🐺 Capítulo 18|Cajas.
CAPÍTULO 18= Cajas.
Genna=
¿Me estoy enamorando? La reacción de mi cuerpo y la apreciación del nuevo aroma instalado en el ambiente proveniente del lobo malo me dan indicios de que es así.
Mi estómago se retuerce, mis pensamientos se vuelven borrosos y me distraigo fácilmente. Logan se fue y yo me acosté pero no logré dormir ni dejar de pensar en él.
Su aroma a chocolates y nueces está en toda la habitación y eso por alguna razón me gusta, siento la fuerza que emerge de él incluso ahora que no está cerca, no me sorprende que haya podido pasar la línea blanca, ahora los que sí se van a llevar una gran sorpresa van a ser mis hermanos cuando vean que el campo de fuerza está roto.
No si lo arreglamos antes— me sugirió Tiara y me mostró como hacerlo con dos imágenes, una de sangre y la otra de sal.
Me encaminé hacia la salida, tarareé una canción y al ir acercándome a la puerta de Loan escuché ruidos raros provenientes de su habitación.
Yo que tú no abriría la puerta ni intentaría escuchar—dijo Tiara pero no le hice caso y apoyé la oreja en la puerta.
No podía ignorar esos sonidos ¿Qué tal si está lastimado o herido?
¡Genna no!— gritó Tiara.
Shh, no puedo escuchar— le dije molesta porque no se calla.
Agudicé mis oídos y escuché la voz de una mujer y la voz de mi hermano diciendo cosas inentendibles como si se ahogara con algo.
¿Qué es lo que hacen?
No importa, vamos al patio antes de que nos escuchen, no quiero escuchar cuando les pidas una explicación, sería muy vergonzoso— dijo, le iba a preguntar porqué sería vergonzoso pero la luz del amanecer atravesó una de las ventanas y entonces supe que debía darme prisa si no quería yo ser la que tenga que dar explicaciones.
Me apresuré en un trote silencioso hacia la cocina, busqué la sal en el mueble y una vez en mis manos metí un poco en un pote y salí afuera con un cuchillo para hacerme un pequeño corte en la mano. El sol se veía en el orisonte y yo caí en la cuenta de que me había pasado la noche entera pensando en Logan.
Al acercarme a la línea la vi, estaba completamente borrada de punta a punta y el pasto parecía quemado en ciertos lugares.
Apresúrate!— me apuró Tiara y yo me agaché en la tierra, realicé un pequeño corte en la palma
de mi mano y dejé caer las gotas en la cuenca con sal. Mesclé todo con el cuchillo y mientras más sangre agregaba menos blanca quedaba la sal.
Tiara algo salió mal, esto debería ser blanco— me preocupé. Los ruidos raros dejaron de escucharse y las voces se hicieron presentes.
Definitivamente había otra mujer aparte de mí en la casa.
¡Rocíalo!— me gritó Tiara cuando escuchamos una puerta abrirce.
Exparsí el líquido carmesí sobre el lugar donde la anterior línea estaba y ahogué un grito del susto cuando la puerta principal se abrió y mi hermano Loan salió seguido de una mujer, se despidieron con un beso y yo miré hacia todos lados asustada por no saber donde ocultarme para que no me retara.
Algo tocó mi hombro, me giré lentamente y un alto hombre me cubrió la boca y nos metió detrás de un árbol.
Grité contra su mano, lo mordí incluso para que me suelte y aunque se quejó no me soltó y miró por sobre mi cabeza hacia la casa.
—Luna soy el guardia de su mate, el alfa nos pidió que la cuidáramos— me miró a los ojos al decir esto y con cuidado me quitó la mano de la cara.
—¿Por qué Logan haría eso?—le pregunté desconcertada y muy agitada.
—El alfa no quiere que nada le pase— me explicó. Sacó una cantimplora de una mochila y la acercó a mi mano, le echó agua a mi cortesito ,me secó la palma y luego lo cubrió con una curita.
—Listo luna— retrocedió dejando un metro de distancia entre él y yo.
—Gracias pero ¿Por qué me tragiste aquí? Me diste un susto de muerte— reí y él no, parecía que su trabajo era ser serio y no feliz.
—La ví en apuros— se encogió de hombros —¿Me podría explicar luna porqué se escondía de su hermano?¿Él le hace daño?¿La maltrata?— interrogó.
—¡Claro que no!— exclamé ofendida —Sólo me escondí porque Logan rompió la línea y nadie debía saber que yo lo dejé entrar, desde que lo conocí ese lobo malo no hace más que meterme en problemas— gruñí y me di la vuelta para irme.
—Luna...— me llamó y me giré.
—¿Qué?— pregunté asustada, el hombre se me había acercado mucho.
—Tenga— me dio el cuchillo y la cuenca con los restos de sal de sangre.
—Oh, lo siento— susurré avergonzada y tomé las cosas.
—¿Cuál es tu nombre?— le pregunté al darme cuenta de que no sabía a quién le estaba agradeciendo.
—No es correcto que lo sepa Luna, si el alfa se llegase a enterar de que le puse la mano en la boca me mataría— dijo con seriedad, definitivamente la muerte no es uno de sus miedos.
—Vale, entonces gracias— le sonreí en agradecimiento y trepé la pared hasta que entré a mi habitación, me metí entre las sábanas y me arropé a mi misma con las mantas, luego recordé que dejé la luz encendida y me tuve que levantar a apagarla.
Logan=
Me desperté de muy buen humor y oliendo a mi loba favorita en este mundo, me duché, perfumé y luego recordé que debía ir a verla en la noche y no ahora en la mañana, mi buen humor se esfumó un poco con ese recordatorio pero no bajé del todo los ánimos, la alegría de encontrarla y saber que está bien no se irá ni con la peor noticia de todas.
—Buenos días— dije feliz al atravesar la cocina y ver a mis hermanos en la sala esperándome. Alec y Jeins se miraron y luego me miraron a mí.
—¿Estas bien?—preguntaron, se acercaron y ambos llevaron sus manos a mi frente.
—Sí, estoy más que bien—dije sonriendo.
Actúa normal idiota, somos el alfa más poderoso de todos y te comportas como una colegiala enamorada—me reprochó Tax y me puse serio.
Maldición, ahora sí tiene razón, sólo me falta la faldita y me veré como la hija de Alec que está loca por sus bandas de chicos.
Lo sabía ¡Siempre tengo la razón!—festejó Tax y rodeé los ojos.
—¿Nos vamos?—pregunté en mi típico tono cortante ocultando la felicidad bajo la dura coraza que es mi atractivo rostro.
—Y volvió el Logan de siempre—dijeron riendo y los tres subimos por las escaleras, bajamos las muchísimas cajas y las dejamos apiladas en el porche.
—¿Y ahora?— preguntó Jeins agitado.
Para ser pariente de un alfa está algo flacucho y le falta fuerza.
—Ahora se las regalaremos a los niños, sus madres nos odiarán por darles chocolate pero esto hará que los cachorros dejen de asustarse al verme— me encogí de hombros, es un dos por uno ¿No?
—Ajá y de paso te entretienes para no pensar en cierta loba que te tiene colado ¿A qué sí?— se burló Alec.
—Sí, cállate tú actúas rarito cuando estás con Laya y nadie te dice nada— me quejé.
—Definitivamente volvió el Logan de siempre— se rieron entre ellos y Jeins abrió una caja de chocolates y comenzó a comer.
—Oye déjale algo para los niños— lo retó Alec.
Jeins cortó la barra de chocolates por la mitad y le convidó.
—No quiero—le dijo.
—Hazme caso y pruébalo, es el chocolate más rico que alguna vez probé— gruñí por eso y Alec se rindió muy pronto y probó el dulce.
—¡Es cierto!— ambos arrasaron con la primer caja y continuaron con la siguiente.
—Logan— dijo Jeins con chocolate en toda la boca —¿De dónde lo sacaste?— se llevó otra barrita a la boca.
—Lo traen de Italia, es caro pero es el que más se le parece a mi loba— les expliqué de mala gana, odio que saboreen de esa forma el chocolate y murmuren sobre lo rico que es. Se siente como si hablarán de Genna y eso no me gusta en lo más mínimo.
—Ten— Alec me dio y lo arrojé, ambos rieron y siguieron comiendo. —No te pongas así, le dejaremos algo a los niños.— me aseguró.
—Si queda— susurró Jeins y les quité la caja.
—Oigan entiendo que sea adictivo pero si les sigo dando Laya te matará Alec y a ti Jeins papá se enojará porque comes porquerías y no ejercitas— guardé la caja y la alejé de ellos.
Ambos me vieron haciendo puchero.
—No seas así— juntaron sus manitos frente a sus bocas y les di el último chocolate. Alguien golpeó a la puerta y al abrir uno de mis guardias estaba allí.
—¿Qué sucede?— le pregunté.
—Alfa su mate...— miró hacia atrás y se quedó con la boca abierta al ver cómo mis hermanos eran dos grandes manchas de chocolate que ensucian mi piso.
—¿Qué le pasa a Genna?—lo saqué de su distracción.
—Ella reforzó la línea— me informó y tanto Tax como yo gruñimos.
Nos constó un montón destruir ese campo de fuerza ¿Por qué lo reinstaló y reforzó?
—Gracias— tomé una caja de nueces y chocolates y se la di —Te lo regalo, haz correr la voz, tenemos muchas cajas— le cerré la puerta en la cara y me giré a ver a mis hermanos que se
lamian los dedos disimuladamente mientras me veían.
—No nos veas así— bufé y me dejé caer en el sillón, por más que quiera ir no puedo hacer nada hasta la noche.
—No pongas esa cara, talvez ella la reforzó pero hizo una excepción contigo para que puedas entrar— Jeins se lamió los dedos.
—Talvez sí, no lo había pensado. Comete otro chocolate por eso— sonreí y ambos me gruñeron.
—No somos perros y en todo caso eres el hermano de dos perros lo que te convierte a tí también en uno— me sacaron la lengua y mientras Jeins se lavaba la boca en el lavado de la cocina y Alec se metía al baño, yo le abrí la puerta a los niños que venían muy emocionados por comer chocolate y nueces.
—Logan ¿Qué opinas de los rogues?— Jeins vino secándose las manos en su pantalón.
—Jeins desde que Genna se fue los he estado matando por llevársela— le recordé.
—Pe...pero ¿No crees que todos sean malos o sí?— me preguntó.
Las gotas de sudor se deslizaban por su frente y se secaba más de la cuenta las manos en sus pantalones.
—No lo sé Jeins, nunca encontré a uno que sea bueno— me encogí de hombros y lo vi sentarse junto a mí con las manos sobre su regazo, la cabeza gacha y el labio temblándole como cuando éramos pequeños y él creía que papá lo iba a retar por comer muchas golosinas.
—Jeins ¿Hay algo que quieras decirme?— se mordió el labio y negó —Vamos Jeins eres un adulto, las niñerías quedaron hace un siglo atrás cuando naciste.
—Hablando hipotéticamente, si Genna quisiera traer a sus hermanos a la manada ¿Tú los aceptarías? Recuerda que son rogues— agregó rápidamente eso último.
—Jeins no puedo decirle que no a Genna pero sí te puedo decir eso a tí, así que dime porqué estás tan curioso con los rogues ¿Volviste a encontrar cachorros y decidiste quedártelos?— me burlé.
—No seas menso y tenía doce— reímos.
—Vale ¿Entonces?— Alec salió del baño y se sentó frente a nosotros.
—Encontré a mi mate— Alec y yo lo abrazamos y le tiramos de la oreja.
—Eso es estupendo ¡Ya no serás del signo virgo!— bromeó Alec y continuamos riendo.
—Es una rogue— el silencio se hizo en la sala como cuando estás en una biblioteca y la bibliotecaria te dice que si no lees te largas.
—¿Cómo se llama?—Quise saber.
—Sara—dijo nervioso.
—Bien, sabes Jeins tengo...tengo que hacer unas cosas pero ponte cómodo— simulé ir por mi espada y no tardé en tenerlo subido a mi espalda dándome golpes en el hombro.
—¡NI SE TE OCURRA HACERLE DAÑO!— Gritó y lo dejé caer, Alec y yo reímos y lo vimos con diversión.
Cambió de forma y me gruñó, lo imité y mordí y tiré de su oreja como cuando él era pequeño y me seguía a todos lados.
—¿Cómo crees que sería capaz de hacerle daño a la chica de tus sueños? Me hieres Jeins, me lastimas, me quemas, es tan intenso el dolor... ¡Oh no! Creo que me voy a desmayar ¡Sostenme Jeins, ahí voy!— me dejé caer sobre él aplastándolo.
—¡Logan!— gritó entre risas y me le salí de encima. El pobre está tan flaco que siento que se va a quebrar todo.
Mírame mocoso no lastimaría a nadie de la familia, la familia es sagrada, así que ve por tu novia y hazle saber que tiene un cuñado de lo más cool.
—¿Seguros de que les agrada la idea...— preguntó viéndonos.
—Por supuesto, ahora que los tres tenemos mates su padre no tratará de darles nuevas parejas o tratar de darle órdenes a la mía— sonrió Alec pero los tres sabíamos que lo decía enserio.
Jeins me miró a mí y reí, le di un lametazo a su cabeza y mordisqueé su oreja como en lo viejos tiempos.
—Todo bien por mi parte— le confirmé.
—Gracias, creí que al ser ella una rogue no se lo tomarian a bien—dijo avergonzado.
—Mira niñito, eres mi hermano y quiero lo mejor para ti, no importa si es omega, rogue o pantera quiero que seas felíz—le dije y él sonrió.
—X2— dijo Alec sonriendo —Diría algo más pero ahora que Logan está sentimental me roba las frases— se excusó.
—Bueno, esto hay que festejarlo— dije evitando el tema de mi sentimentalismo y Jeins sacudió la cabeza.
—Quiero guardarlo en secreto por lo menos por un tiempo hasta que ella y yo nos conozcamos bien—dijo y asentimos comprendiéndolo.
Desde que nació Jeins siempre fue un aventurero feliz, le encantaba jalar de mi orejas, correr sobre mi lomo mientras dábamos largas caminatas por el bosque pero sobre todo de eso le encantaba conocer nuevas personas. Una vez cuando tenía doce años encontró tres cachorros en el bosque, los llevó a escondidas a casa y los alimentó por todo un día hasta que mamá los encontró y los cachorros quedaron a cargo de la guardería de la manada, Jeins se decepcionó mucho cuando los cachorros crecieron y no tenían idea de que él los había salvado de morir en el bosque, entonces se propuso así mismo conocer bien a las personas hasta que ella nos fuera capaces de olvidar los nunca
—Está bien hermano, te apoyo— le sonrió Alec y yo le di un último lametaso antes de subir por las escaleras para irme a vestir.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro