🐺 Capítulo 43|Prometido.
No puedo dejar de disculparme y temo por cada sonido que sale de mi boca, no quisiera herirla aún más, tampoco crear una grieta entre nosotros. Ya lo hice una vez, no puedo cometer dos veces el mismo error.
—Lo siento— la senté en mis piernas, la necesito cerca —La fase cuatro me está afectando y no puedo dejar de ser sincero contigo.—traté de explicarme, con el remordimiento de mis palabras sinceras respirándome en la nuca.
—¿Entonces lo que dijiste es verdad?— sollozó aferrándose a mi pecho —¿Estás arrepentido de nuestro encuentro, Logan?—
No! Claro que no.
—Cachorrita— tomé su barbilla y le alcé la mirada —No estoy arrepentido de nuestro encuentro— le di un tierno beso. —Apenas ahora puedo besarte, acariciarte y permitirme desearte. Y si te hubiera encontrado a esta edad tuya las cosas desde un principio hubieran estado llenas de besos, abrazos y caricias— traté de explicarme de una forma tan pobre que ni ella me entendió.
—No te entiendo— me confirmó mis sospechas y se secó las lágrimas. —¿De mi lo único que quieres es besarme, acariciarme y abrazarme?— lo hizo sonar tan feo que me sentí horrible por mi elección de palabras.
Soy el alfa de alfas, puedo enfrentar a quien sea y puedo hablar con mi mate sin temer a qué me rechace, me repetí eso y el viento sopló atrayendo un aroma repugnante consigo.
—Calla— ordené poniéndome a la defensiva. Miré a nuestro alrededor y los pocos pájaros que se habían atrevido a acercarse a las ramas más altas de los árboles ya no estaban. El bosque estaba en calma, demasiado calmado para mi gusto.
—Savage-Lycans— rugió Tax arrebatándome el control de mi cuerpo pero sin dejar de ser humanos —Te escondes en donde ni yo te encuentre— le ordenó a Genna y la bajó de mis piernas para cambiar de forma y no hacerle daño.
—Logan ¿Qué pasa?— se dirigió a mí pero veía de reojo hacia adelante nuestro donde la frontera de árboles nos separa del mundo exterior.
—Ve a esconderte mi amor— le lamimos la cara y empujamos su desnudo trasero hacia adelante para que se mueva.
—¿Estarás bien?—besó mi hocico y gruñó sacando sus garras.
—Estaré bien lobita, pero ahora vete— utilicé mi voz de alfa ejerciendo todo nuestro poder sobre ella para que no se pudiera resistir ni aunque se negara.
Bajó su cabeza entre quejidos de protesta.
—Sí, mi alfa— gruñó y desapareció entre los arbustos.
—Lo encontramos—los gruñidos y las voces fueron insignificantes, mi mente estaba tras de Genna procurando que esté a salvó.
—El alfa de alfas—había sarcasmo en esa voz desconocida.
—Y está solo— me giré y los vi, por fin.
Eran tres, dos de ellos apenas tenían un aroma perceptible.
—Simples Licanos— rugió Tax e inspiramos aire para captar el aroma del tercero el cual desprendía un aura un poco más poderosa que la de los otros dos.
—Un cachorro— me sorprendí. La mirada sanguinaria con la que me ve por un segundo me confundió, pero su aroma tan juvenil y el pequeño poder de su lobo aún sin madurar no lo hicieron.
—Quiero a mi propiedad— rugió y los tres crearon una círculo a mi alrededor. Uno de los licanos olfateó el aire y vi un atisbo de miedo en sus ojos, pero rápidamente desapareció ocultándose en su faceta salvaje.
—Claro y yo quiero que se vayan de mis tierras— levanté mi pata y señalé el final del bosque —Ustedes primero— indiqué.
—Parece que no entiendes, quiero a mi prometida arrodilla a mis pies ahora mismo
"Para llevar a cabo la paz la comprometieron con un niño nacido el mismo año que ella"
—Genna— murmuré distraído. Él es su prometido, él me la va a arrebatar. —¡No!
Me lancé sobre el licano más próximo a mí. Su fuerza no se compara con la mía pero su fiereza y sus ganas de vivir lo convierten en un rival más o menos aceptable.
—Pero no lo suficiente—rio Tax al desgarrar la garganta del enemigo.
Nos abalanzamos sobre el siguiente mordiéndolo, arañándolo y clavando nuestras garras en si pecho y cuando creímos que era suficiente para luego poder utilizarlo en un interrogatorio y quisimos abalanzarnos sobre el que quedaba, el cachorro ya se había escapado.
—¡GENNA!— el lobo gris con fuerza de guerrero y mirada triste llegó hasta mí —¡Dónde está mi hermanita!— me gritó Lion teniendo apenas el control de su lobo.
—Ella está bien, la envié a esconderse— sin darle muchas explicaciones le di la espalda y olfateé el aire.
—¡Maldito!— Lion había vuelto a ser él mismo, su lobo ya no tenía la mitad del control y mató al licano que yo dejé vivo.
—¡¿Vez por qué no te aguanto?!— le gruñí —¡Ese cadáver era para el interrogatorio!— le grité.
—Mi hermana tiene que estar a salvo, es una princesa y por cada respiro que dan estos lobos salvajes su vida corre riesgo.
—¿Qué?— los arbustos se movieron enseñándonos a Genna.
—Amor te dije que te escondieras— corrí hacia ella pero Loan nos ganó a Lion y a mí.
—Mi hermosa hermanita— ronroneó el híbrido cambiando de forma a lobo.
—¡Qué haces desnuda!¡Una princesa no se comporta así, Genna!— le gritó Lion y yo los aparté a ambos de ella.
—¡Cierren los malditos ojos!—les grité a ambos, me cargué a Genna en el lomo y regresé corriendo hacia la casa.
—¿Por qué dicen que soy una princesa?— jaló de mi pelaje para llamar mi atención.
—Porque lo eres— respondí y gruñí para mí mismo retándome por seguir diciendo la verdad.
—No es cierto— se negó a aceptarlo y se puso a jugar con mis orejas.
—Lo hablaremos en casa, cariño— le dije.
Él resto del camino permanecimos en silencio aunque debes en cuando la oía tararear una canción.
Al llegar, Alec y seis guardias nos estaban esperando recargados en la puerta o ubicados en el pasto fuera del porche. Al vernos todos nos dieron la espalda y Genna corrió hacia la casa para vestirse.
—Logan, sentimos el aroma de Licanos, la manada ya está asegurada, hay guardias dentro y fuera de
—Tarde, Alec— entré a vestirme y salí al encuentro. —Los Savage-Lycans regresaron y ahora tienen un nuevo alfa que quiere a Genna.
—Los lobos salvajes no tienen...
—Formaron una alianza— lo corté y me dirigí a los guardias —Quiero a tres de ustedes protegiendo a su luna a toda hora— les ordené y me giré hacia Alec. —Llama a Jeins, envía un mensaje a mi hermana y dile que se preparen, podrían atacar hoy mismo o en diez años, pero estaremos preparados.
—Espero que no le hayas dicho nada— me gruñó pasando por detrás de mí junto a Loan que gruñía y murmuraba las razones por las que no podía volver con su loba.
—¿Algo más?— preguntó mi beta con impaciencia, su lobo debe estar desesperado al igual que el de todos por contin procreando.
—No— sin despedirme entré a la casa y para cuando cerré la puerta ya no había nadie a excepción de los tres guardias que se dispersaron alrededor de la casa.
—¡No quiero irme Lion!—la oí gritarle a su hermano desde arriba en su habitación. Subí los escalones y caminé por el pasillo hasta llegar a la puerta de donde salen los gritos. —Lion aquí estamos a salvo, Logan nos protegerá— giró su cabeza como si supiera que yo estaba parado aquí y me sonrió con esperanza. —Diles, Logan— me suplicó con ojos llorosos.
—Es verdad— estiré mi mano y ella la tomó y se paró junto a mí —Esta manada es el lugar más seguro— me dirigí a Loan puesto que Lion seguía empacando y no tenía la menor intención de escucharme. —Si se van y los atacan fuera de mis tierras no podré hacer nada, pero si quedan conmigo podemos hacer que su legado se conozca, Genna no será la luna sino también la princesa de la manada, Loan podría formar parte del consejo y tú Lion podrías entrenar a los guardias— traté de convencerlos. Genna me sonrió y se paró de puntitas dándome un beso en mi mejilla.
—Bien, pero eso no compensa el hecho de que te hayas metido entre sus piernas y tú mocosa— miró a Genna y ella se escondió detrás de mí soltando una risita nerviosa —Vamos a hablar seriamente.
—Logan— Me habló el gemelo amable y lo vi preguntándome que quiere ya que casi nunca me habla si Lion está presente.
—¿Puedo traer a mi loba?— me hizo ojitos y rodé los ojos.
—Largo de mí vista antes de que me arrepienta y los mate— les rugí.
Lion salió encogiéndose de hombros, Loan me sonrió al desaparecer y me interpuse entre Genna y el marco de la puerta cuando intentó marcharse.
—Tu no— retrocedió —En el bosque te ordené que te escondieras ¿Por qué no lo hiciste?
—No quería dejarte. Te quiero— pisó mis pies y alzó la cabeza para besarme y le aparté la cara hacia atrás para que no llegue.
—No me convences con eso, desobedeciste una orden de vida o muerte, Genna.
—¿Te amo?— preguntó haciéndome ojitos como hace un segundo hizo Loan.
—No— le gruñí.
—Te amo— afirmó esta vez.
—Mejor así— cerré la puerta detrás de mí y la cargué en mi hombro.
—Logan, mis hermanos están aquí ¿No es de mala educación...
¿A dónde me llevas?— cambió de pregunta al ver que no iba a la cama.
—Genna Wolfblood de Strike vamos a bañarte, hueles a Licanos y me enfurece eso.
—¿Cómo me llamaste?— sus ojos se iluminaron y se vio como la cosita más bonita del mundo.
—A bañarte dije.
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