🐺Capítulo 1|Aromas
CAPÍTULO 1= Aromas.
Logan=
El bosque estaba en silencio, algunos guardias y yo dábamos un paseo de rutina. La noche anterior había llovido y el bosque estaba frío, nuestras patas se enterraban en el barro y nuestros pelajes se encarganan de mantenernos calientes. Muy pocas veces llueve en verano pero cuando lo hace el viento sopla con fuerza, el agua de la laguna sale a la orilla y las personas de la manada se ponen nerviosas.
Como alfa mi deber es proteger a todo aquél que pertenezca a mi manada, soy el que da las órdenes, soy el más poderoso de todos, soy un lobo pura sangre que desde hace cinco siglos busca a su mate, su otra mitad y que hasta ahora no a tenido suerte al encontrarla.
-Lo mejor tarda en llegar- dijo Tax en mi cabeza. Él es mi lobo, es el que me permite transformarme, es el que me hace diferente a los humanos porque si no fuera por él yo no sería un hombre lobo y nada de esto existiría.
-Alfa- mi beta agachó la cabeza y vió de reojo a su esposa la cual se acercaba a paso rápido hacia nosotros en su forma humana.
-Puedes ir, Alec- levantó la cabeza y corrió al encuentro de su pareja de vida. Laya es su mate y la culpable de que Alec siempre esté en la luna o babeando con la lengua fuera.
-Alfa- Laya se acercó y me sonrió. Automáticamente todos los guardias desviaron la mirada, ante el gruñido que les dedicó mi beta.
Ella iba a volver a hablar pero me lancé sobre su cuerpo antes de que pudiera pronunciar palabra alguna.
-Logan ¿Qué haces?- ignoré el gruñido de mi beta y me concentré en la loba que me miraba asustada.
-Ese aroma, lo reconozco, es nuestra- mi lobo estaba desesperado y yo no podía pensar con claridad.
-Logan- insistió Alec y de mala gana me alejé.
Llené mis pulmones con todo el aire limpio que pude y una vez lejos ese tan rico aroma pude pensar con algo de claridad.
-¿De quién es ese aroma? Laya ¿Con quién estuviste? Ese aroma es de ella...me pertenece, la quiero...ahora, solo para mí- comencé a caminar de un lado hacia el otro, el aroma aunque ya no lo podía oler seguía en mí, me golpeaba con fuerza aturdiéndome y volviéndome loco.
Es de nuestra mate ¡La encontramos!- Tax estaba tan felíz que no se daba cuenta de nada.
No la habíamos encontrado, Laya lo había hecho y aún no me decía en donde estaba mi loba.
-Laya ¿De quién es ese aroma?- le insistí. Me estaba desesperando.
Ella se levantó y acarició la cabeza de su mate el cual seguía a la defensiva.
-Laya- insistí pero ella seguía tratando de calmar a su mate.
-¡Alec, hermano basta!- bajó la cabeza ante mi orden y lo escuché suspirar.
Lo siento hermano- murmuró.
Laya me prestó atención y me sonrió, ya todos sabían lo que pasaba, no había que ser muy genio para darse cuenta.
La encontraron en el bosque, en este momento la estaban cuidando, está en la manada Lo...
No la dejé terminar y comencé a correr. Ya no podía esperar, sentía que mi vida dependía de este encuentro pero cuando llegué a la manada ella ya no estaba, se había escapado cuando nadie la veía y yo había perdido a mi mate sin haberla conocido.
. . .
Estaba revisando unos papeles cuando mi beta llegó corriendo, sus patas mancharon toda la alfombra y ni siquiera se molestó en saludar.
-Debes venir, hay una loba en bosque y está sola- mientras me decía eso mi cuerpo volvía a la vida.
Cambié se forma a lobo y empecé a correr hacia el bosque, la necesitaba como al aire que respiro, es tan importante mi mate que estos días que pasaron luego de que ella huyó me sentí muerto, sin ganas de nada pero obligado a hacer todo pues soy un alfa y mi manada está primero que todo.
Corrí y corrí,mis hombres me seguian como siempre hacían pero no podian alcanzar mi velocidad, Tax y yo estábamos en una carrera.
Si era ella no podíamos arriesgarnos a volver a perderla.
-¡¡MATE!!-me avisó mi lobo gritando y aullando en mí cabeza.
Aumenté la carrera, ahora era definitivo, ya no la iba a perder y antes de que ella pudiera volver a huir llegué y salté sobre ella lanzándome como el cazador que soy pero sin querer matar a mi presa sino que todo lo que quería era su amor y que llene el vacío con el que nací y viví todo este tiempo.
-Por fin te encuentro- Le hablé en su cabeza y se sintió muy diferente a cuando hablo con cualquier otro, en la cabeza de esta pequeña loba me sentía en paz y con cada palabra era como decirle "Te amo" sin haberlo dicho.
La estudié bien, de arriba a bajo sin perderme nada. Ella es mucho más pequeña que yo, hasta parece un cachorro, lamí sus orejas y me convertí en humano, ya no podía más, quería y necesitaba ver quien era mi pareja de vida.
Ella del susto hizo lo mismo y se cubrió los ojos para no verme
-Estás..estás desnudo- ella no era la única perpleja, al verla me llevé una gran sorpresa.
Esto no podía ser, la diosa debía estar jugando o talvez solo me envió la mitad pues la persona que tengo debajo es una niña debe tener unos 10 o 12 años no más.
-Creí que eras más grande-no supe que más decir. Los niños no eran mi especialidad y yo quería una mujer no una pequeña.
Ella cambió de forma a loba, se escapó pasando entre mis patas (aprovechando su pequeño tamaño), y empezó a correr lejos tratando de huir de mí pero fui más rapido, la perseguí y salté nuevamente sobre ella colocando mis patas de tal forma que ella no pudiera volver a escapar.
-Deja de huir, eres mía- Le dije y ella volvió a ser humana dejando su pequeño cuerpo desnudo a la vista de todos y empezó a llorar.
Cambié de forma a humano y la tomé en mis brazos, su tacto me quemó como nunca nada lo había hecho y traté de protegerla del frío entre mis brazos pero ella no dejaba de removerse.
-Por favor no me hagas nada,he escuchado de ustedes y se lo que hacen ¡Los voy a acusar!- dijo llorando más y la miré a los ojos.
No tengo idea de lo que habrá escuchado pero sea lo que sea ella va a estar a salvó.
-Si te quedas conmigo te protegeré-traté de ser amable y ella meneó su cabecita sin dejar de moverse para soltarse y volver a irse.
-Déjame, me gusta vivir aquí- miré a mi alrededor. Los árboles permitían que sólo unos pocos rayos de luz tocaran la tierra. La humedad está por todos lados, cualquiera se resfriaría luego de unos días aquí metido, eso si es que no se encuentra con algún oso o cualquiera de los muchísimos animales que pueden hacerle daño ¿Quién en su sano juicio dejaría a una niña sola en este húmedo lugar, lleno de depredadores y peligros?
Caminé con ella en mis brazos hasta donde estaban mis hombres, no hay posibilidad de que la deje aquí.
Mis guardias me dieron ropa y me vestí para que mi lobita no deba verme desnudo. Aunque es mi mate, también es solo una niña y no sería correcto que me viera a mí o a cualquier otro de esta forma.
-¡Marcala!-dijo mi lobo Tax, el desesperado.
-Olvídalo- seguí caminando con mis guardias siguiéndome a poca distancia y acomodé a mi loba entre mis brazos para que no tuviera frío y pudiéramos llegar a mi casa cuanto antes.
-Por favor no-dijo llorando cada vez más. Su llanto me partió el corazón, traté de calmarla con una rosa que tomé de un arbusto pero ella la arrojó y me sacó la lengua.
Esto va a ser difícil, definitivamente lo será.
Ey!!!
Sí, tú, el/la que está leyendo esto.
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Te mando un enorme abrazo, uno de esos, los de oso y te deseo que tengas un lindo día, tarde o noche o mejor aún, ten un lindo día, tarde y noche, tener todo junto es más lindo:)
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¡Hasta pronto!
MicaelaEP.
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