🐺 Capítulo 17|Ventana
CAPÍTULO 17= Ventana.
Genna=
Encontrar a Logan me provocó una especie de shock, por momentos podía pensar con claridad y luego, cuando recordaba su aroma, el calor de sus brazos al rodearme, sus caricias, su voz extrañamente gentil y cariñosa, me perdía y me quedaba mirando con la cabeza medio inclinada y suspirando.
Mi estómago se retorcía, sentía hormigueo y como mariposas revoloteando. Normalmente hablaría de esto con Lion y Loan para estar bien informada y saber de que se trata este sentimiento de dependencia pero como esto incluye al lobo malo prácticamente tengo prohibido contarles.
Caminé de un lado a otro por la habitación y empujé las zapatillas que me estorbaban el paso, hacia bajo de la cama. También llevé varias prendas que estaban en el suelo a el cesto de la ropa sucia del baño de Loan para que luego él las lavara.
Ojeé la habitación e hice una mueca, aún me falta ordenar mi ropa dentro del mueble ¿Por qué es tan molesta esa tarea? Debería ser más sencillo doblarla y meterla pero la fatiga...la fatiga es un fenómeno que gana muchas guerras.
Me acerqué al MP3 para reproducir algo de música mientras limpio y un temblor en toda la habitación hizo que casi cayera y algunas cosas se rompieran.
Asomé la cabeza por la puerta y en el resto de la casa todo parecía normal, Lion y Loan aún dormían y yo seguramente me lo imaginé.
Escuché golpecitos en la ventana, la alerta de mi cuerpo sonó inmediatamente y para no asustarme más decidí ignorar esos golpecitos pero estos insistieron hasta que colmaron mi paciencia y al acercarme y abrir la ventana una piedrita impactó en mi frente y caí de culo al piso.
—Auch— me froté la frente y el culo y me levanté del piso. Asomé una vez más la cabeza por la ventana teniendo mucho cuidado de que no me volvieran a pegar y el idiota que me había golpeado había sido Logan.
Quiere jugar, lánzala a sus piernas!— chilló Tiara pero había un deje de oscuridad en su voz.
Tomé la piedrita del suelo, la cerré entre mis dedos, me incorporé y se la lancé devuelta envocándola justo en su entrepierna haciendo que gima de dolor
—¡Mierda!—se quejó y reí a carcajadas. Dos enormes lobos detrás de él se partieron en carcajadas tan fuertes que hasta yo pude escucharlas en mi cabeza.
¡En la blanco!— chilló muy feliz Tiara —Eso le hará aprender— festejó mi loba.
—¿Dolió no?—dije riendo.
Se siguió retorciendo por algunos segundos más en dónde se abrazaba las entrepierna y abrí mucho los ojos y me los cubrí.
Logan estaba desnudo, le vi su cosa, tengo que lavarme los ojos ya mismo.
Corrí hacia el baño, abrí las llaves de agua y me fregué los ojos tratando de que esa imagen se borrara o se quitara de mi cabeza pero molestamente se seguía repitiendo y Tiara comenzó a ronronear.
Me sequé la cara y caminé por el pasillo hacia mi habitación, al abrir la puerta la imagen volvió a mi cabeza pero proyectada frente a mí porque Logan había entrado.
¿Cómo entró?¡¿Cómo rayitos entró?!
—Vamos, ya pasé el campo de fuerza—me enseñó la ventana pero yo no miré otra cosa que a él.
—No....di...di...di...no...iré...con...
con...co...contigo—tartamudeé cada palabra, me sentía asustada y sin saber que hacer, él está muy cómodo desnudo y yo...yo quiero correr.
—No sabes lo que te extrañé—me abrió sus brazos. ¿Quiere que lo abrace?¿Acaso está loco? Si Lion o Loan llegan a entrar lo van a matar, se acercó y me cubrí los ojos, es medio tarde pero mejor tarde que nunca.
—Lo...lo...gan...ropa...ropa— parecía una rarita, me temblaba todo el cuerpo, los nervios hacían que mis tripas se retorcieran y los pensamientos compartidos de Tiara me hacían querer vomitar.
Es tan lindo, lo comería como a un filete— no dejaba de decir eso.
—Ya vuelvo— salí disparada de ahí, necesito aire, volver a lavarme la cara y conseguirle ropa rápido antes de que se le haga costumbre.
Tomé un pantalón y una remera de Loan, me lavé y sequé la cara refrescándome, respiré hondo y antes de entrar a mi habitación cerré los ojos y con los brazos extendidos hacia cualquier parte sentí como tomaba la ropa y como se ponía cada cosa.
—Listo—anunció luego de subirse el cierre y destapé mis ojos. Ya con su ropa puesta pude pensar con claridad y ver las consecuencias que traería que él estuviera aquí.
—Logan vete—le pedí y me crucé de brazos, me sentía inquieta, guardé las manos en mis bolsillos pero eso me incomodó y los saqué y las dejé en mi cintura pero me sentía la mujer maravilla así que también las quité de ahí y los dejé caer a ambos lados de mi cuerpo.
—Cariño no estés nerviosa— se acercó y me alejé. Su aroma es tan rico como esos aromatizantes que Loan compró una vez y le dieron alergia
—Vete— no se detuvo, su rostro quedó a escasos centímetros del mío, me tomó del mentón como si de una suave caricia se tratara y yo suspiré, su mano quemaba en mi piel y al ver sus ojos noté que estos también quemaban al verme de tan intensa manera.
—No me iré, te estuve buscando por cuatro años lobita— se inclinó cerca de mi rostro y cerró los ojos, me olfateó el cuello e hizo un raro sonido, sus manos apretaron mi camiseta y yo retrocedí y lo obligué a soltarme.
—Logan apenas tengo 15 años—le dije.
—Lo sé, sólo te olía— él sonrió con tranquilidad en los ojos y acarició mi mejilla —Jamás te haría ningún daño lobita pero te necesito cerca, no intentaré tocarte, ni besarte, ni pretenderé que a esta corta edad de tu vida correspondas a mis sentimientos pero si pretendo protegerte y ama de amistosa manera por lo que nos quede de vida.
Caminé hacia él, su voz era hipnótica, me atraía como un imán, cerré mis manos y apreté su camisa, está vez era mi turno, necesitaba olerlo, ronronear en su cuello y aferrarme a sus brazos en un cálido abrazo.
—¿Qué me haces?— en mis pocos años de vida jamás había sentido este apego hacia nadie, la sensación es nueva para mí y creo que por alguna razón para él también. Lo noto por la forma en que me mira, es como si aún se sorprendiera o estuviera tan cautivado por mi abrazo que eso no lo deja pensar con claridad como a mí.
—No te hago nada, así de fuerte es nuestra conexión. Ven a vivir conmigo, tendremos más de estos abrazos— sus caricias a mi cabello me convencían, sus dedos se enredaban en mi larga melena y él disfrutaba la sensación, sus suspiros bajos eran prueba de ello pero había una parte de mí que aún estaba consiente, esa parte era Tiara que no dejaba de recordarme aquella vez que Logan olía mal, él olía a Darla.
Gruñí y sutilmente comencé a retroceder.
—¿Genna?— choqué mis piernas y caí sobre la cama a mis espaldas. —¿Qué pasa cachorrita?¿Por qué estás triste?— se arrodilló delante de mí, tomó mis manos y con sus cálidos labios me besó los nudillos, la punta de los dedos y las palmas.
—Darla— susurré.
—Cariño ella ya no pertenece a...
—No iré contigo Logan, viví menos de un mes en tu casa— quité sus manos y evité sus ojos —y lo único que hacías era retarme— mis ojos se llenaron de lágrimas.
—Lobita no puedo explicarte porqué te traté así durante una semana entera aún eres pequeña para eso— eso no cambia nada y lo sabe.
—No quiero ir contigo, por favor vete, tengo que dormir— fingí un bostezo, me levanté y abrí la cortina verde claro para que él se fuera.
—Genna solo piénsalo, tú y yo estamos destinados— sus palabras me tomaron por sorpresa pero algo en nuestra conexión me decía que yo a eso ya lo sabía.
—¿Cuantos años tienes?— parece de 19 o 20 pero desde que lo conozco su apariencia no a cambiado, seguro debe tener unos treinta o talvez un pelín más.
—Ya perdí la cuenta, la última vez que me fijé había superado los cinco siglos—me quedé callada pero en mi mente hablaba y hablaba con Tiara.
¿Mi mate es un viejo? ¿Por qué la luna nos daría a un viejo Tiara?¿Puedes hablar con ella?¿Ella lo puede cambiar?— le pregunté asustada.
No es viejo y no podemos cambiarlo ya lo hubiera hecho luego de lo que nos hizo pero él es joven y somos inmortales, los lobos no envejecemos, sólo nos ponemos más buenos con el tiempo— dijo Tiara pero no estoy segura.
¿Cinco siglos dijo? este hombre vivió más vidas que cualquiera.
¿Segura?—le insistí a ella. Aún no me convence, debió haber un error.
Sí tú tranquila— me calmó y ví a Logan que seguía parado delante de mí.
—¿Puedo hacerte otra pregunta?—me mordí los labios, no estaba segura de querer saber la respuesta.
—Adelante— bien, ya no hay vuelta atrás.
—¿Por qué esa mujer me ahorcó?—le pregunté.
—Ella era una....vieja amiga y se puso celosa—su actitud cariñosa cambió a una más torpe donde se trababa con las palabras y por alguna razón no me creí nada de lo de "vieja amiga".
—No era una vieja amiga— gruñó Tiara pero las palabras salieron de mi boca. Logan se removió incómodo —Lo dijo Tiara— le aclaré.
—Dile que lamento lo que pasó Genna— estiró su mano para tomar la mía y yo la retiré.
—¿Por qué te desmayaste?—mi plan era acabar con mis dudas antes de que se fuera y así por fin olvidar aquel mal día.
—Tu dijiste que me odiabas y a mi lobo y a mí nos dolió demasiado escuchar esas palabras de tu parte.
¿Su dolor fue culpa mía? ¿Y yo qué hice? Él fue el que no me dejaba ir, en gran parte es su culpa
—Te lo mereces— Tiara volvió a hablar por mí —Fue...
Logan asintió y suspiró.
—Eso ya es pasado, no estoy orgulloso pero enfoquémonos en el hoy, quiero que vengas conmigo—volvió a decir pero la idea de vivir con él está más lejos que el sol de la tierra.
—Logan soy feliz aquí— le dije.
Él guardó silencio, caminó enojado hacía la ventana y luego se giró hacia mí.
—¿Puedo venir a visitarte?— yo dudé y sin pensármelo comencé a negar.
En algún momento Lion y Loan lo descubrirán y aunque es viejo en años tiene una carita linda y no quiero que se le arruine por culpa de mis hermanos.
—Es peligroso que vengas—le expliqué y él me sonrió.
—¿Te estás preocupando por mí?—preguntó esbozando una sonrisa y no pude evitar ruborizarme.
—No lo sé— respondí tímidamente y él me abrazó y presionó sus labios de seda en mi mejilla.
—Vendré por las noches a sí tus hermanos no se enteran, lobita—susurró en mi oído poniéndome los pelos de la muac de punta y sin saber que más hacer además de olfatearlo, asentí dudando.
—Debes irte—le abrí la cortina para que salga antes de que Tiara y yo nos volvamos a desconcentrar a causa de su rico aroma.
—Te quiero lobita—me sonrió con cariño.
—Debes irte— le repetí.
—Te quiero lobita— insistió y presionó sus labios en mi mejilla.
—Ahí está la ventana— se la señalé.
—Genna...
—No le diré te quiero a alguien que apenas conozco, además mientras más tardes en irte más pienso en llamar a mis hermanos
¿Quieres que haga eso lobito?
Sonrió y me picó la nariz con su dedo.
—¿No eres muy pequeña para coquetear?—no tengo idea de que es coquetear. —Bien me voy antes de que te siga el juego, nos vemos en la noche— me guiñó el ojo y saltó por la ventana.
Logan=
Bajé por la ventana de la habitación de Genna y me giré para verla una vez más, mi decepción fue inmensa, creí que ella me observaría hasta que mi cola desapareciera entre los arbustos.
—¿Qué pasa?— preguntó Alec.
—¿Ella no vendrá con nosotros?—interrogó Jeins.
Meneé la cabeza, suspiré dándome por vencido y comencé a correr rumbo a la manada. Ya mañana será un nuevo día y podré pensar en qué obsequio le daré para que vea que no soy el lobo malo que ella y su loba creen.
Llegamos a mi casa y el aroma artificial de Genna imitado por las grandes cantidades de cajas de chocolates y nueces me llegó al osico.
Ese aroma no es tan rico como el de Genna— coincido con Tax.
Las cajas en su momento fueron mi manera de continuar con vida pero ahora que la tengo devuelta no las necesito. Además hoy pude estar con ella, sentí su aroma, besé su frente y la abracé. Se podría decir que luego de años de tristeza, dolor y enojo este a Sido un muy buen día.
Sí pero no por completo— gruñó Tax frustrado.
Sí, lo sé, aún tengo que solucionar las cosas con la loba de Genna que sigue enojada por nuestro desliz de hace unos años pero aparte de eso y de la piedrita en mi entrepierna este a Sido un día muy...— Tax me interrumpió a mitad de la frase.
Si no lo solucionas tendremos que usar protección en la entrepierna, esa lobita tiene una gran puntería— Sonó a burla pero Tax está tan embelesado que eso fue un alago seguido de ronroneos.
Me despedí de mis hermanos luego de acordar encontrarnos aquí en la mañana muy temprano y ellos se fueron cada uno a sus casas y yo entré a la mía, volví a ser humano, me tiré en la cama y miré el techo pensando en la loba hermosa que ya tiene 15 años.
Me preguntó si ella también sufrió o si su miedo era tanto que fue un alivio poder alejarse al fin de mí.
No pienses eso, ella nos ama pero era pequeña para saberlo— me explicó Tax.
Y ahora ya es muy grande y la cosa está difícil— murmuré.
Sí pero admite que es hermosa— Tax está igual o más enamorado que yo.
Lo es, es la chica más linda que vi pero no puedo seguir viéndola a otro lugar que no sea a los ojos porque me perderé y eso no debe pasar, de ahora en adelante la cuidaré con mi vida—dije.
Eso lo debiste hacer desde el principio— me retó.
Y lo estaba haciendo pero tú y tus sentimientos arruinaron todo, si yo no me hubiera desmayado estos últimos tres años los hubiéramos pasado con ella—le reproché.
Nunca se puede hablar contigo Logan, siempre quieres tener la razón—me gruñó
No quiero tener la razón, sé que tengo la razón— cerré los ojos para dormir.
No la tienes y mejor que te duermas ya, no quieres que me enoje.— esbocé una sonrisa y reí.
¿Qué me puede hacer? Si algo me pasa, a él igual, así que sus amenazas no valen nada.
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