🐺Capítulo 2|Mate
CAPÍTULO 2= Mate.
Genna=
Estaba en el bosque comiendo el feo pescado que un pájaro trató de quitarme pero no lo hizo porque mi gruñido lo asustó y salió volando lejos y llevándose a sus amigos con el, cuando un gran grupo de lobos enormes vino conmigo.
Les pregunté si querían pescado, les conté que mamá me había enseñado a compartir antes de morir y ellos se sentaron a mí alrededor y comenzaron a aullar llamando al lobo mayor y ahora estoy entre sus brazos tratando de morderlo para que me suelte pero no lo hace.
El chico me llevó a una enorme casa lejos de donde yo duermo en el bosque. La tierra aquí está seca pero todos nos miran raro y murmuran.
El chico gruñe a cada rato, parece que está en el baño ¿Será que ya no aguanta y saca los gases por la boca?
Nos acercamos más a las casas y él utilizó mi cabello para tapar sus gases de boca.
-Hueles estupendo- los gases pararon y me sonrió. Volvió a mirar a su alrededor, un chico más bajo pasaba y al vernos abrió tanto la boca que creí que iba a sacar un gas pero no, no dijo nada y este chico que me carga volvió a gruñir.
-Déjame volver- le pedí y él no me hizo caso y siguió olfateando mi pelo.
-Hueles estupendo- repitió y se llevó puesto un escalón de la entrada haciéndonos caer.
Logan=
Escuché que ella me habló pero no le hice caso, seguí olfateando su pelo y murmurando sobre lo deliciosa que huele. Chocolates y nuez mis dos cosas favoritas uniéndose para ser la esencia de mi mate, no podría pedir nada más rico. Hay lobos que aseguran que sus mates huelen a frutilla pero mi lobita no, ella es única.
Seguí caminando, tropecé con algo porque me distraje y ambos caímos al piso. Yo no me hice nada pero mi loba soltó un fuerte aullido de dolor, corrí hacia ella que había caído a varios metros lejos de mí y de su brazo salía sangre.
La tomé de nuevo en mis brazos y entré corriendo con ella a mi casa.
¡Se va a morir!- Tax comenzó a llorar -¡Márcala, no podemos perderla, márcala!- gritó como loco.
-Lo siento- me disculpé con ella sintiéndome el peor mate del mundo y empecé a curarle la herida. Ella lloraba y se retorcía de dolor mientras que yo sufría por haberle hecho daño. Y con una aguja e hilo le cosía la herida que le abrí en su pequeño bracito.
-Por favor lobita quédate quieta- le pedí y ella me empujo lejos. Para este momento el corazón me latía acelerado y mis manos temblaban por miedo a haberle hecho más daño al coserle la herida, talvez debí ponerle una curita y echarle alcohol.
-¡Déjame!- me gritó cuando quise ayudarla y cambió de forma para intentar huir pero su patita delantera le falló haciéndola caer y volvió a ser una humana muy linda con ello largo y negro, ojos del mismo color, labios pequeños y rojizos...
¡Se va a morir!- Tax seguía llorando.
Miré a mi loba y su herida se abrió mucho más, su llanto aumentó y la cargué en mis brazos una vez más.
-Si sigues intentando huir te seguirás lastimando- le dije tratando de calmarme yo también. Tenerla llorando me disgustaba, quería que sonriera y me presumiera pero ella no me dijo nada y seguí curándole lo que le hice.
-¿Te duele?- le pregunté. Quería escuchar su linda voz para que me dijera que no le dolía y escucharla decir que me perdonaba pero ella no habló y cuando volví a levantar la cabeza ella estaba roja.
Sonreí y Tax suspiró enamorado.
Márcala, si no lo hacemos esa lobita linda no se curará tan rápido- ignoré sus palabras para convencerme de marcar a una niña y seguí con mi tarea de atender a mi mate.
¡Por favor Logan!¡Mira su lindura, está roja como tomatito cherry!- reí por dentro y seguí ignorándolo, ella daba saltitos y sollozaba cuando la aguja la pinchaba.
-Escucha, nadie puede saber que te lastimé, creerán que soy malo contigo- le hice un nudo y corté el hilo, le limpié la sangre y la abracé.
-Eres malo- volvió a llorar
-Déjame ir y no le diré a nadie ¿Trato?- hizo pucherito y hasta los osos pandas bebés se vieron opacados por tanta lindura.
-No, no hay trato- le acaricié el brazo y aspiré su aroma -Mi perfume favorito eres tú- ronroneé.
Márcala! Mira su cuello, solo piénsalo, ella es nuestra, debe llevar nuestra marca- Tax seguía como loco pero tenía razón, ella es nuestra.
Acaricié la piel de su cuello con mis dedos y ella me miró nerviosa. Los pequeños cabellitos de su nuca se erizaron y me miró con miedo y el rubor característico de sus mejillas se intensificó.
-¿Qué es lo que te sucede?- mi voz sonó muy ronca, parecía cortante pero es su culpa, su aroma me hace algo, afecta a mi forma de pensar y a la de Tax.
-Pareces un tomate- le sonreí como por tercera vez en el día. Nunca sonrío tanto, soy el alfa de alfas no es normal que sonría pero con ella mis labios sienten la necesidad de hacerlo.
-Estoy desnuda- susurró asustada.
La miré de arriba a bajo con rapidez. Ahora entiendo, ese detalle se me había pasado, seguro ahora ella cree que soy un distraído pero es que es tanta la fascinación que tengo con ella que no puedo evitarlo.
-Eres hermosa- reconocí. Quería que lo supiera y que eso nunca se le olvidara pero en vez de hacerla sentir bien, ella me volvió a empujar, saltó de la mesa y se alejó de mí colocándose en posición de ataque.
Puede hacernos lo que quiera, deja que nos ataque, da igual, la amamos aunque nos mate- murmuraba Tax.
-Lobita no quise decir eso- traté de hacerle entender que no era malo, que mis intenciones no eran otras que cuidarla pero ella al ser tan pequeña lo malinterpretó y me gruñó.
-No estoy diciendo que eres fea tampoco-volvió a gruñirme
-Dios las mujeres son complicadas y ni siquiera eres totalmente una, te faltan algunos centímetros y muchos años- siguió gruñendo.
-¿Qué te pasa? ¿Podrías dejar de estar tan a la defensiva?- le pregunté y me gruñó. Parece un juego, algo así como "el que más gruñe gana". -Mira si sigues enojándote perderás el control, te transformarás y tendré que volver a coserte la herida- jugué mi última carta y ella se relajó un poco.
-¿Puedo revisar cómo te quedó el bracito?- Me acerqué a ella y no pude evitar mirarla a esos hermosos ojos negros que tiene.
Los de ella cambiaron de color pero no se pusieron completamente dorados como los de cualquier lobo harían sino que eran dorados con manchitas rojas.
Es una híbrida- Tax estaba cada vez más feliz y raro. Él siempre es serio, se comporta como todo un gruñón al igual que yo y ahora está como peluche de felpa.
-¿Qué eres?- Le pregunté a ella acariciando con las yemas de mis dedos su mejilla. Mis dedos picaron y ella cerró sus ojos.
-Soy mitad vampira y loba- abrió los ojos y me miró asustada. -No le haré daño a nadie- bajó la mirada. Esta no es la primera vez que dice eso, lo ví en sus ojos. Ella puede ser solo una niña pero se nota que pasó por mucho.
-Confío en ti y yo tampoco te haré nada- la abracé y le di fuerzas a mis palabras con esta demostración de mi cariño.
-Por favor, no- pidió y la solté. Si quiero que me acepte es mejor no presionarla y dejar los abrazos para luego cuando haya más confianza y ella se sienta a salvo.
-¿Qué edad tienes?- Le pregunté. Su cuerpo apenas está apenas empezando el desarrollo y no tiene mucha altura.
-11- dijo tímidamente, el rubor seguía en sus mejillas.
-¿Sabes lo que tú y yo somos?- le pregunté y ella asintió. Me sentí satisfecho por eso, no quería explicarle lo que éramos pues soy tan bruto que seguro le diría que ella es mía que me pertenece o algo por el estilo.
-Eres mi dueño- mi sonrisa se fue con eso. Ella no tiene idea de la enorme diferencia que hay entra lo que somos y lo que ella afirma ser.
-Soy tu mate- corregí.
-¿Mate? ¿Eso es dueño?-preguntó y negué con la cabeza. Debía elegir palabras fáciles y que ella pudiera entender sin hacerle un enorme revoltijo en la cabeza.
-Mate significa que soy tu compañero de vida- Le expliqué finalmente.
-Papá una vez dijo que mi mate sería mi dueño-me contó y miró a sus pies que desde hace rato los balancea.
-¿Por eso huiste de aquí la primera vez?- le pregunté y ella se quedó callada. -¿Por qué vivías en el bosque?- le pregunté. Quería que siguiera hablando, su voz era como música para mis oídos.
-Soy huérfana- levantó sus dos hombros y los volvió a bajar fingiendo que no le importaba pero yo sabía que le dolía estar sola, no sé cómo pero lo sentía.
Me acerqué más a ella y le besé las manos.
-Ya no lo eres más. De ahora en adelante...- Apoyó sus manos en mi pecho para alejarme y retrocedí por instinto.
-Por favor no-dijo con lágrimas en los ojos.
Volví a retroceder.
-No te estoy haciendo nada.- De repente me sentí cansado, sentía que había caminado por el desierto aunque sabía que no era así.
Es ella, márcala y nos sentiremos bien- Tax no dejaba de molestar.
-¿Puedo abrazarte?- le pregunté a ella que me miraba aterrada y yo solo tenía una intención y era mimarla.
-¿Abrazo?- preguntó y me sentí peor.
-¿No sabes lo que es?- ella negó con la cabeza casi al mismo tiempo en que yo terminé de hablar. -Un abrazo es algo que hacemos para demostrar cariño a los demás-
-¿Cariño?- siguió preguntando y esta vez yo fui el que gruñó.
-Es cuando quieres mucho a alguien- le expliqué.
-¿Tu me quieres?- preguntó y por primera vez desde que la encontré me dí cuenta del enorme efecto que causa en mí. Yo soy de esas personas que odia demostrar sus sentimientos y más a una chica. Si quiero ser el mejor alfa de todos las personas me tienen que temer pero con ella no quiero eso.
-Sí, te quiero más que a nada lobita.
Ella salió corriendo y me dejó solo, embobado y dolido mirando su tercer huida.
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