🐺Capítulo 11|Sangre
CAPÍTULO 11=Sangre
Logan=
Anoche no pude despedirme de Genna, ni desearle buenas noches o subirla a su cama luego de que ella se quedase dormida en el piso pero fue buena la decisión de correr lejos de ella. Nadie terminó herido y cuando por fin logré dejar de dar vueltas en la cama pude soñar, había una chica conmigo en mi cama durmiendo abrazada a mí y ahora acabo de descubrir que él sueño fue real.
Me acabo de despertar al sentir algo apoyarce en mi pecho, creí que era Genna y caí de la cama. Tenía miedo de abrir los ojos, mi mente había comenzado a formular situaciones horribles donde yo le había hecho daño a mi pequeña loba pero al abrir los ojos me di cuenta de que no era así y que la que estaba en mi cama era alguien indeseable y que me provocaba repulsión desde lo que le hizo a mi pequeña pareja de vida.
—¡¡¿Qué haces aquí?!!— Me incorporé y alejé cuanto pude de Darla cuando trató de ayudarme a levantar del piso.
Se estiró y se relamió con morbosidad los labios al verme —Buen día guapo— me sonrió coqueta.
—¿Qué haces aquí?— le volví a decir y recogí mi ropa que estaba exparcida por todos lados.
Se acomodó y abrazó la almohada
—Esta es mi casa— dijo como si fuera obvio y observé la habitación.
El rojo no es lo mío, definitivamente esta casa no es la mía y... Joder, Genna y Tiara me van a matar.
—¿Qué hago yo aquí?— le pregunté. Caminé alrededor de la cama buscando mi camisa.
—¿No lo recuerdas?— me señaló la cómoda dónde se hallaba toda arrugada la camisa de mi pijama y miré las marcas de besos en el cuello.
No podemos volver así, si Genna nos ve llorará mucho- sollozó Tax. —No debí traernos ¡Esto es tu culpa Logan!— me gritó y ya desde temprano me enfurecí.
—¡Fuiste tú, no yo Tax! ¡Esto es tu culpa!— le gruñí y las manos de Darla me rodearon el torso.
¡No es cierto! Tú soñaste algo mojado yo sólo seguí mis instintos e hice lo que pude para no ir y lastimar a Genna, esto es tu culpa por soñar algo caliente— me reprochó.
—Amor lo hicímos toda la noche como en los viejos tiempos— les gruñí a ambos y la aparté a ella de mí. Me terminé de vestir y me acerqué a la puerta pero me detuve a medio caminar.
—¿Utilicé protección?—me recargué en el marco de la puerta a la espera de al menos una buena noticia.
—Tranquilo alfa mío, usaste protección ¿No lo recuerdas?—negué y salí de su habitación, atravesé el pasillo, pasé por la cocina y salí por la puerta trasera para que nadie de la manada me viera.
—¡¿A dónde vas?!— Darla vino detrás de mí, tomó mi mano y me jaló hacia dentro. Ella seguía desnuda y yo me solté de sus garras.
—A mi casa, no sé como llegué aquí pero no me quedaré contigo Darla. Para mí estás muerta desde el día en que te metiste con Genna— salí de allí y caminé las calles hasta mi casa mientras pensaba en que le iba a decir a la loba de Genna.
Sé que su primera reacción será gritarme porque yo haría eso sí me enterara de que mi mate me engaña y porque somos muy territoriales y celosos pero no sé que hará luego. Tiara podría obligar a Genna a renunciar a mí, podrían dejar de hablarme o huír, hay muchas posibilidades y todas me dolerán.
Llegué a la puerta, respiré hondo y entré esperando a que siguiera durmiendo pero hoy la luna no estaba de mi lado y mi lobita estaba hurgando en la heladera.
—Genna— ella me vió, detuvo sus ojos en mi cuello y retrocedió. Iba a explicarle y la sangre en todo su cuerpo no me dio oportunidad, mi lobo y yo nos acercamos preocupados y comenzamos a revisarla, no estaba lastimada pero sí lloraba y miraba la heladera.
—¿Genna, por qué estás cubierta de sangre?— la abracé a mí y le limpié la boca con la maga de mi camisa.
—Yo...yo— calló y olió mi cuello. Me rodeó el cuello para olerme mejor y luego se apartó y se cubrió la nariz —Logan— sus pies le temblaron y la sujeté con más firmeza para que no cayera.
—Lo siento mi vida— bajé la mirada a sus pequeñas manitos.
—Hueles horrible— se quejó, dio la vuelta y corrió hacia las escaleras pero fui más rapido y la tomé del brazo cuando estaba subiendo el tercer escalón.
—¿No estás enojada?— Revisé todo su cuerpo una vez más para asegurarme de que no se haya golpeado la cabeza y la volví a acercar a mí.
—No, Logan quiero irme—trató de irse y no la dejé. Sigue cubierta de sangre y aún no sé de quien.
—¿De quién es la sangre?—le volví a preguntar. Limpié alrededor de sus ojos y mejillas, corté un pedazo de la manga de mi pijama y se lo pasé por el rostro para limpiar el resto de la sangre de sus manos y piernas.
—¿Por qué hueles feo?— contraatacó y le gruñí, esto de evitar preguntas no me gusta y no quiero decirle que me pasó anoche.
—Genna— le gruñí y la oí bufar.
—De una ardilla— Empezó a llorar y me abrazó.
—Logan yo no queria—lloró aún más y la cargué en mis brazos, nos senté en el sofá y respiré por la boca para no sentir su aroma y volverme loco.
—¿Qué fue lo que le hiciste?— intenté sonar dulce, cariñoso y comprensivo ya que estoy seguro de que no quiso matar a un animalito pero no me salió actuar amorosamente y terminé gruñéndole en la cara.
—Yo...yo...la mordí— bajó cabeza para mirarse las manos —Logan ¿Le dolió?— me preguntó angustiada.
La acuné en un solo brazo y el otro lo utilicé para clavar con fuerza mi garra en la pared. Genna me estaba volviendo loco.
Cerré los ojos y pensé mis palabras antes de decirlas.
—No cariño, no le dolió, no sintió nada.— le mentí pero era eso o decirle a mi lobita que la ardilla había sufrido porque ella le había quitado la vida.
Sentí su mirada sobre mí y luego a su mano que soltó mi camisa y tocó mi cuello.
—Logan...— respiré por la nariz.
Gran error.
La bajé y me alejé, ya no podía más, la necesitaba cerca pero por su seguridad debía estar lejos.
—Cállate no quiero oirte, vete— utilicé la última gota de tranquilidad que tenía. Ya no aguantaba, su aroma es muy deliciosos.
—Logan..
—¡Que te calles, no quiero oirte!—le grité y vi la cocina toda manchada con sangre —¡Y limpia esto!— salí de allí y me fuí a mi habitación. Cerré con llave, me quité los zapatos y la ropa y me di una ducha rápida para quitarme este aroma que ni a mi loba ni a mí nos gusta y también aproveché ese tiempito a solas para hablar sin interrupciones con Tax.
¿Por qué me enojo Tax?— eso era lo peor de esta situación, si sólo fuera alejarme de Genna nada sucedería pues ella estaría a salvo, pero me enojo y eso podría lastimarla sentimentalmente. Su corazón es joven pero late por mí como el mío por ella y no debería dolerle ni siquiera una sola vez por causa mía.
Porque lo único que queremos es tenerla pero como no podemos nos enojamos y...—lo interrumpí y saqué mis propias teorías.
Entonces...¿Seré un ogro?— le pregunté.
Sí Logan, eres un fastidio tú también—dijo mi lobo de mal humor.
Entonces necesitamos una niñera, alguien que mantenga a mi loba alejada y que le cocine y la cuide mientras pasan estos días.— le comenté.
Suerte con eso, a menos que sea humana no encontrarás una en esta semana— gruñó Tax. Guardó silencio por unos segundos y luego comenzó a gritarme: ¡Marcala!
Lo ignoré como hago siempre que se pone en modo pervertido y cerré la llave del agua, me envolví la cintura con la toalla y me encaminé hacia mi habitación para vestirme y pensar en como evitaré a Genna por los siguientes días.
Genna=
Logan me dejó sola y Tiara comenzó a llorar, le pregunté muchas veces que le pasaba y ella no me decía nada, sólo lloraba y lloraba.
Limpié con el papel todo y Logan bajó las escaleras, ya no olía tan feo pero era como si ese olor.tan horrible que me desagrada se hubiera quedado en él como un recuerdo.
—Genna— miró todo a su alrededor y luego a mí —¿Por qué no te bañaste?— iba a hablar y él comenzó a gritarme, me cubrí los oídos y al correr hacia la puerta me choqué con alguien.
Al olerlo lo abracé y él me rodeó con sus brazos.
—Logan hermano la harás llorar— Alec y Nathan entraron a la casa y Alec me alzó en sus brazos.
Vi a Logan y él nos miraba muy mal, sus ojos estaban muy amarillos y se sujetaba con sus manos de la pared para que esta no se cayera y nos aplastara.
—Nathan ve a jugar con Genna, tu tío Logan y yo debemos hablar— le dijo Alec a su hijo y me bajó.
Nathan me sonrió y le sonreí también. Escuché un gruñido y Logan se habia parado delante mío, la pared no se había caído y retrocedí por si acaso.
—Logan tranquilízate, Nathan es un niño y Genna está asustada ¿Quieres que tu mate te tema?— Logan me miró y se movió.
—Genna ve con Nathan— dijo eso y salí de allí corriendo hacia las escaleras, Nathan vino detrás de mí y nos metimos en mi habitación.
—¿Tu eres la luna?— me seguía sonriendo.
—No, la luna es la cosa blanca y brillante que está en el cielo—le dije y me senté en la cama.
—No, yo te pregunté si sos la luna de la manada— dijo
—No sé—levanté mis hombros y los bajé.
Claro que no lo somos, Logan es un traidor— Tiara seguía llorando.
—¿Cuantos años tienes?-me preguntó Nathan mientras miraba todo.
—Once ¿Y tú?— él me sonrió, me sacó la lengua y se burló.
—Doce, soy más grande— siguió sonriendo seguro le pasa algo y por eso no para —¿Tienes tele?—preguntó viendo las paredes.
No— me dijo Tiara y lo mismo le respondí a Nathan.
—¿Y celular?— me preguntó entusiasmado.
—No— le dije y reí cuando su sonrisa se fue.
—¿Por qué tienes sangre?— me tocó el cuello.
—Maté a una ardilla— le dije muy triste. Yo no quería hacerle daño pero tenía hambre y Logan no estaba.
—¡Cool!— gritó Nathan felíz
—¿Jugamos a las escondidas? Yo cuento y tú te escondes— se dio la vuelta, apoyó sus brazos en la pared y escondió su cara allí.
Lo miré un ratito y luego trepé y llegué hasta el mueble más alto y me quedé allí hasta que él terminó de contár.
—¡Diez! Lista o no aquí voy—Nathan empezó a buscarme pero no me encontraba. —¿Dónde estás? ¡No se vale fuera de la habitación!—
Salté y lo asusté
—¡Buu!— grité en su oído.
—¡¡AAA PAPÁ! ¡EL COCO!—corrí tras él cuando se fue —¡ME PERSIGUE!
Logan=
—Logan debes controlarte— mi beta seguía sermoneándome.
—Lo intento, pero esta maldita semana me está volviendo loco— me froté la sien.
—Tienes que hacer un esfuerzo— me animó.
—Lo intento, pero lo único que logro es hacerla llorar y encima mi lobo no me deja en paz.— Parezco mujer abandonada y no el alfa más poderoso de todos. Mierda, nunca creí que alguien pudiera hacerme sentir tan miserable y feliz a la vez pero a mi vida llegó Genna y así me siento desde que empezó esta semana.
—Logan soy tu beta pero también soy tu hermano y como hermano te sugiero que vayas con Darla, ella estará contenta de satisfacer tus necesidades— señaló mi entrepierna y le gruñí para que dejara de decir idioteces.
—Ni me hables de ella, ya fui anoche por culpa de mi lobo y desperté esta mañana en su cama y oliendo a ella—le conté mi desgracia pero él rió y negó con la cabeza.
—Eso hermano mío significa que tu lobo necesita estar con alguien, Logan me decepcionas, antes eras inteligente— se burló y le gruñí.
—No lo entiendes Alec, yo no quiero engañar a mi lobita de nuevo— suspiré y agudicé mi oído para oírla y saber que está bien.
—Logan, Genna es una niña, lo entenderá cuando sea más grande—me dijo y negué.
Ella talvez no entiende pero su loba sí y eso es peor.
—A mi no me gustaria que ella me engañe Alec, a demás Tiara me suplicó que no estuviera con otra y le fallé— le expliqué.
Alec guardó silencio unos segundos y luego volvió a bromear.
—¿Desde cuando Logan Strike el alfa de la manada más poderosa del mundo quiere ser un cura?— rodeé los ojos y reí.
Él tenía razón me iba a terminar convirtiendo en un cura por los siguientes siete años.
—¿Yo? ¿Cura?— con mi historial eso es prácticamente imposible —Estás equivocado, sólo esperaré a que mi lobita sea mayor y luego...—el resto no debía decirlo no hay que ser muy inteligente.
—Está bien te apoyo, de todas formas Laya no me deja ni tocarla así que seremos los hermanos sin paramela— dijo muy serio, luego intercambiamos miradas y comenzamos a reír.
—Oye... espera... espera— me sequé las lágrimas —¿Por qué Laya no te complace?— le pregunté. Él hizo una mueca y se puso serio.
—Desde que se enteró que está embarazada no me deja tocarla—se encogió de hombros.
—Espera, espera— me llevé la mano a la barbilla —¿Laya está embarazada...de nuevo?— él rodó los ojos y asintió —Ese es mi hermanito rápido pero efectivo—me burlé.
No entiendo ni nunca entenderé su tendencia a tener cachorros con este ya serían tres ¿Qué onda con él?
—Idiota— rió.
—¿Niño o niña?—moría por saber. Si es niña como Lila ella lo va a maquillar o le pintará las uñas y si es niño vivirá celoso porque su loba le prestará más atención al bebé que a él.
—Niño— dijo en un gruñido extraño entre feliz y enojado.
—Nathan tendrá a alguien con quien jugar y Lila ya es grande así que no te maquillará ni querrá hacerte las uñas— lo alenté y justo bajó su primogénito gritando que el coco lo perseguía.
—¡PAPÁ!¡ES CIERTO!— Corrió a sus brazos y Alec rió y vio con ternura a Genna que bajaba de la escalera y reía.
La miré y suspiré, en este momento el causante de sus sonrisa debería ser yo.
—Hijo el coco no existe, eso es algo que le decímos a los niños para que no jodan así que no lo hagas— contuve la risa y evité los ojos de mi loba cuando sentí el típico cosquilleo en mi abdomen.
—Pero papá...—Trató de hablar, Alec rió en silencio, se despidió de mí y salió de mi casa no sin antes recordarme que debía controlarme.
Se le olvidó algo— dijo Tax y a los segundos Alec volvió y miró hacia el sillón a mi lado.
—¡Nathan vamos!—gritó y reí. Natahan fue con su padre y ambos se despidieron con las manos.
—Logan— Genna me llamó pero no se acercó —¿Sigues enojado?— suspiré y negué. Me acerqué muy lento y me agaché frente a ella para quedar a una altura parecida.
—Lobita no quiero que llores o me odies si me enojo contigo— respiré por la boca y continué hablando —Si me necesitas llámame pero no te acerques y quédate en tu habitación ¿Sí, cariño?— ella me vio dudosa y luego asintió y se fue escaleras arriba.
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