CAPÍTULO 27= Sangre

Genna=

Luego de un ratito mirando películas en el sillón con Logan lo abracé y cerré mis ojos. Anoche había soñado algo, sé que sí, pero no lo recuerdo y quiero saber que era pero a la vez me avergüenza preguntarle a Logan así que si talvez me duermo pueda volver a soñar lo mismo.

—Logan— escuché a lo lejos. El sueño mesclado con los calentitos brazos y la seguridad de Logan eran una manta muy acogedora y perfecta para dormir.

—Pasa—los susurros de Logan eran divinos, como una canción de cuna muy linda y especial solo para mí —No hagas mucho ruido— pidió.

—Hermano— hubo silencio luego de esa palabra y yo me acomodé, abracé el cuello de Logan y ronroñé en su delicioso cuello que olía muy pero muy bien.
—Vine a hablar contigo de algo serio—Juraría que es Alec pero no sé. —Nathan está enamorado de Genna— esas palabras parecían importantes, pero no, no lo eran ni significaban nada cuando estás entre los brazos del lobo malo y su calor es tan abrazador como el fuego.

—Alec sabes que Nathan es como mi sobrino, pero Genna es mía, he esperado mucho tiempo por ella y no la perderé, tampoco dejaré que alguien más me la quite— quise ronronear, el deseo era tan fuerte que lo hice y sentí sus suaves caricias en mi cabello.

—Dime que hago—otra vez esa voz ¿Por qué no se va? Quiero dormir acurrucada a Logan pero no se va.

—Eres mi hermano Alec, eres mi beta y me conoces, jamás te pediría que exilies a tu hijo o algo parecido pero debes asegurarme que no se acercará a Genna, no sé cuándo podríamos soportar Tax y yo bajo control si él intenta algo con ella— volví a ronronear.

—Hablaré con él—esa voz se escuchaba cada vez más lejos.
—y ahora dime ¿Cómo van las cosas con tu lobita?— deseé escuchar, deseé saber pero no, tenía sueño.

.      .      .

Desperté y Logan estaba viéndome, nuestros rostros estaban cerca con mi cabeza apoyada en su hombro y sus brazos rodeándome la cintura.

—Hola— susurré y me estiré, mi voz sonaba ronca y él profirió un gruñido, por un segundo sus ojos cambiaron a dorados y al pestañar volvieron a su color natural.

—Hola lobita— susurró él también, peinó mi cabello hacia atrás y besó con delicadeza mis manos —¿Tienes hambre?— preguntó.

Es lindo cuando se preocupa— Tiara ronroneó.

—Mucha— me bajé despacio de sus piernas porque las mías estaban algo dormidas y me senté a su lado en el sillón.

—Bien, porque hice que tus hermanos nos cocinaran. Si están aquí deben ayudar en algo— sonrió divertido y se levantó del sillón —¿Vienes?— tomó mis manos para llevarme con él a la cocina y yo lo seguí.

—Al fin despiertas hermanita, llevo una hora controlando a Lion para que no gruña al verte durmiendo sobre el chucho— Loan me dio un abrazo y le sonrió con inocencia a Logan cuando este le gruñó —No te ofendas chucho— puso los platos en la mesa y Logan me abrió la silla para que me sentara.

—Gracias— le sonreí y él a mí, sus ojos bajaron a mis labios y los míos a los suyos.

¡Creo que Logan quería besarme!

—Basta de esas miradas— gruñó Lion y el lugar que Logan iba a tomar junto a mí lo ocupó él. Logan suspiró y de mala gana se sentó frente Lion del otro lado de la mesa ya que era el único lugar que quedaba.

Empezamos a comer, todo iba bien y por si acaso Loan y yo hablamos de cualquier cosa para disipar la tensión aunque aún así esta seguía y aumentaba con las miradas y los cruces entre Logan y Lion.

—¿Lobo o pantera?—Loan y yo jugamos.

—Lobo— murmuré, mis mejillas ardieron con sonrojo y no me atreví a ver a Logan pero sé que está sonriendo, algo dentro de mí lo sabe. —¿Y tú? ¿Sangre o comida?— le seguí el juego.

—Sangre— respondió seriamente Lion metiéndose y Loan asintió de acuerdo con él. —Hablando de sangre— Lion se levantó y volvió con un vaso que olía delicioso, el líquido rojo me hacía agua la boca y provocaba que mi garganta ardiera. —Debes estar fuerte— dejó el vaso frente a mí.

—No quiero— lo alejé y continué comiendo, a Lion no le gustó nada y Loan me miró con el ceño fruncido.

—¿Por qué no quieres?— Loan me habló por nuestro laso.

—No quiero que Logan me vea feo, seguro va a vomitar si me ve beber sangre— me llevé un trozo de carne a la boca y fingí que nada pasaba.

—Genna, Lion tiene razón, debes estar fuerte— habló en voz alta y quise golpearlo.

—Si no quiere déjenla, no pueden obligarla—les gruñó Logan.

—Tú no te metas, no conoces su dieta, no tienes idea de lo peligrosos que podríamos ser si nos descontrolamos o incluso podríamos enfermar— le gruñó Lion —Genna, bebe la sangre, tus ojos te delatan sabemos que tienes hambre— mis hermanos me acariciaron las manos y las besaron —Es por tu bien.

Él no te va a juzgar y si lo hace le esperan un par de golpes— sutilmente Loan se hizo sonar los dedos y me guiñó el ojo. —O si se enoja dile que huele mal, un insulto a los mates duele y sería muy divertido verlo sufriendo— Loan soltó una carcajada y yo le gruñí.

Loan no te metas con el lobo malo.

Miré hacia el frente con indecisión y lo primero que escuché fue el sonido de la sangre circulando por su cuerpo.

—¿Me verás diferente si bebo sangre?—mi alma se estremeció con la pregunta que le hice. Mi destino ahora está en las manos de Logan, él puede reforzar mi armadura o destrozarme si me rechaza.

—Eso no pasará Genna, yo amaré por igual manera a cada parte de tu hermoso ser— suspiré con alivio y bebí hasta la última gota de la sangre. —¿Estaba rica?— Logan me sonrió y limpió mi barbilla.

—Sí— el rubor subió a mis mejillas. —Quiero conocer la manada ¿Me llevas? Prometo no pedirte nada y me comportaré ¿Me llevas? Por fa, por fa, casi nunca salimos y

—Lobita te llevaré a todos los lugares que quieras, pero come, también necesitas carne— me llenó el plato de filetes y yo me comí todo rápido para irnos y recorrer el lugar.

—¿Nos vamos?— dijo y asentí

Fuimos paseando por la manada, atravesamos el bosque y saludamos a muchas personas que nos saludaban. Llegamos a las tiendas de ropa y me detuve junto a la tienda donde vi el vestido que me compró Logan.

En la vidriera había cajitas coloridas, cuadraditos multicolores y pomos de crema que dicen "Base" ¿Pero base de qué?

—¿Para que es eso?—le pregunté y apoyé ambas manos en la vidriera.

—Es maquillaje cariño ¿Quieres que te compre?— se ofreció.

No es buena idea, a Logan no parece gustarle pero no lo dice— me contó Tiara.

—¿Para qué es?— le pregunté

—Las mujeres lo usan para verse más hermosas— me explicó con seriedad ¿Por qué no sonríe? Si se ven tan hermosas al menos debería decirlo con orgullo.

—¿Estás seguro?— le pregunté.

—Eso dicen ellas— se encogió de hombros y ahora sí sonrió.
—Igual tú ya eres muy hermosa pero si quieres...

No sé como se usan, ni les veo sentido ¿Cómo una cajita con cuadraditos y un par de pomos de crema pueden cambiarme?

—No, mejor no—tomé con miedo su mano y comencé a caminar.

No me rechaza, está dejando que junte nuestras manos ¡¡¡Es tan lindo!!! ¡Estoy tomando la mano del alfa! Lo vi de reojo y cuando me pilló aparté la mirada.
—Está lindo el día— pero que tonta, por la diosa, Genna ¿Por qué dijiste eso?

—Estás muy hermosa, preciosa— dijo viéndome a mí y le dio un cariñoso apretón a mi mano. —El día quiero decir— ambos vimos hacia arriba, el cielo está gris, parece que va a llover.

Intercambiamos miradas y reímos.

—¿Te pongo nerviosa?— volvió a ser el lobo malo gruñón con aparente seriedad.

—¿No?— desvié la mirada, esto es muy vergonzoso. —¡Logan venden globos!¡¿Me compras?!— lo vi con ojitos de cachorra.

Hace años que no inflo un globo o juego con uno. Mis hermanos siempre se olvidaba de regalarme o de ponerlos como adornos para mi cumpleaños.

Logan siguió mis ojos y yo me apresuré a entrar en la tienda que dice "Farmacia".

—No, sigamos— el rubor subió a sus mejillas.

—Pero yo quiero globos ¿Puedes comprarme? Luego Loan te devolverá el dinero—le prometí e hice puchero para convencerlo.

Algunas mujeres que caminaban cerca se dieron la vuelta para mirarnos y se empezaron a reír, Logan les gruñó y tuve que soltarme de su mano porque me apretó muy fuerte la mía.

—Genna, sigamos lobita—me repitió.

—Pero... Te pagaré, lo prometo—tomé la perilla de la tienda para abrirla.

—Genna no sé como explicarte esto, pero esos en no son globos comunes, en unas calles hay un cotillón allí te compraré globos de niños— me habló con paciencia y les gruñó a las mujeres que se seguían riendo.

—Soy una adolescente, no quiero globos de niños— no quiero que me vea como a una niña, eso es tan irritante.

—Cariño escucha, no te compraré globos aquí, por favor vamos— me pidió.

Tal vez no tiene dinero.

—Vale— lo seguí por los caminos de la manada y agudicé mi oído al pasar junto a esas señoras que se reían.

—¿La viste? Ella es sólo una niña, jamás podrá complacer ni llegar a la altura del alfa.—

—Tatiana sería mucho mejor luna que ella—

—Tatiana es mejor luna que ella, solo hay que esperar a que el alfa abra bien los ojos—

—Quiero volver— di media vuelta y caminé arrastrando los pies por las calles de tierra.
Una lágrima se deslizó por mi mejilla y la quité.

—Pequeña ¿por qué lloras?—quiso saber.

Pequeña, para él soy una pequeña niña, para todos lo soy. La criada del alfa, seguro todos me ven así.

Más risas se escucharon y las vi de reojo, Logan les gruñó y todas bajaron sus cabezas.

—No les hagas caso, ellas no conocen a sus mates, no entienden lo que nosotros tenemos— me sonrió —Además, una pequeña mate es mucho mejor ¿Quieres saber por qué?—me preguntó y negué con la cabeza gacha.

Realmente no quiero.

—Igual te lo diré— me sacó la lengua haciéndome reír —Tener una pequeña mate es mucho mejor porque te conozco desde niña y viví toda la vida junto a ti, nunca me perdí nada. En cambio los mates adultos siempre temen que el pasado de sus mates no haya sido perfecto, ellos se lamentan por no haber podido llegar antes y míranos a nosotros. Yo te veo muy feliz con tus dos molestos hermanos y conmigo siempre cuidándote— me abrazó —No tiene nada de malo que seas una adolescente Genna, todos en algún momento pasamos por esa etapa y créeme cuando te digo que al llegar tu adultos vas a querer volver a ser pequeña, las cosas son más fáciles.

—Pero ellas son perfectas, Logan míralas.— corrí la cabeza para verlas y él me gruñó.

—No Genna, tú mírame a mí, no las veas a ellas. Tú eres la perfecta aquí, tú eres la luna, tú tienes algo que ninguna de ellas podrán tener nunca y por eso se conforman con decir tonterías— gruñó molesto.

—¿Y qué es eso?— me sequé los ojos.

—Mi corazón, tú tienes mi corazón y a mi corazón no le importa lo que digan los demás porque yo siento con el alma, no con los ojos, no con los oídos