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🐺 Capítulo 44|Sobreprotector

CAPÍTULO 44= Sobreprotector

Semana de celo= día 6-fase 6

Parte 1

Un aullido puede cambiarlo todo, una mirada diferente y nueva puede unir a dos personas, pero el cachorro que está sentado frente a mí y Logan y que nos ve con su pequeña cabeza inclinada hacia un lado, no sé si nos une o nos aleja.

Logan lo ve con amor, se acerca, le lame las orejitas y se gira a verme, en sus ojos puedo notar la confusión y guarda silencio por un rato hasta que habla y no logro comprender sus palabras.

—Pronto— es lo único que logra salir de su boca justo antes de que un enorme ejército de lobos los rodee a él y al cachorro.

Intento llegar a ellos, corro hasta incluso me arrastro clavando mis garras en la tierra cuando siento que me jalan y sigo luchando.

—Llora por ellos, propiedad mía, y tal vez tenga compasión por tu compañero y tu cachorro— esa voz hizo que me congelará en mi lugar, que dejara de luchar y los muchísimos lobos atacaron a Logan, él intentaba llegar a mí y a la vez protegía al cachorro pero eran muchos y no pudo hacer nada cuando el dueño de la voz me puso algo filoso en el cuello.

—¡No, Genna, tú no!— me desperté al mismo tiempo que Logan con el miedo haciéndonos compañía. Lo abracé y él cambió de forma dejándome debajo suyo y le gruñó a la habitación hasta que se dio cuenta de que nada más fue un sueño, un horrible sueño.

—Logan— dije agitada y con la voz ronca por recién despertarme.

Espera—bajó de mi cama y la revisó por si había algún peligro debajo. También revisó el baño, el armario y el pasillo antes de volver a subirse sobre mí y regresar a ser humano. —No quiero que salgas, ya no puedo perderte lobita.— recostó su mejilla en mi pecho y suspiró al sentir los acelerados latidos de mi corazón.

—No me perderás pero..— levantó la cabeza con preocupación

—¿Pero?—— se apoyó con sus manos al lado de mi cabeza y se acomodó para quedar a la misma altura de mis ojos.

—¿Qué fue ese sueño?— le pregunté y no me pude resistir a tocarlo. El impulso de sentirlo  fue tan intenso que una vez acaricié sus mejillas no me pude detener y continué bajando hasta que noté los músculos de sus hombros y brazos y más abajo el calor y dureza de su abdomen.

—¿Te refieres a "Pronto"?—preguntó repitiendo las palabras del sueño que compartieron nuestra almas unidas

—Sí ¿A qué te refieres con pronto? ¿Quién era ese cachorro?¿Por qué esos lobos los atacaron?¿Por qué lo protegías?¿Qué relación hay entre el cachorro y

—Respira lobita— me sonrió y le hice caso. Me tomé mi momento para respirar y esperé sus respuestas.

—Nada más puedo decirte, pronto.— se bajó de la cama y dejé caer mi brazo que en ningún momento había dejado de acariciarlo.

Quise bajar yo también, me senté en la cama y cuando mis pies tocaron el piso él puso sus manos debajo.

—El piso está frío, te vas a enfermar—me levantó los pies y me dejó una vez más sobre la cama —Si te bajas antes de que vuelva, te muerdo— sonrió y salió descalzo, con el torso al descubierto y con un pantalón de dormír como única prenda.

—Bien, te espero— reí y me acosté mirando hacia el techo para meditar los muchísimos significados de aquél sueño tan extraño.

—Tendremos un cachorro— Dijo Tiara tan directo que el corazón casi se me para.

Cerré los ojos y con preocupación bajé mi mano a mi panza. Al principio no sentí nada y luego tampoco.

—Aquí tienes— Logan regresó y trajo unas pantuflas negras, se sentó junto a mí, besó mis pies y me las colocó. —¿Vamos?— tomó mi mano y la besó —Te ves muy bonita despeinada— sonrió.

—Logan— me senté en la cama y junté mis piernas sobre mí pecho —¿Vamos a tener un bebé?—

Mi pregunta lo tomó por sorpresa, su sonrisa se fue, sus ojos se ensancharon con preocupación y bajó su oscura mirada a mis piernas que ocultaban mi panza.

—Tiara no debió decirte— murmuró confirmándolo.

—Pero...— sentí que mis pulmones no tenían suficiente oxígeno, que todo me daba vueltas y muchas preguntas abordaron mi mente.

—Respira— Logan me abrazó fuerte —Por esto no quería que supieras, cariño, mírame— negué y él insistió hasta que lo logró
—No haremos nada que no quieras, Tax no me dijo cuando pasará ni me habló mucho de eso pero sí me enseñó una imágen y no quiero que ver esa imagen en la vida real.

Guardó silencio como buscando las palabras y subió su mano acariciando con suavidad mi mejilla. Sus caricias reconfortaron una pequeña parte de mis miedos, pero la otra gran parte no.

—¿Qué te mostró?— hablé tan bajo que apenas yo misma pude escucharme. —¿Qué te mostró?— lo intenté una segunda vez pero él ya me había escuchado.

—Me dejabas, te ibas y me dejabas con un bebé— susurró cerca de mi cuello.

—¿Por qué haría eso?— Abracé su cuello y me acurruqué  buscando el consuelo de su alma.

—No tengo la menor idea mi amor— alzó y besó mi mano
—Tax es un misterio, acostumbra a decirme las cosas cuando ya es tarde o cuando falta mucho o en acertijo— gruñó —Pero pase lo que pase no te dejaré sola mi loba, entiendo a la perfección que hay cosas para las que aún no estás lista y te amo, nunca dejaré de hacerlo.

.     .     .

Logan=

Mi deseo para ella es que siempre sea feliz, que siga creciendo, que aprenda sobre la vida, las experiencias, el amor y los asuntos del corazón y si es posible que lo haga a mi lado.

No quiero ni deseo otra cosa, no necesito nada más que su felicidad y lo que está sucediendo con su prometido —El cual pienso matar—  y el supuesto embarazo que aún no pasa, me hace poner en duda sobre lo que hago respecto a ella.

—Desearía vivir en una torre donde los únicos habitantes seamos tú, yo y el amor respirando en nuestras nucas— susurré en su oído y casi de inmediato, tan rápido como un parpadeo las rojizas mejillas me sonrieron.

—Eso no podría ser posible— se levantó y susurró en mi oído
—Lion no nos dejaría— rio y se encerró en el baño.

Media hora más tarde estaba bañada, arreglada y sonriéndome mientras tomaba mi mano al caminar.

—Espera, el enemigo está frente a nosotros— gruñí buscando una salida alternativa para que mi loba no se hiciera daño y al final la cargué y bajé cuidadosamente las escaleras.

—Logan, puedo caminar— dijo mirando hacia abajo.

—No, te caerás, te perderé y moriré de tristeza— la bajé en el suelo firme y tomé su mano por si se había mareado al bajar y debía sostenerla.

—No me iba a pasar nada, son diez escalones Logan— se rio y le gruñí.

—Esos diez escalones son tus enemigos desde ahora, Genna. No los subestimes porque tropezarás y caerás de geta...

—Bien, bien. Los escalones son peligroso, la semana de celo te afecta, ya entendí— sonrió
—Ahora ve a sentarte que debo hacer el desayuno para tres hombres gruñones y hambrientos— me dió la espalda y comenzó a alejarse.

—No mi loba— atrapé sus manos y se las guardé en el bolsillo de la ropa —Si te quemas me gustes porque no fui capaz de protegerte así que ve al sillón y mira la pantalla apagada como niña buena— besé su frente y saqué los ingredientes de la heladera.

—¿Por qué tiene que estar apagada?— preguntó desde la sala.

—Porque la romperé si te oigo decirle una vez más "Te amo" a ese tal Noah— gruñí molesto y preparé el desayuno con rapidez para volver a su lado.

Al terminar serví el desayuno y fui por los hermanos con la intención de tirar de sus orejas si no se levantaban.

—¡Loan!— el grito de la mujer me provocó repulsión y mi estómago se revolvió, continué caminando por el pasillo dispuesto a matarlo y por cada paso que daba los gritos se hacían más fuertes y mi estómago me pedía a gritos ir al baño a vomitar.

—Que bonita sensación, Tiara debe estar orgullosa de tener tanto control sobre nosotros que incluso oír a otra mujer gemir nos hace mal.— se rio Tax con felicidad —Amo a esa loba, ahora entiendo porqué tendremos un cachorro con ella, el cual impedirá guerras y será muy valiente— me detuve en seco y me sostuve de la pared, solo quedaban unos pasos y ya no podía caminar sin hacer arcadas.

¿Cómo es eso de que él cachorro impedirá guerras?— golpeé la puerta de Lion para que se levantara.

—Apestoso, el desayuno está listo— di dos pasos más y golpeé a la puerta de Loan.

—Sí, lo que escuchaste. Impedirá guerras, será valiente y hará travesuras, como Genna— lo sentí alejarse justo a tiempo cuando la mujer dejó de gemir y la puerta se abrió.

—Estamos ocupa...— tomándolo del cuello lo saqué de la habitación.

—Me agradabas— le gruñí e hizo puchero.

Su lobo bajó las orejas— se burló Tax.

—¿Y ahora no?¿Por eso me arruinas las caricias amorosas?— odio sus términos, los míos son mejores.

Al tutifruti nadie lo vence.

—Te permití traer a tu loba para que la protejas no para que tú hermana tuviera que desayunar con sus gritos— lo solté y retrocedí dos pasos.

—Lo siento, no puedo controlarme. Es mi primer semana de celo con alguien que me importa— murmuró viendo la puerta.

—No me hagas esa cara que no me conveces— le gruñí —Tú y ella se van— comencé a caminar.

—Pero...

Bufé y golpeé de nuevo la puerta de Lion.

—Y te llevas a tu hermano.— dos por uno. —Les compraré una casa en la manada que no esté al lado ni cerca, pero que esté dentro de mi territorio. Pueden venir de visita las veces que quieran y a cambio me dirás qué comidas son las favoritas de tu hermana— le dije y él sonrió y luego negó.

—No podemos aceptar una casa, Logan haces mucho por

—No hago nada por tí y mucho menos por él— insistí con los golpes a la puerta —Algo llegará pronto y tengo que estar preparado— me cansé y bajé.

Si Lion no quiere desayunar ese es su problema.

—¿Estás bien?— preguntó Genna al verme, le sonreí con cariño y me senté a su lado.

—Si te veo a ti estoy perfecto— lamí su mejilla y le serví más comida.

—Logan mi plato está lleno— comenzó a decir y le metí el pan en la boca.

—Si no comes te vas a desmayar y morirás y no quiero que mueras porque sino yo moriré y

—Vale— se rio —Comeré pero tú también— me metió un pan en la boca y con diversión lamí sus dedos.

—Lo haré— le prometí comiéndome el pan y le quité la cuchara cuando se la estaba llevando a la boca —¿Quieres que sople por ti a si no te quemas?—le pregunté.

—No— volvió a reír, hoy está muy feliz —Yo puedo— me sonrió y la conversación que quise tener acerca de su salud quedó en nada cuando dos híbridos y una loba bajaron por las escaleras y se unieron a nosotros en el desayuno.

—Buenos días, alfa— la loba me hizo una reverencia y se quedó parada a un metro de la mesa.

—¿Qué sucede?— le preguntó Loan con preocupación —¿Te hice daño? Discúlpame, pero eres tan bonita y hueles también que

—Puedes sentarte— interrumpí a Loan antes de que me vuelva a sacar de quicio y provoque que lo eche antes del mediodía.

—Gracias, alfa— se acercó a la mesa y le hizo una reverencia a mi loba —Luna— inclinó la cabeza y tomó asiento entre los dos hermanos que la miraban como si estuviera loca.

—Hola— murmuró Genna con timidez y pronto la mesa se volvió un bulliceo ya que ambas mujeres no dejaban de hablar sobre las cosas que les gustan.

—Toma nota— me dijo Tax.

—Ya lo estoy haciendo— me le adelanté y disfruté del echo de pensar algo antes de que al sabelotodo se le ocurriera.

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