Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Ven conmigo, yo te cuidaré...

5 días antes de Nochebuena...

David veía con signo de pregunta a Jeff mientras comían en un restaurante de hamburguesas cerca una gasolinera. Lograron robar un poco de dinero de la cartera de su padre y madrastra, lo suficiente para ir por unas buenas hamburguesas americanas, al mismo restaurante americano que los llevaba su madre cada feliz domingo familiar. Cada quién tenía un plato de una hamburguesa con papas, cada quién a su gusto, David y Liu estaban sentados juntos y Jeff tenía su lado libre. Una carriola con Charlie adentro estaba al lado de David, agradecía que Charlie estaba dormido.

Mientras tanto Jeff, miraba al lado al payaso que lo hacía sonreír, contando chistes un poco crueles.

- Y Jeffy, ¿C-Cuál es la d-diferencia entre Je-Jesús y un cuadro? – Rió levemente.

- Por favor, d-dime. - Su tartamudeo empezó desde hace 2 semanas. A sus padres les molestaba, pero mientras se quedará callado dentro de la casa, no le harían nada.

- ¡Para colgar al cuadro sólo se necesita un clavo! - Rió descabelladamente. La risa de Jeff se tornó un poco aguda entre más abría lo boca, sí te acercabas lo suficiente, podrías escuchar las cuerdas vocales chocar con la manzana de su garganta.

Liu miró con preocupación a David, quién igual está un poco confundido. Ambos estaban felices que escucharan a su hermano reír y sonreír igual que antes, pero la razón del porque era intrigante, no había nadie al lado. Miraban a dónde miraba Jeff, y sólo estaba la mesera limándose las uñas, quién también veía a Jeff raro. Regresaron con Jeff, quién sólo comía las papas fritas. El cuál era curioso, ya que esa era su hamburguesa favorita y el que más ansiaba regresar. Su carne seguía intacta.

- J.- Liu habló, Jeff ni lo miró. - Jeff. - Repitió, nada. Volteó con David para que lo ayudase, dejó su hamburguesa y tragó.

- J.- Repitió David con voz alta, sobresaltó el menor mirando a sus hermanos. - L te ha estado hablando. -

- Oh, lo siento. - Mostró una media sonrisa. - ¿Qué? - Volteó con Liu.

- No has tocado tu comida. Mas las papas. - Dijo preocupado.

Miró su comida, volvió a mirar a Laughing Jack, quién tenía los pies encima de la mesa y ambas manos detrás de su cabeza.

- Come mon amour. - Posó su mano en la mejilla de Jeff. - Saldré un rato a jugar. - Y salió volando del restaurante riendo.

Jeff agarró su hamburguesa y empezó a comer. Liu acercó su rostro a la oreja de David, el otro acercó su oreja. No era normal que entre hermanos se secretearan, supone que esta es una ocasión especial.

- Ya no creo que Jeff esté bien. - Susurró.

- ¿Por qué lo dices? Yo veo al mismo niño que está más tiempo en su cabeza que en la vida real. - Susurró de vuelta. - Además, está sonriendo más, al menos cuando no están los estúpidos "adultos" con los que vivimos. -

- Pero es mucho más de lo que solía hacerlo. Y parece que está hablando con alguien que no está ahí. O estaba. - Apuntó con sus ojos al asiento vacío al lado de Jeff. - ¿No crees que necesita ayuda...no sé... ¿psicológica? -

La poca sonrisa que David tenía desapareció con la última palabra.

- Discutamos esto en mi cuarto, Liu. - Dijo. De pronto Charlie se despertó, haciéndolo saber con sus llantos. - Ah, mierda. -

- No, no, no, D.- Jeff paró a David, parándose y dirigiéndose a Charlie. - Yo me encargaré de él ahora. -

Cargó a Charlie con mucho cuidado y se volvió a sentar, mimando al pequeño para que se calmase. Liu volvió a ver a David, quién, aunque no lo parezca, podías ver el miedo en sus ojos.

- ¿Ahora me crees? - Susurró Liu dando la razón a su hermano. David sólo prosiguió en seguir comiendo antes de pedir la cuenta.

Regresaron nuevamente a la cosa dónde vivían con la carriola vacía, Jeff seguía con Charlie en sus brazos. Liu y David caminaban junto, discutiendo en que el Jeff "normal" no agarraría al bebé y en vez de mimarlo. David agradecía que ahora tenía a alguien que le ayudara con el niño, pero no había explicación por eso. Le importaba poco. Lo contrario a su hermano menor, Liu, quien mostraba su preocupación a toda acosta, más que nada en cuál sería la reacción de su padre y madrastra. Nunca han visto a Jeff cargando a Charlie o acercarse y saben que Amanda odiará ver a Jeff cargando a su no-deseado-hijo.

David tomó las llaves de su bolsillo del pantalón y abrió la puerta, para escuchar las risas borrachas de su ebrio padre y madrasta. Ambos estaban en el sillón sentados con cada quién una botella de cerveza barata, en la tele estaban trasmitiendo un juego de fútbol americano, el volumen no estaba tan alto. Ninguno de los dos puso atención a los niños, hasta que Jeff entró con Charlie.

Amanda volteó a verlo y la furia se pudo notar al instante. Violentamente se levantó del sillón, estampando la botella en la mesa de madera que tenía en frente.

- ¡Qué carajos haces con mi bebé! - Gritó. Jeff sólo la miró.

- Lo que tú no has hecho, hacerlo sonreír. - Seguía con una sonrisa. La expresión de Amanda empeoró.

- No te atrevas a contestarme así niño malcriado. - Se acercó a él a paso furioso. - Regrésame a mi hijo. -

- Créeme, él prefiere estar conmigo que contigo. - Su sonrisa parecía desvanecerse. Liu sólo miraba, David regresó de dejar la carriola en el cuarto del bebé.

- Esa es una vil mentira, ahora devuélvemelo. - Ordenó.

- Y todavía lo tratas cómo si fuese una cosa. - Vio una salida y la tomó, pasó de largo a Amanda. La delgada señora tomó a Jeff del cabello.

- Parece que necesitas mejor educación, niñato. - Liu estaba listo para abalanzarse contra ella, pero David lo agarró del brazo deteniéndolo.

- ¿Qué carajos D? - Susurró Liu, evitando que su padre se irritara más, de seguro ya tenía suficiente con la señora gritona.

- Él puede sólo. - Respondió en seco. Ambos regresaron sus vistas a Jeff.

- Eres la persona menos incorrecta para educarme. - Respondió. Su padre se levantó de manera repentina, tambaleándose un poco.

- ¡Jeffrey, discúlpate con tu madre y dale a Charlie, joder! - Ordenó.

- Ella no es mi madre, padre. - Contestó en tono seco.

- Pues al parecer la perra de tu madre anterior tampoco te enseñó a ser educado. -

Liu miró a su hermano, nuevamente, sintió esa aura oscura, la misma que se presentó en la preparatoria la última vez. No había expresión por parte de Jeff, no parpadeaba, no movía la boca, sus manos seguían sujetadas al pequeño cuerpo de Charlie. Sus pies estaban inmóviles, hasta que empezó a hablar. Su voz parecía que se volvió un poco gruesa.

- No tienes derecho a insultar a mi madre. - Contestó. Pegó a Charlie a su pecho y con una mano lo sostuvo. - ¡Perra barata! - Pegó con la punta de su zapato detrás de la rodilla, haciéndola caer y soltando el cabello de Jeff. Con su mano libre, le dio un puñetazo en la barbilla.

- ¡Hijo de puta! - Gritó la borracha adolorida. El bebé empezó a llorar. Jeff fue rápidamente a darle al bebé a David.

Al mismo tiempo, su padre se acercó a él para volver agarrar a Jeff de su poco largo cabello y jalarlo hacia él. Accidentalmente, Charlie se le salió de las manos, pero David logró cogerlo. Sin previo aviso, Jacob le dio una cachetada a Jeff, hasta por la fuerza de sí mismo se obligó a soltar a su hijo, por su poco equilibrio se pudo haber caído junto con él.

- ¡No le pegues a tu madre, me oíste? - Titubeó Jacob mientras le salía un eructo. Jeff sólo se levantó del lugar. - ¡Ahora ve a tu cuarto mariquita y sal de ahí cuándo seas más hombre! -

Sólo se escuchó la puerta de Jeff azotarse una vez que entró. Liu y David fueron a dejar a Charlie a dormir en su cuarto para luego regresar al cuarto de David, que está justo al lado del cuarto de Jeff. Incluso con la puerta cerrada podías escuchar las discusiones de Jacob y Amanda acerca de Jeff, no pudieron escuchar nada bueno. Cerraron la puerta con seguro, sólo para asegurar que el borracho de su padre termine queriendo abrir la puerta, pensando que es su cuarto.

- ¡Ves a qué mierda me refiero! - Gritó Liu.

- Oh mira, el niño que no utiliza palabrotas las dice en este momento. - Dijo David un poco intranquilo, se sentó en su cama, siguiendo de creerse lo que vio abajo.

- Vete a la mierda, ¡no ves que esto es serio! - A este punto estaba asustado por su hermano o más bien de él.

- ¡Sí lo veo, coño, no estoy estúpido! - Gritó de vuelta. Se pasó la mano por el cabello, quitándose el beanie. - Jeff nunca se ha defendido de...estos borrachos. - Se dijo a sí mismo.

- D, ¿no estás asustado por Jeff? - Después de un momento de silencio entre los hermanos mayores Sorrow.

- ¿Liu, recuerdas cuándo fue mi primera pelea? - Volteó a ver a su hermano preocupado.

- Cuando tenía 12 años, nos defendiste a Jeff y a mí de Brandon y los demás niñatos. - Respondió indiferente, cómo si ese recuerdo lo tuviese pegado para toda la vida.

- Exacto, tenía la edad de J.- Respondió, sobresaltando a Liu un poco. - Sólo es como cualquier otro adolescente, pero el pobre está pasando por esto. - Abrió los brazos. - Y sabes que esto es culpa de nuestro estúpido y débil padre. - Dijo con desprecio lo último.

Por unos minutos Liu se quedó pensando. Nunca tomó en cuenta el ambiente que ha estado Jeff desde que cumplió los 6 años. Desde que su amada madre falleció delante de sus ojos, tomándole la mano y sacándolo de la sala desesperadamente, alterándolo más. Luego en el funeral de su madre, no quería irse y los dos hermanos tuvieron que quedarse con él, porque sentían lo mismo. Ver cómo su padre se destrozaba cada día más, cómo regresaba de mala copa a la casa y tener que elegir su modelo de rol a David, ya que el adulto de la casa no podía mantener la compostura. Su infancia se le acabo muy pronto y no era justo para él, cómo tener amigos imaginarios se convirtió en algo prohibido gracias a los regaños y golpes de su padre. La madrasta, Amanda, no hay necesidad de hablar de ella. Sólo lo jodió más. Más y más cada día. Luego la escuela a la que los cambiaron tuvo que perder a sus amigos. Jane, Benjamín, Jack, todos ellos se fueron de su vista tan pronto, para luego llegar a la nueva escuela conservadora de baja paga sólo para ser molestado y golpeado cada vez que llegaban. Tener que perderle el miedo tan pronto.

Tan pronto.

Tan pronto...

Dio varios pasos para atrás antes de chocar con la pared, viendo como los recuerdos regresaban hacia él. Miró a David con los ojos llorosos.

- Tienes razón, D.- Respiró profundo, dejando salir un quejido. - No me percaté de eso, nada de eso. - Cayó al suelo sólo para cubrirse los ojos.

- Venga ya, no seas marica y levántate. - Se acercó a él. No lo volteó a ver. Se colocó de cuclillas. - Ey, L.- Sus ojos estaban rojos. David dio un suspiro y con una media sonrisa, colocó una mano detrás de la cabeza de Liu y lo empujó hacia en frente, chocando frentes. - Tranquilo, ¿sí? Todo estará bien mientras sigamos juntos. Sé que eres fuerte Liu, más fuerte de lo que te muestras ahora y lo sé perfectamente Sorrow. - Ambos rieron un poco con lo último. - Pero todos juntos somos invencibles, ¿vale? - Asintió. Ambos se levantaron. Se notaba a la perfección quién era el mayor con sus estaturas. - Recuerda que saldremos de esta puta casa, de alguna manera, pero lo haremos. - Posó ambas manos en los hombros de su hermano.

- Confío en ti, D.- Dijo Liu limpiándose las últimas lágrimas.

- Lo sé. - Sonrió. Se juntaron a un abrazo. - Jeff está bien. No hay nada malo con él. - Dio unas palmaditas a la espalda de su hermano.

En el oscuro y frío cuarto del menor de los Sorrow, se encontraba en posición fetal acostado en su cama, viendo una foto familiar de hace 10 años. En ella estaban sus hermanos sonriendo, David en medio, abrazando por el cuello. A su derecha estaba Liu, que se mostraba lo nervioso, pero con una sonrisa, A su izquierda, estaba él, no recuerda cuando fue la última vez que ha tenido una sonrisa así de grande, un poco más y verían la parte de arriba de los dientes. Detrás de ellos estaban sus padres, sus verdaderos padres. Su padre se veía alegre y tenía la cara iluminada, se veía limpio y completo. Y su madre, tan bella y brillante, como siempre lo ha sido. Siempre ha sido así. Bien dicen, que la madre es la parte que complementa a una familia feliz.

Ver esta foto que tenía guardada en su bolsillo de pantalón le hacía feliz. En especial, después de una situación cómo la que acaba de pasar. A pesar de todo, tenía a sus hermanos, ¿no?

De pronto sintió un brazo posarse encima del suyo y alguien pegarse detrás de él.

- ¿Cómo estás babyJeffy? - Susurró el payaso de voz graciosa. Jeff sonrió al escucharlo.

- Nada, viendo esta estúpida foto de hace años. - Elevó la mano con la foto para que L.J pueda verlo. Tomó la foto y la colocó hacia arriba.

- No es estúpida. - Comentó. - Es una bonita foto. - Se la devolvió.

El menor sólo guardó la foto y giró a ver al payaso de frente.

- Te notas decaído. - Tocó su mejilla izquierda. - ¿Quieres decirme qué pasó? -

- El estúpido de mi p-padre volvió a pegarme, es todo. - El contrario tocó su moretón, causando que el pobre soltara un quejido de dolor.

- Pobrecillo...- Le dio un pequeño beso en el mismo lugar de la herida.

En un momento de silencio, sólo se abrazaron. Cada vez que ocurre un momento así, para sólo tener un abrazo de L.J, era todo lo que Jeff deseaba, lo relajaba.

- ¿Tus he-hermanos no te d-defendieron? - Preguntó curioso mientras pasaba sus dedos entre el cabello del contrario.

- No. - Respondió un poco triste. - No sé por qué, pero pude manejarme sólo. - Habló rápidamente, defendiéndolos. Sabe perfectamente que cuando no hacen algo que normalmente hacían, era por algo.

- Está bien, está bien. Sólo preguntaba. - Rió levemente, chocó su cabeza contra la cabeza de Jeff. De pronto, dio un pequeño suspiro y soltó a Jeff, preocupando al menor. Ambos se levantaron de la cama simultáneamente. - He estado pensando Jeffy...- Posó un dedo en su mejilla. - Digo, t-todo depe-ende si tu q-q-quieres, ¿no? - Tuvo un choque cerebral, inmediatamente regresó a la tierra. - Quisiera que vinieras conmigo. -

- ¿Qué? ¿Por qué? - No negaba que le encantaba la idea, pero no quería dejar a sus hermanos. David había prometido en salir juntos de este lugar.

- Este no es un buen lugar para vivir, Jeffy. Aquí no hay amor, el que te mereces. - Tomó ambas manos de su novio. - Ven conmigo Jeffy, yo te cuidaré, t-te daré todo el a-amor que te ha faltado en e-estos años, yo te puedo hacer f-feliz, nada te f-faltará conmigo y s-siempre te haré pasar siempre buenos momentos. T-Te lo prometo desde el fondo de mi corazón. -

El contrario se quedó anonadado.

- No creo que a mí-mis hermanos les g-guste eso. -

- Ay Jeffy...- Suspiró soltando sus manos. caminó lejos de Jeff, mirando la ventana. - ¿Crees que tus hermanos acepten que eres gay, ¿tan siquiera? -

Justo en el blanco de la duda. Quería responder que sí, pero eso era incierto. La pensó una y otra vez. Pero Jack tiene razón, no se ven que aceptarían que su hermano tuviera una preferencia diferente. Sería lo mejor abandonarlos, igualmente sería abandonado una vez que les diga la verdad. Tenía pensado confesárselos una vez que salieran de la casa, pero sólo terminaría en la calle sólo. Agachó su cabeza.

- Me lo imaginé. - Regresó con él y le dio un abrazo. - ¿Vienes conmigo? -

Aunque le doliera, accedió.

- Sí. - Respondió con un tono decepción.

El payaso, al notar su tono, dejó de abrazarlo y posó ambas manos en los hombros del contrario.

- Mírame. - Posó su mano en la mejilla de Jeff, haciéndolo verlo a la cara. - Yo te cuidaré, puedes confiar en mí. No quiero que accedas sólo porque-

- ¿Porque tengo miedo a quedarme sólo? - Respondió furiosamente, pero sin querer elevar la voz. - No soy el marica que necesita que alguien lo cuiden. -

- E-Ese es mi chico. - Rió mientras lo despeinaba. - M-Mañana en la n-noche nos iremos, ¿vale? -

Jeff sólo sonrió de oreja a oreja.

4 días antes de Nochebuena...

A la mañana siguiente, Liu despertó a Jeff para acompañarlo a hacer las compras de la comida, ya que ni en otro universo Amanda lo haría. Sus padres se fueron a dar un viajecito no muy lejos, pero lejos del pueblo, dejándoles la casa los hermanos Sorrow y el cuidado de Charlie, nada nuevo. Sin embargo, estos tres hermanos estaban felices en tener la casa sola. ¿Sin el borracho e idiota de su padre junto con la bruja de Amanda y estar sólo con sus hermanos? No hay nada más perfecto que eso. David se quedó en casa con Charlie porque estaba haciendo demasiado frío y duda que Charlie tiene suficiente ropa para cubrirlo. Les dejaron muy poco dinero, sin embargo, David había reservado un poco del dinero que su madre les dejó en caso de emergencia; lo escondieron bastante bien para evitar que su padre se lo gaste. Tomaron el bote de dinero y fueron a la tienda.

Liu tenía puesta una bufanda rayada de color negro y gris y una chaqueta de cuero negra junto con unos pantalones ajustados del mismo color. Jeff tenía puesto unos pantalones igualmente ajustados de color negro y una camisa de manga corta debajo de su sudadera blanca, era lo más abrigado que pudo encontrar. Ambos tenían puestos guantes y botas de combate para poder pasar por el frío de la nieve.

Por suerte, no hacía tanto viento, pero era bastante incómodo respirar el aire, así que llegaron lo más rápido posible a la tienda que era un Walmart. Entraron lo más rápido posible para por lo menos agarrar calor. Ambos rieron de sus caras rojizas por el frío pegándoles todo el camino. Agarraron un carrito, Jeff se subió en ella y fueron volando hacia la parte de verduras y frutas frescas.

Agarraron todo lo que estaba escrito en la lista y unos cuantos snacks, como patatas fritas, sólo para ponerse a ver películas de terror. Fueron a la parte de ropa para bebés para comprarle ropa caliente para Charlie, lo suficiente para que conozca la nieve a temprana edad.

Jeff ya se encontraba de pie, ayudando a empujar el carrito mientras Liu trataba de encontrar una chamarra del tamaño de Charlie. Estaba sólo contando el dinero que David les dio, le sorprendía que probablemente les sobraría dinero. Se la estaba pasando bien, aunque sea una salida muy casual y vista por muchos muy aburrida, pero esta era de las pocas veces que podían salir sin miedo a regresar a la descuidada casa.

Volteó para todas partes para encontrar algo con qué entretenerse, nada. Sólo ropa y más ropa miniatura aparecía entre los pasillos. Miró por un segundo hacia la parte de juguetes, sólo para encontrarse dos personas conocidas. Brandon y Bryan estaban en la tienda. Sabía que, si llega a chocar ojos con él, sólo buscaría pelea.

Liu regresó con 5 prendas, chamarra, suéter, pantalones, calcetines calientes y botas para nieve. Sin pensarlo, empujó el carrito hacia el área para pagar. Una vez que recogieron las bolsas, se dirigieron nuevamente hacia su casa bajo la fría y blanca nieve.

Ya estaban cerca de llegar, hasta que dos cuatrimotos aparecieron detrás de ellos. Los rodearon, sabían que estaban jodidos.

De ellas se bajó un tipo con un casco rojo con negro que le hacía juego a su ropa. Se lo quitó, era Brandon.

- Mucho tiempo sin verte, Jeffrey Krueger. - Sonrió. - Ya te extrañamos en la escuela, es muy aburrido sin ti. - Bromeó mientras se acercaba a Jeff.

- ¡Sí, no hay nadie con quién jugar! - Rió Bryan, apenas se le podía entender con los lentes y su bufanda.

- ¿Te molesta si les ayudamos con esas bolsas? Se ven pesadas. - Sugirió. Aún Jeff y Liu seguían desconfiando de ellos. ¿Cómo es que de pronto se tornaron tan amables? Brandon notó la inquietud de los hermanos Sorrow. - Venga ya, macho, sé que no los he tratado bien antes, pero Nochebuena y Navidad se acerca y quiero empezar de nuevo, porqué sé que no puedo corregir lo que hice. - Una mano terminó en el hombro de Jeff. No pudo negar que lo hizo incómodo. Lo ha molestado desde que llegaron a ese instituto.

Presintió que su ensayo, parecía falso.

- Gracias, Brandon. - Habló Liu, poniéndose en frente de Jeff. - Pero podemos solos, la casa está a unas cuadras, no es mucho. - Empezó a caminar hacia en frente, seguido por Jeff. Ignorando a los brabucones.

El cuál, no les gustó en absoluto.

- Bueno, fui lo suficientemente paciente. - Le dio un golpe detrás de la nuca al menor de los Sorrow. - Pero al parecer el espíritu navideño no les ha llegado lo suficiente para perdonarme. -

Accidentalmente, una bolsa se cayó, en ella, la ropa de Charlie. De pronto sintió un susurro en su oreja junto con varias risas diferentes que se escuchaban leves.

¿Le dejarás hacer eso, Jeffrey?

- En sus sueños. - Susurró a sí mismo. Soltó la otra bolsa y le regresó el golpe a la mejilla.

Justamente lo que Liu quiso evitar, pero tampoco pudo evitar a Brandon. Sería muy raro que Brandon quisiera su perdón.

Brandon volteó furioso hacia Jeff, agarró su barbilla y la movió levemente. Su labio inferior estaba sangrando. Y sin previo aviso, le regresó el golpe. Bryan decidió unirse al carnaval de golpes, mientras el pobre Liu trataba de pararlos. Terminó teniendo que pelear contra Bryan.

Cada vez que Jeff recibía un golpe por parte de Brandon, parecía que le dolían menos. Entre ellos podía esquivarlos o bloquearlos, pero no todos. No dolían, no como antes, que con un golpe lo podía hacer reventar. Otra vez, otra vez ese horrible dolor en el pecho, haciéndolo no poder respirar suficiente oxígeno. Le dolía, como si estuvieran quemándolo por dentro. Podía jurar que hasta su boca ardía. Sus puños empezaron a temblar, sus uñas estaban a punto de encajarse y sus dientes empezaron a rechinar entre más los apretaba. Y las risas, joder, le aturdían los oídos entre más fuerte se hacían.

Brandon noto la saliva de rabia que salía de la boca de Jeff, pero al verlo a los ojos, parecía que acaba de encontrarse con el diablo, el cuál corría de él por no cumplir con su parte con su trato. Aunque juraba que lo que estaba viendo era por culpa del porro que se fumó, no podía negar que los ojos de Jeff desaparecieron el color azul y se tornó blanco.

El miedo lo distrajo y Jeff puso darle en la cara con la rodilla, haciendo que este cayera al frío suelo. Bryan seguía tratando de golpear a Jeff con mano limpia, sin embargo, Brandon ya no quería jugar limpio. Aún tirado, de su chamarra sacó una navaja pequeña pero muy afilada. Volvió a ponerse de pie. Sabía perfectamente lo que estaba haciendo y después de ello, no había vuelta atrás. Se sentía más que preparado para acabar con lo que más odio desde que piso su territorio.

Después de que Jeff empujó a Bryan hacia el suelo, terminando con la nariz casi rota.

- ¡Jeff, para ya, por Dios! - Gritaba Liu, por alguna extraña razón, sintió el aura que rodeaba a Jeff más fuerte que antes, como si todo lo que conservó guardado estuviera saliendo ahora mismo.

Volteó a ver a Brandon, quien solo se quedaba viendo hacia Jeff, vio su mano, una navaja. Antes de que hiciera cualquier movimiento, fue hacia él a intentar quitarle el arma. Fue una estúpida decisión. Entre jalones y tratar de que soltara la navaja y golpes hacia el estómago con la rodilla por parte Brandon, solo pudo lograr que le hicieran una cortada por toda la cara que empezaba desde cerca de su ojo y pasaba por en medio de su nariz hasta llegar a la mitad de su mejilla. Gritó de dolor y sólo pudo cubrir su cara, sentía como la sangre le manchaba los guantes. Empezó a golpear a Liu en el estómago a base de patadas.

Parecía que le frío desaparecía para Jeff, su sangre estaba hirviendo.

Ve por él

Inmediatamente fue directo hacia Brandon dirigiendo su hacia su muñeca. Este volteó hecho una furia hasta que el menor empezó a apretar su muñeca. Le dolía, ¿dónde había sacado esa fuerza? No era inhumana, pero no se veía que era por parte de alguien de su tamaño y físico. Resistió, pero no pudo más, soltó la navaja y Jeff la tomó rápidamente. Lo agarró del cuello de la sudadera. y lo acercó a él, viéndose cara a cara y escuchando sus respiraciones cansadas.

- ¡Me tienes hasta la verga, Sorrow! - Gruñó Brandon. - ¡Si no hubieras pisado la escuela te hubiera dejado con vida! ¡Eres sólo una pequeña mierda que siempre necesita que lo defiendan! -

- Creo que te estás viendo al espejo, porque yo no soy así. - Dijo calmadamente. Mientras hablada, la mueca de enojo que tenía se convertía en una sonrisa torcida. - T-Tú eres la pequeña mierda, que siempre necesita reconocimiento y queriendo ser el héroe de un villano que no existe. - Sintió la navaja en su mano. - O tal vez, ya lo encontraste. -

Apuñálalo

- ¡Eres un-! - Un filo de metal traspasó su chamarra, camisa y piel. Fue repentino, no lo vio venir. Volvió a mirar a Jeff, sólo para encontrarse con su media sonrisa.

Soltó a Jeffrey de su sudadera y cayó de rodillas en frente de él.

- Q-Que te f-f-follen, Krueger. - Tartamudeó mientras se quejaba de dolor, lo miró nuevamente. No respondió nada, sólo tomó su mano y le regresó la navaja, cerrando su puño. Lo empujó con el pie hacia atrás, dejando que la nieve empezara a tener un color rojizo. No podía moverse.

Su cabeza empezó a doler, como si su cabeza le pesara y su vista se nublaba. Empezó a golpearse sólo con sus propias manos, como si eso le ayudase a que el dolor parara. Eventualmente, paró. Recuperando su postura. Volteó a su alrededor, sólo para presenciar el desastre que causó. Las bolas llenas de nieve, Bryan tirado con la nariz rota, Brandon desangrándose y Liu... ¡Liu!

Corrió hacia él, tratando de ayudar a levantarlo y hablar con él. No le respondía, sólo podía responder con quejidos. Pensó en gritar por ayuda, pero pensó que sería demasiado riesgoso con una escena así. Volteó para los lados, pensando que alguien saldría o pasaría por su lado. Ni una sola alma pasó. Al parecer todos se quedaron dentro de su acogedora casa.

Sin más preámbulos, decidió ayudar a Liu a levantarse y apurarse a regresar a casa.

Al llegar, Jeff tocó la puerta desesperadamente.

- ¡David, joder, abre! - Siguió. - ¡Abre la puerta coño! -

- ¡Qué carajos! - Gritó David mientras abría la puerta, sólo para encontrar a su hermano sangrando por la cara. - Mierda, entren ya. - Dejó la puerta abierta para que pueda pasar. - ¿Y las compras? - Jeff apuntó al lugar. - Yo voy por ellas, tú ve por el botiquín de mi habitación. - Salió al frío sin importarle estar con una camisa de manga corta.

Al llegar al lugar que Jeff le señaló, se quedó congelado en su lugar. Dos niños que se veían de la edad de Jeff estaban tirados en el suelo junto con unas motocicletas haciendo un círculo alrededor de ellos. Uno estaba sosteniendo la cabeza de quien se encontraba desangrándose. El niño con la nariz rota lo miró.

- ¡Qué haces parado, ayu-! - Reconoció las notorias y cejas y barbilla de David. - ¡T-Tu! - Tartamudeó. - ¡Tu hermano es un asesino! -

David aún confundido, tomó las bolsas de compras. -

- ¡Un monstruo! ¿Oíste? ¡Un puto asesino! - Gritó más fuerte.

Mientras se alejaba del lugar, una sonrisa apareció, sabía que se trataba de Jeff. Su hermano por fin se defendió de los brabucones que lo molestaban.

La ropa nueva de Charlie se encontraba lavando. El rostro de Liu estaba limpio de sangre, pero aún necesitaban cerrarle la herida. Mientras Jeff les quitaba la nieve a los productos y lavaba las verduras frescas, David tomaba una aguja y un hilo para cerrar su piel abierta. El pobre solo se quejaba de dolor entre más cerraban la cortada.

Jeff sólo escuchaba, un arrepentimiento eterno invadió su cabeza, esto era su culpa, esto fue por su culpa. Quería llorar, pero ninguna sola lágrima podía salir, aunque tratase. Escuchó nuevamente un susurro detrás de él.

¿Satisfecho Jeff?

Era Dark, era quién lo estaba alentando a hacer todo aquello.

- Tú...me hiciste hacer esto. - Susurró lo más callado posible, no quería que lo escucharan.

- ¡Pues claro que lo hice! Te estaban molestando y era hora de que ellos pagaran, ¿no es así? - Miró hacia un lado, sólo para encontrarlo sentado, sentía que estaba sonriendo.

- Por nuestra culpa Liu terminó herido. - Respondió cabreado.

- Liu es débil. - Respondió en seco. - ¿O planeas estar protegiéndolo todo el puto tiempo? Es una pérdida de tiempo. - Quería negar que era cierto lo que estaba diciendo.

- Es mi hermano. - Escupió. Tenía razón.

- No es razón válida. - Terminó de limpiar la última fruta y la guardó en el refrigerador.

Se acercó a él. Antes le tenía miedo a Dark, el miedo se desvaneció a medida que iba creciendo. No sabía por qué se le parecía tan...familiar. Como si lo hubiese conocido antes.

- ¿Quién eres, Dark? - Lo miró a la cara. La capucha que tenía puesta nunca lo dejó ver su cara. Sentía que era hora de que le dijera la verdad.

- ¿Yo? - Se apuntó a sí mismo. Rió él sólo por su comentario. - Ya era hora de que me preguntases, niño. - Se quitó la capucha, sólo para dejar expuesto su quemado y blanquizco rostro.

Su rostro estaba quemado, pero tenía toques blanquizcos, era delgado, sus mejillas eran casi inexistentes remarcando sus pómulos. Igualmente, la manzana de adán de su garganta estaba remarcada. Sus ojos, parecía que tenía un delineador muy espeso, pero no, no parpadeaba, no sus ojos eran redondos y podías ver las venas de estas. Un ojo suyo era de color azul deteriorado, casi blanco mientras otro seguía de color café oscuro. Sus cejas no existían. Su cabello era más largo de lo que tenía en este momento, le llegaba hasta el pecho. Tenía una parte de su cabeza sin cabello, como si se hubiera rapado, pero no había ni un rastro de cabello. Su nariz estaba empujada hacia atrás, podía ver las fosas nasales. Su boca, no podía dejar de mirarla, sus labios eran rojo carmesí pero no eran grandes, seguían igual de pequeños como los tiene, sus dientes eran amarillentos. Las dos cortadas, dos cortadas a los lados de su boca que se dirigían hacia arriba, como una sonrisa.

- Soy tú, Jeff. - La gravedad de la voz bajó hasta ser varonil y suave, pero también se volvió rasposa. Era una extraña combinación.

Quedó inmóvil en su lugar, sus piernas no responden y tampoco su boca. Sus ojos se agrandaron entre más veía a la persona que se encontraba en frente suyo. Tenía la misma vestimenta que él. Sin embargo, no tenía miedo. Sólo estaba sorprendido.

- ¿C-Cómo terminé así? - ¿Ese era su futuro?

- No te diré, pero estás cerca de ella. - No podía dejar de mirar las cortadas tan limpias de sus mejillas. - Te dije que las cosas se pondrían mejor Jeff, te lo dije. - Rió, su risa empezó a palpitar en sus tímpanos.

- ¡J! - La voz de David paró los gritos.

- ¿Sí? - Parpadeo un poco para recuperar la vista hacia la realidad. David lo vio tenso.

- Ven acá. - Respondió. - Vamos a ver Nightmare on Elm Street. - Mostró las bolsas de patatas fritas mientras tenía cargando a Charlie en el otro brazo y Liu levantó los vasos de plásticos.

El pequeño de los Sorrow sonrió y corrió hacia sus hermanos. Volteó a ver a Liu y su herida ya cerrada, no podía pasarse por desapercibido.

Y así empezó una noche de películas de terror.

Dio cerca de la media noche y los hermanos ya se habían visto 3 películas de terror, entre ellas Friday the 13th y Halloween, sus padres no han llegado, le dio igual. Liu decidió hacer una pequeña cena, que era prácticamente perritos calientes con cualquier aderezo que apareciera en el refrigerador. Comieron junto al pequeño Charlie, dándole papilla en la boca. Todos reían cuando se ensuciaba o rechazaba la comida por parte de alguien. Parecían estar felices, estaban en paz. Sí, en paz.

Se estaba haciendo más tarde. Pusieron a dormir a Charlie y los demás hermanos regresaron a sus cuartos después de limpiar todo.

Jeff se acostó en su cama, recostando su cabeza en la incómoda almohada que en ese momento se sentía cómoda. Podía decir que hoy fue un buen día, a pesar del acontecimiento que tuvo después de las compras de los comestibles llenos de nieve. No debería sentirse mal, ¿cierto? Esos cabrones se lo merecían. Tenían que pagar. Tenían qué, tenían qué.

- ¿Me extrañaste Jeffy? - Apareció frente a él el payaso de sonrisa tétrica, flotando en su techo.

- ¿Dónde estabas? - Lo extrañó todo el día, ya se preguntaba dónde se habrá metido.

- Sólo estaba pre-pre- Rió levemente. - preparando unas cositas. - Empezó a bajar del techo lentamente, hasta quedar encima de él, poniendo ambas manos a los lados de su cabeza. - Después de todo, nos iremos a vivir juntos. - Sonrió.

- Tienes razón. - Elevó las manos, hasta tocar sus mejillas. Una sensación emocionante pasó por su cuerpo. Vivir con la persona que quería, sonaba como una grandiosa idea.

Ambos quedaron ahí, mirándose, hasta que Jack empezó a acercar su cabeza a los labios de Jeff, un beso lento. Mordía levemente el labio del menor, disfrutando cada parte de él. Lamió sus labios y se abrió paso dentro de su cavidad bocal, saboreando más dentro de él. Mientras que Jeff sólo podía disfrutar y dejarse llevar, la lengua de Jack era caliente, más caliente que su cuerpo, extrañamente. No quemaba, sino, lo excitaba. Estaba a punto de quedarse sin aire, los labios de Jack parecía que lo sinoptizaban, como si lo estuviera durmiendo para tenerlo completamente a su disposición.

Jack separó sus labios lentamente y empezó a dirigirlos al cuello de Jeff, besándolo.

- ¿Jack? - Suspiró el menor posando sus manos en los hombros del payaso.

- Shh, J-Jeff...- Susurró. -N-No grites. - Y repentinamente mordió su cuello. Un gemido ahogado salió de la boca de Jeff. Sentía como sus dientes se encajaban en su piel. Dolía, pero le gustaba, le gustó.

Sacó sus dientes y los lamió lentamente. Sintió un líquido pasar por su cuello, ni siquiera se molestó en checar. Su aliento parecía querer desvanecerse, pero quería más, mucho más. Jack sólo miró el rostro sonrojado de Jeff para poder abalanzarse sobre él una vez más, atacando su cuello, el cual aún estaba sensible.

Sus largas y delgadas manos pasaron por debajo de su camisa y sudadera, el tacto le hacía sentir escalofríos, por cada lugar que pasaba Jack lo quemaba, lentamente.

Quería más.

Sólo podía salir gemidos ahogados, evitando que alguien lo escuchase. Podía sentir como su pantalón le apretaba más. Jack se percató y de la forma más lenta posible, como si quisiera desesperarlo más, abrió su pantalón y sacó su miembro erecto. Empezó a masturbarlo, el tacto era caliente, le gustaba. Sin previo aviso, lo introdujo a su boca, causando que este sobresaltara. Su boca estaba ardiendo, al igual que la suya. Sólo podía gemir, le estaba gustando y mucho. Sentía cómo el líquido de su cuello manchaba la cama, al igual que el semen de su pene, quería salir, exigía salir.

- J-Jack...mh...- Gimoteaba. La sangre de sus venas recorría su cuerpo a una velocidad impresionante, su corazón latía fuertemente. Su pecho le quemaba.

Jack sólo reía al escucharlo, viendo cómo su miembro estaba a punto de explotar. Le gustaba verlo así, tan sensible y manipulable.

Y sin previo aviso, el semen caliente se corrió en su boca. La satisfacción que sintió Jeff fue enorme, nunca había sentido esto. Le encantó. Pero, joder, le daba vergüenza saber que aguantó poco.

De pronto, manos de Jack regresaron a su pecho, pero esta vez, las uñas de Jack se encajaron en la piel de Jeff, causando que este gritara un poco antes de convertirse en gemidos. Joder, dolía de la mierda, pero le gustaba, le encantaba.

Jack regresó hacia su boca, besándolo salvajemente y como sus dientes se encajaban en el labio del menor, haciéndole pequeñas cortadas.

Las cortadas empezaron a quemarlo. Ardían horriblemente.

Se estaba quemando vivo.

- ¡Jeff! - Gritaba David fuera del cuarto de Jeff. Su cuarto se estaba quemando y el fuego estaba empezando a esparcirse por la casa.

No podía abrir la puerta.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

El ÚLTIMO capítulo será publicado el 24 de Diciembre c:

Espero que les haya gustado!

CHAU CHAU! :3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro