🐺Capítulo 4|Niña
CAPÍTULO 4= Niña
Logan=
Mi lobita durmió por horas y desde ese momento en que ya no sentí su presencia pude volver a ser yo mismo. Alec lo había notado y yo también, mi actitud cambia cuando estoy con ella, tal vez es por la paz que siento al tenerla al fin conmigo o porque como es mía me siento con la obligación de tratarla bien, no sé si alguna de esas dos opciones corresponde a la realidad pero en alegra volver a ser yo. Siento mi humor volviendo y el carácter también.
-¿Alec debería despertarla?- de todas formas no podía dejar de pensar en ella como si hubiera algo mucho más allá de nuestra conexión, algo que no sé que es pero que me mantiene al pendiente de ella como si fueramos uno y yo velara por ambos.
-Ya es de noche y tiene que alimentarse luego se despertará con hambre y créeme, no quieres eso, Lila tiene muy mal humor cuando tiene hambre-me habló de su hija.
Alec sabe más de esto que yo, él y Laya, su mate, no perdieron tiempo a la hora de tener cachorros y tiene dos, Nathan el mayor por un año y Lila que tiene la misma edad que mi lobita.
-¿Le dirás que edad tienes?-no había pensado en eso. La diferencia entre Genna y yo es enorme, a mi lado ella sería un feto mientras que yo aunque no soy aparento soy un vejete de cinco siglos con muy mal humor pero que con ella actúo diferente, como más cariñoso.
-No, ella es solo una niña, se va a asustar, prefiero que piense que tengo lo que aparento a que sepa que superé los cinco siglos- Él no me discutió y asintió.
-No dudes en llamarme si necesitas algo- dejó un bolso sobre el sillón y se despidió con una abrazo.
Gracias- le hablé en su cabeza y lo escuché reír.
Suerte, la necesitarás hermano- espero que no.
Genna=
Estaba corriendo en el bosque con los animales, nadando con los peces y volando con las aves de mis sueños cuando Logan me despertó a las sacudidas.
-¿Qué.. qué quieres?- le pregunté aterrada. La última vez que alguien me despertó así fue papá y no volví a verlo. A mis hermanos no les gusta hablar de ellos, se entristecen mucho.
-¿Vamos a comer?- propuso. Me le quedé mirando confundida. Luego de mamá, Lion y Loan me daban de comer solo una vez porque no había o no querían que la sed me hiciera doler la panza.
-Yo como solo una vez- le dije y él observó mi cuerpo, movió sus ojos de arriba a bajo y estiró su mano, creí que me iba a picar el ojo pero no lo hizo y acarició mi cuello.
-Estás muy delgada debes comer más, lobita- quitó su mano.
-¿Delgada?-le pregunté. Muchas cosas se me iban, hacía mucho que no hablaba con nadie. Lion y Loan no eran muy comunicativos.
-Sería decir que estas flaca-me explicó y asentí. -Mañana te compraré un diccionario-dijo fastidiado.
¿Y yo que le hice ahora? ¿Cómo voy a ver el diccionario si no sé leer tampoco?
-¿Hay laguna o un río?-él levantó muy alto su ceja y bajó la otra.
-¿Para qué necesitas una laguna o un río?- sonrió como cuando los niños se burlan o les divierte algo.
-Quiero limpiarme- le enseñé mis manos. -No me gusta que estén sucias- levanté mis pies y él también los vio.
-Ven- tomó mi mano y me cubrí con la tela extraña que había en donde yo estaba durmiendo.
-Puedes bañarte aquí, solo debes abrir las canillas- me señaló las canillas y besó mi frente antes de salir del cuarto y me metí en esa caja de vidrio, abriendo lo que él llamó canilla y soltando un fuerte grito saliendo corriendo de allí.
-¡¿Que sucedió?!- Logan vino muy preocupado y corriendo.
-El agua- toqué el brazo que me quemé y le mostré el color rojo que ya tenía.
-Debes abrir las dos- me dijo como si fuera obvio y empezó a jugar con las canillas, rodó los ojos y se hizo a un lado
-Listo, ya puedes meterte lobita.
Lentamente introduje un pie dentro de la caja de vidrio y metí el otro, el agua estaba muy linda y calentita
-Gracias- me giré y le sonreí, él sonrió y se me quedó mirando.
Mis mejillas ardieron y le di la espalda, lo escuché caminar cerca y vi su sombra detrás de mí, creí que se iba a meter en la caja de vidrio pero la cerró, se dio la vuelta y se fue cerrando la puerta del cuarto.
Me terminé de bañar, tomé una tela roja del mueble y me envolví en ella. Mamá hacía lo mismo cuando yo era pequeña. Ella me envolvía en una de estas, creo que le llaman toallas y cepillaba mi cabello frente al cristal.
Miré y al lado de la caja hay un peine, lo tomé y empecé a desenrredar mi pelo. Volví al cuarto envuelta en la toalla y sobre donde yo había dormido había ropa amarilla y unas zapatillas.
Tardé un poco en saber donde se ponia cada cosa hasta que lo logré y fui a bajo con el chico ese Logan
-¡Logan!- grité desde la escalera.
-Lobita, por aquí- me habló desde el otro lado y cuando me acerqué se me quedó mirando
-Estás hermosa- me dijo y nuevamente mis mejillas empezaron a arder -Ven, vamos a comer.
Nos sentamos en la mesa y él cortaba la carne con esas cosas de metal filosas y yo comia con la mano porque es más fácil y no me corto.
Cuando terminé me quedé observando la casa, las luces son muy fuertes pero la decoración es bonita. Le falta algo de rosa por aquí y allá pero es linda.
-¿Te gusta?-sus ojos estaban posados en mí.
-Es muy linda-seguí mirando el resto de la casa.
-¿Qué es eso?- señalé y miré una cosa negra en forma de cuadrado y el rio.
-Es una televisión lobita mía.
-¿Por qué me sigues diciendo lobita? ya te dije mi nombre- hice labios de pato y él rio.
-Es porque...-parecía que le molestaba decirlo -Te quiero lobita.
Sus palabras hicieron que mis músculos se pusieran duros y mis brazos tuvieras piel de gallina.
-¿Qué te sucede?- se acercó y yo retrocedí sin mirarlo.
-Lobita- se agachó a mi altura quedando a solo unos pasos de mí.
-No te me acerques- susurré con miedo y corrí hacia la puerta para abrirla pero no abrió y tuve que mirar hacia todos lados buscando otra pero no la hay.
Me hice bolita en el piso y empecé a llorar. -Lobita- sentí sus manos tocar mi pelo y me moví. -Lobita no voy a hacerte daño, no sé que fue lo que hice mal pero necesito que me lo digas.
Levanté un poco la mirada encontrándome con sus ojos, parecía sereno y preocupado a la vez, sus ojos me enseñaban muchos sentimientos diferentes y él me acariciaba el pelo como a un bebé.
-Tranquila- susurró.
-¿Por qué quieres matarme? Ya dejé de picarte el ojo Logan...
-¿Matarte?- sus cejas se volvieron a descontrolar y las bajó juntándolas casi con sus pestañas -Lobita yo no quiero matarte-se llevó mi mano al pecho y la besó.
-¿Entonces por qué dices que me quieres?-le pregunté.
-Porque de verdad te quiero, pero no voy a matarte, yo jamás te haría daño- dijo acercándose más a mí, levantó mi mentón y acercó su rostro al mío. Su boca se colocó sobre mi naricita y yo me quede quieta hasta que se alejó.
-Lo siento- parecía apenado.
-¿Qué fue eso?- toqué mi nariz y no tenía nada raro, mi piel seguía suavecita como siempre y él me miraba muy triste.
Logan=
¡Por qué mierda no me contuve! Es una niña que le tiene miedo al cariño ¿En qué momento perdí la cabeza?
-¿Que fue eso?- preguntó ¿Nerviosa? No, mas bien parecía asustada, se tocó la nariz y se miró los dedos buscando alguna razón para mi mal comportamiento.
-No volveré a hacerlo, lo siento- me dirigí a la mesa sin tener el valor de verla y junté los platos y los cubiertos. Lavé todo y cuando volví a la sala ella estaba mirando la caja con los anillos del alfa y de su luna. -¿Te gustan?- le pregunté y ella asintió.
-¿Para quién son?-preguntó escondiendo su sonrisa, se vé desde lejos que los quiere para ella.
-Para ti y para mí-dije con una sonrisa.
-Pero a mí me queda grande- dijo señalando el anillo negro que es para el alfa de la manada.
-Pruébate este- le dí el anillo de la luna de la manada y sonrió, le seguía quedando grande pero no tanto como el mío.
Su sonrisa se fue, se quitó el anillo y lo arrojó a la cajita.
-¿No te gusta?- le pregunté.
-Me quema- dijo y vi que su dedo se había puesto rojo.
Toqué los anillos y no tienen nada, me lo probé y pasaron los segundos y nada sucedió.
Es por el metal- me dijo Tax.
Guardé los anillos en su lugar y ella se me quedó mirando con el dedo en la boca y soplándolo
-Estoy aburrida- apoyó su cabeza en la mesa y me hizo un puchero de lo más tierno, tomé mi celular y le saqué una foto, la puse de fondo de pantalla, se lo mostré, sonrío y lo apagué.
-¿Qué es eso?- preguntó mirando mi celular como si fuera un extraterrestre recién caído del espacio, lo encendí nuevamente y se lo di. -¿Como se llama?- insistió mirándolo.
-Celular- ella sonrió y lo lamió
-No es rico- hizo una mueca y me reí.
-No se come, lobita ¿Quieres que te compre uno?- ella asintió y jugó con la pantalla un rato.
-Es lindo.- Empezó a tocar de todo y a llamar a todos.
-¿Quién es ella?- me mostró la foto de mi hermana.
-Se llama Alma es mi hermana menor- le respondí.
-¿Y él?- preguntó señalando al hijo de Alec que está al lado de mi sobrina.
-Se llama Nathan,es el hijo de Alec- le dije y ella se lo quedó mirando anonadada, le gruñí y suspiró.
-Es lindo- murmuró por lo bajo, le gruñí una vez más en advertencia y le quité el celular.
-No quiero que te fijes en otro, tú eres mía ¡Me perteneces Genna!- ella empezó a temblar.
-Lo siento- dijo llorando.
Contrólate... Y márcala!- rodeé los ojos y lo ignoré. Ya no sé como decirle que no marcaré a una pequeña niña.
Tengo que controlar mis celos, está a la vista de mis ojos que ella no entiende lo que significa ser mates y lo que es ser fiel y amar solo a tu destino.
-Espera ¿a dónde vas?- le pregunté, ella estaba corriendo hacia las escaleras.
-Tengo sueño -siguió corriendo y desapareció en las escaleras.
-Soy un idiota- me dejé caer en el sofá.
¿Por qué no puedo comportarme?¿qué me pasa? Este no soy yo.
-Cálmate hermano- Alec golpeó a la puerta ya abierta y entró.
-¿Viste todo verdad?- no lo vi pero sé que asintió. -Sé que es solo una niña pero ¿por qué no puedo contenerme, Alec?- esta vez sí lo miré.
-Porque la loba de ella ya despertó. Si su loba no lo hubiera hecho a ti se te haría más fácil y porque ser guapo está en mi familia y mí hijo, lo es- me dijo en broma y se sentó a mi lado.
-No debes ponerte celoso y menos de un niño, sólo harás que ella te odie, hermano.
-Tienes razón- coincidí.
-Se que es tu mate y tienes todo el derecho a hacer lo que quieras con ella pero no seas idiota y espera a que sea más grande- lamentablemente sé a que se refiere.
-Tengo claro que es solo una niña Alec- le aclaré en un gruñido.
-Por eso mismo te lo digo, es una niña y morirá sí la lastimas, hieres o le das una vida triste en la que no pueda jugar porque la tienes aquí adentro- gruñí. No es la primera vez que pasaría, no soy el único que tiene de mate a una niña y lamentablemente en los pocos casos que hay siempre terminan ambos mates muertos.
-No le haré eso. La esperaré hasta los dieciocho, luego ella elegirá y no tendrá una vida triste, ella será feliz- afirmé.
-Si no puedes con la tarea de cuidarla debes llamarme y yo la cuidaré junto con Laya. Sabes lo posesivo que somos y no podemos arriesgarnos a que nuestra luna muera o que la lastimes- no dije nada porque coincidía en todo pero no iba a dejar que se la llevara. Soy un alfa, puedo controlar a mi lobo.
-Por cierto, deja de ponerte celoso cuando ella diga que mi hijo es lindo, Genna es casi una pre/adolescente y casi siempre se enamoran de CNCO, de One directión o de BTS.
-¿Qué es eso?- le pregunté. Últimamente con las nuevas generaciones nunca se sabe, siempre hay algo raro y nuevo que a los jóvenes les encanta.
-Son bandas de chicos, mi hija está loca por esos coreanos de BTS y si le dices que son chinos te discute hasta que aceptas que son coreanos pero ¿Cómo explican que tienen los ojos achinados eh?- levantó una ceja y se razcó la barba haciéndome reír.
-Sospechoso- agregó y rio conmigo. -A y si quieres descargarte, consigue a otra loba.
No podría, ni en un millón de lunas le haría eso a mi mate.
-No quiero engañar a mi loba, Alec- le dije.
-La haz engañado por más de 500 años Logan ¿Ahora te bajó el ángel?
-Hace más de 500 años yo no la conocía y era diferente, era rebelde y un idiota.
-Bueno no iba a decir nada pero sigues siendo un idiota, si yo fuera el alfa estaría con todas las lobas de la manada.- sonrió inocente.
-Tú también tienes mate- le recordé.
Hizo una mueca y se razcó la nuca.
-Exactamente por eso soy un beta y no el alfa. Ella no se puede enterar de lo que dije ¿Okey? Ya debo irme antes de que diga otra cosa que sentencie mi muerte. Recuerda que mañana tienes reunión con la manada y por favor no le digas nada a Laya o me matará, últimamente está muy celosa y posesiva, casi como yo pero me gana.
Me reí y cubrí la cabeza con el almohadón para conciliar el sueño.
-No faltaré, adiós hermano.
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