Maratón (1/3)

CAPÍTULO 36= Tax.

Logan=

Pasamos un día placentero, con muchas risas y bastante coqueteo, la noche acaba de caer y la desgracia volvió en presentación de dos híbridos celosos por su hermana.

—¿Qué parte de "No te acerques", no haz entendido?— Lion gruñó y vio a mi alrededor como un cazador que busca el mejor punto para atacar.

—Vamos a poner reglas— aclaré y dejé a Genna sobre el sillón para que continuara durmiendo y sus dulces sueños no se vieran afectados por el escándalo de su hermano mayor. —Síganme y cierren sus hocicos, yo hablaré— ordené y Loan me siguió.

Encontrar a su loba fue algo que lo tomó por sorpresa, el chico esperaba a una vampira, no obstante se enamoró perdidamente de su loba en cuanto la vio. De un día para el otro su forma de actuar y de expresarse conmigo cambió, comenzó a tratarme con más amabilidad y me contaba lo que hacía Genna durante el día.

Loan pronto pasó de ser mi enemigo a convertirse en mi informante de todo lo que hacía su hermana, aunque muchas veces él y ella no estaban juntos y entonces yo debía recurrir a los guardias que la protegían cuando ella se iba de la casa. Lion no estaba de acuerdo con que Loan y yo nos lleváramos bien, cada tanto lo oía murmurarme insultos o maldecirme pero como a mí solo me importa su hermana lo que él decía me resbala.

—Me voy a llevar a Genna— gruñó viniendo detrás de mí y detuve mi caminar.

Por más celoso que esté no permitiré que la aleje.

—Genna tiene dieciocho años— me giré a enfrentarlo —Tienes miedo— afirmé viéndolo a los ojos y me gruñó molestándose.

—No sabes nada, Logan—gruñó de mal humor.

—Tax, toma el control— dije en voz alta para que ambos lo escuchen y estén al tanto de que yo ya no iba a ser el que controla mi cuerpo.

Lion protegió a su hermano escondiéndolo detrás de él creyendo que lo primero que Tax haría iba a ser atacarlos pero no, mi lobo, el más decente de todos, les sonrió y les dio la espalda.

—Yo me encargo de estos apestosos— sonrió Tax hablando para mí solo.

—Siéntense— les dijo a ellos y les señaló las sillas del otro lado de la mesa que con precaución ambos gemelos se acercaron y tomaron. —Yo voy a hablar y ustedes me escucharán, pueden hacerme todas las preguntas que quieran. Pero no sean insistentes, apestan tanto que perdería el control con facilidad.— esto lo dijo mirando a Lion, pero suavizó el golpe sonriéndoles.

—Apresúrate— gruñó Lion con impaciencia.

—Bien. Como sabrán la loba de Genna es mi mitad y Genna es la mate de Logan lo que también la convierte en mi mate y mi

—¡Ve al maldito punto!— Lion golpeó la mesa y Tax respiró pesadamente. Está perdiendo el control.

—Relájate— le dije y lo oí bufar.

—Y yo que quería jugar a perseguirle el colmillo al vampiro— gruñó y prosiguió.

—Quiéranlo o no, Genna es mi pareja, me ama como yo a ella y es mía. No renunciaré a su alma y ella no renunciará a la mía así que tienen dos opciones.— Lion gruñó en respuesta y Tax le sonrió —O aceptas que Genna y yo somos una pareja o te largas y no las vuelves a ver.

Lion iba a protestar y Tax lo miró como si lo fuera a atacar.

—Adelante, habla y te arranco la cola— le advirtió. —¿Alguna duda?— preguntó finalmente.

—¿Qué planeas para el futuro?— preguntó Loan sin mirarlo mientras garabateaba su inicial junto a la de su mate en un papel y hacía un corazón.

—Eso dependerá de mi madre, la diosa luna— les respondió.

—Responde— Lion clavó sus garras en la mesa haciendo cinco agujeros del tamaño de sus dedos.

—No depende de mí, el futuro lo escribe la diosa...

—¡Pero y si lo hiciera!— casi gritó pero recordó que mi loba está durmiendo y solo habló alto.

—Sabes la respuesta— Tax se cansó y ya no demostró ningún interés por calmar las aguas.

—Dime— gruñó el híbrido y Tax suspiró.

—Si ella lo desea nos casaremos y si también lo desea tendremos cachorros, no haré nada que ella no quiera y jamás la forzaré a nada si es lo que te preocupa— le gruñó casi lanzándose sobre él, pero gracias a la luna, la mesa los mantenía a cada uno en su lugar.

—¿Y Logan?¿Él piensa lo mismo?— le preguntó cómo si estuviera aflojando o accediendo a la idea de dejarnos estar con ella.

—Sí. Mi madre la diosa luna es muy selectiva con los alfas, ellos tienen mayor responsabilidad que el resto de las personas y por esa razón asigna a una pareja digna de acompañarnos por la vida. Logan no le hará nada que ella no quiera y por eso Lion te damos nuestra palabra de que Genna será feliz junto a nosotros el resto de la eternidad.— les dijo y ambos guardaron silencio por largos segundos en los que Tax se negaba a respirar para no tener que olerlos. —¿Alguna pregunta?— insistió viéndose obligado a llevar aire a nuestros pulmones.

—Si la diosa es tan selectiva como tú dices ¿Por qué hizo que mi hermana los conociera a tan corta edad?— gruñó retrocediendo cinco pasos y regresando a los celos.

—Yo también quiero saber eso, habla— le pedí a mi lobo.

—Logan a tenido cientos de novias— comenzó a decir y fue interrumpido.

—No te pregunté eso, no me interesa con cuántas se haya acostado o

—Si no te callas te pondré los colmillos en la cabeza y te lanzaré aros para ver si emboco— amenazó mi lobo y Lion gruñó pero guardó silencio —Muy bien, así te ves más bonito— le sonrió y prosiguió. —Ninguna de esas novias significó nada para él, ninguna lo cambió y todas lo convirtieron en un hombre serio, que daba órdenes pero no escuchaba, un hombre al que lo único que le importaba era que su manada siguiera en el puesto número uno y tener todas las noches a una loba en su cama o así fue hasta que Genna llegó.— sonrió enormemente al recordarla —Genna es una persona llena de vida, tiene un corazón enorme, no hay maldad en su interior y en ese entonces era traviesa, la perfecta combinación para fastidiar a Logan.

—Ve al punto— pidió Lion.

—Shh que está interesante— le dijo Loan apoyando sus manos debajo de su barbilla.

—Logan nunca quiso cerca a los niños, siempre los quitaba, se apartaba o los evitaba porque eran fastidiosos, molestos e inquietos. Genna no era la excepción, pero Logan y ella están unidos así que no había nada que pudiera hacer para evitarla— se rio —Ella le provocaba grandes dolores de cabeza, nunca acataba sus órdenes, lo hacía enojar, se quería escapar...todo un reto para un hombre frío y aparentemente sin corazón, pero fue cambiando y se convirtió en el hombre que ahora es, ya no está tan gruñón, escucha a las personas, aprendió a ignorar las malas decisiones como las de su padre y comenzó a guiarse por lo que dicta su corazón. Genna lo cambió desde el primer momento en que él la encontró— explicó y tanto los hermanos como yo nos quedamos muy pensativos. —Si Genna hubiera llegado en su mayoría de edad Logan no viviría ningún cambio y ella sería triste tras las órdenes de un alfa frío y
gruñón. Por suerte eso no pasó— continuó sonriendo.

—En dos días es la semana de celo— Lion colocó sus manos sobre la mesa —No la tocarás— gruñó.

—No haré nada que ella no quiera— repitió mi lobo mientras se imaginaba estar abrazado a Genna sintiendo su dulce aroma, acariciando sus suaves brazos...

—Maldito— gruñó Lion y salió de la casa refunfuñando.

—Ya lo tienes— sonrió Loan que cambió de forma y se fue llevándose en la boca el dibujo que hizo.

—Despierta a nuestra lobita, debe comer algo— me recordó Tax y me devolvió el control para que yo me apresure a ir a cocinar y luego cuando la comida ya esté lista la despierte.

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—Mi amor— llevé su cabello hacia atrás para verla y apreciar su belleza mientras duerme.
—Lobita de mi vida, despierta— lamí su mejilla provocando que se girara y abrazara mi mano
—Cariño despierta— soltó una risilla y fingió estar dormida
—Bueno, ya que estás tan dormida me comeré los bombones que compré...

—Hola— bostezó haciéndome reír y la abracé  —¿Bombones dijiste?— preguntó con emoción.

—Es tan linda, cuando esté en su forma lobuna le lameré las orejas para que escuche bien—ronroneó Tax.

—Sí, dije bombones. Primero comerás la comida y luego si te queda espacio probaras los bombones...

—Logan— se estiró e incorporó —Soy mayor de edad— sonrió divertida.

Me gusta cuando sonríe así, se le iluminan los ojos.

—Y si quiero comer bombones lo haré— dicho esto corrió a toda velocidad hacia la heladera y regresó frente a mí en centésimas de segundo.
—¿Quieres?— me ofreció de los bombones que yo compré.

—No—  me incliné y acerqué mi mano a su boca, mis caricias provocaron que cerrara los ojos y por mi espina dorsal corrió la descarga eléctrica que provocó tocarla. —Eres tan hermosa— susurré muy cerca de sus labios y la sentí agitarse, mi cercanía la pone nerviosa.

—¿Puedes besarme?— preguntó con timidez y correspondí a su pedido abriéndome paso entre sus dulces labios y cumplí mi cometido al meter delicadamente mi lengua en su boca y quitarle el bombón que le dije que iba a comer luego de la cena.

—¡Oye!— reí, me comí el bombón y le quité el otro.

—A comer— ordené y me paré junto a la heladera para que ya no pueda abrirla.

—No se vale— hizo puchero y caminó hacia la mesa donde su comida la estaba esperando. —Yo quería un beso y tú me
utilizaste—gruñó ofendida.

—¿Utilizarte?—pregunté —Yo no podría utilizarte, lobita— caminé y me senté frente a ella.

—Sí pero no disfrutaste del beso, yo sí— jugó con la comida y recargó su cabeza en su mano. Me levanté, arrastré mi silla junto a la de ella y tomé su tenedor.

—Yo lo disfruté más que tú— la peleé y cuando iba a replicar le metí un cachito de carne a la boca —Come— le sonreí y ella  lo masticó y tragó.

—No soy un bebé—me recordó.

—¡Gracias al cielo que ya no! Necesitamos jugar al tutifruti,  siete años sin nada es
abrumador— sollozó Tax.

—Las parejas también se dan la comida a la boca, amor. Es una de las tantas cosas que nos gusta compartir, ahora por favor doncella de mi corazón le pido cortésmente si no es ninguna molestia que abra su delicada y perfecta cavidad bucal para yo poder alimentarla y dar muestra de mi afecto— le guiñé un ojo, recogí un trozo de milanesa y se la llevé a la boca.

Ella con rubor en sus mejillas aceptó la comida que le proveí y cuando acabó dejó que le limpiara la boca con la servilleta y le di un beso.

—Te amo— susurré en su oído antes de levantar la mesa y ponerme a lavar todo.

—Te amo— la oí decir a mi espalda y sentí sus brazos rodearme y su cabeza siendo recargada en mi hombro —Me gusta tu aroma...es muy rico, Logan— ronroneó y besé su mano.

No encontré nada para decirle, cualquier cosa que intentaba salir de mi boca era un ronroneo y me sentía muy avergonzado para solo ronronearle como gato consentido.

—¿Lion y Loan se irán?— preguntó de repente.

—¿Por qué lo preguntas?— quise saber, tal vez le dijeron algo y al fin nos dejarán en paz para que hagamos nuestra vida.

—Porque en dos días siempre se van— me recordó y entendí que se refería a la semana de celo.

—Si, se van a ir, cariño— le prometí más que afirmé.

—¿Y tú?— oí la duda en su voz
—¿Te enojarás conmigo si respiro?— preguntó y suspiré recordando como el año pasado al no poder estar con ella me puse de mal humor y le dije que dejara de respirar o algo malo iba a pasar. Y era verdad, su cálido aliento me descontrolaba y no sabía cómo explicárselo.

Ahora me siento como un ogro.

—Espero que no mi lobita, esta semana de celo quiero pasarla contigo. Mi lobo y yo estamos prendidos de ti y deseamos que nos condesas tal honor— me giré a verla, mi deseo por tenerla aunque era fuerte no se comparaba con el amor que siento por ella así que si me enojaba eso iba a ser todo.

—¿Para qué es la semana de celo?—preguntó. —Me da miedo. Mis hermanos se van, tú te enojas y me hacen encerrar y prohíben ver hacia afuera. ¿Qué hay en esa semana?¿Por qué no puedo salir?— preguntó ansiosa por saber.

Tomé aire llenando mis pulmones con su dulce aroma a nueces y chocolate y le besé la frente.

—No te preocupes por eso ahora, cuando sea el momento lo
sabrás— volví a girarme y continué lavando la vajilla que utilizó.