🐺 Capítulo 30|Pelea
CAPÍTULO 30=Pelea.
Genna=
El día está tan lindo, los pájaros no se acercan pero revolotean a poca distancia de mí, el techo de la casa está frío bajo mis pies descalzos y el sol me da fuerte en la cara, los rayos secan con rapidez las lágrimas de mis ojos y el canto de los pajaritos tapa un poco los gritos que se oyen en la casa.
En algún momento luego de que Logan me echó de su habitación, me quedé dormida y para ese entonces ya se estaban peleando y hace unos cinco minutos cuando me desperté ellos seguían con lo mismo.
—¡Ella es una adolescente!— oigo gritar a Lion desde aquí arriba
—¡Merece tener experiencias!¡Eres un maldito controlador!¡Déjala vivir!— toda la manada está al tanto de la pelea.
Cada insulto le resbala a Logan pero a mí me duele, son mis hermanos y no me gusta que se lleven tan mal con mi pareja de vida. Aunque yo tampoco estoy en buenos términos con él.
La ventana de mi habitación se abrió y Loan salió y trepó por la pared hasta llegar al techo donde yo me encuentro, se sentó a mi lado y entrelazó nuestras manos.
—¿Te gusta ese chico?— acarició con cariño mi mano y recostó su cabeza en la mía.
—Como a un amigo, Nathan es lindo pero no es
—¿Logan?— preguntó y asentí con la cabeza —¿Sabes que aún faltan tres años, cierto?— posó sus labios en mi mejilla y dejó un beso sonoro que nos hizo reír a los dos.
—Sí— dejé que me seque las lágrimas y apreté su mano.
—¿Mamá querría esto?— le pregunté y él guardó silencio por unos segundos, tomó aire por la boca y lo dejó salir como un suspiro.
—Mamá querría que seas feliz, hermanita— jugó con mi mano y trazó las líneas de mi palma.
—¿Entonces?— insistí y lo codeé un poquito.
—Princesa, mamá no está y aunque lo estuviera, ni ella, ni papá deberían decidir por ti. Logan es tu mate pero hay otras maneras, podrías renunciar a su lazo si quieres y si no es así exigirle que te dé tu espacio hasta que te sientas lista—me aconsejó.
Tracé las venas de sus muñecas y seguí el camino hasta que desaparecieron bajo su piel.
—¿Y si ya estoy lista?— lo vi a los ojos y descubrí que tiene mucha sed, sus pupilas están dilatadas y no hay atisbo del marrón oscuro de sus ojos, el rojo carmesí lo tapa todo.
—No estás lista, no con él y para ser honesto me gustaría que pasaran algunos siglos y no tres años.— se encogió de hombros y sacudió mi cabello —Aunque él te diga que no, yo te dejo tener novio, será nuestros secreto por si recuerdas el beso de ese niño y de repente te gusta— me guiñó un ojo, saltó cayendo en el pasto y desapareció entre los árboles.
Sin darme cuenta la pelea acabó, los gritos cesaron y Lion apareció, se trepó por la pared y se subió al techo ubicándose junto a mí en el lugar donde antes estaba Loan.
—¿Estás lobita o vampirita?— preguntó y lo abracé con fuerza. Yo sé que no es muy cariñoso y que es bastante cascarrabias ,pero cuando Loan y yo estamos tristes o enfermos él siempre nos cuida y nos enseña un lado muy tierno.
—La primera— Lobita es estar triste, enojada...todas las emociones negativas según él y estar vampirita es como de diez puntos.
—Podemos irnos si quieres, no tenemos que quedarnos aquí. Conseguiré un empleo y nos alejaremos, tengo dinero ahorrado ¿Te parece?— besó la punta de mi nariz.
—No quiero irme— entrelacé nuestras manos como hice con Loan e hice una mueca ante el tamaño. Las comparé poniendo mi mano sobre su palma y reí al ver el tamaño chiquito de mis dedos al de los suyos que parecen los de pie grande. —Tu mano es más grande— hice puchero.
—Porque eres una cachorrita muy pequeña, no fue hace mucho cuando dormías arropada entre mis patas y jugabas a jalar mis orejas— sonrió al recordarlo y tomó mi cabello para trenzarlo. —Eras tan pequeña e inquieta, te enojadas si no te dejaba encontrarme cuando jugábamos a las escondidas— rio y besó mi frente.
—Yo no lo recuerdo así— me crucé de brazos —Tú eras el que se enojaba si no me dejaba encontrar— conté los verdaderos hechos.
—Sí, lo que tú digas cachorrita— puso los ojos en blanco y con un mechón que dejó suelto apropósito me ató la trenza y la dejó colgar sobre mi hombro.
—Por cierto escuché lo que Loan te dijo y no estoy de acuerdo— se puso serio.
—¿No quieres que esté con Logan?— bajé los ojos al suelo. Estoy a cuatro metros, podría caer y no me da miedo.
—No, no quiero pero no me refiero a eso— se aclaró la garganta y me tomó del mentón —Tú mi señorita tienes prohibido tener novio, no me conoces enojado— claro que sí, nunca le gustó cuando le picaba el ojo y eso que era una cachorrita —Y no tienes idea de lo celoso que puedo llegar a ser con mi chica favorita— me abrazó y yo a él.
—Entonces tú tampoco puedes tener novia— le dejé en claro.
—Soy un adulto, hago lo que
—No cuando tú chica favorita te quiere mucho— le piqué la mejilla y reí —Te gané— le saqué la lengua y lo oí gruñir en desacuerdo.
—Tú no le ganas a nadie y por cierto, yo no tengo novias— me soltó y saltó cuatro metros hasta que cayó con sus manos tocando la tierra y una rodilla flexionada como todo un experto en caídas. —Yo soy libre y mejor que te quedes en la habitación, necesito alimentarme. Volveré en una hora, talvez antes— dicho esto desapareció entre los grandes árboles y yo me metí en mi habitación tal y como él dijo.
Me recosté en la cama mirando hacia el techo y acaricié mis labios con las puntas de los dedos. Cerré mis ojos recordando cómo Nathan me reconoció y me encontré con que no siento nada por él, es un amigo pero no mi posible novio... Aún así, ese fue mi primer beso con alguien que no es Logan y se sintió diferente, carecía de emociones y sentimientos, besar un ladrillo abría sido más cálido...
—¡Deja de pensar en él!— abrí rápido los ojos esperando encontrarme a Logan en la habitación parado frente a mí con una pésima cara y sorpresa no fue así, él no estaba pero su se repetía en mi cabeza como un disco rayado.
—Lo siento— murmuré sabiendo que me iba a escuchar y abracé mi almohada, mis ojos ardieron y recogí una a una las lágrimas.
La puerta de mi baño estaba abierta, la sensación deliciosa del agua cayendo por mi cuerpo me hizo recordar cuando era una cachorra muy chiquita y mamá metía unos colmillos y un lobo de goma a la bañera para hacerme entrar porque si no yo no me bañaba.
Di un saltito a la cama, recogí la ropa de mi maleta la cual aún no desempaqué y corrí a darme un chapuzón a la bañera donde me quedé un buen rato jugando con las burbujas y soplando la espuma que se posaba en la punta de mi nariz.
—Baja a comer— ya me estaba durmiendo y la voz de Logan se hizo presente provocáncome más sueño.
—Baja a comer Genna— repitió y lo consideré una oportunidad para hablar con él, así que quité el tapón para que la bañera se vaciara, abrí la ducha para quitarme el jabón y la espuma y cuando acabé me vestí y bajé corriendo las escaleras.
Logan estaba sentado, leyendo con un libro en la mano derecha y una manzana en la mano izquierda. Me senté frente a él en la mesa y estuve al pendiente de todo lo que hacía esperando el momento oportuno para hablar y este llegó cuando acabé de comer y él se quedó mirando como me limpiaba la boca con la servilleta.
Al notar que lo estaba viendo desvió la mirada y regresó a su libro, yo apreté el mantel, tomé una gran bocanada de aire y estiré mi mano rozando la suya, acariciándosela.
—Me duele el pecho— tragué grueso y contuve las lágrimas, tenerlo frente a mí sin que me mire, sin saber si me escucha y creyendo que el libro y su manzanita es más interesante, me destruye.
—Ve a descansar— no me moví, —Andando— se puso de pie soltando mi mano.
—Te quiero— me quedé quieta en mi lugar y él se detuvo en el marco de la puerta al escucharme —Le dije a Nathan que
Me interrumpió con el fuerte gruñido que salió de su garganta.
—Su nombre es prohibido para tu boca, es toxina para tu cuerpo, ahora ve y lávate la boca con jabón. Hueles a él y odio eso— atravesó la puerta y lo seguí. Lo encontré sentado en los escalones de la puerta pasándose frenéticamente las manos por la cabeza.
—Te quiero— me senté a su lado —Te quiero mucho y me da vergüenza decirlo
—Sentir no debe darte vergüenza, soy tu mitad, tus sentimientos y emociones son míos y debes expresármelos— sacó la mano del bolsillo de su pantalón, tomó la mía y la acercó a su boca besándola y tomándose unos segundos para sentir mí aroma —Enciérrate, me descontrolas— dio un salto alejándose de la casa y yo volví a mi habitación con la esperanza de que las cosas iban a estar bien, incluso mejor que antes.
Logan=
Estoy cansado, de mal humor y con toda la gente del consejo al pendiente de mi vida privada. Todos parecen tener una opinión certera de como debo proceder ante cada situación que se me presenta.
—Muérdelos, mátalos, hazles saber quién manda— está acelerado, salimos muy rápido y llegamos demasiado tarde.
Debería haber llegado al edificio de reuniones hace exactamente una hora, pero con Tax nunca se sabe y es que a mi lobo lo atrapó un remolino de indecisiones. Cada dos pasos que dábamos para alejarnos de la casa, él me hacía retroceder tres.
Estas fueron sus excusas=
"Nuestra lobita enfermará por el frío" "Acaba de comer y la comida se le podría atorar" "Nos va a extrañar mucho" "Necesita su pijama de osa bonita para dormir y no lo tiene, es nuestro deber ser su oso y abrazarla hasta que duerma".
Y hay más de donde esas vinieron.
—Es que es tan linda— comenzó a imaginar y yo alejé sus pensamientos de los míos.
—Logan— me picaron el hombro por detrás y me giré creyendo que era Genna.
—¿Recuerdas? Ella siempre nos picaba— Tax suspiró enamorado.
—¿Sí?—una mujer chiquita con facciones duras de fiera pero joven estaba parada detrás de mí con sus brazos rodeándole el pecho, la mirada baja y los nervios haciéndola sudar.
—¿Qué?— metí las manos en los bolsillos del pantalón.
—Mañana realizamos con los cachorros más grandes de la manada el viaje a la ciudad— habló tan bajo que casi ni la llego a escuchar.
—Ese viaje está prohibido ¿Por qué nadie me informó de esto? — miré a los hombres en la sala.
—¿Y?¡¿Estoy esperando respuestas! Ese viaje se dejó de hacer cuando perdimos a un cachorro, es peligroso, no se
hará— declaré.
—Logan eso fue hace mucho, los cachorros ya se transformaron, saben defenderse y cuidarse.—Alec trató de convencerme.
—Dije que no— gruñí.
—Logan— Jeins tomó la palabra—Siete de nuestros mejores hombres acompañarán a los cachorros en este viaje—
—La última vez fue igual, no me arriesgaré, no veré a otra madre llorando desconsolada.—
Hace diez años atrás se realizaba este mismo viaje a la ciudad para que los cachorros de entre dieciséis y diecisiete años que ya se habían transformado tuvieran la oportunidad de conocer el mundo del que nos ocultamos.
El viaje duraba todo un día, los niños iban respaldados por guardias y los profesores que les enseñaban día a día en la escuela. Los alojábamos en un edificio que quedaba cerca de la playa donde allí solo descansaban pues el resto del día estaba lleno de actividades.
Un día se llevó acabó el viaje, todos estaban muy emocionados y felices, el viaje se había preparado con meses de antelación pero no tuvimos en cuenta algo. Ese día era año nuevo para los humanos y nosotros no lo sabíamos.
Llegando a la ciudad los humanos iban y venían de aquí para allá, parecían todos locos entrando de tienda en tienda y caminando sin detenerse a descansar. Todo iba bien para ese entonces, los cachorros estaban más que satisfechos con el recorrido que finalizaba en la noche con una cena en la costa.
Allí cenaron, con el sonido del mar siendo música y con las relajantes olas que golpeaban en las piedras y mojaban la arena. Al llegar la medianoche un estallido lastimó los oídos de todos y el cielo se había iluminado con luces de colores. Los estallidos siguieron, todos corrieron a las camionetas pero un cachorro no lo hizo, con el miedo su lobo lo habrá controlado o se habrá desmayado, nunca lo supimos pues nunca lo volvimos a ver y aunque lo buscamos por años jamás tuvimos ni una pista de él y el viaje dejó de hacerse.
—Alfa llevamos tapones para las orejas, los celulares tienen rastreadores, los guardias que llevaremos son los mejores y todas las medidas de seguridad se han tomado— la mujer habló más rápido que cualquiera de los inútiles.
—¿Qué edad tienes?—me volteé a verla.
—En un año cumplo mi primer siglo, alfa— me contó.
—Pues entonces llevas noventa y nueve años sabiendo que cuando digo algo, se cumple.— avancé y retrocedió. —El viaje no se realiza y punto, no se habla más. La reunión terminó, largo todo el mundo—
—Sí, alfa—la mujer se retiró y los demás lo hicieron luego.
—¿Logan?— Alec se sentó a mi lado y me puso la mano en el hombro —¿Te sucede algo?— él y Jeins me miraron.
—Genna huele rico— me oí como un cavernícola diciendo "Genna, mía, yo amar, Genna".
—¿Y eso es problema?— Jeins me vio con ojitos.
—Huele más que rico, es el aroma más apetecible del mundo y estamos peleados o yo estoy peleado con ella, ya no sé. Me estoy volviendo loco y no me concentro, creo que lo último que le dije fue que expresara sus sentimientos— me encogí de hombros y rodeé los ojos. Actúo como un idiota cuando estoy con ella.
—Ya se le pasará— dijo Alec entendiendo la situación y Jeins nos miró frunciendo el ceño. Él apenas está conociendo lo que es tener una mate.
—No entiendo ¿Alguno me explica?— preguntó con seriedad y Alec y yo nos miramos y reímos.
—Genna está indispuesta— Jeins no pestañeó —Que tiene la regla— Alec usó otro término —Que está menstruando— se pasó la mano por la frente y Jeins pareció captar el mensaje.
—A okey, no tengo consejos para eso— levantó las manos y las dejó caer. —De hecho no sé nada— su celular sonó y no tardó en salir corriendo sin saludarnos pero murando la palabra "Hermosa".
—Ya lo perdimos— Alec miró hacia la puerta y sonrió
—Hermosa— ronroneó, se levantó y envolvió a su loba en sus brazos.
—Yo también lo quiero hacer ¿Dónde está Genna? Dile que venga ya mismo— ordenó Tax y reí. Yo también quiero abrazarla, lastima que no puedo ni acercarme a ella.
Cambié de forma y me alejé corriendo de la feliz pareja, me adentré al bosque y perseguí a los hermanos macana utilizando el rastro asqueroso del olor que dejaron en casi todos los árboles y la tierra. Los animales al olerme, al sentir el poder que emana de mí se alejaron, volando, corriendo, arrastrándose o metiéndose bajo la tierra.
Pasé la laguna, alcancé la parte oscura del bosque donde nadie quiere ir y allí se encuentra la casa donde vivía Genna y continué el rastro hasta que llegué a la frontera y allí me detuve, obligado por las leyes a no mostrar nuestra naturaleza a los humanos.
Me eché en la tierra húmeda y esperé con los ojos cerrados, concentrado en todo lo que ocurría a mi alrededor y en la casa donde está ella. P
Nuestro vínculo me llevó a la casa y pude sentir a Genna como si estuviera a mi lado.
Una rama crujió y abrí los ojos y volví a mí. Me puse en alerta y me relajé al ver como Lion arrojaba a su hermano del árbol.
—¡Tarado!¡Tenías que quedarte callado mientras le arrojaba la rata!— Le gritó Lion y se arrojó sobre él —¡Es un alfa!— lo golpeó —¡¿Cuántas oportunidades crees que hay en la vida para ver a uno de ellos asustado y corriendo?!— otro golpe. —¡Sería la excusa perfecta para sacar la imagen de héroe que Genna tiene!— le enterró la cabeza en la tierra, se la sacó para que respirara y lo volvió a hacer.
—Basta— utilicé el poder en mi voz, lo que tengo planeado no puede esperar a que uno termine en coma y el otro con los nudillos hechos trizas.
—¡Deja de hacer eso!— ambos trataron de resistirse y terminaron haciendo todo lo contrario cuando se arrodillaron frente a mí.
—A Genna le gustaría una imagen de esto, así dejaría de pensar en ti— vi a Lion —Como su perfecto hermano guerrero y en ti—vi a Loan —A ti...tu seguirás siendo un retrasado, eso no cambiará su forma de pensar en ti— ambos me mostraron sus colmillos.
—Sí, si ya te escuchamos chucho, ahora suéltanos— hablaron al mismo tiempo.
—Me voy por una semana, volveré cuando Genna deje de descontrolarme. Ustedes quedan a cargo y por nada del mundo la dejen sola, es la luna y necesita protección— los dejé allí sin decirles nada más y corrí en dirección contraria adentrándome más en el bosque, dejando que mi pelaje negro se camufle con la sombra de los árboles y la oscuridad de una vida salvaje.
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