la noche por su culpa, primero el calor insoportable, luego cuando nos acariciamos (Aunque de eso no en quejo), y ahora me sale con esto. No, definitivamente hoy no pasaré el día con él, me cansé de la semana de celo.
Cómo no se movió le abrí la puerta.
—Ve a dormir al sillón o a dónde sea— le dije de muy mal humor.
Malditas ex, deberían fumigar a tanta peste.
—No, esta es mi casa y no dormiré incómodo en un sillón mientras puedo dormir acurrucado a ti—me dijo con enojo.
—Logan Strike— gruñí, el enojo cargado en esas palabras me hizo temblar, es la primera vez que me enojo tanto —O sales de la cama y me dejas dormir tranquila o te corto el pene— dije recordando cuando Tiara se enoja.
—Bueno amor, si lo dices de esa forma tan amorosa— rodó los ojos y salió azotando mi puerta.
Al cabo de cinco minutos me acurruqué en la fina sábana y cerré mis ojos logrando imaginar el bosque, al viento soplando mi pelaje, los pájaros cantando y las ramas de los árboles sacudiéndose.
—Sigue— ronroneó Tiara disfrutando de los recuerdos y como se siente estar en el bosque.
Logan:
—El alfa durmiendo solo. Soy patético—gruñí, golpeando la almohada y quitando las sábanas de la cama.
—Sí, sí, bueno. Pasemos a un tema nuevo—
Maldito Tax.
—¿Qué quieres?— le gruñí dándome la vuelta, quedando boca a bajo contra la almohada.
—¿Recuerdas el trato entre Loan y tú?— titubeó antes de seguir y se apresuró porque sabía que yo lo iba a interrumpir —Pronto, se adelantó y necesitamos la lista de las comidas. Los cachorros alfas siempre tienen hambre y debemos...¡Logan escúchame!
¡Joder, no!
Bajé corriendo de la cama, tropecé como tres veces en mi camino hacia la cocina y mis manos temblaron en la búsqueda de las pastillas que Lion trajo para Genna.
—Logan escúchame— protestó. —El cachorro será débil si no sigues una dieta de solo carne y ella
—¡Basta Tax!— tomé la pastilla, serví agua en un vaso y corrí escaleras arriba. Empujé la puerta y me di duro la frente contra la madera.
—Está cerrada— se carcajeó Tax.—Ay— suspiró —Márcala y en tres meses tendremos un cachorrito. Me alegra que me hayas hecho caso...
—¡Calla!
—Genna abre la puerta— golpeé con suavidad por si estaba durmiendo e insistí más fuerte cuando no respondió.—¡Genna es importante!— comencé a desesperarme.
—¡No!— gritó desde a dentro. Cerré mis ojos tratando de convencerme, de alejarme y solo dejar que suceda lo que la diosa quiere para nosotros y luego, cuando me dispuse a mover mis pies, la imagen de Genna abandonándonos regresó al igual que mi preocupación.
—Por favor, no quiero arruinarte la vida— apoyé la oreja en la puerta.
—Logan es muy tarde, quiero dormir— la escuché decir en un bostezo.
—Genna si no abres me vas a odiar— clavé las garras en la puerta, a este punto gran parte de mi estaba en plena transformación.
—No te voy a odiar, solo quiero dormir ocho horas— su voz se hoyó cada vez más apagada y el vaso se me cayó haciéndose trizas cerca de mis patas.
—Descansa— susurré y me retiré a mi habitación pero ya no pude dormir.
Más allá del deseo de formar una familia siempre estuvo ella, el sueño de encontrarla, de aprender a amarla y conocer todo de ella, pero también saber lo que quiere y mirando mi mano veo que ni siquiera estoy cerca de que me ame realmente.
—Ella nos quiere— Tax comenzó a entristecerse.
—Pero no nos ama, no como debería. Sino ya me habría devuelto el anillo de alfa, o al menos ponerse el suyo.— regresé a mi habitación y me eché junto a la cama sin intenciones de subir o de querer volver a ser humano.
La noche se me pasó en un pestañeo y cuando el sol entró por la ventana ya era de día, podía escuchar a los hermanos discutir en la cocina y a una voz femenina poniendo orden pero de Genna no oí nada hasta que volvió a oscurecer y escuché su puerta siendo abierta.
Me apresuré a salir en su búsqueda y tan rápido como salí de la habitación volví a entrar. Con tantas cosas en la cabeza olvidé darme una ducha y vestirme.
—¡Hamburguesas! Cena esta noche con Genna.— se entusiasmó Tax mostrándome todas los escenarios posibles que se le ocurrían. —¡Vamos a convertir la habitación en China o o en Nueva York...
—¡No! Está enojada, no me dejará ni llevarla a la esquina—me quejé y reparé en que el agua fría ya no salía y entonces recordé la primera vez que nos bañamos juntos y lo bien que se sentían sus manos en mi pecho, el calor de su espalda contra mi pecho y las estrellas que me hacía ver cada vez que se agachaba a buscar el jabón o algún producto.
—Sí pero te olvidas de lo divertido como el agua caliente, su pelo entrando accidentalmente en nuestra boca, el shampoo en nuestros ojos, el ardor de nuestra cara, luego las alergias porque era de coco...ayyy que lindo día.
No le encuentro la gracia.
—Yo sí, eras una pasa— se rió.
Cerré el agua, me envolví en la toalla y caminé mojado y lleno de jabón hacia la cocina.
—¿Quién abrió el agua?— gruñí recargándome en el marco de la puerta dejando las bocas abiertas de las dos mujeres que estaban junto a los apestosos.
Dos gruñidos las hicieron desviar la mirada y Loan miró hacia todos lados y luego levantó muy lentamente su mano.
—Fui yo, lo siento ¿Quieres agua?— me ofreció su vaso.
—No, quiero que se vayan— volví a mi habitación, me terminé de duchar y subí las escaleras.
La puerta de la habitación de Genna estaba abierta, ella no estaba allí. Busqué en las otras habitaciones y al asomar la cabeza por la ventana vi sus pies colgando del techo.
—¡Este es el momento!¡Now or never Logan!— chilló Tax obligándome a bajar, tomó el control de cada acción y preparó las hamburguesas, metió todo en una bandeja y corrió escaleras arriba.
—¡Genna!¡Oh Genna!— la llamó y nos sentó en la cama de ella mientras chocaba mis pies como niño chiquito.
A los pocos segundos escuchamos sus pisadas en las paredes y entró por la ventana como una ninja.
—Tú no eres Logan— dijo ella al ver mis ojos y Tax le sonrió.
—¿No, verdad?— tocó la cama y cuando ella no se movió la jaló de la mano y la sentó a nuestro lado.
—¿Logan está bien?— preguntó tan preocupada que no notó las hamburguesas.
—Sí, vivito y coleando, él no interesa. Ahora tú hermosa cachorra me dirás como te sientes— le pidió besándole la mano haciéndome gruñir pues solo yo le beso la mano.
—Tú, yo, igual a corazón Genna. Somos uno— me recordó y por la siguiente hora escuchamos a Genna hablar de todo, la loba hablaba tanto que empezaba con un tema y seguía con el otro y luego preguntaba "¿Qué te estaba diciendo?" Y empezaba de nuevo.
No me di cuenta cuando Tax me devolvió el control sobre mi cuerpo hasta que Genna me llamó por mi nombre y me besó en la mejilla.
—Estoy feliz de que no hayamos peleado— me abrazó —Me duele el pecho de solo pensar en otra noche separada de ti, Logan.
Moví un mechón que cubría sus ojos y busqué su cintura sin quitar mis ojos de los suyos.
—No volveremos a pelear, pero ya no me eches de la cama, fue una derrota y un alfa no pierde nunca— refunfuñé y la hice reír.
—¿Quieres saber las nuevas noticias?—se sentó en mis piernas y me envolvió tanto con su amor como con sus brazos, el cuello.
—Dime, quiero saber to...—una corriente muy fuerte me recorrió al meter mis manos debajo de su remera.
—Bien. Lion encontró a su mate, Nathan, Lila y Tristán están a salvó en su casa, pero están castigados por escapar al bosque durante la semana de celo y adivina qué— dijo con entusiasmo.
—No, no puede— traté de decir y siguió.
—La semana de celo acaba hoy y prometiste decirme para que
es— me hizo ojitos de cachorra que en otro momento hubieran funcionado, pero ahora no.
—No puedo— la bajé, cambié de forma y me fui en busca de Alec, él es el único que sabe de bebés y como se siente el padre al tocar el vientre de su loba...si es que está...
—¡Preñada!¡Dilo!— festejó Tax.
—¡BASTA! Ella no está lista, piensa en ella, por dios— le gruñí y comenzó a llorar.
—Pero la diosa...mi mamá decía que cachorro es igual a felicidad— sollozó.
—No en nuestro caso, ella aún no está lista.
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