Capítulo 19
Nota: Leer las aclaraciones en el primer capítulo.
Capítulo 19
Jimin observó a su hijo caminar lentamente por la sala de la cabaña, se detenía cada cierto tiempo para comenzar a correr de un mueble a otro en media de risas. Él era ajeno a la situación.
Cuando se escucharon pasos en la segunda planta Baek detuvo su caminar para girar su cuerpo y correr en dirección hacia las escaleras.
Instintivamente Jimin le siguió en cuanto este intentó subir los escalones por sí mismo.
— No, bebé — pasó sus manos alrededor del torso de Baek para elevarlo y alejarlo de allí.
El pequeño balbuceó algo en tono bajo, sus pequeñas manos alrededor de los brazos de su padre quien lo atrajo hacia su torso para tomar asiento, Baek quedó sentado sobre la pierna derecha del mayor quien dejó escapar un suspiro cansino.
Un nuevo sonido se produjo al momento en el que el enorme hombre bajó por las escaleras con dos maletas en sus manos, por la expresión en su rostro Jimin decidió que la mejor idea era mantenerse en silencio.
Lo último que necesitaba en esos momentos era que este se molestara un poco más.
— Sígueme — la voz ronca de Jungkook obligó al cuerpo de Jimin a obedecerle.
A pasos rápidos siguió al más alto quien abandonó la cabaña cerrando la puerta una vez que el humano la atravesó, Jungkook se dirigió en dirección hacia una camioneta la cual Jimin reconoció enseguida.
El automóvil que condujo el médico el día del secuestro casi fallido. Abriendo las puertas traseras Jungkook dejó las maletas allí atrás, solo le bastó una mirada hacia la puerta delantera para que el más bajo comprendiese la orden.
Una vez dentro del automóvil Baek movió sus brazos hacia adelante en un vano intento de tocar la guantera, Jimin envío sus manos para evitar que el cuerpo de su hijo cediese por su peso hacia adelante.
Su cuerpo se estremeció del miedo al momento de sentir la cercanía del cuerpo contrario cuando Jungkook abrochó el cinturón a través suyo y se aseguró de que estuviese puesto el seguro de la puerta derecha.
Fijándose en que no sucediese el mismo error dos veces.
— Papá — balbuceó Baek señalando hacia afuera a través de la ventana.
Jimin observó por igual a través del vidrio, el camino más adelante parecía estrecho, no parecía ser transitado y la camioneta se sacudió en varias ocasiones debido a las irregularidades del suelo.
Transcurrieron al menos dos horas donde el silencio permaneció en la camioneta, solo escuchaban los balbuceos del pequeño quien no estaba cómodo con solo quedarse allí sentado, este se removió en varias ocasiones hasta que Jimin le dio de comer de su propio pecho.
Baek hacía bajos ruidos mientras su vista se trababa en el rostro de su padre junto con lo poco que alcanzaba a observar por la ventana. Solo un par de minutos después Baek estaba de vuelta intentando alcanzar la guantera en vanos intentos debido a las manos que rodeaban su pequeño cuerpo y le impedían su cometido.
— Realmente no quería llegar a este punto — habló el alfa girando el volante hacia el costado izquierdo estacionando la camioneta cerca del camino.
Jimin inhaló con fuerza, no pudo evitar sentir miedo con la repentina acción del contrario, su vista desviándose hacia su alrededor en búsqueda de cualquier peligro inminente.
Jungkook desabrochó su propio cinturón de seguridad antes de abrir la puerta y salir del auto.
— Baja — le escuchó decir.
El más bajo acomodó a su hijo en sus brazos al momento de bajar de la camioneta, se percató de que el bosque lucía más abrumador que horas atrás.
Una inhalación cansina llamó su atención hacia el costado contrario de la camioneta.
— Sígueme — habló el alfa siendo seguido por el contrario de forma rápida.
Jimin percibió que atravesar el bosque de esa forma era realmente complicado, mantuvo cuidado de no tropezar ya que su hijo seguía entre sus brazos, el pequeño estaba concentrado en observar todo lo que estaba a su alcance, de vez en cuando señalaba hacia algún lugar concreto al percatarse de alguno que otro animalillo.
— Escucha, allí hay una cabaña donde deberás quedarte con el pequeño — movió su cuerpo a un costado para permitirle ver.
Sin embargo, la vista de Jimin se topó con un enorme muro lleno de enredaderas, un surco apareció en su frente y se modificó en modo de asombro cuando el más alto movió parte de las plantas para dejar ver un agujero en el muro.
Efectivamente más adelante había una cabaña.
— Los guardias no suelen adentrarse mucho en este lado del bosque, pero si notan un aroma extraño ellos lo harán — le indicó a Jimin seguir hacia adelante — entra a la cabaña, me encargaré de eliminar los rastros de sus aromas.
El hombre retrocedió exactamente por donde habían ingresado, Jimin caminó hacia adelante en dirección hacia la cabaña, el lugar estaba descuidado a simple vista, pero su interior no estaba tan sucio como lo imaginó.
Dejó a Baek caminar a su alrededor, su vista buscando rápidamente algo con lo que su hijo pudiera lastimarse para mantenerlo fuera de su alcance, si bien la cabaña mantenía un ligero parecido a la perteneciente a Jungkook, esta era algo tétrica.
— Papá — el pequeño señaló hacia unas telarañas al rincón superior de la planta.
Jimin emitió un sonido bajo en su garganta en forma de disgusto, si realmente ellos debían habitar el lugar por un tiempo este debía ser claramente aseado.
— ¿Qué sucede? ¿No es el hotel cinco estrellas que esperabas? — la voz grave del más alto a sus espaldas lo asustó.
Realmente no comprendía cómo alguien con su tamaño era capaz de moverse sin emitir ruido alguno.
— No he dicho nada — fue la respuesta de Jimin.
Pero por la forma en la que evitó que el menor caminase más allá en dirección hacia unos muebles antiguos le demostró a Jungkook que él tenía un punto.
— Vendré al menos dos veces por semana — aquello captó la atención de Jimin — si piensas en huir por lo menos deja al pequeño aquí, no lo arriesgues a morir allí afuera — comentó dejando recostar su cuerpo hacia un muro a su costado.
Una mirada agria fue lo que obtuvo por respuesta.
— En las maletas hay ropa para ambos — continuó hablando el alfa — traeré víveres en un par de horas, sin embargo, hay un poco en una de las maletas — señaló a su costado directo al suelo.
Jimin no se había percatado de estas.
— ¿Cuánto tiempo tenemos que estar aquí? — cuestionó.
Aquella pregunta era algo que Jungkook estaba esperando.
— Te lo diré una sola jodida vez, estás arriesgando tu vida por salvarlo — señaló en dirección hacia el menor — pero no tienes idea alguna de lo que conllevará criarlo.
Jimin frunció el ceño, no estaba comprendiendo la insinuación del más alto.
— Él crecerá de una forma diferente a la de ustedes — agregó — solo te traerá problemas, no sabrás cómo hacerlo.
Jimin le echó un vistazo a su hijo sin creer las palabras de Jungkook.
— Problemas que no serías capaz de resolver — continuó.
— Eso no lo sabes — Jimin estaba sintiéndose molesto, sus palabras comenzaban a cabrearle.
— ¿No lo sé? ¿Realmente estás seguro? — cuestionó de mala gana — él crecerá y sus instintos serán difíciles de controlar — una sonrisa burlona tirando de la comisura de sus labios — ¿Qué harás cuando el comience a cambiar? Cuando sus instintos aparezcan — agregó.
— Mientes — aseguró Jimin.
El hombre movió su cuerpo quedando demasiado cerca.
— Le saldrán colmillos y garras — siguió hablando — él podría atacar si no libera esa energía a medida que crece, él podría lastimarte sin desearlo realmente ¿Crees que realmente solo iba a estar bien contigo?
Jimin comenzó a inhalar bruscamente, él no podría imaginarse a su hijo de esa forma tan grotesca.
— Claro, diciendo que tengas la mayor suerte del mundo y ese sea el único problema con el que lidiar — el más bajo tuvo que alzar el rostro para encararle — porque allí afuera en tu mundo hay más como nosotros, no tienen exactamente mi tamaño como para no pasar desapercibidos, pero si ellos te encuentran y descubren a mi hijo, ellos te matarán al igual que a él, no habrá misericordia porque no conciben la idea de un humano con alguien como nosotros.
El pequeño quien se había mantenido rondando a su alrededor se detuvo para girar su rostro y enseñar sus ojos coloridos de forma cobriza. Jimin giró a verle, una extraña sensación se instaló en su pecho.
¿Acaso decía la verdad?
— Y no pienso darte la vida de mi hijo solo para que pruebes tu maldito punto — escupió aquellas palabras antes de alejarse.
Jimin se estremeció al momento en el que Baek tocó su pierna izquierda.
— No haces mal en ser precavido — dijo Jungkook — pero aún es pequeño como para que puedas preocuparte por lo que podría suceder en el futuro — agregó — sin embargo, sé cómo evitarlo, al final sólo dependerá de ti — dicho esto abandonó la cabaña.
Jimin se dejó caer de rodillas hacia adelante mientras tomaba al pequeño en brazos y le abrazaba. Él no quería averiguar si lo dicho por el hombre era real.
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