🐺 Capítulo 16|Línea.
CAPÍTULO 16=Línea.
Genna=
Volví a casa y mis hermanos me estaban esperando en la puerta con sus caras largas y el enojo saliéndoles como humo por las orejas. Ambos señalaron la puerta y entré a la casa del bosque pasando los pasillos hasta llegar a mi habitación donde me cambié y obligada a ir a buscar mi castigo volví con ellos que me esperaban en la sala.
—Genna— hay reproche en su voz y decepción en sus ojos. Loan nunca me había mirado así, él siempre cumplió el papel de bromista.
—¿Qué te pasó hermanita?— Lion trataba de sonar calmado pero los gruñidos que ambos destilaban al olerme desde la distancia lo expresaban todo.
—Lo vi—dije apunto de llorar sin saber porqué pero me siento frágil y desprotegida desde que corrí muy lejos del lobo malo.
—¿Te hizo algo?— Preguntó Lion y ambos avanzaron dos pasos pero nos separaba un metro de distancia.
—No—pero sí.
Apreté el cuello de la camiseta y traté de respirar, me sentía asfixiada, mi piel no estaba igual la notaba fría e insana y me sentía sola como partida a la mitad y sin saber que hacer para estar completa.
—No vuelvas a salir, esa línea blanca nos mantiene a salvo—dijo Loan. Me abrazó y compartió conmigo su abrigo al notar mi pequeño cuerpo congelado.
—¿Cómo hicieron la línea?—les pregunté. Siempre me decían que era para protegernos pero nunca dijeron como la crearon.
—Es sal mezclada con nuestra sangre, el aroma de vampiros aleja a los lobos y el aroma a lobo aleja a los vampiros— simple explicación la que me contó Lion pero muy útil.
—¿Alguien podría pasar?— les pregunté mordisqueándome las uñas.
—Sólo alguien con mucha fuerza podría romperlo—Loan le restó importancia.
—¿Alguien como un alfa?— no sé si Logan es poderoso o si tiene más fuerza que los lobos comunes pero nunca voy a olvidar el día en que él y mis hermanos se pelearon y mucho menos su voz de hoy la cual con sólo escucharla podía convencerme de hacer cualquier cosa por él.
Eso es porque es nuestro— gruñó Tiara como siempre hace cada vez que se nombra al lobo malo.
—Sólo un alfa muy poderoso podría y él es peligroso Genna por eso no debes acercarte— me aconsejó Lion leyéndome la mente y asentí pero eso no respondió a mi pregunta sobre si Logan podía pasar o no.
—No lo haré— ellos sonrieron, besaron mi cabeza y Loan disparó rumbo a la cocina y volvió con una pequeña bolsa de plástico color carmesí.
—Seguro debes morir de hambre hermanita— me entregó la bolsa de sangre y me regresé a mi habitación, mordí la punta de la bolsita y la tomé como si fuera un juguito helado de los que Loan me hace siempre en los días lindos y calurosos.
Logan=
Busqué a mi lobita por todo el bosque hasta que perdí su rastro y tuve que volver a casa pero antes hice una parada de último momento en la casa de la traidora.
Entré sin golpear y al verme Darla apagó la televisión y me sonrió mientras se acercaba a mí contoneando sus caderas y moviendo sus pechos que le bailan sin el sujetador debajo del pequeño vestido que lleva puesto.
—Logan amor, hacía mucho que no venías— posó sus largas uñas en mi cuello y acercó su rostro al mío —¿Me extrañaste?— cerró sus ojos y yo le puse las manos en el cuello y me acerqué a su oído
—¿Cómo puedes llamarme amor teniendo el alma tan sucia?— le gruñí. Clavé mis garras en su cuello, su cuerpo se sacudió en una lucha por respirar.
No la mates tan pronto, Genna estuvo asustada por cuatro años, nosotros sufrimos por cuatro años, su castigo no debería durar sólo unos segundos— Tax me proyectó imágenes de las peores torturas pero mi mente me jugaba en contra y al verla a los ojos recordé nuestras primeras veces juntos, compartiendo la cama, intercambiando gemidos, dándonos placer mutuo.
—A..amor..no..entiendo—dijo apenas con voz y la solté pero en cuanto lo hice los viejos recuerdos quedaron atrás con la imagen de mi pequeña loba...Era tan sólo una niña y esta mujer sin corazón...
—Genna—murmuré. Darla era la lastimada pero a mí me costaba respirar sin gruñir o querer matarla.
—¿Recuerdas ese nombre?—gruñí
Ella abrió mucho los ojos y con las manos cuidándose el cuello retrocedió y lloró en silencio.
—No— mintió. Cómo siempre la boca miente pero los ojos delatan, proyectan miedo, rencor, odio.
Mátala— Tax ya no aguantaba más y si seguía esperando él lo iba a hacer por mí.
Lo haré— le aseguré.
Caminé hacia la chimenea y levanté las rejas que la cerraban, la encendí y le metí leña, tomé una de las espadas que está colgada junto a otros objetos en la pared y la puse a calentar.
—Logan...yo...no hice nada— me teme. Por fin su miedo llegó a igualar el de los ojos de mi loba.
—¿Me amas Darla?— me senté en el sillón frente a la chimenea dándole la espalda pero sin perderme cada uno de sus movimientos.
—Eres el amor de mi vida— la escuché retroceder.
—¿Por qué te alejas?— frenó.
—¿Acaso no te dejé meterte cientos de veces en mi cama? A este punto deberías confiar en mí más que en cualquier otro.
—Sí pero...
—¿Pero qué Darla?¿Al intentar matarla olvidaste que también me matarías a mí?— giré la espada.
—No quise hacerte daño a tí pero estaba celosa...— guardó silencio.
—¿De una niña Darla? Imagina si era tu hija ¿Qué harías si una perra trata de matarla sólo por celos?¿Qué harías para salvar a tu pequeña Darla?— me levanté con la espalda escondida detrás de mi espalda.
—Yo...yo no quiero una hija— murmuró con la cabeza gacha.
—No te pregunté eso Darla ¿Qué harías si alguien tratara de matar a tu pequeña?— volvió a llorar.
—La mataría— lloró y al verme me abrazó —Lo siento, Logan por favor perdóname si hubiera sabido que la amabas yo no...
—Ella era una niña en ese momento Darla, no importa si yo la amo o no— le mostré la espada al rojo vivo y ella retrocedió.
—¡Siempre estuve para tí Logan!— gritó llorando.
—Yo no te lo pedí así que ahora largo o te mato hoy mismo y créeme que no me importará quitarte de mi camino—tomó un jarrón de la estantería detrás de ella y me lo lanzó, lo esquivé y me quedé mirando sus intentos fallidos de escapar pues nadie la perseguía y aún así sus manos le temblaban tanto que no conseguía abrir la puerta y correr.
—Ella es nadie, no merece estar contigo— sollozó dándose por vencida. La puerta no está trabada ni nada solo es ella y su inutilidad al tratar de abrir la puerta de su propia casa.
—Tu no eres quien decide eso Darla— me recargue en la pared.
—¡Yo voy a ser la luna no una rogue como ella!—¿Hasta dónde puede llegar la locura?
—Ella es mi mate y por tu culpa me tiene miedo— no le iba a gritar. No lo entiende por más que se lo explique, su obsesión es tanta que le nubla la cabeza.
Dejé caer la espada y le tomé la barbilla para que me viera a los ojos.
—A partir de hoy ya no perteneces a mi manada, eres una exiliada y yo Logan Strike alfa de alfas te condeno a vivir en las tinieblas del bosque como una rogue—le abrí la puerta
—Las damas primero.
—Logan esos rogues casi me matan ¿No fue eso suficientemente castigo?— cerró sus manos en mi hombro.
—Claro que sí Darla pero tú misma lo dijiste, matarías a la perra que tratara de lastimar a tu pequeña y yo no arriesgaré las vidas de todas las pequeñas de la manada por tener a una loca como tú qué es capaz de todo así que o te largas por tu cuenta en buenos términos o llamo a los guardias para que te escolten a la fuerza y créeme no será bonito que todos tus amigos y familia aquí te vea y sepan lo que hiciste— bajó sus manos por mi pecho y las retiró, me dió la espalda, cambió de forma y se largó.
La vi hasta que desapareció y con la espada saqué la leña y la dejé en el piso para que toda la casa y sus pertenencias se quemen y ella no tenga nada por lo que volver.
Debiste matarla— gruñó Tax y yo negué con la cabeza, el fuego comenzó a llevarse todo y cerré la puerta detrás de mí cuando salí.
Tax si yo la mataba su sangre iba a quedar para siempre en mis manos y no dejaré que Genna nos vea cómo asesinos cuando la encontremos y nos pregunte que pasó con Darla.
. . .
Me levanté temprano, luego de despedir a Darla como se merecía volví a casa echo polvo y al acostarme me quedé completamente dormido. Luego de tanto tiempo pide dormir con tranquilidad, sabía que Genna estaba viva, que estaba a salvo y que era cuatro años más grande.
Se veía hermosa, su pelo ya no es todo negro tiene algunas mechas rubias y tiene perforadas las orejas con dos pequeños aritos pero sigue siendo ella. Mi Lobita, mi hermoso pequeño fastidio.
No desayuné y cambié de forma para aullar y encontrarme a mis hombres en el bosque donde comenzaremos una vez más la búsqueda pero esta vez con más esperanzas y estando seguros de que la encontraremos.
—Logan apenas amaneció— se quejó Alec y Jeins venía meneandose y tropezando con las rocas y ramas de lo dormido que está.
—La luna de nuestra manada está viva— les informé y ellos y todos los guardias despertaron como si les hubieran arrojado un balde de agua fría a la cara.
—Alfa ya lo sabemos, sino no estaría...— le gruñí al rebelde y bajó la cabeza.
—Ayer la vi pero una vez más huyó y espero que la encuentren y la traigan. Tiene el cabello largo hasta la cintura, es negro y con mechas rubias, está alta, tiene unas curvas hermosas, unos piernas que enloquecerían a cualquiera y una mirada tan perfecta que...
—¡Logan!—Alec me arañó con su pata y los guardias rieron al escucharme babear por la loba que me vuelve loco y se a llevado mi corazón.
—Encuéntrenla— finalicé y todos se fueron divididos en grupos pequeños.
Alec, Jeins y yo nos reunimos en la laguna y olfateamos el lugar o mejor dicho ellos olfatearon el lugar porque yo me quedé ronroneándole al pasto que olía exquisito con el perfecto aroma de nueces y chocolate.
—¡Encontré algo!— Alec vino moviendo la cola y con una pequeña mochila rosa en la boca.
La olí y capté su aroma que de inmediato me hizo recordar lo hermosa que se veía ayer. Se veia tan hermosa como una diosa, ya no era la niña que conocí hace cuatro años atrás, sus rasgos están más definidos, está muy alta, parece casi una mujer con las piernas largas y esas curvas del infarto que...
—Hermano no quiero decir nada pero estás jadeando— Jeins rio a los lejos y ambos desviaron las cabeza para no verme y continuar riéndose.
Bufé y con los colmillos y las garras logré abrir la mochila y ver su contenido, todo era ropa de ella, la olí y festejé por dentro porque al tener ahora una guía como esta será imposible volver a perder su aroma entre los tantos que hay en el bosque. Dejé que Jeins y Alec captaran también el aroma y los tres corrimos cabeza a cabeza hasta lo más oscuro del bosque, una parte en la que nunca había estado y a la que nadie se atrevía a pasar.
Tal vez por eso no la encontrábamos— se quejó Tax.
Corrimos sin detenernos hasta que llegamos a estar a treinta metros de una casa donde el aroma de ella era muy intenso y delicioso pero se mezclaba desagradablemente con el de rogues.
Caminamos hasta allí viendo y escuchando en todas las direcciones asegurándonos de que nadie se diera cuenta de nuestra presencia. Llegamos a una línea blanca y cuando Jeins la iba a pasar chocó con una pared de cristal que lo envió prácticamente a tres metros sobre el suelo y lo hizo caer con brusquedad al piso.
¿Qué es esto?
Vi a mi hermano y entre gruñidos se levantó y caminó una vez más hacía la pared de cristal, Alec lo detuvo con su pata y ambos me vieron.
Eres más fuerte— me dijeron al mismo tiempo y asentí, los hice retroceder, tomé distancia é intenté atravesarla pero a mi también me lanzó y choqué contra un árbol. Jadeé y volví a arremeter contra la maldita pared hasta que la fuerza con la que me lanzó no fue tan intensa pero yo también me cansé y entonces sin darme cuenta aullé llamándola.
Una luz se encendió en el costado de la casa y una cortina se movió, una pequeña cabeza despeinada husmeó y al verme abrió la ventana, primero sacó una pierna, luego la otra y saltó el metro de altura que había entre el piso y ella.
—¿Logan? ¿Qué haces aquí?—preguntó mientras se acercaba.
—Decías la verdad— se sorprendió Jeins.
—¡No estás loco!— chilló Alec y les gruñí a ambos por avergonzarme frente al amor de mi vida.
¿Que es esta pared?— le pregunté a ella que se acercó y tocó con sus dedos la pared pero está no le hizo nada y me sonrió con burla.
—Es un campo de fuerza—me explicó y sacó su mano, me acerqué y ella me acarició la cabeza pero la retiró tan rápido que apenas pude disfrutar de sus caricias.
¿Y qué haces dentro de un campo de fuerza?—seguí preguntándole. Ella miró a mis hermanos y le gruñí —Toda tu atención es para mí Lobita, concéntrate.
—Yo vivo aquí— señaló la casa tras su espalda y sonrió al verla.
Tú vivirás conmigo—le aseguré muy confiado.
—Lo que tú digas, yo me voy a dormir y cuando encuentres la forma de atravesarlo me despiertas— me lanzó un beso y se fue riendo y dando saltitos por el patio.
¡Vuelve aquí!—ordené y su risotada fue más fuerte y me sacó una sonrisa.
—¡No!—gritó y justo la puerta se abrió. Alec y Jeins tiraron de mis orejas hacía unos arbustos y nos escondimos allí mientras veíamos como un rogue salía y comenzaba a interrogar a mi loba como si ella fuera de él y no mía.
—¿Genna que haces aquí afuera?—agudicé mi oído para escucharlos mejor.
—Emm yo...yo..tenía insomnio...y decidí venir a dar una vuelta por el patio— se excusó.
—¿Qué es ese asqueroso olor?— el hombre se metió en su espacio personal y se inclinó para olerle el cuello.
Alec y Jeins me clavaron sus garras en el lomo y yo lo agradecí pues no iba a ser capaz de aguantar ver como un hombre que no soy yo toca y huele a mi loba.
—No sé— le mintió pero el lobo no era nada estúpido y de inmediato reconoció el poder en mi aroma.
—¡Otra vez estuviste con ese alfa!— gruñí —Ese perro mugroso no debe acercarse Genna, si descubre como romper la línea todos estamos muertos.
No, todos no, sólo tú y tu gemelo, mi loba estará a salvo y muy feliz conmigo.
—Yo no siento nada, Lion seguro exageras además él huele a cerezas— dijo embobada y yo también me quedé embobado viéndola pensar en mi hasta que su hermano chasqueó los dedos y ambos despertamos de nuestros sueños despiertos.
—¡Oye! ¡Llamando a Genna! ¡Despierta!— su sonora carcajada me dió mucha felicidad y el gruñido de su hermano me provocó odio y ganas de matarlo.
—Vamos a dentro— le propuso, ella lo siguió y mis hermanos me soltaron.
¡VUELVE AQUÍ!— le grité y quebré una rama con la pata.
—Ven— insistí desesperado por al menos unos minutos y algunas caricias más.
Si sigues intentando pasar despertarás a mi otro hermano y ambos estarán contentos de golpearte— trató de asustarme pero sólo me hizo reír.
Sus hermanos no podrían conmigo ni aunque yo estuviera ciego de un ojo y sordo de ambos oídos.
—Sí como no, no les tengo miedo a tus hermanos lobita y su no te importa ven aquí afuera y déjame entrar— le ordené.
No lobo malo, ya déjame en paz, la última vez que estuve cerca de ti las manos de otra terminaron alrededor de mi cuello, aléjate por favor, no lo vuelvas más difícil— me pidió.
Jeins y Alec me vieron a la espera de nuevas órdenes.
Lo siento lobita pero te quiero, eres mi mate y no me rendiré...
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