Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 24

Nota: Leer las aclaraciones del primer capítulo.

Capítulo 24

Para el comienzo de la tercera semana Jimin realmente estaba angustiado, estaba racionando la comida lo mejor que podía, se estaban acabando los enlatados. Estos no durarían por mucho tiempo.

¿Y si el hombre los dejaría morir allí?

No, pero aquello no tendría sentido luego de todo lo ocurrido.

Jimin había evitado salir más allá de la cabaña, en más de una ocasión solo logró abrir la puerta y observar desde adentro.

No quería averiguar si realmente era mala idea explorar.

Baek parecía ajeno a los problemas, él solo estaba demasiado feliz jugando en el interior de la cabaña, su padre intentaba mantener la compostura ante la situación, pero el miedo familiar a esperar la muerte llegó de nuevo.

La noche lo ayudó a mantener en calma a Baek cuando este comenzó a bostezar indicando la cantidad de cansancio en su cuerpo, Jimin lo llevó hasta la cama donde se quedó a su lado hasta escucharlo dormitar.

Abandonando la habitación se dirigió hasta la cocina, su vista fija en los alimentos sobre la encimera; había exactamente tres latas de comida.

Eso era todo. No había nada más para comer.

— Mierda — murmuró en voz baja, su cuerpo se inclinó hacia adelante sosteniéndose del borde de la encimera, sus brazos estirados y su cabeza gacha.

La desesperación llenándole de nuevo, lágrimas se agruparon en las esquinas de sus ojos.

¿Qué debía hacer ahora?

La frustración manteniéndose fresca en su mente, la opción de salir e investigar allí afuera cada vez sonaba más tentadora pero, podría ser un error.

Era una jodida mierda sentirse así de inútil. Echó nuevamente un vistazo a las latas, él incluso se estaba saltando alguna que otra comida para alargar el racionamiento.

— Papá — la voz de Baek avisando que estaba por llorar lo sacó de sus pensamientos.

No había transcurrido mucho desde que lo llevó a la cama, saliendo de la cocina se topó con su hijo formando una mueca en el rostro y lágrimas que aún no bajaban por sus regordetas mejillas.

— ¿Qué sucede bebé? — se puso de cuclillas para deslizar las yemas de sus pulgares suavemente contra los ojos del pequeño retirando las lágrimas calientes.

— Papá — Baek gimoteó en voz baja estirando los brazos hacia el frente.

Jimin envío sus manos bajos los brazos del menor logrando alzarlo en el proceso, su hijo deslizó la cabeza contra el hombro derecho gimoteando un poco más.

— ¿Tuviste una pesadilla cariño? — su mano libre regalando caricias suaves sobre la espalda del pequeño.

Tal vez no fue buena idea leerle ese capítulo donde los pequeños lobos eran perseguidos por los cazadores.

Una brisa fría se coló por la cabaña, el tiempo indicaba que pronto sería invierno, aquello preocupaba por igual a Jimin al pensar en que las ropas que tenían no abrigaban lo suficiente.

Su mirada hacia la puerta, nuevamente sus pensamientos llenándose con la idea de salir y buscar al menos algo más para comer. Pero la angustia de dejar solo a su hijo era alta sin mencionar que llevarlo consigo mismo no era una buena alternativa.

— ¿Deberías dormir junto a mí? ¿qué te parece cariño? ¿Uh? — palmeó dulcemente la espalda de Baek quien había dejado de hacer ruiditos y ahora balbuceaba alegremente.

Se dirigió hacia la habitación donde yacía durmiendo las últimas tres semanas, Baek se deslizó de los brazos de su padre para moverse libremente sobre la cama una vez que fue dejado encima de esta.

Él comenzó a caminar mientras Jimin intentaba ordenarla con su hijo en esta.

— A dormir cariño — tomó a Baek para acomodarlo sobre el mueble, él también ocupó espacio allí tratando de ignorar sus pensamientos preocupantes y empezar otro día más con estos.

— Papá — murmuró suave Baek a su costado.

— Vamos bebé, duerme un poco — levantando su camiseta dejó libre sus pezones para que su hijo se acercase a beber de estos.

Entre ruiditos Baek fue alimentado, Jimin tarareaba una melodía suave deslizando su mano derecha contra el rostro del pequeño quien poco a poco disminuía la presión de succión y cerraba sus párpados con pereza.

Aquella noche Jimin como las últimas dos semanas tardó en quedarse dormido, las horas transcurrieron hasta que la llegada del amanecer despertó a Baek.

El pequeño al despertar se sentó, su vista deslizándose hacia su padre quien dormía plácidamente a su costado, el brazo derecho de Jimin sobre sus piernas.

Sus balbuceos despertaron a Jimin quien parpadeó perezosamente fijándose en que Baek estaba entretenido con la figura de lobo entre sus manos, recordó momentáneamente haberla visto mientras ordenaba la cama.

Suspirando imitó la acción de su hijo al sentarse sobre la cama, sus dedos pasaron perezosamente contra su rostro, la luz del día indicaba que era hora del desayuno. Jimin optó por saltárselo esa mañana, no había sentido en disfrutar un desayuno si el resto del día no comería y terminar con lo poco que quedaba en la cocina.

Baek se removió a su costado hasta quedar frente a su torso posando sus pequeñas palmas abiertas contra el pecho de su padre.

— Bien, hora de desayunar pequeño — alzando la camiseta dejó que el menor bebiese de su pezón derecho.

El sueño seguía latente en su organismo por lo que decidió echarse hacia atrás hasta terminar sobre la cama de espaldas dejando a Baek acostado encima suyo. Su primer pensamiento de la mañana era el hecho de que todo era culpa de ese hombre.

No tenía a nadie a quien más culpar. Bueno tal vez él también culpaba al médico que cometió el error en primer lugar, pero de no haber sido así, él no tendría a Baek entre sus brazos ahora.

No se arrepentía, pero no podía controlar la vida ajena ni lo que el futuro deparara. Aunque no quisiera admitirlo, él estaba esperando por el hombre, él no quería decir en voz alta que le preocupaba, no exactamente su presencia, pero si su protección hacia Baek.

Eso era lo que realmente importaba en esos momentos, porque si Jimin no podría hacerlo, tal vez él sí.

Apretando con fuerza la mandíbula Jimin negó con su cabeza ante ese hilo de pensamientos.

No, él no lo necesitaba. Él hallaría la forma de seguir sobreviviendo.

Una vez que Baek terminó de beber, se levantó llevándolo hasta el baño donde se encargó de asearle y asearse así mismo, el pequeño estuvo jugando alrededor de una hora hasta cansarse.

Jimin se mantenía recostado contra el borde del sofá al estar sentado sobre el suelo, el pequeño subió sobre sus piernas para instalarse allí. Nuevamente su mente llena de ideas respecto a cuál eran las mejores opciones en esos momentos.

Pero sus pensamientos fueron cortados al escuchar a Baek balbucear con fuerza.

— Papá — lo escuchó llamarle.

El pequeño se levantó hasta quedar sentado sobre Jimin, su rostro girando en dirección hacia la puerta de la cabaña.

— Papá — alzando el brazo señaló hacia la puerta.

Jimin se levantó con Baek entre sus brazos, su vista hacia la puerta y sus latidos aumentando con los segundos, la misma tensión que sintió aquella vez cuando los hombres aparecieron el día en que todo ello comenzó.

Un fuerte ruido se escuchó desde afuera, pasos apresurados en dirección hacia la cabaña.

Jimin observó con miedo hacia la puerta cuando esta fue abierta bruscamente lo suficiente como para sacarla de sus bisagras. Sus párpados se separaron con aturdimiento y su vista se clavó en los dos hombres frente suyo, uno totalmente desconocido para él.

— Necesito tu ayuda — fue lo que provino del desconocido.

El hombre traía consigo el cuerpo de Jungkook ayudándolo a sostenerse, había rastros de sangre en las camisetas de ambos.

— Papá — Baek comenzó a llorar repentinamente estirando sus brazos hacia los hombres.

— Por favor, ayuda a mi hijo — pidió el hombre trabando su vista asustada hacia Jimin quien rápidamente espabiló para acercarse a ellos.

¿Qué demonios sucedió?

Ambos ayudaron a Jungkook a trasladarse sobre la cama que Jimin había estado usando, las mantas se llenaron de sangre fresca, pero fría al tacto. Jimin no pudo evitar que Baek subiera a la cama de forma desesperada como si supiese que algo malo estaba ocurriendo.

— ¿Dónde está la herida? — preguntó Jimin acomodando la cabeza de Jeon sobre la almohada de la forma más suave que los nervios le permitieron en esos momentos.

— En el costado derecho — contestó rápidamente el padre elevando la camiseta que estaba rota en el costado donde la herida se dejó ver.

— Jesús — murmuró Jimin aterrado al ver rasgaduras contra la piel y la sangre brotando de allí.

¿Qué le había pasado?

— ¿Quién... — Jimin no pudo decir alguna otra palabra por temor a preguntar.

— La manada lo hizo — fue la respuesta del hombre.

Jeon perdió el conocimiento, su mente estaba dispersa por el dolor a su costado, escuchaba voces a la lejanía y una en especial que repetía constantemente la palabra 'papá'. No pasó mucho tiempo antes de que su padre informara a Jimin sobre lo que había ocurrido el último mes.

Todo simplemente había sido un caos del cual Jimin y Baek habían sido ajenos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro