CAPÍTULO 21=Alaska.

Genna=

Cuando salí del baño luego de refrescarme con una ducha y bajar el nudo en mi estómago y garganta producto del beso y el rechazo de Logan me entristecí mucho, creí que él me iba a estar esperando, que al menos nos daríamos un último abrazo antes de que él se fuera, pero al salir, la habitación estaba vacía, la ventana abierta y el viento entraba, soplando y llevándose su aroma el cual a este punto casi no se siente.

Caminé por los pasillos de mi casa algo decepcionada por lo que pasó luego del beso y cuando llegué a la sala mis hermanos ya habían comenzado a desayunar y no había rastro de otra mujer que me robara mi tasa y mi cuchara.

—Aquí peque— Loan ubicó mi tasa junto a él, me sirvió té y me hizo sandwichitos de galletitas saladas con queso para que yo comiera.

Besé las mejillas de ambos como todas las mañanas y me senté a comer, mi panza rugía y me comí los primeros tres sandwichitos muy rápido.

—Genna nos vamos— Lion escribía en un papel y me hablaba a la vez.

—¿A dónde?— Le eché cuatro cucharadas de azúcar al té y me lo quedé mirando sin saber si ya estaría muy dulce o si aguantaba para unas tres más.

—A Alaska.

La azúcar se me cayó encima y me levanté rápidamente para limpiarme.

—¿Es una broma, no?— les pregunté asustada. Alaska está muy lejos, allí hay muchas manadas y nieve en invierno pero no quiero ir a ese lugar.

—No es una broma, Genna— me sonrió Loan.

—Debes preparar lo esencial, nos vamos esta noche cuando los guardias que puso el idiota se hayan dormido— dijo Lion y me dieron ganas de gruñirle y picarle el ojo por llamar al lobo malo, idiota.

No volveré a verlo. La noticia no me gustó desde un principio y ahora me gusta mucho menos, me siento rara ahora que sé que ya no estaré cerca de mi mate, es como si me quitarán una parte muy importante de mi, siento que si me voy no podré volver a sonreír, ni siquiera puedo imaginarme una vida luego de esto pero ¿Por qué? Yo antes no lo quería, me dio mucho miedo encontrarlo aquél día en la laguna pero también ese mismo día pasó algo diferente, cuando estuve en sus brazos...él hizo que todo el temor se fuera.

—¿Genna estás bien?— Loan me acarició la mejilla y tocó mi frente como hoy en la mañana.

—Sí, no es nada—concluí y me senté en la mesa a pensar en mis posibilidades de quedarme aquí.

Loan no me dejará quedarme sola y Lion no me dejará quedarme con Logan y cualquiera de los se opondría si les cuento que Logan a estado viniendo.

Tanteé en la mesa buscando la tasa de mi té y vi la hora en el reloj de la pared, es muy temprano, aún faltan horas para la noche, si me apresuro podría ir a la manada para despedirme y luego volver aquí con mis hermanos.

—¡¡Genna cuidado!!—golpeé la mano con algo y el calor hiriente del té me cayó en las piernas haciéndome gritar y dar saltitos lejos de la mesa.

—¿Estás bien?—Ambos empezaron a secarme con las servilletas.

—Sí— estiré mi ropa pegajosa para que no me incomodara tanto y los tres nos miramos al escuchar un aullido seguido de otro y otro, la casa se sacudió y los tres pensamos lo mismo.

—La línea— advertimos y ambos corrieron hacia el patio y yo a mi habitación a cambiarme de ropa porque así no podía ni moverme.

Los aullidos no pararon en ningún momento, me costaba saber que decían pues nunca había aprendido algo más allá de lo básico pero algo en mí me decía que no era nada bueno.

Me puse la ropa más suelta que encontré y corrí hacia la entrada, los guardias eran los que aullaban.

—¿Qué les pasa?— me acerqué y
Lion y Loan que estaban cerca de la línea viéndolos con odio y rencor me alejaron y pronto tuvimos a casi todos los guardias de Logan en la entrada.

—Suéltenla— pude reconocer al hombre que habló, no recuerdo su nombre pero sí sé quién es y también recuerdo algo sobre un niño asustadizo.

—Lárguense de aquí— Lion sonó igual de intimidante que el hombre.

De repente todos los guardias bajaron sus cabezas y un enorme lobo negro con ojos amarillos profundos y un pelaje brillante y lindo caminó con pasos firmes hacia nosotros, el campo de fuerza no lo lanzó ni le hizo nada y mis hermanos retrocedieron llevándome con ellos y ocultándose tras sus espaldas.

—Aléjense de mi compañera— Logan hacía temblar el suelo o talvez era mi mundo porque en cuanto lo vi tuve unas enormes ganas de acariciarlo.

—¿Tú compañera? ¡Es una niña!— Las garras de Lion estaban creciendo.

—¡Y por esa razón deberían cuidarla y no hacerle daño!—Logan quedó a sólo un metro acorralándonos contra la casa, todos sus guardias estaban del otro lado del campo de fuerza porque ninguno podía pasar así que eramos él y nosotros.

—Nosotros nunca le hicimos daño— las garras de Lion crecieron mucho más.

Logan le gruñó y avanzó, utilicé toda la fuerza que tuve y empujé a los dos altos muros de concreto que eran mis hermanos mayores, súper protectores.

—Logan ellos no me hicieron nada— me acerqué con cuidado, sabía que a mí nunca me haría daño pero no podía decir lo mismo sobre mis hermanos.

—Nos vamos a la manada, sube— en ningún momento sus ojos amarillos se apartaron de los gemelos.

—¿Podrías escucharme?— sujeté su hocico y me agaché frente a él para que me diera toda su atención a mí y dejara de gruñir como lobo cascarrabias.

—No hay nada de que hablar Genna, sube— ordenó. Sentí la fuerza de su poder chocar contra mi mente como si tratara de obligarme utilizando su poder de lobo pero algo en mí bloqueaba gran parte de su orden, tal vez mi sangre vampírica.

—Logan si no me escuchas te irás solo— le gruñí. Estaba muy molesta, no puedo creer que haya intentado obligarme a ir con él, ya soy grande, no debería utilizar su edad en mi contra.

—Lobita hablaremos en mi casa, ahora súbete a mi lomo antes de que tus hermanos respiren y yo los mate por tocarte...

—¿Matarnos? ¡Tú no matarás a nadie perro pulgoso, no eres nada sin tus guardias y aléjate de nuestra hermana!— Loan le gruñó y tuve que apretarle el hocico a Logan para que no se les abalanzara.

—Loan basta, todo esto es un mal entendido y lo sabes.— murmuré y me concentré en el lobo malo, junté mi frente con su cabeza, conecté nuestros ojos y como en el sueño la conexión se formó con fuerza. —Ellos no me lastimaron pero si me explicas porqué estás tan alterado y gruñón podremos solucionarlo.

Le echó una mirada a mis hermanos y suspiró sobre mi mano.

—Está bien, apúrate así luego como filete de vampiro— lo dijo como si la vida de mis hermanos no valiera nada cuando en realidad ellos son todo para mí y Logan apenas es un conocido al cual llamo lobo malo.

—Apúrate tú lobo malo, yo estoy esperando a saber qué haces aquí y dónde vuelves a llamar filete a Lion o a Loan te echaré a patadas de aquí— le gruñí y escuché varias risas provenientes del otro lado de la línea.

—Genna— gruñó y al ver mi mala cara y mis brazos cruzados suspiró frustrado y comenzó a contarme —Mis guardias te oyeron gritar— me explicó y le eché una lenta ojeada a todos los lobos que estaban afuera para cuidarme.

—¿Y sólo por eso traes a toda la manada? Logan grité porque se me cayó el té encima— solté su hocico y caminé de un lado al otro frente a él y mis hermanos.
—Me voy a mudar a Alaska, esa es la razón por la cual me distraje la noticia me tomó por sorpresa y...

—¡No debía saberlo de esta forma!— me gritó Tiara pero ya era tarde, Logan y al parecer todos los hombres me escucharon.

—¿Cómo qué te vas a Alaska? Tú no te irás a ningún otro lado que no sea mi casa, sube anda, tenemos mucho de que hablar señorita— gruñó como si fuera mi padre y me habló con autoridad, una forma de hablar que ni Lion ni Loan nunca habían ejercido sobre mí.

—Logan entiendo que estés enojado, yo también lo estoy pero no eres mi padre...

—Exacto, nosotros lo somos- Lion volvió a esconderme detrás de su gran espalda y por su altura no pude seguir viendo al lobo malo que una vez más comenzó a gruñir.

—Exijo que me digan la razón por la que separan a mi luna de mí— Logan estaba tratando de intimidar a dos híbridos rebeldes que siempre han disfrutado de su libertad, mala idea.

—Nosotros exigimos que te largues— Lion y Loan me tomaron de las manos y empezaron a llevarme hacia adentro.

—¡Y ya no entres así!— le gritó Loan como niño chiquito y le cerró la puerta en la cara.

—¿Puedo ir a mi habitación?— les pregunté y ambos asintieron y también se metieron en sus habitaciones para empacar.

—Genna estoy adentro—abrí la puerta y Logan estaba parado frente a mí mueble con los brazos cruzados y todo el cuerpo tenso pero al menos esta vez sí tenía ropa.

—Hola— susurré nerviosa.

Él caminó hasta mí y en vez de abrazarme o besarme me levantó la camiseta dejando a la vista mi ombligo y mi piel rojiza a causa de la quemadura del té.

—Dijiste que no te habían lastimado— no sé si está más enojado con ellos o conmigo.

—Se me cayó el té— le repetí la verdad y saqué la maleta rosa de debajo de mi cama, le soplé el polvo, la abrí y comencé a meter la ropa que más uso en ella.

—Supongamos que te creo— gruñó mirando hacia la puerta y yo rodeé los ojos, el lobo malo es muy testarudo cuando quiere.
—No empaques, vas a venir conmigo y vivirás en la manada— otra vez trató de imponer su poder conmigo.

—No hagas eso— le gruñí y acaricié su mejilla al acercarme. —Logan no tengo opción, mis hermanos son toda mi familia y no quiero abandonarlos, ellos estuvieron para mí cuando mis padres murieron, ellos me cuidaron y me salvaron cuando Darla y tú me lastimaron— me encogí de hombros y seguí empacando, lo iba a extrañar y mucho pero sueños compartidos y discusiones por besos prohibidos no valen la pena si los comparas con el amor de los hermanos mayores.

—Genna no hace falta que los dejes— suspiró luego de eso y bufó —Ellos pueden venir y ser parte de mi manada también— lo vi de reojo, está muy enojado, mis hermanos no le agradan pero es capaz de aceptarlos por mí. Tal vez el lobo malo no es tan malo como creí.

—Yo calificaré eso y aún no lo perdono— gruñó Tiara.

—¿De verdad harías eso para que no me vaya?— le pregunté dudando.

—Genna si Alaska y tus hermanos están entre medio de nosotros te juro que bajaría los glaciares y atravesaría la montaña para estar contigo y además— sonrió travieso
—Necesito nuevos sirvientes— se encogió de hombros y arruinó la frase bonita.

—No serán tus sirvientes— le gruñí.

—Vale— rodó los ojos y me quitó la maleta —No se irán así que no tienes razón para empacar— sí claro, aún tengo que decirles a mis hermanos.

Que dura es la vida con Logan, al menos espero que en su heladera haya chocolates para tentar a mis hermanos de ir.

Logan=

Para todavía ser una cachorra es muy testaruda y me gusta que tenga carácter, va a ser muy buena luna cuando llegue el momento.

—¿Y bien?— me recargué en la pared y observé a los dos hermanos idénticos que me miraban con odio pero con cariño a su hermana.

No parecen malos pero por si acaso le pondremos cámaras para vigilarlos— dijo Tax con desconfianza.

—No iremos contigo— hablaron al mismo tiempo y me fastidiaron mil veces al hacer eso.

—No dejaré que Genna se aleje, no tienen opción— me acomodé más en la pared.

—¿Logan está todo bien? Nos estamos aburriendo aquí afuera— me habló Alec desde el otro lado del campo de fuerza.

—Cuéntanos el chisme— suplicó Jeins.

No hay chisme, Genna vendrá conmigo sí o sí— les informé.

—No iremos con alguien como tú, a lo largo de los años has matado a muchos de nuestros amigos, eres un asesino— me acusó el que creo que es Lion.

—¿Eso es cierto?— Genna me veía con desconfianza, sus ojos mirándome tan fríos me obligaban a verla de otra forma y no me gustaba, me provoca dolor como si volviéramos a aquél día cuando dijo que me odiaba y que ella estaba mejor sin mí

¿Lo seguirá pensando?

—Sí—No podía mentirle cuando me mira de esa forma tan dolida y horrorizada.

—Pe...pero...

—Él puede ser tu mate Genna pero no dejará de ser un asesino. Su manada es la más fuerte porque han superado a todas las otras tanto en fuerza como en...

—Genna eso no es cierto, jamás atacamos a ninguna manada, nuestra manada es la más fuerte porque no luchamos y los guardias siempre están entrenando...

—No sé a quien creerle— susurró bajando la vista a sus pies.
—¿Alguna vez mataste a alguien Logan?—me preguntó.

—Sólo a los que me han atacado o han hecho algo terrible— respondí con sinceridad.

—¿Y ustedes?— miró a sus hermanos.

—Sí— respondió Lion.

—No— respondió Loan poniéndole carita inocente.

—¿Puedo ir a visitarlos?— sonreí muy feliz.

¡Esa es nuestra lobita, ahí tienen idiotas ella es nuestra!— gritó Tax tan feliz como yo.